Читать книгу Tecnología y nuevos modelos de negocio para la paz - Víctor Moctezuma Aguirre - Страница 7
ОглавлениеMuchas veces, cuando algo se inventa, no se tiene definido el espectro de todo lo que podría abarcar el resultado de esa invención ni de la manera en la que sus aplicaciones podrían usarse.
La tecnología ha estado presente de manera determinante en distintos momentos de la historia. Los romanos, por ejemplo, concibieron una metalurgia y una ingeniería desarrolladas para atacar a distancia con mayor precisión; aplicar la ciencia y la ingeniería en la navegación permitió a los británicos contar con una mejor flota para dominar los océanos. Así pues, la tecnología ha generado diversos avances y ha contribuido a que, con el tiempo, los países puedan sentirse más seguros en su territorio.
Hoy la tecnología marca la pauta del progreso económico. Un ciudadano común con conocimientos de programación puede hacer temblar a las economías mundiales, si se lo propone. La nueva carrera armamentista no se librará con tecnología bélica, sino con patentes, aplicaciones digitales, sistemas de gestión de datos, de reconocimiento facial, proyectos de salud genómica, nuevos materiales y aplicaciones de energía y alimentación. La tecnología que se utilice para desarrollar la economía y dominar un campo específico tendrá mayor relevancia que la conquista de un territorio geográfico, como solía suceder en siglos pasados.
El ejemplo más reciente de lo anterior es la creación de la vacuna contra el coronavirus: pasamos de un proceso que tomaría diez años para su desarrollo a uno de ocho meses, y esta aceleración llevó a las naciones a ver la ciencia y la innovación como tablas de salvación. En el desarrollo de esta vacuna y en su aplicación basaron también sus modelos de crecimiento económico, sus cadenas de suministro y la distribución de recursos humanitarios.
A pesar de que la tecnología a menudo es guiada por intenciones militares (Internet comenzó en parte con la financiación del Departamento de Defensa de Estados Unidos), el 2020 dejó como aprendizaje que la equidad y la justicia hoy son instrumentadas por los avances en este campo.
Imagen 1. Robots inteligentes de compañía
Fuente: «Six Rules Effective Forecasting» (Saffo, 2007).
Quizá la cuestión sea resolver cómo esa tecnología será accesible para todos y cómo nos permitirá disolver un poco las asimetrías económicas. A continuación, algunos ejemplos de fenómenos geopolíticos que demuestran que el conocimiento tecnológico y los medios para aplicarlo en distintos procesos son hoy el nuevo espacio de la política.
Bolivia tiene las minas de litio más abundantes del mundo, pero no tiene el conocimiento tecnológico y los medios para explotarlas y convertirse en proveedor de componentes de baterías (el principal uso de este elemento), por eso lo exporta como mineral. Son China y Estados Unidos los encargados de procesar, industrializar y comerciar ese litio, ya sea como producto (autos eléctricos) o como componente (baterías).
China, que por hacer accesible un progreso económico a las clases medias enfrenta desafíos ambientales, es ahora el mayor instalador de energías renovables y el mercado más grande de vehículos eléctricos en el mundo. El gobierno comunista ha fijado agresivos objetivos de reducción de emisiones abriendo programas de inversión pública orientados a la energía, la agricultura y la sistematización de sus procesos. El desarrollo obliga a una respuesta tecnológica.
Estados Unidos, que hasta hace quince años importaba combustibles fósiles, se ha convertido en su mayor productor, debido al reacondicionamiento de su infraestructura con tecnologías más eficientes. Hoy este país está volcado en una reformulación de sus objetivos industriales, debido a su deseo de regresar a liderar la agenda climática.
En el tercer mundo, los medicamentos genéricos y los alimentos genéticamente modificados han mejorado la calidad y expectativa de vida de las personas, y han disminuido los índices de pobreza y mortalidad.
Pero también tenemos un ángulo opuesto en el que el desarrollo tecnológico puede generar malos entendidos. Estamos interconectados, hiperinformados, atados de forma ininterrumpida a un teléfono que es una ventana de opinión que se puede reproducir al infinito, lo que nos puede hacer pensar que este instrumento, que ayuda a la cooperación e integración, es el fin último de la tecnología.
En una época de redes sociales en la que podemos manifestarnos, opinar, organizarnos y cocrear, es la tecnología —no el dispositivo y el medio de comunicación al que se tenga acceso—, la que nos da el superpoder (y con este también una responsabilidad) de utilizarla para cambiar al mundo con base en un bien común. La pregunta no es quién controla la tecnología, sino cómo la desarrollamos, orientamos y aplicamos colectivamente para crear cosas.
Ejemplos de cómo la concentración de los recursos de la ciencia y la tecnología permite crear soluciones que dan paso al desarrollo industrial.
El mundo resolvió el problema del ozono. Puede resolver el cambio climático. Ver enlace
¿Qué tecnología ganó la Segunda Guerra Mundial? La mayoría de la gente diría que la bomba atómica, pero la verdadera respuesta es el radar. Ver enlace
Los científicos crearon la pintura más blanca del mundo. Esto podría eliminar la necesidad de aire acondicionado. Ver enlace
Movilizar a una generación de creadores
La tecnología tiene el poder de unirnos y de mejorar nuestra calidad de vida si es empleada de manera adecuada. Innovaciones como los asistentes de voz con inteligencia artificial (IA) pueden ser un ejemplo práctico, ya que su aplicación puede ayudarnos a realizar labores rutinarias, aumentando las posibilidades de colaboración y comunicación. Es un proyecto que, además, tuvo su origen en las interfaces para personas con discapacidad en la movilidad y que, con los años, ha evolucionado hasta alcanzar a todo tipo de usuarios.
Hoy en día convivimos entre pantallas, grabando notas de voz y videos, generando likes y hasta en marchas virtuales; en cadenas de mensajes y chats que buscan organizar a la sociedad para un fin común. Por única ocasión, la COVID-19 nos hizo padecer a todos (en igualdad de circunstancias) un fenómeno que demostró que:
La suma de voluntades puede resolver más que las diferencias sociales.
Los conflictos y las diferencias culturales no tienen cabida cuando la supervivencia de todos está en juego.
Sin importar la raza, credo, condición económica o geográfica, un simple virus dobló los egos al demostrar que la naturaleza está por encima de nuestra voluntad.
La reclusión generó millones de historias que buscaban, desde la improvisación y la emergencia, aportar y resolver desde y para la sociedad cuestiones como la manera de hacer llegar alimentos y medicinas a pesar del aislamiento, mantener condiciones seguras para convivir, rediseñar los procesos y dispositivos médicos para llegar a más personas con menos recursos o simplemente mantenernos productivos. Todos, al unísono, estuvimos conectados, educados y activos mediante formatos análogos y digitales.
Lo que enfrentamos fue un sentido colectivo de urgencia y empatía que nos obligó a resolver, y las respuestas no pararon de llegar, esta vez no desde empresas o programas de gobierno, sino desde, por y para los ciudadanos como usuarios.
El principio de toda acción orientada a emprender es una necesidad evidente no satisfecha.
Ejemplos de cómo la inventiva resuelve crisis y propone soluciones creativas, solidarias e innovadoras que se traducen en productos, servicios y plataformas sociales.
Los voluntarios producen válvulas impresas en 3D para tratamientos de coronavirus que salvan vidas. Ver enlace
Los extraordinarios inventos que la gente común está haciendo para combatir el coronavirus. Ver enlace
No solo los científicos, las grandes corporaciones o los emprendedores tecnológicos se esforzaron en proponer soluciones, también los usuarios trabajaron colaborativamente para hacerlo.
Imagen 2. Top 50 de tecnologías emergentes
Fuente: «Frost & Sullivan Reveals the 50 Game-changing Technologies Transforming the Future» (2021).
Las propuestas más innovadoras vinieron de personas comunes que entendieron que había que hacer algo y se concentraron en buscar información, en entender el problema y aplicar el ingenio en una solución creativa que fuera compartida con otros inmediatamente. Estos ejemplos dan cuenta del ingenio como base de la creación, y de que solo necesita nutrirse de un poco de empatía y algo más de sentido de urgencia para aportar a la sociedad.
Una generación privilegiada como la de los jóvenes de hoy en día (que tiene en los bolsillos herramientas de comunicación con acceso a una vasta red de conocimiento) fue el medio para explorar las ideas, conectar a los actores relevantes y organizarse para escalar rápidamente entre validaciones, y desde ahí desarrollar soluciones a la situación que estábamos viviendo.
Ya sea estudiantes reflexionando sobre su elección de carrera o profesionistas y emprendedores sondeando maneras de mantenerse a flote, nos preparamos para la siguiente etapa —adaptados ya a la incertidumbre— para formar, reconstruir o salir a cazar la siguiente oportunidad; pues todos vencimos la ansiedad de un aislamiento global y los efectos posteriores que se generaron desde la economía y las relaciones sociales.
El coronavirus nos enfrentó a decisiones postergadas de lo que nos era útil o necesario, y sobre lo que era urgente de entre lo que era preferible. La digitalización de nuestra cotidianeidad —tan sobradamente expuesta— se hizo realidad en cuestión de días, pues trasladamos la convivencia a un espacio entre pantallas. Todos los estratos, edades y geografías resolvimos que nuestra vida diaria girara en torno a una videoconferencia.
Tuvimos también sacrificios y mucho aprendizaje no solo por lo que significó alterar las rutinas y concentrarnos en hacer una vida profesional desde el hogar, sino porque millones aprovecharon el tiempo para educarse. La oferta de contenido se centuplicó. Así, el 2020 debería ser considerado como el año global de la reflexión, el aprendizaje y la reinvención.
Referencias citadas
Saffo, P. (2007, July 1). «Six Rules Effective Forecasting». Harvard Business Review. https://store.hbr.org/product/six-rules-for-effective-forecasting/R0707K
«Frost & Sullivan Reveals the 50 Game-changing Technologies Transforming the Future». (2021, April 13). Frost & Sullivan. https://www.frost.com/news/press-releases/frost-sullivan-reveals-the-50-game-changing-technologies-transforming-the-future/