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Introducción

«Lo que sabemos es una gota de agua;

lo que ignoramos es el océano».

Isaac Newton

Egipto, la Puerta de Orión es la tercera entrega de la saga el Santuario de la Tierra1, donde nos encontramos ante una nueva aventura sobre los secretos del origen de la humanidad a cargo de Esperanza Gracia, joven arqueóloga peruana graduada por la Universidad de San Marcos en Lima, con una maestría y un doctorado por la Universidad de Chicago, quien se hiciera famosa por sus teorías y descubrimientos en la Isla de Rapa Nui, o Isla de Pascua, en la Polinesia sobre las oleadas migratorias y la población, tanto maorí como de origen sudamericano, y que no solo reivindicó la sabiduría ancestral del pueblo rapanui, sino que sus hallazgos la llevaron a cuestionar todo lo establecido y encarar una innegable realidad como fue el movimiento de las culturas prehispánicas sudamericanas, insufladas del mismo espíritu de aventura y sed de descubrimientos que sus pares europeos, a la par que la verificación de la existencia y visita en tiempos antiguos de los extraterrestres a aquella remota isla del Pacífico.

Entre los méritos de este carismático personaje, que representa a la mujer de la nueva era, está el haber explorado las selvas del Manu en el Madre de Dios (Perú), buscando y encontrando la famosa ciudad perdida de los incas, El Paititi, llegando a conectar con sabios maestros intraterrenos, representantes de una antigua hermandad secreta, quienes le dieron a conocer otra versión sobre los orígenes de la humanidad, la cual nos revela un plan cósmico con intervención extraterrestre y el rol protagonista de nuestro planeta en el concierto de los mundos. Otra de las contribuciones y logros de esta profesora está en haber ayudado a interpretar e identificar los secretos y misterios de un antiguo libro prehispánico, o códice mexica, que contendría el destino y la gran misión de México como faro de luz en los cambios mundiales, y que tenía que saberse y darse a conocer en este tiempo.

En las obras anteriores, El Santuario de la Tierra y El Códice Mexica, la joven investigadora va descubriendo la existencia de otras realidades, como la reencarnación o las vidas sucesivas, así como la de una predestinación que sitúa a cada persona ante una tarea previamente acordada o impuesta por jerarquías espirituales para ayudarnos a evolucionar, y a la vez para ser útiles en el crecimiento colectivo de la humanidad hacia el conocimiento del origen, el por qué y el para qué de nuestra existencia.

A través de las vivencias de Esperanza nos vamos familiarizando con la existencia de un gobierno oculto planetario y de una serie de sociedades secretas vinculadas a él, que laboran, unas para el despertar de conciencia de la humanidad, y otras para mantener la ignorancia y la inconsciencia general, asegurando con ello su dominio y control.

Durante sus exploraciones e investigaciones, la joven doctora descubre que sus mecenas y patrocinadores pertenecen a algunas de las familias de mayor abolengo de Alemania e Inglaterra, que, junto con gente muy poderosa de los Estados Unidos, y a nivel mundial, conforman una sociedad secreta de místicos convencidos de que existe una dualidad en la que el máximo dios es Lucifer, y cuyos antepasados eran hombres-serpiente o seres reptilianos procedentes de Orión, que llegaron a la Tierra en calidad de guardianes y vigilantes hace 26.000 años de los nuestros para mantener un plan previsto por el Consejo de los Veinticuatro Ancianos de la Galaxia, o Gobierno de la Vía Láctea y el Gobierno de los Nueve de Andrómeda, que es el Consejo Superior de la Galaxia Central del Grupo Local, que habría seleccionado a la Tierra junto con otros siete planetas más para un experimento sociológico, antropológico y metafísico. Nuestro mundo fue escogido porque era un planeta sin futuro, ya que en pleno proceso de formación se destruyó y desapareció totalmente debido a violentos impactos de lluvia meteórica más de 1.200 millones de años atrás.

Las civilizaciones extraterrestres han avanzado mucho a nivel mental y tecnológico pero a costa de sacrificar las emociones y los sentimientos. Pareciera difícil de creer que entidades tan evolucionadas hubieran decidido aparcarlos a un lado después de largas guerras y conflictos, y que finalmente se hayan dado cuenta de que los necesitan para seguir evolucionando en lo espiritual. Aquí en la Tierra las pasiones y los deseos se manifiestan en una etapa inicial de la vida del ser humano, y es un error pensar que el desarrollo racional debe llevarlas a ser neutralizadas o desarraigadas del proceso de conocimiento, crecimiento y aprendizaje, ya que la emoción y el sentimiento, bien orientados, encumbran al ser humano a los niveles más elevados. Y eso es lo que esos seres vinieron a recuperar aquí a través de la observación y la experimentación.

Siendo el tiempo del universo como una espiral ascendente, algunas civilizaciones extraterrestres recibieron la autorización de jerarquías cósmicas para venir a la Tierra a través de portales dimensionales antes de que esta muriera, impidiendo que lo hiciera, creando con ello un tiempo alternativo paradójico que se ha venido trenzando con el real tiempo del universo. Pero durante la segunda oportunidad que se le dio a este planeta, y durante el desarrollo del plan, los niveles de interacción de las razas alienígenas como interventores, y de la humanidad como intervenida, fueron más allá de lo que estaba previsto, produciéndose una inesperada desviación del proyecto y con ello la disidencia de algunos de estos guardianes y vigilantes de apariencia reptiliana, temerosos de que el experimento se descontrolara por el potencial manifestado por el ser humano. Esto llevó a la crisis del experimento planetario conduciéndolo al borde de su cancelación y provocando un conflicto cósmico de grandes proporciones que llevó a la deportación de los líderes de la disidencia a nuestro propio mundo.

Originalmente estaba previsto crear una fuerza antagónica de oposición que dificultara al máximo el acceso a la información y presionara tanto a los seres que los obligara a extraer de lo más profundo lo mejor de sí y canalizar con ello sus aptitudes. Por eso se permitió la presencia de los disidentes en la Tierra.

Los exiliados, con el paso del tiempo murieron en la Tierra, quedando sus almas atrapadas aquí como espectros, siendo capaces de manipular psíquicamente a gente llena de frustraciones y resentimiento, o débil de carácter y voluntad, a la que usaron para sus fines, como crear el caos y llevar a la humanidad hacia la autodestrucción, para procurar con ello liberarse de su prisión.

En la segunda mitad del siglo XVIII surge en Europa una sociedad secreta oculta conformada por sirvientes de los exiliados. Esta organización encubierta actuaría como un gobierno interno negativo planetario, auto-denominándose «los Illuminati».

Para mantener el equilibrio planetario, un grupo de treinta y dos seres extraterrestres de alto nivel de evolución descendió al desierto del Gobi en Mongolia y allí fundó la mítica Shambala hace unos 12.000 años de los nuestros. Prepararon a gente de la Tierra para que con el tiempo los reemplazaran a ellos y ocuparan el simbólico puesto 33, actuando como guardianes de los Archivos Ocultos de la Historia Planetaria, con miras a que más adelante la humanidad entera tuviera acceso a dicha información. Esta gente llegarían a ser los miembros de la Orden Blanca o Gran Hermandad Blanca de los Retiros Interiores.

Los Illuminati se han enfrentado a lo largo de los siglos a diferentes crisis de poder habiéndose hecho ellos mismos con el poder para administrarlo adecuadamente conforme a sus propios intereses, procurando por encima de todo el control absoluto de la información y orientación de las corrientes de pensamiento y hasta de la moda. Su filosofía ha girado en torno a la creencia de que tanto el poder como el conocimiento deben estar en pocas manos, pero en las que consideran adecuadas y convenientes para poder fiscalizarlas y controlarlas.

Los Iluminados se consideran a sí mismos los únicos capaces de establecer e imponer el «Nuevo Orden Mundial». Por ello a lo largo de la Historia han venido controlando las grandes instituciones vinculadas a la política, la educación, la justicia, la salud, los derechos humanos, el comercio y la economía. No todos pueden ni deben llegar al nivel que ellos manejan, porque, según los Illuminati, esto depende de la selección y predestinación que ellos controlan.

La Tierra es un planeta entre miles de billones de mundos esparcidos por el vasto universo material en el que nos encontramos, pero que fue elegido por ciertas características muy especiales. Fue seleccionado dentro de lo que se ha venido a llamar el «Plan Cósmico», junto con otros siete planetas de una categoría llamada «UR», para experimentar aquí la emoción y el sentimiento. Los planetas UR son planetas donde ingenieros genéticos extraterrestres experimentan con patrones nuevos de evolución.

Muchas civilizaciones de otros mundos han avanzado tanto y tan rápido que en el camino dejaron de lado los sentimientos y las emociones para sobrevivir a graves diferencias y crisis de crecimiento. Avanzaron mucho, pero se estancaron evolutivamente.

La Tierra era un planeta ideal para la experimentación por sus condiciones de diversidad y dinámica interna. Pero en su proceso evolutivo se destruyó totalmente y desapareció físicamente. Sin embargo se le dio una segunda oportunidad para poder experimentar aquí patrones nuevos de evolución distintos a los del común denominador de otros planetas.

Al haberse destruido, hubo que buscar este mundo a través de ventanas del tiempo para localizarlo antes de su destrucción. Una vez encontrado, el portal quedó abierto, y al interactuar en él, ambas realidades empezaron a correr paralelas. Según esto, el tiempo en el universo no es lineal sino una espiral ascendente, como las espirales del ADN. En una de las curvas de la espiral, la Tierra murió y desapareció, siendo seleccionada por su condición ideal de ser originalmente un planeta de gran biodiversidad aunque sin futuro, creándosele un futuro alternativo.

Pero aquellos interventores que participaron del experimento vieron que uno a uno los otros siete planetas seleccionados en igualdad de condiciones se volvían a destruir o se estancaban evolutivamente. El único de los mundos implicados en el Plan que parecía tener posibilidades era la Tierra, por lo que concentraron su atención aquí. Pero algunos de estos interventores, en contacto con la humanidad, se vieron afectados por las emociones y los sentimientos, por lo que temieron que si dejaban que los acontecimientos siguieran evolucionando, el imprevisible futuro de la Tierra podía poner en peligro el orden universal. Los seres de este mundo podíamos llegar a evolucionar tanto que podríamos llegar a tomar conciencia de que vivimos en un tiempo alternativo y que existe un tiempo real con el que podríamos conectar, y esto acercaba la posibilidad de que ambos tiempos se juntaran más adelante, creando una tercera realidad o un nuevo tiempo. El orden cósmico se podría modificar tanto que el cambio sería incontrolable. La idea era experimentar aquí e incorporar allá, y luego cancelar esto para que todo ello no afectara negativa ni radicalmente a la otra realidad. Finalmente sería como si la Tierra nunca hubiera existido.

La historia demuestra que la actuación e intervención en el experimento han sido mayores de lo que estaba previsto, y las consecuencias también. Por todo ello, solo quedaban dos posibilidades: una era cerrar definitivamente la ventana dimensional antes de que la paradoja empezara a afectar a toda la Creación; y la otra, si no hubiese vuelta atrás, seguir adelante con los acontecimientos reproduciendo en la mayor medida posible el estado anterior de cosas. Y esa ha sido la idea de los Illuminati que ha prevalecido después de la sincronización de los tiempos profetizada por los mayas para el 21 de diciembre del 2012.

Desde el inicio del Plan Cósmico, y aún antes, hubo diferencias de opinión entre los interventores sobre cómo hacer que se desenvolviera el proceso y hasta dónde llevarlo. Las diferencias fueron haciéndose más y más profundas, hasta el punto de que la tensión degeneró en guerras cósmicas, en las que hubo vencedores y vencidos. Los líderes de los vencidos fueron exiliados a este planeta. Ellos eran los seguidores de Satanel, un ser de apariencia reptiliana procedente de Orión y líder de una de las facciones en pugna. Satanel era a su vez el sumo sacerdote de Lucifer, un ser ultraterrestre de un universo paralelo.

Satanel consideraba que a pesar de que la Tierra se encontraba en una paradoja espacio-temporal era posible que el potencial de los seres humanos les hiciera ser capaces de descubrir la otra realidad, con lo que procurarían viajar al otro lado del espejo, traspasándolo. Como en la historia de Alicia y el espejo de Lewis Carroll, donde se sugiere un viaje a través del espacio-tiempo, lo que podría poner en peligro la existencia del real tiempo del universo, generando una reacción de cambios en cadena.

Los que fueron dejados aquí en el exilio al principio tuvieron muchas prerrogativas, pero su comportamiento con los terráqueos no fue del agrado de los demás guardianes y vigilantes, que lo juzgaron de arbitrario, lo que llevó a que se extremaran las condiciones de su encierro aislándolos definitivamente, por lo que murieron tiempo después, quedando sus almas y espíritus encapsulados en esta realidad de tercera dimensión. Con el tiempo se las ingeniaron para liberarse, y algunos hasta lograron encarnar en este mundo en cuerpos humanos. Más adelante se fueron haciendo con el poder y el control político y económico, procurando frenar el avance consciente de toda la humanidad para evitar la reconexión de los tiempos.

Algunos Illuminati son esos mismos espíritus reencarnados ansiosos de liberarse de este mundo y este tiempo; otros son solo servidores que han aceptado unirse a ellos y disfrutar de todos los lujos y placeres de la ilusión de esta vida a cambio de servirlos. A ellos no les importa si su liberación trae consigo la destrucción planetaria.

Satanel sabía que la humanidad tenía un potencial sin límites que podía cambiar el destino de este mundo y de todo el universo, y por el temor que nos tuvo lideró una rebelión contra el Plan Cósmico.

El 21 de diciembre del 2012, según la rueda de los Baktunes de los mayas, se produjo el final de un ciclo cósmico coincidiendo con un pulso de energía de luz violeta –que es la energía de la transmutación y el cambio– procedente del centro de la galaxia, que facilitó la reconexión de los tiempos mediante la apertura de un agujero de gusano dimensional. Esto ha significado la entrada de nuestro planeta en otra realidad espacio-temporal; ya estamos en el momento cósmico en que esta reconexión se ha producido, pero el tránsito es gradual y el portal se irá abriendo cada vez mucho más. Y esto viene acompañado de un mayor nivel de consciencia de la humanidad, que va despertando poco a poco a pesar de la fuerza de oposición.

Los líderes de los Illuminati encontraron en Esperanza Gracia una científica con una inteligencia superior, gran capacidad deductiva, pero a la vez un ser humano con gran sensibilidad e intuición para manejar su potencial paranormal. Y eso los llevó a darle todas las facilidades para que ella fuera la punta de lanza que les permitiera acercarse y llegar a lugares que controla La Orden Blanca, donde se guardan los archivos del conocimiento humano. La intención de los Illuminati era usar a la doctora Esperanza Gracia para apoderarse de información o destruirla, y así anticiparse a la adquisición de objetos de poder para desequilibrar el equilibrio de fuerzas.

Al haber viajado las naves a través del tiempo y el espacio para experimentar con los planetas del Plan Cósmico en la cuarta dimensión, estos viajes abrieron portales entre dimensiones, que a la vez abrieron otros, siendo difícil después localizar el portal correcto de regreso. Por ello se requirió crear unos discos de un oro casi traslúcido y alquímico, a manera de espejos dimensionales, que constituían un mecanismo para poder encontrar los portales correctos, fluir por ellos entre las dimensiones y volver a la fuente de origen. Uno era grande y principal, y doce eran discos menores que alguna vez estuvieron incorporados en el principal.

En un primer momento todos encajaban en el más grande, pero después los discos menores debían ser colocados en puntos estratégicos de la Tierra, donde se conectarían con las corrientes de energía planetaria convirtiendo este mundo en un faro energético.

Para la confección de dichos discos se necesitó la combinación de varios metales, siete precisamente. Pero no era suficiente la mera aleación de los metales; se requería que en su fabricación interviniera una combinación de voces y sonidos, mentes y corazones del planeta y de este tiempo alternativo.

El disco principal, forjado en Los Altares, en el Chubut, Argentina, en la época de Lemuria, se encuentra actualmente en el Paititi en las selvas del Manú, en el Madre de Dios en Perú. Fue extraído de un templo en el lago Titicaca, y de allí fue llevado tiempo después al templo del Coricancha en el Cusco y finalmente rescatado y trasladado por los sacerdotes de los últimos incas a las selvas del Madre de Dios.

El faro ha estado apagado durante mucho tiempo para no brindar información al gobierno oscuro. Porque el portal podría haber sido empleado, no para la reconexión de los tiempos sino para que los Illuminati usaran a la humanidad para regresar a su lugar de origen.

Los Illuminati conocían la zona donde se encuentra el umbral correcto para su retorno y hacia dónde conduce, pero no el lugar preciso ni el momento adecuados para intentar el tránsito, ni tenían el poder para accionarlo. Ellos por su parte no querían que la humanidad supiera todo esto, y menos aún que directa o indirectamente bloqueáramos su fuga. Hasta podía darse el caso de que nosotros cruzáramos un umbral similar antes de que lo hicieran ellos tras la activación del portal del Paititi con varios viajes que se hicieron entre 1989 y el 2018 (viajes que realmente se efectuaron), y el traspaso ocurrió gracias a la masa crítica despertada en buena parte de la humanidad a nivel planetario el 21 de diciembre del 2012.

Sin duda de nada hubiera servido que unos pocos conocieran el posible tránsito dimensional si no se llegaba a una masa crítica planetaria capaz de entender nuestra realidad alternativa, la utilidad de traspasar el umbral reconectando los tiempos y la posibilidad de crear entre todos una decisión unificada de elevarnos vibracionalmente.

Era un número simbólico y a la vez estadístico, «144.000 individuos», el que debía lograrse para conseguir el traspaso de gente que creyera en el cambio, se comprometiera con el cambio y fueran ellos mismos agentes de cambio y transformación. Pero no era fácil en este mundo, donde parecían imperar el miedo, el desaliento y la negatividad, conseguir ese número de personas que tuviera la consciencia despierta y se mantuviera despierta pensando de forma positiva. Además, los Illuminati no lo iban a permitir…

Sin embargo, cada día hay más gente comprometida despertando sus propias conciencias y generando reacciones en cadena a su alrededor; de ahí que el 11 de noviembre del 2011 se unieran con una misma intención, no ya 144.000 personas, sino varios cientos de millones de personas a nivel mundial, orando y meditando por el planeta, llegando a modificar profecías y hasta evitando que una tormenta solar anunciada por la NASA friera literalmente el planeta el 5 y 6 de marzo del 2012. El ser humano tiene un potencial sin límites, al ser una versión corregida y aumentada de sus progenitores, lo que nos hace capaces de abrir a voluntad portales entre dimensiones.

En esta historia, Esperanza representa a la humanidad y ella es la llave, y no tanto los cristales o el disco solar. Su voz, sus sentimientos y sus emociones resuenan en el disco solar de Egipto para que exista la posibilidad de que se abra el umbral o Puerta de Orión.

Esperanza Gracia, desde el primer momento en que se enteró de quiénes eran sus patrocinadores y qué querían de ella, entró en conflicto. Por su mentalidad y formación científica le resultaba difícil lidiar con un grupo de místicos encasillados en el siglo XVIII de ideas conspiratorias, pero las evidencias que ella había palpado en la Isla de Pascua relacionadas con el fenómeno Ovni y los seres reptilianos le hicieron ver que había mucho de realidad de por medio. Y más aún cuando llegó a Paititi en las selvas del Manú y entró en una profunda caverna donde interactuó con la Orden Blanca, pudiendo constatar la existencia del disco solar y los anales de la historia oculta planetaria. También en México, en la zona de Tepoztlán Morelos, pudo ingresar dentro de una caverna donde llegó a apreciar la existencia de sarcófagos que contenían cuerpos alienígenas.

Los hallazgos y el conocimiento a los que había tenido acceso hasta ahora la colocaban en la disyuntiva de alinearse o no definitivamente con esa sociedad secreta, aceptando todas las prebendas, lujos y beneficios de semejante servicio, lo que supondría darle la espalda a la humanidad y estar hipotecando su alma. Pero de no hacerlo se estaría creando el peor de los enemigos, que podría destruirla a ella y a todos aquellos a los que amaba.

El conocimiento siempre es liberador y un arma poderosa, y ahora más que nunca es necesario que esté en manos responsables y sea accesible a todos, porque es entonces cuando la gente piensa y se cuestiona si está tomando las mejores decisiones.

En esta ocasión Egipto es el escenario de estas insólitas aventuras, así como algunos de los más importantes yacimientos arqueológicos de Europa. Durante esta nueva sucesión de viajes, nuestra arqueóloga se encontrará con el espacio ideal para realizar un sinfín de nuevos descubrimientos que podrían aportar claves reveladoras para terminar de entender el proceso humano y su interacción con civilizaciones alienígenas, y a la vez generar el gran cambio de la humanidad. Pero no será solo Egipto, sino muchos los lugares interconectados entre sí los que aportarán y deberán ser visitados para unir las piezas de este gran rompecabezas donde se está jugando el futuro planetario y la instauración de un nuevo orden cósmico.

El autor

1 El Santuario de la Tierra, del mismo autor, publicado por editorial Kolima en el 2017, es el primer título de la saga, seguido de El Códice Mexica, editorial Kolima 2018.

Egipto, la Puerta de Orión

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