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Urbs capta 113

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Cuando Tácito (IV 1, 3) resume el estado de Roma con la entrada de las tropas flavianas en los términos de ubique lamenta, conclamationes et fortuna captae urbis , está aludiendo a un motivo literario y retórico 114 , el de la «la conquista o saqueo de una ciudad», desarrollado desde Homero hasta la antigüedad tardía en poesía, oratoria e historiografía. Troya se había convertido desde antiguo en el paradigma de una ciudad conquistada. En época helenística las escenas de tomas de ciudades se convirtieron en un tema abusivo, hasta el punto de ser criticado por el mismo Polibio (200-ca. 118 a. C.) en un célebre pasaje (II 56, 7): «Filarco quiere provocar la compasión de sus lectores y hacerles sintonizar con su relato, de modo que describe teatralmente mujeres abrazándose, desgarrando sus cabellos y descubriendo sus pechos; nos habla de lágrimas y lamentos de hombres y mujeres llevadas a cautiverio con sus hijos y sus padres ancianos». Pero el objetivo de tales historiadores era justamente conseguir patetismo y emotividad poniendo ante nuestros ojos la matanza de hombres, el incendio y destrucción de las ciudades, la muerte de niños, las violaciones de mujeres y su sometimiento a la esclavitud y el clima de lamento y desesperación por doquier. La toma de una ciudad era el mayor desastre que podía ocurrir a los hombres libres, porque podían perder su casa, sus propiedades, su familia, su patria y su libertad. Los ejemplos son infinitos desde Homero (Ilíada , IX 592-594: «y le contó todas las desgracias que suceden a los hombres cuya ciudad es conquistada: matan a los hombres, reducen la ciudad a fuego y otros se llevan a hijos y mujeres de anchas cinturas») hasta Isidoro de Sevilla 115 .

Los dos ejemplos de Tácito sobre una urbs capta en las Historias , Cremona (III 33) y Roma (IV 1) 116 , explotan los tópicos que más le interesan para reflejar no sólo el saqueo, sino también la actitud moral de los saqueadores: violaciones y asesinatos (33, 1), pillaje (33, 1-2), destrucción de edificios e incendios (33, 2), matanzas y cadáveres (1, 1), avaricia (1, 2), lamentos (1). La retórica aprendida 117 era aprovechada por Tácito no solo para provocar la miseratio de la audiencia, sino también para desenmascarar una vez más la miseria del alma humana.

Historias. Libros I-II

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