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¿En qué consiste
el amor propio?
ОглавлениеPara sentirnos en paz, necesitamos equilibrio: equilibrio entre el trabajo y el ocio, entre la acción y la paciencia, entre el gasto y el ahorro, entre la risa y la seriedad, entre irnos y quedarnos. No lograr ese equilibrio en cada área de tu vida puede dejarte exhausto, y hacerte sentir muchas emociones desagradables, como la culpa.
He aquí un ejemplo de cómo equilibrar la acción y la paciencia. Si eres responsable de dirigir el proyecto de último año de la universidad y sorprendes a un miembro de tu equipo con el que te llevas bien perdiendo el tiempo en las redes sociales en lugar de ayudar al equipo, puedes hacer la vista gorda. Si esa actitud se repite a menudo y notas que su productividad disminuye, puedes advertirle que, de seguir así, tendrás que informar al representante de tu curso. Si, tras esto, decide ignorarte y continuar con su comportamiento, ¿te sentirías culpable de tomar otras medidas?
Puede que, si eres una persona amable y comprensiva, temas hacerle daño y causarle problemas. Informar al encargado del curso podría implicar que tu amigo tenga que enfrentarse a graves consecuencias que afecten a su calificación final y perjudiquen su futuro. Pero la cuestión es que te está faltando al respeto y no hace caso a tus advertencias. Puede que sientas que se está aprovechando de tu bondad, y te preocupe que otros miembros del proyecto se disgusten si interpretan tu indulgencia como favoritismo.
En este caso, si eres amable y honesto, y te comportas con integridad, no tienes que sentirte culpable por tomar más medidas.
Es importante que entiendas que prescindir de alguien a quien no le importas no es una injusticia.
Como responsable del proyecto, puedes recordar que lo hiciste lo mejor que pudiste, y tu amigo, lamentablemente, no quiso cooperar. Si no tomas medidas, te arriesgas a perder no solo tu paz interior, sino también el respeto de tu equipo, además de perjudicar tu calificación final.
Al adoptar un enfoque equilibrado, te sentirás más a gusto y evitarás los sentimientos negativos, como la culpa. Utilizas tanto la acción como la paciencia. Puedes demostrar que eres comprensivo y que perdonas, y al mismo tiempo ser firme y serio. Lo más probable es que aun en el caso de que este estudiante se moleste por tu decisión, te respete por haberle dado una oportunidad.
Entonces, ¿qué tiene esto que ver con el amor propio? Bueno, la expresión amor propio a menudo se malinterpreta. El amor propio fomenta la aceptación, pero mucha gente usa esto como excusa para no dejar que nadie le discuta nada. De hecho, el amor propio consiste en dos elementos esenciales que deben estar equilibrados para vivir en armonía.
El amor propio consiste en el equilibrio entre el aceptarte a ti mismo tal como eres, reconociendo que te mereces algo mejor, y el esforzarte para lograrlo.
El primer elemento fomenta el amor incondicional hacia ti mismo. Aquí nos centramos en la actitud. La verdad es que no te vas a querer más por el hecho de, por ejemplo, adelgazar, engordar o someterte a una operación de cirugía estética. Puede que te sientas más seguro, eso sí. Pero el verdadero amor propio consiste en apreciarte seas como seas y estés como estés, independientemente de cualquier transformación a la que aspires.
El segundo elemento te anima a crecer y se centra en la adopción de medidas. Superarte a ti mismo y mejorar tu vida también es amor propio porque significa que reconoces que te mereces algo más que conformarte con la mediocridad.
Al hablar de amor propio, piensa en lo que significa amar incondicionalmente a los demás. Tu pareja, por ejemplo, puede tener hábitos molestos, pero eso no significa que la quieras menos.
La aceptas tal como es, y a veces incluso aprendes de sus defectos. También quieres lo mejor para ella. Por lo tanto, si un hábito en particular estuviera afectando a su salud, la ayudarías a realizar cambios positivos. Esto demuestra que la amas incondicionalmente. No la juzgas con dureza, pero sí quieres que dé de sí todo lo que puede, por su propio bien. El amor propio consiste en que te apliques esto a ti mismo: buscar siempre lo mejor para ti.
El verdadero amor propio puede estar presente en cualquier aspecto que enriquezca tu vida, desde tu dieta hasta tus rituales espirituales o tu manera de relacionarte con los demás. Y, por supuesto, un valor significativo del amor propio es la aceptación: estar contento con lo que eres, como eres. Por consiguiente, el amor propio te libera y te da autonomía.
Entender el amor propio nos permite encontrar el equilibrio entre la mentalidad y la acción. Sin equilibrio tropezaremos, caeremos y nos sentiremos desvalidos. Cuando te ames a ti mismo, la vida comenzará a amarte.
El equilibrio entre la actitud y la acción te permitirá vibrar a una frecuencia superior. Estudiaremos esto más a fondo en los próximos capítulos.