Читать книгу Mujeres silenciadas en la Edad Media - Sandra Ferrer - Страница 13

De mi madre...

que mucho me amó y tanto se preocupó de mí

que ella misma me amamantó […]

me cuidó y por ella crecí.

Cristina de Pizán

Detrás de imágenes, iconos, esculturas y leyendas se escondía la mujer real. En el Libro de Horas del duque de Berry aparecen imágenes de mujeres trabajando en los campos con los muros de la ciudad al fondo. Las ilustraciones del libro de Cristina de Pizán, La ciudad de las damas, nos muestran a mujeres trabajando intramuros como albañiles, mientras otras están hilando dentro del hogar. Una miniatura del siglo XIV realizada por Jean Bondol nos acerca a la escena de un parto en la que la parturienta se encuentra rodeada de mujeres. Imágenes que resumen el quehacer diario y real de las mujeres en la Edad Media.

Las auténticas mujeres fueron como Marie y Jeanne. Fueron muchachas que ayudaron en el hogar paterno hasta que tuvieron la edad suficiente para crear el suyo propio. En el campo, donde su vida se convertiría en una dura rutina completada con el trabajo dentro de casa; cuidando de los niños, alimentándolos, tejiendo sus ropas y curando sus dolencias. En las ciudades, siguiendo el mismo patrón, pero en el taller familiar de cueros, de telas, de cerámica. Mujeres fuertes que ya empezaron a aceptar la doble carga de trabajar dentro y fuera del hogar, que pasaban por el duro trance de un embarazo tras otro y volvían a sus obligaciones, hubiera sobrevivido el fruto de su vientre o no. Mujeres que tuvieron que esconder sus lágrimas de madre detrás de la rueca cuando sus vástagos no sobrevivían. Mujeres fuertes que no se rendían y que ayudaron con su esfuerzo a que la economía en el campo y en las ciudades siguiera adelante.

Mujeres que eran analfabetas, que tuvieron que someterse a la voluntad de los hombres y creerse el origen del mal en el mundo. Mujeres a las que se les negó la posibilidad de desarrollar su talento escondido porque no tenían derecho a leer, estudiar, pintar, crear. Pero, en este escenario difícil, algunas demostraron al mundo misógino de la Edad Media que sus teorías sobre las mujeres estaban equivocadas.