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Inmunopatología

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La presencia de parásitos en un huésped induce una respuesta inmune con fines defensivos, lo cual no siempre se logra. En algunos casos, la patogenia de la enfermedad se debe a ciertas reacciones inmunológicas no deseadas que ocurren simultánea o consecutivamente con el proceso defensivo, especialmente en varios parásitos helmintos que tienen una larga vida y causan infecciones crónicas.28

Varias infecciones parasitarias se acompañan de hipersensibilidad de tipo inmediata o retardada. Por ejemplo, en cobayos parasitados o sensibilizados con ciertos helmintos se logra producir un choque anafiláctico mediante inyecciones intravenosas de antígenos homólogos. En el huésped humano, este choque se presenta por la ruptura de un quiste hidatídico. La invasión por larvas de helmintos produce un síndrome caracterizado por infiltración pulmonar, tos seca e intensa eosinofilia sanguínea; esta entidad clinicopatológica se conoce como eosinofilia tropical o pulmón eosinofílico. Igualmente, se observa un proceso inflamatorio transitorio por el paso de larvas a través de los pulmones, conocido como síndrome de Löeffler. En el síndrome de migración larvaria visceral se encuentran lesiones granulomatosas crónicas y eosinofilia periférica. La presencia de huevos de Schistosoma mansoni (también de otros helmintos) en hígado y pulmones desencadena una elevada respuesta mediada por células Th2 y se forman granulomas o pseudotubérculos con un intenso infiltrado eosinofílico. Los eosinófilos tienen una actividad lítica principalmente sobre las formas larvarias.

Los anticuerpos que aparecen en las parasitosis pueden reaccionar con productos del parásito y algunos de ellos dan reacciones cruzadas con antígenos del huésped. Pueden, asimismo, unirse con los antígenos solubles del parásito para formar complejos antígeno anticuerpo, llamados complejos inmunes, los cuales adquieren propiedades patogénicas al localizarse en ciertos tejidos donde activan el complemento para producir lesiones inflamatorias, degenerativas o necrosantes. Las nefropatías presentes en infecciones por Plasmodium malariae se relacionan con los complejos inmunes formados por los anticuerpos específicos y los antígenos solubles del parásito, los cuales se depositan en el riñón y, conjuntamente con el complemento, producen lesiones glomerulares.29

Otro tipo de enfermedad relacionada con el estado inmunológico del individuo es la agudización de ciertas infecciones latentes. Esto sucede por inmunodeficiencias congénitas, adquiridas o inducidas por medicamentos inmunosupresores. Entre las adquiridas, la de mayor importancia actual es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). El creciente uso de medicamentos inmunosupresores y antineoplásicos ha influido en los últimos años para que algunos parásitos oportunistas se presenten con mayor frecuencia y gravedad como ocurre en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y en pacientes con trasplantes de órganos. Ejemplos de parásitos oportunistas son: Toxoplasma gondii, Cryptosporidium spp., microsporidios, Cystoisospora y Strongyloides stercoralis, especialmente en pacientes que reciben terapia corticosteroidea.30

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