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IV. LOS DEFECTOS MÁS HABITUALES DEL PERITO EN JUICIO
ОглавлениеVistas las cualidades del perito en juicio, a continuación examinaremos sus defectos más habituales en dicho escenario. Como es lógico, y como no podría ser de otra forma, la mayor parte de estos defectos resultan de los opuestos de las cualidades antes analizadas.
Falta de preparación: Partiendo de que todo perito, por el principio de idoneidad debe disponer de unos conocimientos especializados, el problema en juicio puede venir de la mano de la falta de preparación del perito de la pericia que tiene que ofrecer en juicio. Estamos en el caso similar al de un abogado con unos solventes conocimientos en la materia de su especialidad que no se ocupa de prepararse el caso antes del juicio. Obviamente, esta falta de responsabilidad del perito saldrá a relucir durante el juicio.
Errores en la comunicación: En ocasiones, el perito, nuevamente a pesar de disponer de los conocimientos y de la preparación, se ve imposibilitado de transmitir adecuadamente su pericia al juez, y ello como consecuencia de un deficiente uso del lenguaje verbal y no verbal. Si el perito es un mal comunicador, la pericia carecerá de la necesaria credibilidad.
Falta de autocontrol: El perito debe estar en todo momento centrado y calmado, disponiendo del suficiente autocontrol para no caer en situaciones en las que la controversia técnica durante el interrogatorio se convierta en una discusión subida de tono en la que se falta el respeto y la consideración a quien interroga, máxime cuando la pérdida de los nervios de un perito suele interpretarse como falta de credibilidad, bien por falta de recursos como por imparcialidad3).
Arrogancia: En ocasiones, la personalidad del perito apunta hacia cierta arrogancia, faceta ésta muy negativa durante una exposición pericial, pues sentar cátedra sobre todos los presentes no solo es algo que, por sí, es desagradable y molesto, sino porque el arrogante estará propenso a enfrentarse con el interrogador o a parecer imparcial al no hacer concesiones en cuestiones evidentes a resultas de un dogmatismo mal entendido. Finalmente, un perito arrogante puede ser un perito excesivamente locuaz, y la locuacidad durante un interrogatorio es mala consejera.
Excesiva locuacidad : Hay peritos que, a pesar de haber sido ilustrados por sus abogados, en ocasiones se exceden en su exposición, centrándose en temas secundarios que se alejan de los puntos clave de la pericia. Dicha locuacidad, que no es más que un defecto de comunicación, puede ser muy destructiva si no se corrige a tiempo.
Deshonestidad: Si el perito, de forma consciente, pretende beneficiar a la parte que lo ha contratado (en casos de perito de parte), mintiendo, exagerando o forzando la interpretación de la pericia, estaremos ante un perito deshonesto, parcial y, obviamente, carente de credibilidad.
Desorganización: Si el perito carece de orden, tanto en el uso de los materiales como en el de la exposición y en el del empleo de datos, estadísticas, cálculos, etc., la opinión profesional difícilmente alcanzará su objetivo.
Steven Lubet. Expert Testimony. NIT, 1998.
Recuerdo el caso en el que, en un juicio por graves defectos constructivos en una obra civil, el perito propuesto de adverso, con cierto retraso, apareció en sala con un chándal y una bolsa de deportes de las que sobresalía el mango de una raqueta de pádel. Obviamente, al juez no le gustó nada y el interrogatorio fue ciertamente tenso. Hablando después con el compañero, este me indicó que el perito tenía mal agendada la hora y cuando fue avisado ante la inminencia del juicio, se desplazó directamente al juzgado sin pasar por casa.
En mi trayectoria profesional he vivido varías experiencias de este tipo, en las que el perito, extralimitándose de su función, comienza a defender con verdadera pasión la tesis de la parte que lo ha propuesto, llegando en determinados momentos a actuar con cierta arrogancia y displicencia hacía el abogado que lo interroga. En estos casos, la función estratégica del abogado es asegurarse de que el juez percibe claramente dicha conducta.