Читать книгу Consagración personal a San José - Santiago Arellano Librada - Страница 6

Оглавление

Día 1

Preparación

Muy querido lector:

Hoy comenzamos nuestro mes de preparación para la consagración a San José para que, unidos a este santo y por él a su santísima esposa nuestra Madre la Virgen, podamos ser del todo consagrados a Jesucristo. A ellos tres les decimos desde el principio: Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

San José fue declarado Patrón de la Iglesia universal por el Papa León XIII. El año pasado celebrábamos los 150 años de la proclamación de este título. Este Papa escribe así:

Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial patrono de la Iglesia, y por las que, a su vez, la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús. […] José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural cabeza y defensor de la Sagrada Familia. […] Es, por tanto, conveniente […] que, lo mismo que entonces solía tutelar en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo1.

Los grandes teólogos josefinos como recoge el doctor Francisco Canals Vidal, afirman que el lugar de San José por su matrimonio virginal con María y su relación con Jesús, se encuentra «en el orden hipostático, predestinado para la Encarnación redentora, le constituye según el sentir del pueblo, en padre de la Iglesia naciente en la familia de Nazaret»2.

El papel de San José, está en el orden de la causa de la gracia y es mediador de todas ellas. Así lo manifestó el Papa Pío XI el 19 de marzo de 1935: «José es quien lo puede todo cerca del divino Redentor y cerca de su divina Madre».

En la festividad de San José de 1938, este Papa declaraba lo siguiente:

La intercesión de José es la del esposo, la del padre putativo, la del jefe de familia; no puede dejar de ser todopoderosa, pues nada pueden negarle Jesús y María a José, que les consagró toda su vida y a quien realmente debieron los medios de su existencia terrestre3.

Fíjense, José consagrado totalmente a Jesús y a María es todopoderoso por gracia. Como María y con María, con la que está desposado virginalmente. Al igual que decimos que la Virgen es la Señora del Sagrado Corazón, tesorera de las gracias del Corazón de Jesús, entonces podemos pensar que San José, unido siempre a María, es también mediador de las gracias. Él ha sido puesto como padre de la Sagrada familia y, por tanto, padre espiritual de la Iglesia.

Los Papas le han confiado la Iglesia llamándole Patriarca del pueblo de Dios.

Los patriarcas son los padres y protectores del pueblo de Israel. Nosotros queremos consagrarnos a San José, es decir, ponernos bajo su patrocinio y protección. Queremos pedirle que, como Santa Teresa, sea nuestro Padre y Señor; o como escribió San Francisco de Sales a Santa Juana de Chantal el 19 de marzo de 1614: «San José, es el santo de nuestro corazón, el padre de mi vida y de mi amor».

La consagración es siempre a Cristo, como enseña San Luis María Grignon de Montfort. El bautismo es lo que nos consagra a Cristo y nos hace de Cristo, pero María y José por su función de padres, nos ayudan a llegar a Cristo y a consagrarnos más perfectamente a Él.

Así nosotros en este mes queremos prepararnos para consagrarle nuestros corazones, nuestras familias, nuestra vocación y todo lo que nosotros podamos confiarle: trabajos, parroquias, ciudades… Algunos países han nombrado a San José como su patrono: Austria, Bélgica, Canadá (1624), China (1678), Corea, Croacia, Vietnam, Perú y México (1557).

En las apariciones de Fátima, el 13 de septiembre de 1917, La Virgen anunció a los tres pastorcitos que al mes siguiente vendría San José con el Niño Jesús para bendecir al mundo. Y así fue. El 13 de octubre, el día del gran milagro del sol, narra Lucía en sus Memorias:

Vimos al lado del sol a San José con el Niño, y a Nuestra Señora, vestida de blanco con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir al mundo con unos gestos que hacían con la mano en forma de cruz […] Nuestro Señor parecía bendecir al mundo de la misma forma que san José4.

San José bendiciendo al mundo, haciendo bien al mundo, al lado de María y con Jesús en brazos. Así lo está haciendo continuamente. Y así lo va a hacer con nosotros este mes.

Me contaban las carmelitas descalzas la eficacia de una novena de 30 días a San José, y el milagro que le hizo al Padre Gonzalo Mazarrasa al que llamé para enterarme. Resulta que le comentaron, que había que pedir algo imposible y que al final del mes se realizaría. Él no sabía que pedir y se lo confió a San José.

Él le dijo:

–Lo que tú quieras.

Realizó la oración y al finalizar el mes, le llama su madre y le dice:

–Ya podemos dar gracias a Dios. Tu hermano ha salvado la vida de milagro. (Su hermano es piloto de avión e iba en el vuelo de Aviaco para aterrizar en Granada).

Todavía si uno pone en Internet «avión milagro» sale la noticia que reza así:

El aeropuerto de Granada fue escenario, a las ocho y media de la tarde del 30 de marzo de 1992, de un grave accidente de un DC-9 de Aviaco, procedente de Madrid, que se partió en dos en el momento en que tomaba tierra. Todos los testigos temieron lo peor. Pero solo uno de los heridos sufrió lesiones. Ningún muerto. Desde entonces se le llamó «el avión milagro»5.

Todos, querido lector, vamos en esta vida en un vuelo.

Recemos a San José para que nos proteja. Procura en este día rezar el Santo Rosario y dedicar un momento de silencio a la oración. Medita hoy en San José, bendiciendo al mundo. Pídele que te acoja como especial protector y que te prepare en este mes para consagrarte a él y por él, a Jesús y añade la petición que quieras hacerle en este mes por muy imposible que te parezca.

San José, esposo de la Virgen María, Padre y custodio de la Sagrada familia, celestial patriarca del Pueblo de Dios. ruega por nosotros.

Que Dios te bendiga querido lector y hasta mañana, si Dios quiere.

1. León XIII, Quamquam pluries, (Roma, 15 de agosto de 1889).

2. F. Canals, «San José, patriarca del pueblo de Dios», Cristiandad (1974): 517-518.

3. San Pío XI, Festividad de San José, (19 de marzo de 1935).

4. Lucía de Fátima, Memorias de Lucía, (Madrid: Ed. Sol de Fátima, 1974), 152.

5. La increíble historia del «avión del milagro» que recordó «El Hormiguero»: ABC, (7 de septiembre de 2016), https://www.abc.es/viajar/noticias/abci-increible-historia-avion-milagro-recordo-hormiguero-201609071213_noticia.html

Consagración personal a San José

Подняться наверх