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LUCHAR Y PROTEGERSE ¡Y SI UN GUEPARDO INSPIRARA A LAS TROPAS DE TIERRA!

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¡Infiltrémonos en un proyecto digno de Star Wars! En efecto, ¿qué mejor sueño para un jefe del ejército que poder remplazar a sus soldados por robots? Hacer realidad este sueño es el objetivo de grandes proyectos más o menos logrados, pero con un gran potencial, por supuesto. Sin embargo, atención, se necesitan soldados robot rápidos, adaptables a los diversos suelos, que sorteen los obstáculos e incluso que evolucionen sin ver… ¿En qué animales nos inspiramos? Empecemos por un robot cuadrúpedo llamado Cheetah, «guepardo» en inglés. ¿Qué interés tiene inspirarse en un guepardo (Acinonyx jubatus)? Su velocidad y su capacidad para cambiar de dirección con una gran maniobrabilidad. Este felino puede alcanzar los 112 km/h (50 km/h de media) y es el animal terrestre más rápido del mundo. Es un excelente depredador, capaz de producir aceleraciones y desaceleraciones laterales fenomenales gracias a su fuerza muscular, a su adherencia debida a las garras no retráctiles y a la maniobrabilidad de su cuerpo debida, sobre todo, a una columna vertebral muy flexible y una pequeña cabeza aerodinámica.[16] Unas ventajas que han inspirado la creación de Cheetah.

En 2012, la primera versión constituía el robot cuadrúpedo terrestre más rápido del mundo, podía alcanzar 45,5 km/h, sobre todo gracias a una columna vertebral artificial muy flexible.[17] Esta proeza había conducido a la prensa a compararlo con el campeón y atleta Usain Bolt, cuyo récord era de 44 km/h. Actualmente, la tercera versión de Cheetah del MIT (Massachusetts Institute of Technology) es simplemente excepcional. Cheetah 3 puede trotar, galopar, saltar, trepar y desplazarse lateralmente, todo ello entre obstáculos y sin ver, ¡sin cámara ni sensores, por favor![18] ¿Por qué sin ver? Sangbae Kim, profesor asociado del MIT y principal diseñador del robot, lo explica muy bien.

Un robot debe poder gestionar numerosos imprevistos sin basarse demasiado en la visión, sino en informaciones táctiles, para desplazarse más deprisa frente a obstáculos inesperados. Siempre con el objetivo de remplazar tropas de tierra, la idea de esta tercera versión es que pueda avanzar por terrenos difíciles prescindiendo de las informaciones visuales. La magia de los algoritmos permite, gracias a datos angulares y de aceleración, la detección de contacto (obstáculo, superficie desestabilizante, etc.) y el control de los movimientos (ajustar, continuar el movimiento, con qué fuerza, etc.) de cada pata. Todo funciona como si tuvieras que desplazarte a tientas por una zona totalmente oscura. Pero el robot lo hace todavía mejor, puesto que, si lo empujas para hacerlo caer, es capaz de mantener el equilibrio. Te dejo que imagines sus proezas cuando se le restablezca la visión para que pueda cartografiar su entorno. Aparte de los objetivos militares, Cheetah podría utilizarse un día en diversas misiones realizadas en entornos hostiles e incluso inaccesibles a los seres humanos. Sin embargo, habrá que bajar los costes, sobre todo reduciendo el tamaño,[19] pero también continuar con los proyectos paralelos, como los increíbles robots BigDog o PetMan (Figura 4).

Figura 4. ¡Un guepardo (© Hein Waschefort, commons.wikimedia.org) inspira el robot BigDog! (© Daderot, commons.wikimedia.org).
Los animales y vegetales que nos inspiran

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