Читать книгу Cómo sobrevivir al embarazo siendo papá - Sebastián Groba - Страница 8
ОглавлениеPrimer trimestre: va germinando la arveja que tiene nuestra mujer en su vientre
Primer punto para tocar que nos plantean: “¿A qué obstetra te parece que podríamos ir? Estuve averiguando y fulana tiene uno que me recomendó, pero queda en Recoleta y vos vivís en Tigre”. Pero, bueno, mientras las deje tranquilas a ellas vos reafirmás lo casi ya decidido en forma encubierta porque si tirás la de ir a uno de una cartilla médica te sacan cagando, con lo cual se saca el turno y obviamente vamos con ellas... Sino, siempre acordate lo de las facturas con IVA discriminado, te puedo asegurar que como la AFIP es preferible pagar en cuotas que pagar todo junto en una factura... Vamos a la primera reunión con el obstetra, quien se presenta, la pesa y empiezan entre ella y el doc. a hacer otra vez los cálculos inexplicables hasta llegar a la conclusión de cuánto tiempo hace que estamos embarazados... En el mientras tanto si observás en la sala de espera y prestá atención a esto, no te olvides, fijate cuántas de las mujeres que están ahí embarazadas tanto de meses o semanas y hasta casi a punto de parir están acompañadas por sus parejas... Debe haber más o menos 15 mujeres y 3 tipos que estamos de traje o de ropa de laburo y mirándonos con cara que dice ¿qué hacemos acá?. Encima, para colmo de males, los horarios nunca, pero nunca, van a ser después del horario de trabajo, con lo cual indefectiblemente estás obligado a zafar de tu laburo para ir, aunque no creo que todos tengamos esa posibilidad, depende a qué te dediques o de qué tan comprensivo sea tu jefe.
En dicha visita al doc. nosotros, como somos bastante precámbricos y estamos acostumbrados a que antes nuestras viejas, abuelas, tías, parían sin tantos estudios, tantos análisis, mediciones, escuchas, etc., etc., el médico te dice: “¿Alguna duda?, ¿algo que quieran preguntarme?”, y vos con cara de perro mojado decís: “No, nada...”. Porque realmente no se te cruza nada, no es que lo hacés de mala onda, simplemente que no se te cruza nada trascendental para preguntar. Mejor dicho, lo que quizás preguntarías para ser jodido y hacerle notar a tu mujer lo mala leche que son los comentarios que le hicieron, te despacharías con un arsenal de preguntas sobre todos los comentarios que le metieron en la cabeza a tu pobre mujer y que te aconsejo que ni bien ella te los plantee le respondas: “Pero, bueno, no todos los casos son iguales”. Una salida elegante y conciliadora si las hay... Pero evitá preguntar todo esto al médico porque no tiene sentido irritar a nuestra media naranja...