Читать книгу Alfred Hitchcock presenta: Los mejores relatos de crimen y suspenso - VV. AA. - Страница 6
INTRODUCCIÓN
ОглавлениеCINCUENTA AÑOS SON MUCHAS HISTORIAS. Cuando empecé a plantearme la idea de armar una antología que conmemorara el cincuentenario de Alfred Hitchcock’s Mystery Magazine, miré desde mi escritorio la pared en la que guardo todos los números de la revista desde diciembre de 1956 y me sentí abrumada. Decidí buscar ayuda para determinar qué cuentos representaban lo mejor de la ilustre historia de la publicación.
Puse en sus páginas un anuncio a nuestros lectores, pidiéndoles que nos escribieran para decirnos cuáles eran sus relatos favoritos. La respuesta fue maravillosa.
Algunos señalaron una sola historia que se había quedado años rondándoles la mente. Otros mencionaron a un autor favorito (“Lo que sea de Stephen Wasylyk”). Otros nos mandaron pequeñas claves para iniciar una búsqueda del tesoro con palabras como “No recuerdo el título o el autor, pero…”. A menudo, estos corresponsales describían un cuento con tanto detalle que de hecho conseguimos identificarlo.
Esas cartas eran para nosotros otra prueba de que AHMM tiene la suerte de contar con un grupo de fieles lectores que han estado suscritos a la revista por años o incluso generaciones; en muchos sentidos, sienten que la revista “les pertenece”. Las cartas también nos hacían recordar el poder del cuento corto. Puede ser que esos relatos se hayan publicado en una pequeña gaceta mensual, pero son mucho más que un entretenimiento efímero. Sus tramas y personajes, sus ironías y su impacto emocional poseen una resonancia duradera. Se quedan años con nosotros, incluso mucho después de que el número de la revista ha desaparecido.
No cabe duda de que la popularidad de la revista en sus primeros años tuvo el apoyo de la evidente asociación con Alfred Hitchcock. Fue fundada a mediados de la década de 1950 por Richard E. Decker y H. S. D. Publications, que en ese entonces publicaban la revista de relatos de misterio Manhunt. Llegaron a un acuerdo con el famoso director de cine para que le prestara su nombre a la revista.
En poco tiempo, los productores del popular programa televisivo de media hora Alfred Hitchcock presenta (1955-1961) encontraron en la joven publicación una mina de relatos que ellos podían transformar en guiones. “A Bottle of Wine” [Una botella de vino], del primerísimo número de AHMM, fue de los primeros elegidos. Más adelante, relatos de autores nuestros como Henry Slesar, Talmage Powell, James Holding, Jack Ritchie, Ed Lacy y Robert Bloch, por mencionar unos cuantos, se convirtieron en guiones y se llevaron a la pantalla para Alfred Hitchcock presenta o para su posterior encarnación, La hora de Alfred Hitchcock (1962-1965).
Desde su nacimiento, la revista ha recibido con los brazos abiertos tanto a profesionales con experiencia como a jóvenes escritores que siguen cavándose un nicho en el mundo del misterio. En la década de 1960, AHMM publicó algunos de los primeros cuentos de autores que hoy en día son grandes maestros en este campo, como Donald E. Westlake y Hillary Waugh.
En 1975 Alfred Hitchcock’s Mystery Magazine fue adquirida por Davis Publications, que también editaba Ellery Queen’s Mystery Magazine. Mientras otras revistas de ficción desaparecían, AHMM se iba estableciendo con aún mayor solidez en esos años bajo la administración de la editora Eleanor Sullivan, quien publicaba con regularidad a escritores talentosos como Lawrence Block o Bill Pronzini.
Cathleen Jordan entró en escena como editora en 1981 y muy pronto amplió el atractivo de la revista para llegar a miles de lectores de cuentos de todo Estados Unidos. También continuó con la tradición de AHMM de ser receptiva a autores desconocidos o no publicados. Doug Allyn, Rob Kantner, I. J. Parker y Martin Limón son un puñado de los numerosos escritores que se iniciaron en sus páginas.
Con ayuda de nuestros lectores he elegido una muestra representativa de cuentos publicados en AHMM en las últimas cinco décadas. Todas son historias interesantes, escritas con oficio, que ejemplifican el amplio registro y la diversidad que la revista ha ofrecido con los años. Ya sea que estés llegando a ellas por primera vez o releyéndolas, el entretenimiento está garantizado. Si eres estudiante de escritura, son relatos que vale la pena analizar por lo bien trabajados que están. Como colección, son muestra de la evolución estilística del cuento corto popular. En esta compilación encontrarás autores a los que quizá reconozcas y otros que merecen una mayor atención.
Aunque cincuenta años puedan no parecer mucho tiempo, la cultura estadounidense se ha desarrollado de maneras sutiles y a la vez drásticas. Esos cambios se reflejan en los cuentos. El movimiento por los derechos civiles, la revolución sexual, los derechos de las mujeres, la guerra de Vietnam, la caída del Muro de Berlín y nuestra sociedad cada vez más multicultural son sólo algunas de las transformaciones que alimentan estas historias y las dotan de una relevancia que va más allá de su mandato principal, que es el de entretener.
Por su ayuda para llevar esta antología a buen término, quisiera agradecer a Claiborne Hancock, fundador y editor de Pegasus Books; a Abby Browning, gerente de Mercadotecnia y Derechos Subsidiarios de Dell Magazines; a Nicole K. Sia y Jonas Eno-Van Fleet, mis ayudantes, y a todos los lectores que mandaron sus magníficas recomendaciones.
LINDA LANDRIGAN
Nueva York, abril de 2006