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ESENCIA Y FUNCIONES DEL DEPORTE MODERNO
I.1.EL DEPORTE COMO FENÓMENO SOCIAL
En el proceso del desarrollo filogenético del hombre han surgido mecanismos adaptativos en los que el movimiento físico se ha fijado como un impulso evolutivo muy importante, asegurando el transcurso normal de las funciones vitales en la ontogénesis. De este modo, la actividad motriz del hombre se “codifica” como característica estable y constante de su naturaleza biosocial.
Paralelamente con esto, el desarrollo de la sociedad se caracteriza por una estrategia agresiva netamente expresada para dominar la naturaleza y una aspiración a “minimizar” los esfuerzos físicos del hombre.
Con la penetración de la ciencia y la técnica en todas las esferas de la actividad humana se han creado unas potentes fuentes de energía, un alto ritmo de la producción social y de las comunicaciones, y junto con esto las premisas para una crisis ecológica global, hipodinámia crónica y una creciente tensión psíquica. Esto conlleva una discordancia psicofísica netamente marcada en la naturaleza biosocial del hombre. Es el resultado de la contradicción que surge entre la “memoria genética” del organismo, cuyos mecanismos adaptativos neuro-humorales son sumamente estables, y los factores estresantes del ambiente.
Las investigaciones científicas de los últimos años han demostrado que este factor, en combinación con la nutrición incontrolada, el fumar y otros productos negativos del desarrollo científico-técnico, es la base de las enfermedades más divulgadas de la civilización: las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, la hipertonía, las depresiones psíquicas, las afecciones del sistema músculoesquelético y muchas otras.
Es evidente que la solución de este problema global para la humanidad no puede realizarse mediante el regreso al trabajo manual y a la producción manufacturada. Hace falta una revalorización cualitativa de las ideas que se han formado históricamente sobre el modo de vida como noción sociológica y los esfuerzos coordinados de toda la sociedad para la solución práctica de los problemas surgidos.
La primera tarea está orientada a eliminar (o restringir) las contradicciones que surgen entre la naturaleza y la sociedad, así como a la armonización y la democratización de las relaciones sociales.
La segunda tarea está orientada a encontrar mecanismos efectivos de “compensación” contra la hipodinámica con vistas a la futura prosperidad biológica de la humanidad.
Las investigaciones objetivas de la UNESCO, la CIEPS y otros institutos científicos han demostrado que uno de los factores más efectivos para la solución del segundo problema es la amplia penetración de los ejercicios físicos y del deporte en la vida cotidiana del ser humano como componentes básicos del modelo actual para un modo de vida sano en el sentido más amplio de este término, es decir, como un estado de completo bienestar físico, psíquico y social y no sólo como la falta de un estado de salud.
Por consiguiente, una de las principales funciones sociales del deporte en la sociedad moderna es su papel bioadaptativo biológico y psicorregulador que garantiza al individuo su grado necesario de actividad motriz para una plena manifestación en todas las esferas de la vida.
De modo paralelo, en correspondencia con las necesidades crecientes de la vida social, el deporte va ampliando paulatinamente el abanico de sus funciones sociales. Crece considerablemente su papel para la humanización de la sociedad contemporánea, como un medio eficaz contra la drogadicción, la prostitución, la delincuencia y otros problemas sociales.
El deporte es una parte inseparable de los procesos democráticos del desarrollo social. Es indiscutible su papel constructivo en el dominio de las relaciones internacionales, en la lucha contra la discriminación política, racial y religiosa, etc.
En todas sus formas, el deporte moderno se relaciona cada vez más con los problemas de la ecología y la higiene personal y social, constituyendo de esta forma un considerable aporte a la ecologización de la cultura y la protección del medio ambiente.
Es evidente que el deporte como fenómeno social está vinculado orgánicamente con los motivos principales de la actividad humana, lo que lo convierte aún más en parte indivisible de los programas para el desarrollo cultural, educativo, social y de salud. Precisamente esto dificulta su definición univalente como fenómeno social.
Las diferencias de enfoque y sobre todo de los puntos de vista filosóficos han creado un gran número de definiciones del deporte como fenómeno social. Éste se define, por ejemplo, como:
•elemento de la cultura de la sociedad e instituto social para la educación (Magnan G., 1964; Novikov A., 1966; Ponomarev N., 1972, 1987; Krawczyk Z., 1970; Natalov G., 1971; Sage G., 1980; Yamamoto K., 1988; etc.);
•medio y método para la educación física, para su desarrollo y su perfeccionamiento (Novikov A., 1949; Matveev L., 1977; Platonov V., 1987; Balsevich V. 1996;
•medio para la compensación de las limitaciones de la vida moderna, reacción contra la influencia de la civilización y adaptación a las condiciones de vida (Risse H., 1921; Santayana G., 1954; Daume W., 1970; Plessner H., 1961; Nash G., 1964;
•procedimiento (forma) para la dominación de la naturaleza y medio para la comunicación y la esfera de la actividad cultural humana (McIntosh P., 1963; Wohl A., 1970; Natalov G., 1971; Leonard W., 1980);
•medio para la propaganda, el espectáculo y el aprovechamiento del tiempo libre; esfera para la manifestación de emociones (Boyle R., 1963; Nettleton B., 1967; Dallen V., 1954; Eitzen D., 1977; Edwards H., 1980);
•forma competitiva de actividad física lúdica que representa la lucha del hombre consigo mismo, con los demás o con las fuerzas de la naturaleza (Manifiesto del deporte, 1970; Kavatoushi T., 1967; Meynaud Y., 1966; Kaech A., 1971; Dumasedier I., 1963,1973);
•conjunto (sistema) de ejercicios físicos y juegos que se han formado como objeto de competiciones (Ovanesyan A. T., 1967; Lisitzin B., 1974);
•juego generado por impulsos internos dirigidos al movimiento (Diem K., 1960; Popplow U., 1953; Bernett H., 1965; Huizinga I. 1958);
•modelo (conjunto) de relaciones sociales e índice del nivel de la sociedad (McIntoch P., 1963; Nash G., 1964; Dunning E. y col, 1996);
•forma de auge social y medio para lograr la libertad y la igualdad (Jokl E., 1964; Cozens F., Stumpf F., 1953); Krawczyk Z., 1996; Donnelly P. 1996; Stolyarov V. 1998; Schuls M., 1989; Binder D., 1993.
Los autores citados y sus concepciones demuestran la gran diversidad de las funciones que cumple el deporte moderno. Para esclarecer mejor su esencia en la sociedad moderna, muy a menudo se emplean dos enfoques principales.
El primer enfoque es el sistemático-integrador. Su tarea es revelar los rasgos y las funciones más generales del deporte como: fenómeno social multifacético (esfera de la actividad humana), caracterizándose por un sistema especializado de medios, procedimientos y formas de actividad motriz para fortalecer la salud, mejorar la aptitud física, el desarrollo armónico y la manifestación del ser humano. Desde este punto de vista está íntegramente ligado a las demás subestructuras del sistema social: la salud pública y la recreación, la educación, la ciencia y la cultura, el comercio y los servicios, la construcción, la ecología, etc.
El segundo enfoque es el sistemático-funcional. Su tarea es revelar la esencia activa del deporte como actividad específica motriz (lúdica y competitiva). Así, por ejemplo, en la Carta Europea del Deporte bajo el concepto de “deporte” entendemos “cualquier forma de actividad física que mediante una participación organizada o no organizada tiene como objetivo expresar o mejorar la aptitud física y psíquica, desarrollar las relaciones sociales o alcanzar resultados deportivos a todos los niveles”.1
Al estudiar el deporte en sus dos aspectos, debería tomarse en consideración que en su organización estructural y funcional se efectúan cambios inevitables. Conforme a las concepciones modernas (inclusive la Carta Europea del Deporte) distinguimos tres esferas objetivas del deporte de una relativa independencia.
Deporte para todos. Este término, propuesto por el Consejo de Europa en 1966 y aprobado por consenso por todos los países europeos, encierra “una enorme variedad de formas de actividades físicas y prácticas deportivas con grandes posibilidades. El juego libre y espontáneo, el placer, el recreo, la consecución de la forma física y la disminución de la tensión tienen una importancia primordial”. El resultado deportivo se estudia también como función de “la actividad lúdica voluntaria que exige un esfuerzo físico y psíquico realizado fuera del medio profesional y de las responsabilidades laborales”.
Los programas de deporte para todos se relacionan con gran frecuencia con las actividades de educación y mejora de la calidad de vida, estimulando la conducta y el modo de actuar que prestan ayuda a la salud, al equilibrio físico, moral y psíquico, a la lucha contra el consumo de alcohol, cigarrillos, drogas, etc., mediante la divulgación de conocimientos sobre los valores del medio ambiente y la herencia cultural.
Deporte en los centros docentes. Incluye formas organizadas de actividad de entrenamiento y competición como parte integral de los programas estatales de educación física para todos los niveles del sistema educacional. La práctica mundial durante los últimos años ha comprobado que el deporte escolar, conforme a la edad biológica de los escolares y sus preferencias hacia un determinado tipo de actividad motriz, se impone cada vez más como elemento fundamental de los sistemas modernos de educación física. Es sumamente importante su papel para descubrir a jóvenes con talento deportivo.
Deporte de alto rendimiento (gran deporte). Esta definición condicional incluye una actividad de entrenamiento y competición sistemáticos, altamente intensiva y científicamente fundamentada para alcanzar máximos resultados deportivos. Con este objetivo se ha creado un sistema de instituciones internacionales y nacionales para la dirección y la coordinación de la actividad de competiciones deportivas, tanto para el deporte de aficionados, como para el deporte profesional.
Las tres esferas objetivas del deporte moderno poseen una estrecha relación mutua. Por ejemplo, el movimiento “Deporte para todos” es una premisa fundamental sobre el nivel del deporte en los centros docentes y en el ejército. Éste, por su parte, crea las condiciones para la selección de talentos deportivos y su manifestación en el gran deporte. Los logros de los deportistas más destacados ejercen también una influencia estimulante para el desarrollo del movimiento deportivo y del deporte infantil y adolescente. De este modo, el deporte se transforma en una concepción global sobre la naturaleza biosocial del individuo que contiene en sí todas las formas de la actividad motriz: desde las sesiones libres con ejercicios físicos y juegos recreativos hasta la estrictamente reglamentada actividad de entrenamiento y competición para los altos logros deportivos.
I.2.EL OLIMPISMO Y LOS ALTOS RESULTADOS DEPORTIVOS
Pierre de Coubertain, el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, ha determinado el deporte como un medio de perfeccionamiento y demostración de la fuerza física en términos equitativos y honestos, en cuya base debe figurar un “sentimiento religioso transformado” de aspiración patriótica, internacional y democrática. En la creación de “una elite de hombres enérgicos y valientes con un destacado amor hacia el esfuerzo”, el humanista burgués y democrático veía un hermoso ejemplo para divulgar el deporte y “mejorar la salud del individuo y de la sociedad”.
Este espíritu de Coubertain ha llamado la atención de un gran número de hombres públicos, pedagogos, médicos, científicos que ven en el deporte una prometedora alternativa de los sistemas conservadores de la educación física para quienes el deporte es una actividad con un objetivo propio y espectacular (Anguerstein, 1888; Lesgaft P., 1909; Ebert G., 1925; Gaulhofer K. y Shrayhard M., 1930 y otros).
El renacimiento de los Juegos Olímpicos da un fuerte impulso al deporte competitivo y espectacular y a la formación de un nuevo modelo donde se reflejan con claridad los rasgos distintivos de la sociedad industrial moderna. De este modo, el deporte sale de la esfera de la iniciativa privada y de “elitista” se convierte en un movimiento de masas como “proceso histórico de creación, divulgación y asimilación de valores materiales y espirituales de la cultura”. Este momento en el desarrollo del olimpismo como uno de los fenómenos sociales más potentes de nuestros tiempos es muy importante, ya que introduce elementos cualitativamente nuevos en las funciones sociales del deporte.
En este sentido, es una prueba convincente la importancia creciente de sus funciones educativas e integradoras en las nuevas condiciones de aproximación socio-económica y cultural entre los Estados en el período de postguerra. La fuerza unificadora del olimpismo, como filosofía y movimiento social, logra su triunfo en los Juegos Olímpicos de Seúl 88, donde participa un gran número de países sin tener relaciones diplomáticas oficiales tanto entre sí como con el país anfitrión. De este modo, el deporte olímpico sale de la esfera de la contemplación pasiva y se convierte en un factor potente contra la discriminación ideológica, política, religiosa y racial. Podemos afirmar con certeza que hoy en día en el mundo no hay semejante organización política, científica, cultural o internacional que haya podido superar tan exitosamente las barreras nacionales y haya podido crear federaciones y uniones internacionales eficaces para alcanzar los objetivos anteriormente indicados.
Esto es resultado de la política reformista de J. A. Samaranch, ante todo su enorme capacidad laboral, insistencia y flexible estrategia del compromiso admisible para conservar y desarrollar los valores imperecederos del movimiento olímpico.
La celebración de los Juegos Olímpicos cada cuatro años crea las necesarias premisas organizativas, socioeconómicas, culturales y científico-metodológicas para alcanzar altos resultados técnico-deportivos como manifestación cumbre de la naturaleza biosocial del individuo en la esfera de la actividad motriz. Según Woll A. (1970), sobre esta función básica del deporte olímpico aún no se tiene plena conciencia por parte de todos, pero su influencia sobre la “emancipación” ulterior de todo el deporte irá creciendo incesantemente. Las causas para esto son objetivas y forman parte del gran problema para la revelación máxima de las posibilidades del ser humano en todas las esferas de su actividad: la producción, la ciencia, el arte, la cultura e incluso el deporte.
Una de las tendencias fundamentales en el desarrollo del deporte olímpico es su profesionalización. La valoración de este proceso es compleja y contradictoria a través del prisma de los criterios filosóficos, culturales y morales del olimpismo.
Es sabido que el potencial prestigioso, espectacular y propagandístico de los Juegos Olímpicos, de los Campeonatos Mundiales y Europeos y de otros torneos vincula de forma inevitable el deporte con enormes inversiones financieras en la radio y la televisión, la construcción, el comercio y los servicios, la actividad editorial, el negocio con los juegos de azar y muchos otros. Bajo la influencia de los factores señalados se efectúa una perfilación singular del deporte, tanto en plan nacional como internacional. En relación con esto, merece especial atención la política del COI y de las Federaciones Deportivas Internacionales para la financiación del deporte de elite de amateurs y su paulatina profesionalización. Esto se manifiesta en los considerables salarios que cobran los jugadores bajo la forma de primas, compensaciones para el horario de trabajo, dietas, tratamiento y recuperación y mejora de las condiciones materiales de vida, etc. sin los cuales es imposible efectuar una preparación sistemática y una intensa actividad competitiva. Independientemente de las críticas emotivas de dicha política, ésta debería aceptarse como una alternativa sensata a la comercialización violenta y desatada que amenaza al deporte con una deformación total de sus valores estético-humanos y culturales. Es indiscutible que esta política crea las condiciones favorables para perfeccionar los sistemas de preparación deportiva y elevar el nivel de los resultados técnico-deportivos. De modo paralelo con esto surgen también una serie de problemas de índole psicológica, moral y de salud que se han de resolver sobre una base netamente científica, siendo una profilaxis necesaria contra ciertas tendencias de deformación de su desarrollo.
Una de las cuestiones más discutidas es la tendencia acelerada hacia una especialización estrecha que en cierto sentido contradice los principios de polivalencia y orientación saludable de la educación física. Dicha constatación alarmante es provocada por la aspiración creciente de manifestación aún en la edad infantil y adolescente. Pero esta contradicción no debería tomarse en su sentido absoluto, porque para alcanzar resultados deportivos altos y estables, es obligatorio pasar por una sólida preparación básica durante años. Por otra parte, hay que tomar en consideración el carácter inevitable de la especialización en general como condición principal de perfeccionamiento en todas las esferas de la actividad humana. Así como la especialización científica en vía de profundización no obstaculiza, sino que contribuye a la enseñanza general y a la cultura, del mismo modo el deporte de alto rendimiento estimula el desarrollo del deporte de masas. Su desarrollo proporcional, siendo dos aspectos de un mismo fenómeno, es una condición necesaria para elaborar sistemas de educación física altamente eficientes con un contenido mucho más rico de influencia motriz, intelectual y emocional.
Es bastante más compleja la cuestión del dopaje en el deporte olímpico. Su génesis y desarrollo están vinculados con la desagradable paradoja del papel contradictorio de la ciencia en este proceso. No es ningún secreto que precisamente ésta fue la que creó en sus laboratorios una amplia gama de estimulantes farmacológicos y al mismo tiempo en ella depositan grandes esperanzas para la lucha exitosa contra el dopaje. Por ende, se destaca en primer plano la necesidad de una consolidación multifacética de los fundamentos morales de la ciencia y de la estimulación de la responsabilidad moral de los científicos. Al mismo tiempo se precisan los esfuerzos orientados hacia un objetivo para elaborar una política y estrategia antidopaje que reúnan en una unidad orgánica un amplio círculo de medidas propagandísticas, educativas, preventivas y rigurosamente punitivas a todos los niveles del sistema del deporte. El lanzamiento de la idea de eliminar el control del dopaje es sumamente errónea no sólo porque subestima la salud de los deportistas, sino porque conduce inevitablemente a la destrucción de los fundamentos morales del deporte como modelo de conducta caballerosa y de lucha deportiva honesta, como también un criterio de las capacidades naturales del hombre en el área de la actividad motriz.
En vínculo estrecho con el dopaje en el ámbito de los criterios morales, tienen lugar también otros fenómenos y procesos negativos que reducen los valores culturales generales del deporte y se hallan en contradicción tajante con los ideales olímpicos y las nuevas tendencias de democratización y humanización de las relaciones internacionales. Se trata de la violencia en las canchas deportivas, de desencadenar pasiones chovinistas e instintos primarios, de arrogantes manipulaciones comerciales, desprestigiando la dignidad de los deportistas, etc. La lucha contra estas incidencias en el deporte olímpico requiere unas investigaciones profundas de carácter sociológico, psicológico y médico-biológico, así como los esfuerzos coordinados de las instituciones dirigentes nacionales e internacionales. En este sentido merece atención especial el mensaje del Presidente del COI, J. A. Samaranch, dirigido a los participantes en el simposio en la ciudad de Mazumato (Japón) “La sociedad humana y el movimiento olímpico del siglo XXI (1991)”. Allí él destaca: “El movimiento olímpico goza de un enorme respeto y juega un papel central en el desarrollo pacífico de la sociedad humana y la educación. Pero las escalas y la importancia de esta estimación y el papel social generan en el olimpismo y en el deporte cierta vulnerabilidad… Estamos estudiando los métodos de desarrollo del deporte conjugado con la cultura en los próximos años… El olimpismo es una filosofía que mediante la fusión del deporte con la cultura se esfuerza en crear un modo de vida basado en la alegría vinculado con el esfuerzo, el valor educativo del ejemplo positivo y el respeto hacia los principios éticos generales”.
Independientemente del estatuto del deporte olímpico (de amateurs o profesional), los componentes básicos de su contenido son el resultado deportivo como objetivo inmediato de la preparación y la competición como método de evaluación social de los esfuerzos invertidos, el perfeccionamiento de la táctica y técnica deportivas, así como la motivación éticamente justificada de la actividad. Claro está que la influencia del deporte es mucho más amplia que el efecto inmediato de los ejercicios físicos, pues abarca los componentes emocionales, intelectuales, volitivos y morales del individuo. Por consiguiente, el resultado deportivo, como emanación de la personalidad íntegra del deportista, es un principio básico y propósito fundamental del deporte olímpico.
I.3.REGULARIDADES Y TENDENCIAS EN EL DESARROLLO DE LOS RESULTADOS DEPORTIVOS
La cuestión de la dinámica de los resultados deportivos tiene una importancia no sólo cognoscitiva, sino también de cultura general. Por dicha razón, la “escalada” moderna de los logros deportivos habría que enfocarla no sólo desde el punto de vista emocional o de otras consideraciones coyunturales, típicas para los aficionados al deporte, sino también desde las posiciones del análisis científico de los complejos factores sociales y biológicos, condicionando el desarrollo del deporte como un fenómeno social.
Por su esencia, los resultados deportivos récord son un criterio singular de las posibilidades humanas realizadas en el deporte en una etapa determinada de su desarrollo. En este sentido, es significativo que los récords olímpicos desde las primeras olimpiadas, considerados en su tiempo extraordinarios, hoy en día sea accesibles para miles de deportistas. Esto se explica ante todo con la influencia sumaria de los factores socioeconómicos en estrecha relación con los nuevos sistemas, más efectivos, de preparación deportiva. Por consiguiente, en la base de los resultados deportivos se hallan procesos objetivos que esbozan unas tendencias duraderas en el desarrollo del gran deporte y conducen a cambios considerables en el sistema de valoración de sus funciones sociales.
La práctica mundial en los últimos años demuestra que la tendencia dominante en el desarrollo del gran deporte es su unión recíproca con los logros de la ciencia y del progreso técnico. A diferencia de la producción material y de los demás ámbitos de la vida donde la intelectualización facilita o elimina totalmente el trabajo físico, ésta en el deporte conduce a su intensificación. Con la mejora de la maestría deportiva crece también el número de los factores que condicionan los altos resultados. Los nexos de causa y efecto entre éstos son complejos y se prestan difícilmente a una observación directa. Son inabarcables e ilimitados desde el punto de vista de las tradicionales nociones pedagógicas del entrenamiento y pueden entenderse y perfeccionarse únicamente a base de las ideas sistemáticas sobre la organización y regulación del proceso de entrenamiento.
Desde estas posturas, el resultado deportivo debe estudiarse como un fenómeno complejo de múltiples factores, cuya dinámica en el tiempo revela la influencia global de los factores biológicos, sociales, económicos, tecnológicos, pedagógicodeportivos, etc. Su ignorancia sería la causa del surgimiento de la teoría pseudocientífica de las así llamadas “posibilidades ilimitadas” del hombre y las ideas ilusorias de la incesante superación de los récords mundiales.
El esclarecimiento científico de esta cuestión fundamental es posible a base de un modelo integral del resultado deportivo (y) como función de un sistema de los factores anteriormente señalados y de sus componentes:
Este enfoque revela unas posibilidades cualitativamente nuevas para determinar tanto los parámetros absolutos del fenómeno estudiado, como el carácter (la dinámica) de los procesos y sus significados parciales a distintos niveles jerárquicos. La influencia sumaria de dichos factores en la ontogénesis de una determinada generación se va acumulando en el tiempo, determinando características estables y tendencias duraderas en el desarrollo del gran deporte en un futuro inmediato y más lejano.
La teoría moderna del deporte dispone de material documental que demuestra que el proceso de perfeccionamiento deportivo en el tiempo, al igual que los demás fenómenos en la esfera social, está sometido a la así llamada ley logística del desarrollo (fig. 1.1), caracterizándose por tres fases básicas. En la primera fase este proceso es típicamente exponencial, es decir, con tiempos acelerados del crecimiento de los resultados deportivos, lo que con gran frecuencia es la causa de declaraciones entusiastas sobre las posibilidades “ilimitadas” del organismo humano. Pero el desarrollo exponencial no puede continuar hasta el infinito, ya que se trata de procesos que transcurren en la realidad. Paulatinamente el tiempo del desarrollo va demorando, convirtiéndose el proceso de exponencial en lineal (en la zona del punto de inflexión) y posteriormente en asintótico, es decir, se va acercando a un cierto término (umbral de saturación).
Fig. 1.1. Desarrollo logístico de los resultados deportivos.
Al someter a análisis la dinámica de los resultados deportivos en ciertos deportes que se pueden medir (el atletismo, la natación, la halterofilia, etc.), se ha constatado que se hallan en distintas etapas de su desarrollo (Jokl E., 1964; Jokl E. y Jokl P., 1976; Volkov N., Zatsiorsky V., 1964, 1966; Makartsev N., 1967; Verkhoshansky Y., 1970; Kosmodemyansky V., 1970; Brogli Y., Nakov K., 1973; Wazny Z., 1977; Matveev L., 1977; Zhelyazkov Tzv., 1981, 1986, etc.).
Se puede efectuar un análisis cuantitativo más profundo de las regularidades de la dinámica de los resultados deportivos a base de los resultados medios de los finalistas (los primeros seis) en los Juegos Olímpicos durante el período 1900-1996 y también de los récords mundiales para el mismo período en ciertas disciplinas del atletismo y la natación (Zhelyazkov Tzv., 1996). El estudio está relacionado con los ciclos olímpicos por el hecho de que los Juegos Olímpicos crean las premisas más favorables para alcanzar altos resultados deportivos en condiciones estándar para todos.
El rico material documental está sometido a un procesamiento matemático-estadístico con la ayuda de distintos tipos de funciones regresivas que describen con mayor aproximación la dinámica real (factual) de los procesos estudiados. Esto se puede ver con claridad a partir de los valores sumamente altos de los coeficientes de determinación (R2) y de los bajos valores del error estándar de la valoración (Syx). De este modo, las ecuaciones regresivas que se han deducido tienen alto grado de fiabilidad para la extrapolación de los resultados deportivo-técnicos en el futuro. En los gráficos que se adjuntan se han indicado como sigue:
–yr para los récords mundiales;
–y6 para los resultados medios de los ganadores en los Juegos Olímpicos.
El primer resultado más generalizado del análisis efectuado es la prueba de que en su desarrollo histórico los deportes analizados han superado el punto de inflexión y paulatinamente se van acercando al posible término físico (umbral de saturación), con independencia de los significados absolutos del crecimiento de los resultados durante el período estudiado. Esto puede comprobarse muy fácilmente mediante la comparación de los datos en la tabla 1.1 con el carácter no lineal del desarrollo de cada disciplina deportiva. Así, por ejemplo, en su desarrollo deportivo en un período de casi un siglo, la humanidad ha logrado mejorar los récords mundiales en un margen bastante amplio: de 8,89% en la carrera lisa de 100 m hasta 98,71% en el lanzamiento de disco. El carácter variable de los ritmos con que se desarrollan los resultados en cada deporte y disciplina se ve claramente en el diagrama adjunto (fig. 1.2). Esto se explica por la influencia irregular y total de una serie de factores que limitan en uno u otro grado la reserva potencial para mejorar los resultados deportivos en una disciplina dada. En estos factores debemos incluir: la influencia de los alcances científico-técnicos (la construcción de pistas más modernas, piscinas, equipamientos, etc.); las peculiaridades de la estructura biomecánica de los deportes y, de ahí, la distinta reserva potencial para perfeccionar la técnica deportiva; las exigencias específicas de la disciplina correspondiente hacia la adaptación morfofuncional del organismo, etc. Sin duda, a estos factores debemos añadir también el papel decisivo de los medios y métodos del entrenamiento deportivo, enriquecidos con los logros científicos en las distintas esferas del conocimiento humano.
Tabla. 1.1.
Fig. 1.2. Mejora de los récords mundiales (en %) para el período 1900-1996.
Sobre la base de las consideraciones indicadas y los datos objetivos, presentados en el diagrama, es evidente que en su dinámica histórica las disciplinas deportivas estudiadas han tenido a su disposición distinto potencial de factores para perfeccionar y mejorar los resultados deportivos. Desde este punto de vista éstos pueden ordenarse condicionalmente en cuatro grupos básicos.
Tabla 1.2. Evolución de los récords en carreras en atletismo.
El primer grupo se caracteriza por el menor crecimiento de los resultados deportivos: de 8% a 18%. Aquí se incluyen las carreras lisas en el atletismo de 100 a 5.000 m de monoestructura simple y son próximas a las capacidades naturales del hombre. La reserva principal para mejorar aquí los resultados deportivos es el esfuerzo hacia una mayor intensificación de la actividad motriz y su acumulación en el tiempo, es decir, el desarrollo de la velocidad resistencia. La prueba de dicha tesis son los datos comparativos presentados en la tabla 1.2 y el gráfico respectivo (fig. 1.3).
Los tres párametros estudiados (récord mundial, V máx m/s y % de la V máx) se han registrado al principio, en la mitad y al final del período estudiado: 1912 – 1952 – 1992.2 Es evidente de modo que paralelo a la mejora de la velocidad absoluta aumenta también el nivel de la velocidad resistencia. Hasta qué grado dicha reserva puede asegurar una mejora posterior de los récords mundiales se comprueba en las funciones regresivas adjuntas que describen con gran precisión el carácter asintótico de la dinámica de los resultados deportivos en el tiempo. Queda claro que esta reserva no es ilimitada (figs. 1.4 a 1.6).
Fig. 1.3. Dinámica de la velocidad resistencia - % de V máx de los récords mundiales en el atletismo.
Fig. 1.4. 100 m carrera lisa - hombres (1904-1996).
Fig. 1.5. 400 m carrera lisa - hombres (1900-1996).
Fig. 1.6 5.000 m carrera lisa - hombres (1912-1996).
En el fondo de estas regularidades destaca el hecho de que el nivel de la velocidad resistencia presentada en porcentajes de V máx es más alto en los atletasmasculinos. Sus resultados son más altos que los de las mujeres, con un 2-3% aproximadamente en todo el abanico de carreras desde 100 m hasta 10. 000 m (tabla 1.3 y fig. 1.7).
Tabla 1.3. Evolución de los récords de carreras en ambos sexos en atletismo.
Fig. 1.7. Dinámica de la velocidad resistenciahombres y mujeres.
El segundo grupo se caracteriza por un crecimiento de los resultados deportivos del 18% al 25%. Son los siguientes: salto de altura y salto de longitud en el atletismo. La reserva principal para mejorar los resultados en dichas disciplinas está vinculada con el desarrollo de las cualidades de velocidad y fuerza, y el perfeccionamiento de la técnica deportiva para su utilización racional. Aquí las reservas son mayores, teniendo en cuenta la poliestructura de los saltos (fig. 1.8). Es una excepción asombrosa el salto con pértiga, en el que el progreso del récord mundial es el 80,06% (de 3,62 m en 1900 a 6,15 m hoy) y se debe principalmente a las propiedades elásticas de la pértiga de fibra de vidrio y, en segundo lugar, al perfeccionamiento de la técnica deportiva y de las cualidades motrices del deportista.
Fig. 1.8. Salto de altura (1900-1996).
El tercer grupo se caracteriza por un crecimiento de los resultados deportivos del 25% al 40%. Comprende la natación: 100 m, 400 m y 1.500 m estilo libre. Independientemente de su monoestructura, el alto porcentaje de crecimiento se explica ante todo por el efecto favorable del agua y la posición horizontal del nadador, en cuyas condiciones el corazón mejora bastante sus posibilidades transportadoras y compensatorias (Jokl E. y Jokl P., 1976). Así, por ejemplo, las investigaciones del catedrático O. Gawer demuestran que el volumen del corazón en posición vertical del cuerpo es 689 cm3; en posición horizontal aumenta hasta 771 cm3, y al sumergirse en el agua, hasta 922 cm3. De este modo, aumentando la distancia competitiva, los nadadores, en comparación con los atletas, gozan de mayores ventajas para mantener la velocidad máxima. Esto se puede ver claramente en la fig. 1.9, que nos muestra que, aumentando la distancia, la velocidad de los atletas de 3,30 a 4 min disminuye en un 30% aproximadamente en comparación con la máxima, mientras que para los nadadores es en un 14% aproximadamente de la V máx. En el intervalo de 13 a 15 min (la carrera de 5.000 m y la natación de 1.500 m) los atletas pierden aproximadamente un 37% y los nadadores un 18% de la V máx.
Fig. 1.9. Dependencia “velocidad-tiempo” según los récords mundiales en la natación y en el atletismo.
Independientemente del mayor número de factores que aseguran un porcentaje más alto del crecimiento de los resultados deportivos en este grupo, su dinámica histórica señala que aquí también se están agotando las reservas. Esto se puede ver en las funciones regresivas de las figs. 1.10 y 1.11 que confirman, como en el primer grupo, el carácter asintótico del proceso.
Fig. 1.10. Natación, 100 m crol (1908-1996).
Fig. 1.11. Natación, 1500 m crol (1920-1996).
El cuarto grupo se caracteriza por el más alto incremento de los resultados deportivos (lanzamiento de peso, 56,75%, y lanzamiento de disco, 98,72%). En el plano histórico esto se explica por la influencia global de dos factores básicos: la dinámica poliestructural del esfuerzo neuro-muscular que radica en la base de la técnica deportiva y la importancia prioritaria de la capacidad total de fuerza de los atletas-lanzadores, de la que depende la aceleración máxima del equipo (según la función F = m·a). Claro que dicho proceso de realización de los factores mencionados, independientemente de sus valores absolutos, transcurre de forma irregular en el tiempo y, al igual que en otras disciplinas deportivas, también se va aproximando a su “umbral de saturación” (fig. 1.12 y 1.13).
Las regularidades descritas, válidas para la dinámica histórica de los resultados deportivos, se determinan hasta cierto grado por las capacidades potenciales del individuo. En estos casos la función que describe la tendencia estadística media de la dinámica individual del resultado deportivo es del tipo:
y = a + bx + cx2,
es decir, una parábola de segunda potencia que se caracteriza con tres zonas: parte ascendente, extremo de la función y parte descendente. Una prueba típica de esta regularidad es la fig. 1.14, donde vienen reflejados los mejores resultados y los resultados medios por años de Christo Markov (Bulgaria), campeón olímpico de triple salto en Seúl 1988. Las funciones y sus ecuaciones se han deducido en base a 113 competiciones oficiales durante 8 años (según los datos de Christov Gr., 1995.
Fig. 1.12. Lanzamiento de peso (1900-1996).
Fig. 1.13. Lanzamiento de disco (1900-1996).
Fig. 1.14. Triple salto - Hr. Markov (Bulgaria).
Pero semejante tipo de funciones no satisface las exigencias de la alta maestría deportiva debido a la presencia de una tercera fase, es decir, cuando los resultados comienzan a empeorar y los atletas salen del gran deporte. Por eso el resultado deportivo (S) se analiza como una función del tiempo sólo hasta los significados extremos de la función. En este caso el ritmo con que mejoran los resultados deportivos como función del tiempo es proporcional a la diferencia entre lo máximo (Smáx) y el significado corriente (S’) del resultado (Verkhoshansky Y., 1970):
donde (k) es una constante del incremento del resultado. Después de una integración, la ecuación señalada revela la dependencia asintótica del crecimiento del resultado deportivo del tiempo:
S = Smáx – B·e−kt
donde (B) es la constante entre el resultado inicial y la asíntota (Smáx). Un ejemplo típico de esto se ofrece en la fig. 1.15, donde se presenta la dinámica de los resultados deportivos en triple salto de atletas de distintas clases (según Verkhoshansky Y., 1970).
La relación asintótica entre el tiempo (t), en su calidad de argumento que caracteriza todas las condiciones del incremento de los resultados deportivos y el de los logros, como función de dichas condiciones, revela ante todo el carácter no lineal y heterocrónico de los cambios adaptativos del organismo, así como las causas de la reducción (restricción) relativa de sus posibilidades potenciales.
Estos ejemplos confirman la tendencia principal en el desarrollo de los resultados deportivos: la ley logística que refleja de modo adecuado el carácter objetivo del proceso de la perfección deportiva en el tiempo, independientemente de que en cada caso concreto el umbral relativo, el tiempo del crecimiento y el nivel inicial de los resultados pueda ser distintos. Esto afecta también al sistema de evaluación en el deporte, teniendo en cuenta que el criterio que determina la maestría deportiva no es una expresión lineal, aditiva del resultado. En otros términos, la mejora del resultado en carrera lisa de 100 m 1 seg a un nivel de 12 seg no es adecuada al mismo resultado a un nivel de 10,5 seg. Para este nivel, mejorar 0,1 seg tendría el mismo valor, es decir, la auténtica medida del incremento no se calcula a partir de la magnitud del factor que lo estimula, sino de su logaritmo.
Las regularidades y tendencias descritas en la dinámica de los resultados deportivos dan una idea no muy grata sobre la perspectiva del desarrollo del gran deporte. Pero este pesimismo no es fundamentado, ya que en la esfera de las relaciones sociales existen fuertes mecanismos reguladores. Es lógico esperar cambios cualitativos de la estructura y la jerarquía funcional del deporte que conducirán a una correlación óptima entre la mejora de los resultados deportivos y su importancia para la cultura general de la sociedad.
Fig. 1.15.Triple salto (según Verkhoshansky Y., 1970). 1 - deportistas de elite; 2 - clase media; 3 - datos medios; 4 - los años 50
El altísimo nivel de los récords mundiales, conforme a la ley logística del desarrollo paulatino, se irá estabilizando, lo que significa que con el tiempo el número relativo de los récords irá disminuyendo (tabla 1.4 y fig. 1.16). A cambio de esto irá creciendo el nivel medio de los resultados y el número de los campeones como resultado de más competiciones y el surgimiento de nuevas disciplinas (tabla 1.5). De esta manera irá creciendo no tanto la valoración social del resultado absoluto como el triunfo obtenido en una competición concreta. A propósito; esta evaluación es hoy en día también el estímulo dominante para los deportistas de elite que prefieren el título olímpico imperecedero al récord mundial.
De aquí podemos deducir que los altos resultados deportivos, como modelo para el individuo y la sociedad, van convirtiéndose paulatinamente en una característica esencial de la prosperidad cultural general de la humanidad. Al igual que las obras clásicas del arte, estos resultados conmoverán siempre al gran público deportivo con su único medio de comunicación: el lenguaje de los movimientos humanos. En este sentido, el papel estimulante y eurístico de los grandes resultados deportivos quedará en la esfera de los eternos problemas que la humanidad deberá resolver sobre unas bases estrictamente científicas.
Tabla 1.4. Récords mundiales superados en los años olímpicos.
Fig. 1.16. Triunfos con récords mundiales en la natación (en % del número total de las disciplinas).
Tabla 1.5. Número y porcentaje de pruebas en el programa olímpico.
1Carta Europea del Deporte, 1992, artículo 2.
2Los Juegos Olímpicos de 1912 son los primeros en cuyo programa figuran todas las disciplinas estudiadas que sometemos a un análisis comparativo.