Читать книгу Cómo preparar con éxito la audiencia previa y el juicio oral - Óscar Fernández León - Страница 3
Introducción
ОглавлениеLa actividad diaria de un abogado comprende multitud de tareas de distinta naturaleza que podrían englobarse en distintas categorías (en el despacho-fuera del despacho; trabajo en soledad-interactuando con terceros; trabajo de estudio y redacción- negociación, consejo o actuación en sala; actividad comercial-actividad de gestión, etc) y que difieren debido a múltiples factores que van desde el tipo de actividad que suelen desarrollar (consejo legal, negociación o defensa en juicio) hasta la especialidad (penal, civil, laboral, etc.), sector de actividad (bancario, minero, etc.), tipo y dimensión del despacho, etc. Pero si hay algo que tienen en común todos los abogados, es que su actividad profesional diaria está formada por un conjunto de sub-actividades que solemos realizar todos sin excepción, y que convierten a nuestra profesión en ciertamente compleja y exigente. Pongamos por ejemplo tareas como el estudio, la escritura, el examen de documentación entrante, reuniones, negociaciones, visitas a notarías, registros, administraciones públicas, juzgados, intervención en sala, relación con clientes, gestionar, dirigir, etc.
Sentado lo anterior, la planificación de las actividades diarias se impone como un componente y también competencia esencial de nuestro trabajo, ya que son tantas y diversas las actividades a realizar durante la jornada, sin olvidar los imprevistos, que una organización de las mismas con criterios de prioridad y asignación de tiempos es esencial. La planificación anticipada de las tareas a realizar es fundamental para disponer de un itinerario de actividades para el aprovechamiento del tiempo.
Íntimamente relacionados con la planificación se encuentran los proyectos, que sustancialmente pueden definirse como un resultado con el que nos hemos comprometido y que requiere más de una acción para su cumplimiento. Los proyectos se caracterizan por disponer de un objetivo final, una meta hacía la que enfocar nuestro trabajo y una serie de acciones concretas y tangibles a lo largo del tiempo a través de las cuales nos vamos acercando a nuestro objetivo. De hecho, los abogados, en nuestro trabajo, estamos creando, desarrollando y concluyendo proyectos continuamente. Sin embargo, no solo no nos planteamos esta idea, sino que nos limitamos a desarrollar los distintos proyectos de forma intuitiva desconociendo el gran número de herramientas que, importadas del campo empresarial de la gestión de proyectos, podrían ayudarnos a ser más eficaces y eficientes, ya que a través de éstos organizaremos y estructuraremos mejor nuestro trabajo, la rentabilidad será mayor, se reducirán los riesgos que serán tratados con más rapidez y eficacia, los tiempos de ejecución se reducirán como lo harán los costes de nuestro trabajo y, en definitiva, nuestra capacidad para trabajar eficazmente en diversos frentes se multiplicará.
Sobre la base de estas ideas, la obra que tienes en tus manos, constituye una herramienta para la preparación de la audiencia previa y el juicio como si de un proyecto se tratase, idea ciertamente refrescante, pues los abogados (que disponemos una mente muy racional y analítica) empezaremos a visualizar esta etapa sobre la base de los principios de organización, planificación y gestión del tiempo, componentes éstos vitales para no solo llegar al día del acto judicial con nuestro trabajo bien hecho, sino para facilitar la organización de nuestras tareas diarias de distinto signo, puesto que la preparación sobre la base de dichos principios nos ayudará, sin duda alguna, a ser más resolutivos y eficaces, a la sazón, el sueño de todo buen abogado.
Espero y deseo que os sea de mucha utilidad.
Sevilla, septiembre de 2014.