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ОглавлениеCapítulo 1
Bodhidharma
Fuente. Bodhidharma. Arashiyama (Japón)
Históricamente se ha considerado que el creador de los ejercicios Yi Jin Jing fue el famoso monje budista de origen indio llamado Bodhidharma. Este monje es una figura de gran relevancia en la tradición oriental y se asocia con el florecimiento de la escuela budista chan (conocida como zen en japonés) en China, el origen de las artes marciales chinas y la transmisión de los ejercicios Siba Luohan Shou o las “Dieciocho manos de Lohan”.
Para desarrollar este capítulo se han establecido dos apartados: el primero trata sobre la figura de Bodhidharma dentro de la tradición budista, y el segundo, sobre su asociación con el origen de las artes marciales y los ejercicios Yi Jin Jing.
Bodhidharma y el budismo chan
El término budismo es un concepto que se utiliza para designar diferentes tradiciones espirituales y filosóficas derivadas de las enseñazas de Buda, y, por tanto, se puede afirmar que no existe una religión, espiritualidad o filosofía homogénea llamada budismo, sino un ramillete heterogéneo de religiones, espiritualidades y filosofías budistas con ciertos parecidos (Piñero y Peláez, 2007).
Como punto de encuentro, todas las diferentes y numerosas escuelas budistas han sido agrupadas bajo dos términos principales: Hinayana o Pequeño Vehículo y Mahayana o Gran Vehículo; al que se añade un tercer vehículo, denominado Vajrayana o Vehículo Indestructible. La palabra “vehículo” (yana) hace referencia a una balsa, un medio de transporte que ayuda a pasar de una orilla a otra en un río, a cruzar las aguas turbulentas de la ignorancia. Lo que es conveniente recordar es que, como vehículo, es un medio no un fin, una fórmula que intenta transmitir lo inexpresable, lo que Buda había comprendido bajo el árbol de la iluminación, pero que una vez alcanzado se debería desechar, al igual que no sería sensato, habiendo llegado a la otra orilla, aferrarse a la barca y seguir cargando con ella sobre la espalda (Zimmer, 2010).
La tradición Hinayana corresponde a las escuelas budistas que se extendieron por el sur de Asia hacia países como Sri Lanka, Tailandia, Myanmar, Laos o Camboya; el Mahayana se expandió por el norte hacia China, el Tíbet, Corea y Japón, y el Vajrayana alcanzó su máximo desarrollo en el Tíbet, Bután, Ladakh (India) y Mongolia. La distinción entre estas tres líneas tiene que ver, entre otros aspectos, con(Cheng, 2002; Mora, 2006; Piñero y Peláez, 2007; Tola y Dragonetti, 1999; Zimmer, 2010):
1. La etapa vital de Buda tras la iluminación. El Hinayana correspondería a la transmisión de los primeros años del maestro tras alcanzar la iluminación, mientras que el Mahayana correspondería a los últimos años de su vida. En fechas, Buda vivió hacia el año 560-480 a.C., y el Hinayana corresponde al canon que se escribe tras su muerte, mientras que se acepta que la fecha de creación del Mahayana fue en el año 250 a.C.
2. La filosofía sobre cómo alcanzar la iluminación. En el Hinayana se busca una iluminación personal representada por la figura del arhat, mientras que el Mahayana busca la iluminación de todos los seres, con la figura del bodhisattva, aquel que renuncia a la iluminación hasta que todos los seres sin excepción estén preparados para pasar al nirvana antes que él.
3. El nivel de comprensión de los discípulos. Según el Mahayana y el Vajrayana, Buda impartió sus enseñanzas en función de la capacidad de comprensión y receptividad de sus discípulos, de modo que el Hinayana, como primeras enseñanzas, sería para personas con menor sensibilidad.
Lo que es cierto es que Buda no escribió nada, pero tuvo que enseñar mucho, ya que vivió cuarenta y cinco años después de la iluminación. Tras su muerte, seguramente las escuelas empezarían a redactar sus propios textos canónicos para legitimar sus puntos de vista y criticar los de otras escuelas.
4. El tiempo. La diferencia entre el Mahayana y el Vajrayana radica, además de la base textual que utilizan, el primero el sutra y el segundo el tantra, en el tiempo que se tiene que invertir para alcanzar la liberación. Si en el Mahayana es necesario un incontable número de vidas a través del ciclo de la trasmigración, en el Vajrayana se considera que se puede alcanzar en una sola vida con las técnicas adecuadas.
El budismo llegó a China desde la India en el siglo I d.C., en la dinastía Han Oriental (25-220 d.C.), y se convirtió en la religión principal del país en los siglos siguientes. Este budismo inicial mezclaba enseñanzas del Hinayana y el Mahayana, aunque después, con el tiempo, desaparecería la influencia del primero. El éxito de esta nueva religión fue posible por el derrumbamiento de las instituciones y el sistema de pensamiento confucionista en la segunda mitad del siglo II. Como datos a destacar, se puede señalar que alrededor del año 300 había más de 180 centros budistas establecidos en las capitales de Chan´an y Louyang, con unos 3.700 monjes, y que en el año 311, con la invasión de los hunos, China quedó dividida en dos dinastías: Norte y Sur. Aunque el budismo arraigó en ambas zonas, en el Norte, como esta religión no era nativa, fue protegido y apoyado por los conquistadores extranjeros, que construyeron numerosos templos y monasterios, como el de Shaolin, Louyang o Dunhuang (Diepersloot, 2004).
Templo de Lingyin (Hangzhou)
El budismo que llevó Bodhidharma a China, aunque corresponde a la tradición Mahayana en una de sus escuelas denominada“chan”, también habría desarrollado aspectos del Hinayana que quedarían reflejados en los ejercicios de cultivo del cuerpo, como veremos más adelante en este capítulo.
El linaje de esta escuela, aunque esto todavía no está confirmado en estamentos académicos, se considera que es tan antiguo que su origen se remonta hasta Mahakasyapa, discípulo directo de Buda. Según la leyenda, cuando el maestro estaba dando un sermón en el Pico del Buitre y le preguntaron por la iluminación, él simplemente levantó una flor en silencio y la mostró a sus discípulos. Parece ser que sólo Mahakasyapa sonrió, mostrando que había comprendido su mensaje. Como dentro de la tradición chan se considera que la transmisión de la iluminación se realiza de maestro a discípulo, mediante un proceso de comunicación de “corazón a corazón” y no a través de escrituras, se defiende la existencia de una línea ininterrumpida de herederos del conocimiento alcanzado por Mahakasyapa que habría llegado hasta la actualidad, y que en el pasado aparece asociada con la figura de grandes practicantes espirituales de la India como: Ananda, Shanavasin, Upagupta, Dhitika, Mishaka, Vasumitra, Buddhanandi, Buddhamitra, Parshva, Punyayasha, Anabodhi, Kapimala, Nagarjuna, Kanadeva, Rahulabhadra, Samghamandi, Samghayathata, Kumaralata, Shayata, Vasubandhu, Manorata, Haklenayasha, Simhabodhi, Bashashita, Punyamitra y Prajñadhra, hasta llegar al propio Bodhidharma, que habría sido así el 28º patriarca de esta escuela (Nukariya, 2005).
A lo largo de la historia, la biografía de Bodhidharma ha experimentado un progresivo embellecimiento y enriquecimiento de detalles en los diferentes textos que hacen mención al maestro. Lachman (1992), quien ha realizado un interesante trabajo sobre este proceso y su reflejo en la representación artística de Bodhidharma, cita que la primera referencia que se encuentra de su persona aparece en el Lo-yang ch´ieh-lan chi, Yang Hsüan-chih, en los monasterios budistas de Loyang en el año 547 d.C. En la descripción sobre el monasterio de Yung-ning se puede leer:
Jardín budista chan en Shuzhou
“En estos días hay en el monasterio un monje procedente del oeste llamado Bodhidharma, un persa que procede de las tierras centrales de las partes remotas y desoladas. Cuando éste vio el disco dorado reflejando la luz del sol detrás de las nubes y escuchó las campanas en el viento enviando su sonido hacia el cielo, cantó un elogio y miró con admiración hacia aquello que consideró una divina construcción. “En mis 150 años” dijo, “he estado en muchas partes y he viajado por muchos países, pero un templo de esta belleza no se puede encontrar en ninguna parte en el continente de Jambudv pa ni en todas las tierras de Buda”. Unió las manos y recitó “namah” por muchos días.” (1992:242)
La siguiente referencia correspondería al Hsü Kao-sen chuan, compilado por Tao Hsüan (596-667 d.C.), en el que se dice que Bodhidharma fue el hijo de un Brahmán del sur de la India que llegó a China durante la dinastía Liu-Sung (420-479 d.C.). Allí fue al norte, al estado de Wei, donde enseñó meditación y tuvo dos discípulos, Tao-yü y Shang Kuang (Huikuo en japonés). Además, se afirma que transmitió el Lankāvatāra Sūtra.
Más tarde, en el año 710 d.C., en el Ch´uan fa-pao chi, se añadirían dos nuevas anécdotas: varios intentos de envenenar al maestro durante su estancia en el monasterio Shaolin, y cómo una persona, Sung-yūn, en su regreso a China desde la India, afirmó haber visto a Bodhidharma ir en dirección a las montañas de Parmir hacia la India y que al abrir su tumba se encontró vacía.
Otro texto, del año 733 d.C., el P´u-t´i-ta-mo nan.tsung ting shih-fei lun, escrito por Tu-ku P´ei, recogería el famoso encuentro entre Bodhidharma y el Emperador Wu de Liang (502-550 d.C.) y la transmisión de una túnica que pasaría de generación en generación como símbolo de la transmisión del patriarca. En el año 774 d.C. en la obra Li-tai fa-pao chi, se aumentaría de dos a tres el número de discípulos del maestro, y se narraría que les había transmitido a uno su carne, a otro sus huesos y al último su médula.
Por último, señalar que sería en el siglo VIII cuando se añadiría a su biografía la tradición de que “meditó nueve años mirando a la pared arrancándose los párpados” en el templo Shaolin y la historia de Shang Kuang sobre cómo alcanzó la iluminación.
En la tradición chan, se dice que Bodhidharma encontró su sucesor en su discípulo Shang Kuang (Huikuo). Según la leyenda, este discípulo fue al templo Shaolin a visitar al maestro para recibir sus enseñanzas. Parece ser que éste, para poner a prueba su fuerza de voluntad y su deseo de aprender, le hizo permanecer frente a la puerta del templo bajo la nieve y la lluvia durante siete días, y que el discípulo, al ver que el maestro no le aceptaba, decidió cortarse un brazo como muestra de su determinación.
Más tarde, Shang Kuang alcanzaría la iluminación a través de la siguiente conversación. Un día, mientras el maestro meditaba, Shang Kuang se acercó a Bodhidharma y le transmitió la preocupación que sigue:“Maestro, la mente de vuestro discípulo aún no está tranquila. Os ruego que me déis la calma.” El maestro, al escuchar esto, simplemente le contestó:“Tráeme aquí delante esa mente y yo la pondré en calma.” El discípulo, tras un rato de silencio, le respondió:“Maestro he estado buscando la mente, pero no la he podido encontrar.”A lo que Bodhidharma alegó:“Entonces ya la he puesto definitivamente en paz.” (Dumoulin, 1993; Nukariya, 2005).
Según la leyenda, el reconocimiento de Shang Kuang como sucesor del maestro se produjo cuando Bodhidharma próximo a morir convocó a sus dos discípulos para pedirles que le explicasen lo que habían aprendido con él. El primero dijo:“Todo es vacío”, y el maestro le respondió diciendo que había llegado a los huesos del budismo chan. Cuando le llegó el turno a Shang Kuang, éste simplemente se inclinó en silencio ante el maestro, quien, ante este gesto, le contestó: “Tu has tocado la médula”, convirtiéndole en su sucesor.
Dada la falta de información documental histórica rigurosa, la figura de Bodhidharma está rodeada de una gran controversia en numerosos aspectos. Por ejemplo, no hay conformidad de criterios respecto a las fechas de cuándo pudo llegar a China, ya que si en los documentos históricos aparece el año 420 y 470, en la tradición budista se cita el año 520. Tampoco hay acuerdo respecto a la ruta de acceso y los lugares que visitó primero. Algunos postulan que llegó a Guangzhou atravesando el océano desde Madras, al sur de la India, y que de allí fue por tierra a Nanjing, mientras que otros consideran que vino por tierra atravesando las montañas de Pamir y el desierto, y continuando por el Río Amarillo hasta Luoyang, el centro de la cultura budista de la época.
Bodhidharma, las artes marciales y los Yi Jin Jing
El mito que asocia a Bodhidharma con el origen de las artes marciales chinas y la transmisión de los ejercicios Yi Jin Jing se apoya en la idea de que en la tradición india, a la que pertenecía el maestro, y bajo la influencia del yoga, se concedía especial atención al cuidado del cuerpo y su purificación (kriya) para poder progresar en las prácticas espirituales.
En particular, se sabe que desde el siglo III al siglo VI se desarrolló un importante debate intelectual sobre la relación cuerpo-espíritu en el trabajo espiritual, marcado por el enfrentamiento entre budistas y confucionistas. El monje budista Huiyuan (334-416 d.C.) defendía que la forma corporal se agota, pero el espíritu es indestructible. Fan Zhen (sobre el 450-515 d.C.), confucionista y contemporáneo al reinado del emperador Wu de Liang al que según la historia habría visitado Bodhidharma, defendió que si el cuerpo desaparece, el espíritu desaparece. Una idea que hizo reaccionar al propio emperador Wu en contra con la redacción del ensayo “el espíritu indestructible” (Cheng, 2002).
Bodhidharma, como transmisor de ejercicios físicos para la salud según la tradición, habría sido un defensor de la idea del cultivo del cuerpo. Este argumento, por otro lado, podría haber sido apoyado posteriormen-te por la gran influencia taoísta que recibió el budismo chan a lo largo de la historia, y ayudaría también a entender por qué se produjo el de-sencuentro entre el maestro y el emperador Wu que se cita en la tradición chan.
Bajo esta perspectiva, se asume que cuando Bodhidharma llegó al templo Shaolin encontró a unos monjes que mostraban un estado físico deficiente, con un cuerpo deteriorado por las posturas de meditación mantenidas durante largas horas en condiciones climáticas adversas, mala alimentación, etc. El maestro, compadeciéndose de los monjes, decidiría transmitirles una serie de ejercicios físicos que se corresponderían con dos tablas de ejercicios cortas: los Yi Jin Jing (Enseñanzas para la transformación de tendones, destinado a fortalecer el cuerpo) y el Xi Sui Jing (Lavado de la médula de los huesos, destinadas a fortalecer la sangre, el sistema inmunológico y el sistema nervioso), y una tabla larga: el Shiba Luohan Shou (Los 18 movimientos de manos de los inmortales o arhats) (Diepersloot, 2004).
La aparición del término “arhats”, de origen Hinayana, muestra la importancia que, en aquella época en China, todavía mantenían las técnicas corporales de esta tendencia budista (técnicas que habrían sido introducidas por el monje An Shigao en Louyang en la segunda mitad del siglo II), y haría patente la influencia taoísta que recibió el budismo chan, ya que, en la traducción de los términos sánscritos al chino, la figura del arhat se asimiló con el zhenren o el “hombre verdadero” del taoísmo (Cheng, 2002).
Respecto a los Yi Jin Jing, parece ser que un monje encontró en un muro del templo Shaolin el documento original escrito en lengua sánscrita, dado el origen indio de Bodhidharma. Este monje lo llevaría después al Monte Ermei para que el sacerdote indio Ban Tsyh Mih Dih lo tradujese (Jwing-Ming, 1995).
Por el origen budista e hindú de estos ejercicios (que se puede suponer ya que Bodhidharma llegó desde la India), en sus inicios, los Yi Jin Jing no habrían tenido asociada ninguna teoría sobre meridianos, puntos de acupuntura o canalización de la energía, como sí ocurre actualmente. Así, y dado que han pasado muchos siglos desde su creación hasta la actualidad, la influencia del taoísmo habría ido incorporando todos los principios de la Medicina Tradicional China que ahora se conocen.
Respecto al origen de la asociación entre las artes marciales y este maestro, parece ser que el Shiba Luohan Shou habría sido la base para el desarrollo posterior de lo que se conoce hoy en día como la escuela Shaolin de las artes marciales. Esta escuela, que goza de una gran fama marcial en la actualidad, ya habría sido registrada en numerosos documentos históricos. Por nombrar algunos, se pueden citar referencias a que en el año 621 d.C. prestaron ayuda al Emperador Li Shimin de la dinastía Tang, y en el período Ming Jiaquing (1522-1566 d.C.) ayudaron a controlar a los piratas en el área de Songjiang próxima a Shanghai (Diepersloot, 2004; Henning, 1981).
Buda en el templo de Lingyin (Hangzhou))
Parece ser que, en el año 1513, el académico Du Mu viajó al monasterio Shaolin para estudiar la información que aparecía en unas inscripciones de estelas medievales y descubrió información de gran relevancia respecto a la historia marcial de sus monjes. En particular, encontró siete textos correspondientes a los años 621-728 en los que se describía cómo los monjes utilizaron las armas por primera vez para defenderse de los ataques de bandidos, y luego, en apoyo a Li Shimin (600-649) en las campañas contra Wang Shichong que darían lugar a la dinastía Tang (618-907) y convertirían a Li Shimin en emperador. Según los datos des-cubiertos, parece ser que este apoyo militar fue una opción estratégica que ayudó al monasterio a recibir el favor de los emperadores de la dinastía Tang y a asegurar su supervivencia, en una época en la que el budismo perdía el apoyo imperial a favor del taoísmo. Pero es importante señalar que en estos textos no se alude en ningún momento a las técnicas de lucha que han hecho famoso al monasterio en nuestros días, y que incluso en los textos religiosos de la época no se aludía a la habilidad marcial de los monjes, quizá porque ello era contrario a los principios de la espiritualidad (Shahar, 2000).
A pesar de lo explicado, el origen de las artes marciales chinas, conocidas actualmente bajo el poco adecuado término de wushu o kun-fu, sigue siendo uno de los interrogantes por aclarar en los estudios históricos. Tradicionalmente, además de asociarse este origen a la figura de Bodhidharma, aparece también el nombre de otro monje taoísta: Zhang Sanfeng. De hecho, se considera que Bodhidharma creó lo que se conoce como las artes marciales chinas externas en el templo Shaolin, mientras que Zhang Sanfeng habría dado origen a las artes marciales chinas internas en las montañas de Wudang.
Sin embargo, parece ser que esta distinción tan popular entre los practicantes de artes marciales apareció por primera vez en la historia china con el intelectual confucionista Huang Zongxi (1610-1695 d.C), en relación a su oposición hacia el gobierno extranjero de la dinastía Manchú. Parece ser que Huang estableció esta distinción para simbolizar la rivalidad entre la cultura autóctona y la procedente del extranjero, de modo que asoció el monasterio Shaolin, exponente del budismo, una religión extranjera, con el gobierno Manchú, y las montañas de Wudang, exponentes del taoísmo autóctono chino, con lo interno y la resistencia china contra el régimen Manchú (Henning, 1981).
Para finalizar, nos gustaría destacar que, dada la antigüedad de los hechos, la rivalidad entre escuelas y tradiciones religiosas de la época y la “invención de la tradición” que se puede detectar en muchas facetas de la cultura china para crear prestigio y conferir autenticidad, encontrar objetividad entre la multitud de informaciones, transmisiones y verdades que nos llegan desde China constituye un auténtico reto al que se enfrentan y seguirán enfrentándose los investigadores de la cultura china. Esperemos que, en cierto modo, este capítulo haya servido para aclarar un poco más el mito sobre Bodhidharma y el origen de las artes marciales chinas.
Jardines de Yuyuan (Shanghai)
Referencias bibliográficas
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