Читать книгу Flush - Virgina Woolf, Pato Segovia - Страница 7
ОглавлениеUn día de verano, Miss Mitford llevó a Flush a la casa de su amiga, una mansión sobre la calle Wimpole, la más prestigiosa e impersonal de las calles londinenses. Mientras subía las escaleras detrás de su dueña y el mayordomo, Flush sintió un exquisito aroma a carne asada, a sopa hirviendo; olores tan apetitosos como la propia comida. Pero había otros olores mezclados con los de la cocina: perfumes de cedro, sándalo y caoba, fragancias de miriñaques y tapices, olores de cuerpos macho y de cuerpos hembra, de criados y criadas, olores del polvo del carbón, de la niebla, del vino y los cigarros.
Flush entró a un cuarto muy oscuro y sombrío. De pronto la puerta se cerró detrás de sí y oyó pasos bajando la escalera. Se dio cuenta de que su dueña se marchaba y sintió pánico. Oía perfectamente, una detrás de otra, las puertas que se cerraban detrás de Miss Mitford; se cerraban separándolo de la libertad, de los campos, de las liebres, y separándolo, sobre todo, de la mujer que lo había mimado, bañado, que le había pegado y que le había dado de comer cuando no tenía suficiente para alimentarse ella.
Oyó otro portazo y supo que era el último. Era un hecho: estaba solo, ella lo había abandonado. Se sentía tan angustiado e impotente ante su destino que levantó la cabeza y aulló con fuerza.