Читать книгу Organización familiar en la vida urbana - Tania Zohn Muldoon - Страница 16
GP5 FIU, familias indígenas urbanas
ОглавлениеEste grupo se eligió con el interés de dar cuenta de las variantes que viven estas familias, aun cuando en aspectos de ingreso y recursos educativos se pueden asemejar al grupo de familias de recursos limitados, sin embargo, por investigaciones previas se consideraba que habría diferencias en las prácticas culturales de vida y de crianza relacionadas con prácticas indígenas.
El grupo en particular se eligió bajo el criterio de que todas las familias tuvieran antecedentes o herencia de un mismo grupo indígena ya que sus prácticas de vida pueden variar entre diferentes comunidades indígenas. En este caso, participaron 10 familias de origen o herencia P’urhépecha de una comunidad o colonia en las orillas de la ciudad y 13 niños y niñas de estas familias. Las familias se contactaron con la ayuda de un grupo jesuita que realiza labor social en esta colonia.
En este grupo se redujo el contenido de la entrevista y no se preguntó sobre el ingreso económico, pero el nivel de escolaridad promedio de los padres de estas familias, incluyendo a una madre en una familia monoparental y en una ampliada, es de 5 grados escolares (rango 2–9).
Los contactos para invitar a las familias se hicieron a través de escuelas y otras instituciones relacionadas. Se enviaron comunicaciones informativas acerca de la intención de la investigación en donde se solicitó a los padres su participación voluntaria, así como la de sus hijos en el rango de edad entre 8 a 11 años. Una vez que la familia accedió a participar, se acordó una cita para visitarlos en sus casas.
Al inicio de la sesión acordada, se les leyó y solicitó que firmaran la carta de consentimiento informado que reiteraba la explicación de los motivos del proyecto, y se les aseguraba la confidencialidad.
En el caso de los niños y niñas, además de obtener primero el consentimiento de los padres, se les preguntó de forma oral si estaban dispuestos a participar y si estaban de acuerdo en que se grabara la entrevista. Tanto a padres de familia —en algunos casos también a otros participantes como las abuelas— como a niños y niñas se les indicó que podían no responder, o bien, interrumpir su participación en cualquier momento del proceso.
Las entrevistas se diseñaron con las variantes necesarias para aplicarlas a familias biparentales y monoparentales. En el caso de las familias monoparentales, no se preguntaron los datos del padre o madre que no formara parte del hogar familiar.
Las entrevistas para familias con hijo con discapacidad, familias con hijo en albergue y familias indígenas urbanas, incluyeron otras preguntas para obtener datos relevantes acerca de sus situaciones particulares de vida, datos que no eran pertinentes para los otros grupos de familias. Para no alargar demasiado la entrevista que de por sí era extensa, se tuvieron que eliminar algunas otras preguntas.
El tema del suicidio no se incluyó en el caso de las familias con hijo con discapacidad, pero sí en el caso de las familias de los otros grupos culturales. Dado que este tema es delicado, y se abordaba tanto con los padres entrevistados como con los hijos o hijas participantes, se obtuvo otro consentimiento en particular para esta sección de la entrevista.
El procedimiento de solicitud del consentimiento incluía, además de una explicación acerca de la relevancia de investigar este tema, una explicación acerca del tipo de preguntas para los adultos y de las preguntas que se harían a sus hijos, de tal manera que se pudiera tomar una decisión informada con respecto a que se incluyera esta sección en las respectivas entrevistas.
Los y las entrevistadoras recibieron un entrenamiento especial para abordar este tema, así como documentos de apoyo para las familias, en caso de que estas solicitaran información u orientación al respecto.