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Introducción
Оглавление“¿Quisieras renunciar a tu independencia en el Día de la Independencia y convertirte en mi esposa?” Esta fue la propuesta de matrimonio de Bob. Cuando dije sí, le dije sí a estar en el ministerio, y sabía a lo que me estaba metiendo, ya que él estaba estudiando para pastor. Comencé mi nuevo rol como esposa de pastor creyendo que Dios me había preparado y dado el deseo de ayudar a un hombre llamado al ministerio; era la conclusión de una vida de deseo y oración. Quizás jamás soñaste ser una esposa de pastor y fuiste atrapada por sorpresa cuando tu esposo cambió de carrera y entró al ministerio.
Asumo que si estás leyendo este libro, como fuera que hayas llegado al ministerio, aquí estás y ¡eres la esposa de un hombre en el ministerio! Te veas o no como una mujer talentosa o preparada para este rol, Dios te ha puesto junto con tu esposo intencionalmente y con un propósito para que fueras su pareja, como la ayuda de tu esposo, “ayuda idónea para él” (Gen. 2:18). Y es una certeza que Dios te dio a tu esposo de la misma forma que le dio Eva a Adán, fuiste dada a él para que le ayudaras a realizar el ministerio al cual Dios lo llamó.
Después de conversar con muchas esposas de pastor, sé que a veces es difícil ver nuestra ayuda como algo significativo. La mayoría de lo que hacemos se hace tras bambalinas, así que nadie observa o escucha de nuestro servicio, y gran parte de nuestro servicio es ayudar a nuestros esposos, lo cual repito, es algo que no lo observan los demás. Pero la Biblia dice que nuestro rol es extremadamente vital para el reino de Dios, y mi esperanza es que pueda animarte y afirmar tu contribución valiosa a la obra de Dios.
Dios ha escogido colocar su preciada grey en las manos de pastores y ancianos quienes son Sus co-pastores (1 Pedro 5:1-4). Estos hombres casados no podrían llevar a cabo su misión sin la ayuda de sus esposas; asociados con ellas pueden cumplir el rol de proteger y nutrir a la grey para que cuando “el Príncipe de los pastores aparezca, vosotros recibiréis la corona de incorruptible de gloria”. Eso significa que tendrás una parte de la recompensa que recibirá tu esposo por su servicio.
Es un honor y privilegio estar unida de por vida con un hombre dedicado al servicio de Cristo para el más alto propósito—construir Su iglesia. Para mí, esta bendición se ha extendido por más de tres décadas y no cambiaría mi vida por ninguna otra. Claro, ha habido días en que…
La verdad es que probablemente necesites un poco de ánimo—una inyección de energía. Puedes estar preocupada por estar en el frente de batalla. Podrías estar comenzando como mi hija, quien es una joven esposa de misionero y necesita a alguien que haya pasado por ese camino, y que le pueda señalar los obstáculos e iluminar el camino. Tal como una esposa de misionero de un tiempo anterior le escribió a una amiga,
Me encanta conversar, escribir y reflexionar; es el deber como hijos de Dios, reprender, incentivar y animar a otros en su caminar en este mundo. Cada cristiano tiene dificultades, tentaciones que enfrentar y una guerra que alcanzar, cosas que los del mundo no afrontan. Si los peregrinos que están en el mismo país lejano se pueden consolar unos a otros y endulzar este camino rocoso, conviviendo como familia, entonces no deben descuidar hacerlo así.
Mi primera herramienta de aliento será la todo suficiente palabra de Dios que anima, dirige y consuela eternamente, la cual todavía es relevante en el siglo veintiuno. La Escritura debe ser nuestra brújula en un mundo de cambios en su ambiente social y cultural, y de desafíos éticos y teológicos. Compartiré experiencias y lecciones que he aprendido durante mi vida como esposa de pastor; así mismo, compartiré las ideas e inspiración de las vidas de mujeres durante la historia de la iglesia, quienes han hecho una gran contribución.
Una de esas grandes mujeres es María Taylor. Todas las cualidades de una esposa de misionero las encontró Hudson en María. Amaba tanto a Dios que ella decía que, a pesar de su amor por Taylor, ella no estaría dispuesta a casarse con él si la amara más a ella que a Jesús o si quisiera dejar el trabajo a Dios por el honor que otorga el mundo. Fue su ayuda en numerosas ocasiones, hablaba chino con fluidez y dirigía una pequeña escuela, lo cual fue la fuente de un escaso sueldo para que Hudson pudiera establecer su primera iglesia. Ellos no recibían ningún ingreso fijo como misioneros. Fueron los pioneros de la gran obra en China, cuyos esfuerzos guiaron el camino a las misiones de fe. Hudson y María eran un equipo. “Indudablemente, el factor primordial en su matrimonio fue que ambos eran igualmente leales a su vocación; sin María, Taylor no se habría embarcado en esta clase de trabajo”.
Tú también, querida hermana, tienes un rol significativo en la vida y en el ministerio de tu esposo. Tú también puedes ver a Dios hacer grandes cosas a través de tu fidelidad y de tu apoyo amoroso. Debido a que ya he estado en tus zapatos, sé que no es fácil. Es un rol demandante, pero todas estamos juntas. Tenemos una especie de hermandad por lo que compartimos mutuamente. Nuestros retos son casi iguales, sin importar el tipo de ministerio, o su ubicación y tamaño.
Tenemos muchas dificultades que soportar junto con nuestros gozos y recompensas. Para completar este rol demandante, necesitamos una de la otra, compartir tanto cargas como logros; es una visión por la cual vale la pena entregar nuestras vidas. Podemos vivir con nuestro mayor potencial por el reino de Dios a través del poder del Espíritu Santo.
El título de este libro, En unión sagrada con un Pastor, envuelve lo que creo es la clave para una vida plena como esposa de un ministro; expresa la relación que tienes con tu esposo y con Cristo. Estar unido a ambos es la clave. Como creyentes somos uno con el Buen Pastor, quien compró Su grey por su muerte en la cruz; apartados de Él, nada podemos hacer; si permanecemos en Él, podemos lograr muchas cosas. Así mismo, cuanta mayor unidad haya en nuestro matrimonio con un pastor del rebaño del Señor, mayor efectividad tendremos en nuestro llamado personal.
¡Cuánto fortalecimiento hay en la unidad unos con los otros y con el Señor! “Y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Ec. 4:12). Cuanto mayor unidad haya en nuestros matrimonios, mayor gozo tendremos, nuestros esposos serán más efectivos y la iglesia de Cristo será fortalecida. Confío en que este libro sea una ayuda para llegar a ese fin. No tengo todas las respuestas; yo misma estoy en este camino buscando con fe, buscando guía en Dios y Su palabra– todo para la gloria de Dios y ser gloriosamente uno con el pastor.
— Mary Somerville