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1.5.3. Aprendizaje colaborativo y fans

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En este ecosistema de debate y discusión, los fans están, al mismo tiempo, generando y desarrollando nuevos espacios de aprendizaje. Cuando terminó la tercera temporada de la serie The Leftovers (2014-2017), el final abierto provocó tal división de opiniones que la comunidad fan (o fandom) de la serie comenzó a elaborar en la red social Reddit numerosos y largos artículos bien argumentados para defender una de las dos posturas que explicaban el cierre de la historia. Posteriormente, los medios de comunicación convencionales recogerían estas elaboradas teorías para construir sus análisis y críticas del final de la serie. Los fans de The Leftovers estaban haciendo un gran trabajo analítico (y de relectura/revisionado) para descifrar, interpretar, traducir y argumentar los dos –supuestos– finales que planteaba la serie.

Westworld vivió un caso similar de interpretación y discusión digital. La complicada narrativa fragmentada y no lineal de la serie hacía muy complejo su seguimiento semana a semana. Mediante reconstrucciones temporales en YouTube o podcasts que analizaban y diseccionaban al detalle cada capítulo, los fans de Westworld construyeron un saber enciclopédico necesario y muy útil para aproximarse al visionado de esta narración serial.

Esto es muy interesante y obvio también en el caso de Juego de Tronos, que ha fomentado la aparición de microcomunidades de aprendizaje en la que seguir explorando, aprendiendo y enseñando a otros el complejo universo de la serie. Jenkins se refiere a esto como un “impulso enciclopédico” en los espectadores fans (2013), que desarrollan blogs, webs, wikipedias y podcasts para desmenuzar, analizar y profundizar cada uno de los episodios de la serie. Jason Mittell habla de una experiencia narrativa lúdica en la que el espectador fan se confunde con un “forense” (forensic fandom) que investiga, colabora e interpreta los textos audiovisuales (2009).

En estos casos, se observa una pasión por el conocimiento que permite una mayor inmersión en el contenido que se está consumiendo. Grandío (2016) habla del caso de El Ministerio del Tiempo y de cómo la web de la serie en RTVE.es desplegó toda una serie de contenidos para conseguir una mayor implicación de la audiencia que buscaba algo más que un episodio semanal. En el caso de esta serie, y como ya se ha comentado antes, el espectador fan que empatizaba con la historia y sus personajes podía, al mismo tiempo, realizar una especie de programa formativo online en paralelo al consumo de la serie. Así, aunando la información del episodio con el resto de piezas transmedia, el espectador ministérico estaba profundizando y aprendiendo la historia de España.

De una forma similar, y tomando la participación de espectadores activos, es interesante destacar de nuevo el webdoc En la brecha que incluye una sección (“Otras historias”) que permitía a espectadoras que subiesen su propia historia sobre desigualdad en el trabajo. De esta forma, la “fotografía general” del webdoc es un gran mosaico compuesto de historias personales, muchas de ellas creadas por usuarios comprometidos con el documental. Igualmente, en Lo que hicimos fue secreto, los espectadores podían contribuir, mediante un hashtag, a recomponer la historia del punk en España, subiendo contenido relacionado como portadas de discos, prensa etc…

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