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PREVALENCIA DE LAS PARASITOSIS

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Las parasitosis intestinales y esquistosomiasis fueron evaluadas en el año 2012 como problemas de salud pública que requerían quimioterapia preventiva, que consistía en la administración periódica y masiva de medicamentos antihelmínticos con un costo de menos de 0,50 dólares. Para esa época, los niños que requerían estos tratamientos en América Latina y el Caribe eran 49,3 millones para helmintiasis intestinales y 1,6 millones para esquistosomiasis.41 Los cálculos realizados para las zonas tropicales de América Latina, a fines del siglo XX, revelaron que aproximadamente el 30% de la población presenta parasitismo por Ascaris lumbricoides.42 Los datos anteriores son muy significativos por la posibilidad de producir enfermedad o muerte y porque su presencia está ligada a la contaminación fecal del suelo, lo que conlleva a la existencia de otras infecciones bacterianas o virales de origen fecal.

En Colombia se han realizado dos encuestas nacionales de morbilidad: la primera terminada en 196643 y la segunda en 1980.44 El parasitismo intestinal fue de 88% y 82%, respectivamente. La amebiasis por E. histolytica y E. dispar disminuyó de 24% a 12%, debido a mejor método diagnóstico en la segunda encuesta, puesto que descartó el error de confundirlas con E. hartmanni, que presenta quistes con menos de 10 micras de diámetro. Estudios recientes que diferencian E. histolytica de E. dispar demuestran que la prevalencia de la primera es de únicamente 1% a 3%. En cambio, Giardia lamblia permaneció con una prevalencia semejante en ambas encuestas: de 12% y 13%, respectivamente.45 Es importante saber que esas parasitosis intestinales estuvieron siempre más altas en la población infantil.

La malaria aún es un problema de salud pública en la mayoría de los países tropicales, puesto que afectó 107 países en el 2004, con una incidencia anual de 300 a 500 millones de casos clínicos, con más de un millón de muertes al año, especialmente de niños menores de cinco años. En África subsahariana se presentaron el 60% de todos los casos del mundo.46 Entre el 2000 y el 2012, las tasas estimadas de mortalidad en el mundo disminuyeron en un 42% en todos los grupos de edad y en un 48% en niños menores de cinco años. La meta de la Asamblea mundial de la salud es reducir las tasas de mortalidad en malaria en un 75% para el 2015.47

La enfermedad de Chagas es prevalente en la mayoría de los países de América Latina y constituye una amenaza permanente para casi la cuarta parte de la población, estimada en 28 millones de personas en el año 2006, las cuales se encuentran en riesgo de adquirir la infección, debido a la distribución geográfica de los insectos vectores y de los múltiples reservorios involucrados en los diversos ciclos de transmisión.48 En Colombia, se estima que alrededor de ocho millones de personas están expuestas a la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas y existen entre 700.000 y 1.200.000 personas infectadas.49 Estudios entre el 2002 y el 2004 en comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta se registran prevalencias hasta del 47% en la población general.50,51

Con el incremento de las enfermedades con deficiencias inmunológicas y el uso de medicamentos inmunosupresores, algunas parasitosis adquirieron especial importancia debido a la actividad oportunista de los parásitos. Este es el caso de la criptosporidiosis y la estrongiloidiasis.

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