Читать книгу Учить испанский – это сказочно - Сергей Владимирович Алексанян - Страница 4
Parte I. Las fábulas
1. La zorra y el cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico
ОглавлениеHabía una vez un gran cuervo negro que estaba sobrevolando un campo de centeno. De pronto vio un grupo de labradores que estaban comiendo a la sombra de unos pinos.
“Qué suerte, pensó el cuervo “Seguro que estos campesinos dejan algo de comida” y por eso se posó sobre una rama, justo encima de ellos.
Después de un rato los campesinos se fueron a trabajar y olvidaron un gran trozo de queso.
“Qué bien que he esperado “pensó el cuervo y se lanzó a recoger el queso con el pico. “Qué listo soy”. Inmediatamente volvió a su rama y cuando estaba a punto de empezar a comer, una zorra salió del campo de centeno.
– ¡Qué olor más bueno! – dijo-. Se le hacía la boca agua con aquel olor que venía de la copa del árbol. Entonces vio al cuervo con su hermoso trozo de queso en el pico.
A la zorra le gustaba mucho el queso y era muy astuta. Así que le dijo:
– ¡Qué pájaro tan bonito eres, cuervo! ¡Con tus plumas tan brillantes y negras, tu pico tan afilado y tus ojos tan redondos!
Al cuervo le encantaron estos halagos. Con la cabeza muy erguida, se fue hinchando como un globo y comenzó a moverse por las ramas esperando recibir nuevos cumplidos. Y así fue. El cuervo escuchaba atentamente y disfrutaba de los lindos piropos que le decía el zorro.
– ¡Vaya! – Pensó – Nunca me habían dicho cosas tan bonitas ¡Qué zorra más simpática!
La zorra continuó con los halagos.
– Un pájaro tan bonito como tú debe tener una voz maravillosa – le dijo la zorra astutamente-. ¿Quieres cantar para mí? Me encantaría escuchar tu canto.
Al escuchar esto, el cuervo sacó pecho, abrió el pico y lanzó un fuerte graznido. El pedazo de queso se le cayó de la boca, y fue a parar a las fauces de la zorra, que estaba debajo esperando este momento.
– Gracias, querido – exclamó-. Ahora ya sabes cuál es el precio de la vanidad. Y sin parar de reír se zampó el queso.
Moraleja: esta fábula nos enseña que hay que tener cuidado con las personas que nos adulan y nos hacen demasiados halagos sin motivo, porque a lo mejor sólo pretenden engañarnos y conseguir algo de nosotros.