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ОглавлениеDISCURSOS DE APERTURA DE LA FACULTAD DE DERECHO DE VALENCIA: FALANGISMO Y NACIONALCATOLICISMO
JORGE CORREA
Universitat de València
Los primeros años de la universidad española del franquismo disponen de una nutrida bibliografía que ha explorado desde las depuraciones y el asalto a las cátedras hasta los encuadramientos estudiantiles fascistas o el control de la docencia y la investigación desde instancias eclesiales. En este trabajo se trata de revisar los actos políticos y religiosos, conferencias y cursillos; las actividades menos vinculadas con la enseñanza reglada y las explicaciones de licenciatura desde la cátedra. Abordo los cursos inmediatos a la guerra en la facultad de derecho valenciana a través de los discursos de apertura de sus profesores y desde la crónica de la vida universitaria. Las facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Medicina y Ciencias se turnaban ordenadamente para protagonizar el discurso de apertura anual.1
Un catedrático, por turno riguroso entre éstas y por antigüedad dentro de la suya, asume cada año el alto honor y la ardua responsabilidad de pronunciar la lección inaugural del curso académico.2
Las que interesan ahora se publicaron en Anales de la Universidad de Valencia (1920-1976), cuya creación fue iniciativa del claustro de derecho3 que articuló una propuesta completa a finales de mayo de 1920 aceptada inmediatamente por la universidad. Estipulaba una junta de redacción integrada por el secretario de la universidad y los de las cuatro facultades para la preparación y edición de los materiales. Debía aparecer ese mismo curso de 1920-21 y publicaría el discurso de apertura, la memoria y estadísticas anuales de la institución, memorias especiales de las facultades, datos económicos, resúmenes de publicaciones, conferencias, trabajos de investigación, crónicas de la vida escolar…; en general, decía, «todo cuanto contribuya a difundir la historia, actividad y aspiraciones de la universidad y sus facultades».4
Tras la sublevación militar que dio inicio a la guerra civil la universidad limitó extraordinariamente su actividad. El curso 1936-1937 se organizó un «Ciclo de conferencias y cursos breves organizados por la Universidad de Valencia y Casa de la Cultura». En la facultad de derecho se trabajaba sobre un nuevo plan de estudios que tendría tres secciones: jurídicas, políticas y económicas y en materia docente apenas se realizó un programa de cursillos en el que abundaban las referencias a la lucha de clases y a la guerra.5 Mariano Gómez, ya presidente del tribunal supremo, fue invitado para hablar sobre la justicia militar y José María Ots Capdequí, decano de derecho, tituló su conferencia «El elemento popular y las minorías gobernantes en la obra de expansión española en América».6
Terminada la guerra, el 12 de abril de 1939 es nombrado rector Zumalacárregui, que ya lo había sido entre marzo de 1930 y mayo de 1931. Venía a sustituir al autoproclamado Manuel Batlle, catedrático de civil,7 que había designado decano de la facultad de filosofía al falangista Francisco Alcayde y Vilar y de derecho a Salvador Salom Antequera; serán los dos catedráticos que pronuncien los primeros discursos de apertura tras la guerra.
La guerra destruyó la actividad universitaria habitual. La última junta de la facultad de derecho se celebró del 14 de marzo de 1938, escrita su acta en el libro correspondiente.8 No habrá nueva entrada hasta comienzos del curso del 41; el secretario de la facultad es en ese momento Alfonso García Gallo, de historia del derecho, aunque partirá pronto hacia Madrid,9 que escribe:
… desaparecidas por fortuna aquellas circunstancias fruto de la guerra, y casi normalizada la vida académica, es un deber ineludible dejar constancia de las actividades de la Facultad, no solo como decía la R.O. del 27 de marzo de 1930, para memoria y debido reconocimiento, sino también, y muy especialmente, para que, el día de mañana, los futuros historiadores no encuentren soluciones de continuidad en la investigación y rebusca de datos para escribir la Historia de nuestra Universidad valenciana.
Hay manifiesto interés en mostrar que la universidad del general Franco ha vuelto a la normalidad académica, lo que no era cierto. Tras la tragedia de los tres años de guerra comenzó para los vencidos la depuración y el exilio, mientras que los vencedores ocuparon los puestos de mando universitarios y las cátedras. Había nacido una corporación distinta, alejada de toda idea democrática,
… cuando la calle, con sus gritos democráticos, irrumpió en nuestros claustros, no hizo más que profanarlos, atentando contra la cultura (…) Ha pasado vuestra generación por cauce áspero, rugoso y agitado por aguas rojas teñidas con sangre y alborotadas por olas de pasión en dias de sollozos e inquietudes. Ya está serena y limpia Ia corriente. A trabajar todos unidos en Ia paz.10
Esta universidad valenciana la definió hace tiempo en sus rasgos esenciales M.ª Fernanda Mancebo: «catolicismo integrista, negación de cualquier pluralismo, patriotismo y españolismo frente a las influencias extranjerizantes europeas. Revivió los valores del pasado, de la escolástica y de una ciencia fuertemente ideologizada. Trasmitió en fin, un mensaje militarista autoritario y jerárquico, que caracterizaba al “glorioso” movimiento nacional».11
PRIMEROS DISCURSOS
Inmediatamente antes de la guerra civil le correspondió a la facultad de derecho actuar en 1923, 1927 y 1931:12 primera dictadura y segunda república. Dos momentos políticos muy diferentes, pero entre los catedráticos hay clara afinidad religiosa en los discursos, pues salvo en periodos excepcionales el estado español es confesional y en estos años está vigente el Concordato de 1851. Manuel Cabrera Warleta, de derecho canónico, dió una lección titulada La hipótesis de una primitiva religión totémica ante la prehistoria y la etnología. Enfoca el problema desde estas ciencias, no desde la teología, aunque señala que ha cumplido con el deber impuesto de previa censura por el canon 1385 del código de derecho canónico.13 En 1927, el catedrático de derecho romano y nuevo rector designado por el ministro Callejo, Joaquín Ros Gómez, diserta sobre la abogacía; era buen conocedor y parte interesada pues compaginó durante años, como tantos otros, la docencia con el ejercicio de la profesión. Perora sobre la necesidad de la disciplina social, que según él es promovida por el derecho, sobre la abogacía como sacerdocio pero que sufre la mala opinión de los literatos y, sobre todo, del vulgo, que muestra su desprecio en el refranero; pero, en todo caso, la peor amenaza para la profesión era el comunismo. Elabora un recorrido que arranca en el antiguo testamento y alcanza hasta las leyes de las repúblicas hispanoamericanas, cuyas «instituciones judiciales y forenses son reflejo de las de la madre España»;14 culmina con las palabras de una oración mariana, la Salve, que presenta a la virgen madre de Dios como abogada de los creyentes.15 En 1931 se abría el curso en el paraninfo con la presencia del ministro de educación de la recién estrenada república. Es recibido con un altercado entre estudiantes que el rector Mariano Gómez consigue calmar. El discurso del decano José Castán Tobeñas16 versó acerca de la cuestión social, «el fárrago desconcertante de las teorías sociales» en este periodo de crisis de valores morales y materiales y de enfrentamiento social que tiene como asunto central la cuestión obrera; «porque siempre ha existido lucha de clases antagónicas» y a su lado, dice, encontramos el problema agrario, el de las clases medias, el feminista o el de los niños. No quiere entrar en valoraciones ni proponer novedad alguna, solo trazar un esquema o síntesis lo más claro posible acerca de las concepciones filosóficas primarias, el individualismo y el socialismo, sus derivaciones y aplicaciones prácticas. En todo caso, se cuida de insistir en el enfrentamiento entre socialismo y religión a lo largo de sus páginas: «la idea de religion, lo mismo que la idea de familia y la idea de patria, tan combatidas hoy por el socialismo obrero, engendraron en los hombres una serie de sentimientos elevados, heroismo, abnegación, honor, sacrificio, cuyo derrumbamiento habría de producir un deficit moral, difícil de llenar con otros valores éticos improvisados».17
Ya no habrá más discursos de derecho hasta 1940. En octubre de 1939 el decano de la facultad de filosofía y letras, Francisco Alcayde, falangista, inaugura los de la posguerra; titula «El concepto de nación según José Antonio» en el que analiza brevemente el Ensayo sobre Nacionalismo. Afirma que es un tema nuevo, de actualidad, vital, deseado, importante, que interesa a todo el mundo. Pero antes de abordar su disertación académica dedica unos párrafos a los sucesos recientes: tras los años de barbarie y anarquía la universidad se abre de nuevo; termina la tenebrosa noche y comienza el día luminoso…
Asistimos en el día de hoy, en la Universidad, a un nacimiento y a una muerte. Todos los aquí reunidos, como supervivientes de un naufragio, estamos decididos a que no vuelva nunca la oleada de materialismo que quería convertir a nuestros hijos en bestias, que pisoteaba todo destello de espiritualidad. Y siendo la Universidad la casa simbólica de la cultura, de la espiritualidad, de los valores y de las esencias de la civilización, es la Universidad misma la que renace en el día de hoy. No solo conmemora el final de la anarquía y el principio de la cultura y la civilización, sino que ella misma es la que renace para cumplir su misión propia y específica.
Inmediatamente enfatizaba con ayuda de mayúsculas la íntima relación entre el ejército de Franco y la universidad: «lo que somos, lo debemos a Él». Luego recuerda al hijo del rector Zumalacárregui,18 uno de los universitarios víctimas de la barbarie.
El tema de la lección inaugural tiene su origen en la idea de Alcayde de asociar el método de investigación del fundador de la Falange con el método fenomenológico. En la primera parte de su exposición sintetiza el texto resaltando pasajes en los que lo ve aplicado, en la segunda expone la «síntesis del método fenomenológico de investigación de las esencias» y en la tercera muestra la identidad de ambos discursos. Concluye que la visión de José Antonio acerca del nacionalismo tiene que ver con la aplicación del método de investigación de las esencias propio de la fenomenología de Husserl; así, el nacionalismo no tiene que ver con sentimientos vagos de pertenencia por lengua, folklore o características físicas a una comunidad19 sino por tener un destino histórico diferenciado de otras naciones: la unidad de destino en lo universal. Frente a un sentimiento patriótico localista y primitivo, tan susceptible a la crítica, tan dado a sentirse herido por otras ideas políticas, tan propenso al separatismo, debe imponerse el mero sentimiento patriótico unitario.
¡Cuántas reacciones violentas y viriles, cuántas guerras fratricidas se habrian evitado no ofendiendo a esos sentimientos primarios instalados en lo profundo de la espontaneidad de un pueblo!
Parecia más bien un empeño de los politicos herir y ofender siempre esos sentimientos, como si se propusiesen fomentar o crear los separatismos.
Si sabemos aplicar la concepción auténtica de José Antonio, quedará para siempre curado el mal.
Ese mismo curso recogen los Anales una conferencia del catedrático de filosofía de instituto Féliz García Blázquez, titulada «La nación como comunidad de existencia» que dedica a su amigo Ramiro Ledesma Ramos.20 Un tercio de sus treinta y siete páginas las dedica a hablar de la universidad y luego define la nación en negativo, lo que no es, para terminar tras ejemplos patrióticos –la última guerra contra el francés– exaltando la raza, principio real de la nación, la libertad y el «genio»: «porque si una nación no pone sus fines propios para el ejercicio de la voluntad es que carece de genio, carece de espiritu. Puede tener buena base racial, pero es una raza torpe, en definitiva bárbara, que carece de genio auténtico, esclava de sus pasiones … España que viene dando tumbos hace siglos, nación con su genio dormido, tiene ahora Ia ocasión de desperezarse, de desentumecerse, como se despierta la vida a los anuncios del dia. El genio nacional debe ahora conocer su aurora».21
El curso siguiente corresponde el discurso de apertura al catedrático de derecho civil Salvador Salom Antequera,22 hijo del también catedrático Salvador Salom Puig.23 Este curso se introduce en el protocolo un discurso del jefe del S.E.U. que se pronunciará durante los años siguientes. Salom fue nombrado decano por Batlle en marzo del 39, pero enseguida fue sustituido por Ricardo Mur Sancho de derecho mercantil; volvería a ser decano desde el 6 de septiembre del 41 por Orden del ministerio de educación nacional hasta 1948.24 Salom titula su lección: “La responsabilidad aquiliana de los propietarios de edificios y de los arquitectos y contratistas, según el código civil español”.25 Su contenido es netamente jurídico-positivo, pero iba precedido por unas páginas con dos apartados: “La labor realizada por la Universidad durante el pasado curso” y “Misión de la Universidad en el nuevo Estado Nacional Sindicalista”. En el acto de apertura se limitó a esta primera parte, dejando para la publicación impresa el resto, en la que el catedrático de civil resumía el estado de la universidad tras la contienda y la forzada inactividad:
… entre los estudiantes: unos muertos, ya vilmente asesinados por la horda, ya gloriosamente cara al sol en los campos de batalla; otros continuaban en las filas de nuestro invicto ejército, y los que se encontraban en sus casas, muchos estaban depauperados por el hambre y los tormentos sufridos en las cárceles y checas, y entre los Catedráticos, unos habían sido también asesinados, otros expulsados de sus Cátedras por los rojos, andaban perseguidos ocultándose y los que no habían sido perseguidos conservaban bien visibles las huellas de las pasadas amarguras.
Tras la victoria, en dos meses se puso en marcha de nuevo. Se impartieron cursillos, muy útiles para los estudiantes que en doce meses aprobaron dos cursos completos de carrera, aunque reconoce que poco profundos científicamente. También hubo conferencias y “cursos extraordinarios con la valiosa cooperación del S.E.U.”.26 Para restablecer la auténtica universidad se organizaron dos eventos. Primero un “Curso de Teología dogmática” en el que se habló del origen divino de la iglesia, su magisterio infalible, relaciones con el estado… Luego hubo otro de Exaltación de valores hispánicos dedicado a Luis Vives27 –aunque apenas se habló de él–. Los conferenciantes son jerarcas de la iglesia y falangistas, catedráticos y un académico,28
… terminando tan brillante y macizo Curso con una solemnísima sesión en la que el libertador de Valencia, el glorioso General Aranda pronuncidó una magistral e interesante conferencia acerca del Paralelismo entre la campaña del Mio Cid y la del Cuerpo de Ejército de Galicia, poniendo punto final al acto y al Curso unas palabras rebosantes de exaltado patriotismo pronunciadas por el Excmo. Sr. Ministro de Educación Nacional.
La segunda parte de su discurso discurre desde los puntos de la Falange y citas del Fundador para, primero, afirmar el sometimiento de la universidad al nuevo estado totalitario29 y, segundo, señalar que los fines de la institución los impone el estado que la organiza. Y como organismo del estado, “de la misma manera que no debe tolerarse que sea discutido el Ejército ni la Magistratura, tampoco debe tolerarse que sea discutida la Universidad” ya que hasta la crítica más inocente puede resultar demoledora. Desde su función investigadora la universidad debe analizar y constrastar nuevas doctrinas científicas para convencerse de su ortodoxia, pero ahora, la nueva universidad, en el nuevo estado, de acuerdo con el movimiento nacional, incorporará “el sentido católico, de gloriosa tradición y predominio en España a la reconstrucción nacional, sin tolerar que desde las aulas se ponga en cuestión la religión, el interés público, la unidad, la seguridad y la prosperidad del Estado”. La auténtica tradición universitaria había sido destruída por los principios y doctrinas del liberalismo, la democracia y el laicismo; la enciclopedia, la libertad de pensamiento y de cátedra la prostituyeron en tiempos de la monarquía y la república… El viejo concordato de 1851 ha resucitado tras haber sido dado por derogado durante la república… En cuanto órgano docente –escuela profesional y “vivero” de funcionarios– “deberá seguir las directrices fijadas por el Estado enseñando lo que el Estado mande y como lo mande”: amor a la Patria, servicio a España y al Imperio para formar al hombre nuevo y para descubrir la verdad y grandeza de España. A cada nivel de la enseñanza corresponde una tarea:
… la Escuela debe hablar a los niños con exaltado cariño de la Patria, despertando su orgullo de ser españoles; el Instituto debe cantar a los adolescentes las glorias, grandezas y virtudes inmarcesibles de España y la Universidad debe explicar el porqué de nuestras glorias, grandezas y virtudes, esto es, el porqué debemos estar orgullosos de ser españoles.
La historia española no es como la de las demás naciones colonizadoras, y entonces viene la exaltación hispanoamericana y las glorias antiguas desde Séneca a Vives, la unidad de destino en lo universal y la conciencia de ser “uno de los pueblos elegidos por Dios para dirigir los destinos de la Humanidad”.30 Un magnífico resumen acaba de presentar Salom, en unas pocas páginas, de lo que se espera de la universidad.
Por lo que respecta a la parte más científica de su discurso, la responsabilidad aquiliana, se trata de establecer la especificada en el artículo 1907 del código civil, con especial relación al 1909.31 Explica que trae su origen del código napoleónico y que en el derecho histórico español –que reduce al castellano, como es habitual– o en el romano no podemos encontrar su antecedente.32 Compara con los preceptos de los códigos alemán, italiano y francés y luego va desgranando su análisis sobre la responsabilidad, la culpa, el riesgo… Reseña las soluciones de la jurisprudencia y va analizando minuciosamente –el texto ocupa ochenta páginas y está profusamente anotado– todos los problemas y consecuencias que se pueden derivar de la cuestión regulada por el artículo. Está en contra de la excepción de reponsabilidad del 1909 –defecto en la construcción y responsabilidad del arquitecto o constructor– y piensa que es injusta la solución y debe ser eliminada porque es contradictoria con la establecida para otros casos de ruina de edificios y plantea problemas de dificil solución».33
El rector Rodríguez-Fornos fue el encargado de la lección en 1941. Recuerda su llegada en 1911 y los primeros años en Valencia como profesor; los compañeros de claustro, las aulas en Guillén de Castro y la fiesta de la apertura en «los tiempos gloriosos de nuestra Universidad» que fue perdiendo valor «a medida que los hombres perdieron la fe en Dios y en la Patria». Recuerda la guerra contra el comunismo con sus héroes y mártires. Hace una increíble defensa de la universidad española que equipara con las muchas europeas y americanas que ha visitado: Chicago, Oxford… Abomina de la leyenda negra que acerca de la universidad española esparcieron por Europa los pensionados de la Junta de ampliación de estudios y lucubra sobre la decadencia de la universidad de la edad de oro a partir del siglo XVI: la abandonaron los poderes públicos y las corporaciones provinciales y municipales, no investigó ni se dotó de laboratorios, «esperamos hoy con fe en nuestro Caudillo y Altas Jerarquías la reconstrucción material y espiritual…». Reivindica los colegios mayores –cita al de Burjassot– y equipara la vocación universitaria con la de los doce apóstoles mientras van desfilando el Padre Ayala y el Kempis, Marañón y santo Tomás, Luis Vives, Vitoria, Menéndez y Pelayo, Ortega y Cajal. Había comenzado con Camaradas universitarios y terminaba con Por Dios. Por la Patria. Por Franco. ¡Arriba España!34 El 8 de noviembre de 1951 fallece.35 En el acto necrológico su compañero Manuel Beltrán Báguena le recuerda en el año 36: «días azarosos de lucha desesperada contra aquello que pretendía, con su ciclónica violencia, destrozar la Universidad» y un «espíritu avieso y ambicioso» que ansioso de sucederle en el rectorado dirige a la turba contra el rector que quedaba preso en su casa… y continuaba Beltrán hablando de la anti-España. El entonces vicerrector Corts cerraba el acto con un discurso sobre las virtudes cristianas en la enfermedad y la muerte.36 El ministro Ruiz Giménez inaugura una placa al rector fallecido (viene con Laín, rector en Madrid, y Jordana Fuentes, Jefe Nacional del S.E.U).
Ignacio Ribas –«bastante nazi» dice Mancebo– habló en 1942 sobre El corcho y el falangista Ballesteros-Gaibrois el curso siguiente sobre Valencia y los Reyes Católicos (1479-1943).37
En 1944, cuatro años antes de su jubilación, el catedrático de derecho mercantil, Ricardo Mur Sancho, inaugura el curso con una lección sobre la quiebra. Había sido depurado por la república y militó en el ejército franquista como capitán del cuerpo jurídico. Tras la guerra, por su adhesión al nuevo régimen, fue inmediatamente repuesto en la universidad y designado decano en abril del 39 –lo había sido accidental por renuncia de Salom de diciembre del 35 a marzo del 36–; compaginó la cátedra de mercantil con la de procesal desde el 40 y también ejerció desde su prestigioso despacho.38
Se plantea, ante la elección del contenido del discurso, la habitual disyuntiva: o un tema docente, sobre reformas necesarias y aspiraciones universitarias o, bien, un asunto científico. Si el rector Rodríguez Fornos optó por el primero, hoy, gracias a la ley de 1943 de ordenación universitaria ya es inútil dedicarse a esas cuestiones, pues todo se solucionará gracias a ella…39
El contenido científico (páginas 15-97) es sobre la quiebra –situación anormal del comerciante– y sus soluciones: liquidación mediante el procedimiento de quiebra, concordato, concordato preventivo, suspensión de pagos y otras para casos extraordinarios.
Al observar la anormalidad económica que en el mundo existe, perturbadora de las empresas mercantiles, muchas de las cuales van a su ruina, y que el Derecho ha de atender a su remedio, y que esa anormalidad ha de salir más a la superficie al terminar la guerra, he creído que llenaría mi cometido si trataba de la situación anormal del comerciante y sus soluciones legales.40
La lección se expone con lenguaje accesible y ejemplos cotidianos comprensibles por todos. Hace un esfuerzo por ser claro. Sigue el código y la obra de mercantilistas clásicos (Salgado de Somoza, González de la Huebra o Martí de Eixalá) y cita prácticamente a todos los catedráticos contemporáneos (Benito y Endara el más citado de quien se dice discípulo, González de Echavarri, Álvarez del Manzano, Blanco y Constants, De la Figuera, A. Vicente Gella, Langle Rubio, E. Miguel Romero, Garrigues y Díaz Cañabate…). Referencias a Partidas, Recopilación, alguna sentencia del supremo, discusiones parlamentarias, comisión codificadora; también maneja la doctrina francesa e italiana en buena medida.41
Termina con una alocución que insta a los estudiantes a aprovechar el tiempo de formación que les proporcionará más tarde una «ascensión sin límites» frente a los no universitarios.42 Pero previamente había iniciado el discurso con una docena de páginas claramente ideológicas. Una invocación a María Inmaculada, pues la universidad de Valencia fue la primera que «juró defender tu incomparable privilegio de la Concepción sin mancilla…» y, además, es símbolo de la sabiduría: sedes sapientiae.43 Le pide a la virgen que ayude al jefe del estado:
Protégele, aliéntale, en la ingente labor que sobre sí ha tomado de instaurare omnia in Christo, especialmente en lo que mira a la enseñanza, donde tan denodadamente la ha iniciado y prosigue, y haz, que así como con tu auxilio el espiritualismo cristiano español venció a la barbarie musulmana en aquella secular cruzada que inició Pelayo, así ahora, también con tu poderosísimo auxilio, ese mismo espiritu cristiano que cobijó la bandera que un glorioso 18 de julio enarboló el Generalísimo, nota esplendente de las Universidades de España, aniquile totalmente de estas tierras occidentales la nueva barbarie de aquella cienaga abyecta del materialisrno que nos estaba asfixiando, y que nuevos Tarikes y Muzas habían traido a esta bendita tierra tuya, en la que quisiste incrustar indeleblemente, como su medula y corona, el más pujante espiritu cristiano cuando viniste a ella posándote sobre pilar sagrado, junto a las márgenes del Ebro.
La alusión a la virgen del Pilar tiene que ver con la visita del rector el 23 de octubre de 1942 que juró «defender la verdad de tu Asunción corporal y de ser Tu Medianera Universal de las gracias», al tiempo que pedía a la virgen que «libres a España y a la Universidad de cuanto pueda menoscabar el espiritualismo cristiano que ha sido siempre timbre de nuestra patria y blasón de la Universidad española».44 También menciona la restauración de los colegios mayores –tradición gloriosa…– por la ley del ministro valenciano Ibáñez Martín –que estuvo presente en el acto y dio un discurso–. Cita el de Burjassot, el de san Vicente Ferrer, la construcción de los del S.E.U. En fin, todo gracias a los develos del caudillo tras la persección roja.
Los años siguientes cambia el tono –no dispongo de la lección de 1948 y 1957, pues no se publicaron durante unos años los anales– y los catedráticos de derecho se limitan por lo general a la exposición de sus lecciones sin prolegómenos marianos ni referencias a la guerra ni a los vencidos.
En 1953 el catedrático de penal José Arturo Rodríguez Muñoz45 titula su discurso La doctrina de la acción finalista.46 Trabaja y escribe con Jiménez de Asúa, Antón Oneca y Rodríguez Devesa. Un discurso estrictamente académico, una larguísima lección, con abundancia de bibliografía alemana, que conoce bien pues es traductor del criminólogo nazi Edmund Mezguer. También se ciñe a cuestiones de su asignatura Adolfo Miaja de la Muela, que en 1965, diez años después de que España entrara en la ONU, titula su discurso de apertura La emancipación de los pueblos coloniales y el derecho internacional. Buen conocedor de su materia adelantaba algunas consecuencias para España:
Arma de doble filo, la autodeterminación puede implicar para nosotros la dolorosa consecuencia de tener algún dIa que abandonar nuestras antiguas colonias, hoy provincias africanas, con la contrapartida feliz de navegar actualmente a favor de corriente, por primera vez en dos siglos y medio, la legítima aspiración española a la recuperación de Gibraltar, que tan difIcil de sostener era ante el Derecho internacional clásico.47
Antes, en 1961, Álvaro Calvo Alfageme,48 separándose de la mayoría, piensa que el discurso debe tratar sobre los problemas de la universidad y quiere repasar los últimos cincuenta años –desde que comenzó sus estudios en Madrid en 1910– con uno titulado Estampa universitaria. Con algunas referencias a Laín y Marías, y más extensamente a Fernández de la Mora, comienza su relato en la restauración. Habla de sus profesores; el de romano, tío paterno, Santamaría de Paredes, Sánchez Román –de aspecto judío– y Clemente de Diego. Recuerda la tertulia de Bonilla y Díaz Canseco, peculiar historiador del derecho de quien escribe largo desde el texto de Carande. Pasa al 98, a la institución… Cuenta el discurso de Federico de Onís sobre El problema de la universidad española, en Oviedo en 1912 y termina con alguna referencia a la universidad posterior al 36, desde Fernandez de la Mora, mucho más breve. Su análisis se limita en su mayor parte a estos recuerdos de profesores y a diversas anécdotas sin mayor referencia a las cuestiones del régimen y la religión que tantgo preocupaban unos años antes.
Mientras para la mayor parte de los profesores y autoridades académicas la vida universitaria discurría sin salirse de los cauces del movimiento nacional, entre los estudiantes, desde los cincuenta, comienzan los cambios. Marc Baldó o Ma Fernanda Mancebo los han analizado y muestran la creación de circuitos alternativos al régimen del sindicato único estudiantil: charlas y tertulias, lecturas y edición de revistas en las facultades –en la de derecho Diàleg–, cine clubs e incluso militancia en grupos de oposición. También se introdujeron listas o candidaturas a consejeros y delegados del sindicato único de estudiantes –hasta su desaparición en 1965– integradas por estudiantes independientes, alejados o contrarios al falangismo.49
VIDA ACADÉMICA NACIONALCATÓLICA
La vida universitaria más pública nos ofrece una cuidada mezcolanza de religión y falangismo; cualquier acto –apertura, homenajes, fiestas de patrones…– se inicia con celebración eucarística y se sigue de discursos falangistas y académicos, a veces difíciles de distinguir unos de otros. Casi cada curso podía tener –además de las ceremonias y celebraciones habituales– un gran momento de exaltación catolica: asunción de la virgen, María inmaculada o mediadora, reliquias de san José de Calasanz, procesión con el brazo de san Francisco Javier o coronación de la virgen de los Desamparados. José Pemartín, Director general de enseñanza superior, explicitaba en 1938 el proyecto nacionalcatólico: había que recatolizar la universidad, que no quedara piedra sobre piedra de la Institución libre de enseñanza, porque la enseñanza será patriótica, católica y leal.50
En 1945 los Anales dedicaban mas de cuarenta páginas a la memoria del curso.
«Grande ha sido la actividad de la Universidad de Valencia durante el curso 1945-46, en que ha proseguido la aplicación y el desenvolvimiento del estatuto universitario, constituido por ley de 22 de julio de 1943 y los Reglamentos de las Facultades».51
Seguían idas y venidas del profesorado: Torres Martínez, de economía política, y Calvo Serer, de historia universal, habían «triunfado» en sus oposiciones y se habían ido a la universidad central. Llegaba Naharro Mora, a suplir a Torres, Elorrieta, de político, volvía a la universidad para ocupar la cátedra de político –se fue en el 43 por excedencia voluntaria junto con el procesalista Enciso Calvo– y Gordillo la de procesal. Luego, la inauguración del curso, que seguía un protocolo que se prolongaría durante los largos años del franquismo: misa del Espíritu Santo en la capilla de la Sapiencia, apertura de curso en el paraninfo con presidencia del rector y asistencia de «primeras autoridades y jerarquías» del Movimiento nacional, claustro, estudiantes y numeroso público. Discurso del camarada «Jefe del Frente de Juventudes», que entonces era Rafael Cerezo, discurso de apertura, entrega de premios extraordinarios, himno nacional e invocaciones del Movimiento pronunciadas por el rector.
El 10 febrero homenaje a los «estudiantes caídos»: misa en la iglesia de los dominicos, acto en la escalera de la universidad y en la cruz de los caídos con lectura de la oración de Sánchez Mazas, Cara al sol e himno nacional. El día del patrón, santo Tomás de Aquino, otra misa en dominicos con obispo, autoridades, claustro… más tarde, ya en la universidad, discurso del jefe de propaganda del frente de juventudes, otro del padre Garganta y cierra el catedrático de historia Manuel Ballesteros;52 por último, en el colegio mayor Salazar,53 del S.E.U., velada musical nocturna. A lo largo del curso las facultades, con similar ceremonia, celebran a sus santos patronos.54 Sigue la crónica con mención de conferencias políticas y religiosas,55 más actos religiosos56 y culturales,57 actividad de las facultades e institutos universitarios, publicaciones destacadas, otras conferencias y cursillos, más académicos, organizados desde las cátedras, teatro… En las páginas de la facultad de derecho solamente se informa del establecimiento pionero de los estudios de doctorado.58 Una sección para las obras: las del colegio mayor Luis Vives que se prolongarán durante años59 y reformas en el claustro y en los locales de filosofía y letras, derecho y otras de pendencias. Termina con mención a antiguos alumnos, una nota necrológica,60 reportaje fotográfico de los colegios mayores del S.E.U.61 y estadísticas varias.62
Unos años después, en 1951, se aprecian algunos cambios. Mientras la doctrina eclesiástica nacionalcatólica sigue omnipresente, parece que la presión ideológica falangista se va diluyendo, y así se refleja en la crónica universitaria que publica este curso la revista Anales. Tras la victoria aliada en la guerra mundial, en las aperturas de curso de esos años, hasta 1948, se habían limitado las formas fascistas: «recomposición del tono académico y ocultación de la simbología del alzamiento».63
La apertura se inicia con la tradicional Misa del Espíritu Santo, discurso breve del jefe del S.E.U., Vicente López Rosat, y discurso de apertura.64
Numerosos actos religiosos van salpicando el curso.65 Se celebra el 7 de marzo Santo Tomás de Aquino, día del estudiante. Se inicia con discurso del estudiante camarada Augusto Rieta, que recuerda, por ejemplo, la gloria de los colegios mayores –como la ley de 1943–; sigue el dominico Joaquín Dos Santos sobre Libertad moral y sociedad ecuménica y se refiere a la conferencia internacional de la N.A.T.O., celebrada en Lisboa en febrero, para afirmar que el estatuto de Lisboa es «ajustado en su redacción a los principios tomistas», pero contiene un defecto esencial y es por tanto «esencialmente malo»; sospecho, pues nada explicita, que el defecto estaba en la no admisión de España.
El catedrático de química analítica Francisco Bosch Ariño habla a continuación sobre el santo patrón –nada de química– con un discurso más eclesial que el del clérigo anterior:
España vive con la Iglesia, siente con la Iglesia. A la Universidad española de hoy se le puede tildar con el título que más gloria le da, el de ser una Universidad Católica, y el de hacer lo posible por que ese nombre no sea un mero título, sino del que puede honrarse, con toda razón, por las orientaciones recibidas, desde las más altas jerarquías hasta la actuación del último de sus estudiantes.
Cuatro días después, el mismo catedrático diserta sobre Pío XII y la Ciencia en el día del Papa: «…los últimos pormenores de la ciencia de hoy demuestran una vez más la profunda hermandad de la ciencia y la fe, fuentes de la verdad, procedentes ambas de un mismo origen».66 Font Rius, de historia del derecho, impartió una conferencia, esta sí de contenido científico, sobre paces y treguas y el pontificado medieval. Las celebraciones se cerraron el día 13 de forma solemne con presidencia del arzobispo Olaechea, autoridades municipales, claustro en pleno y discurso del rector Corts, que señalaba: «Recientemente, al cerrar el acto académico del Día del Estudiante, hube de subrayar la urgencia de pedirle a Dios, no solo la penetración tomista, sino el apasionamiento tomista por la verdad…».
En la facultad de derecho se celebró la fiesta del patrón, 23 de enero, con la correspondiente misa. Se organizó un ciclo de conferencias sobre La Encíclica Humani generis y la Filosofía actual, clausurada por Corts, que también se desplazó a Gerona en abril para dar tres conferencias sobre La familia cristiana y había participado en la universidad de verano de Santander en el curso de Aspectos actuales del catolicismo como forma de vida.
En el apartado de «Vida religiosa de la Universidad» se detallan las misas y comuniones: en total, de octubre a junio, 216 misas y 815 comuniones. Fue un año extraordinario, pues el curso anterior solamente se celebraron 60 (348 comuniones) y el de 1952-53, 86 (453 comuniones). Además ejercicios espirituales en el colegio del Patriarca, cursos de formación religiosa en todas las facultades, destacando las de filosofía y letras y derecho: «…nuestra fe y nuestra historia de tiempos pretéritos, nos está recordando a gritos que, precisamente por haber vivido ese sentimiento católico y ese espíritu, hoy todavía somos nosotros los hijos afortunados de una España Misionera del Siglo de Oro». Así justificaba monseñor Juan de Unzalu el curso de Misionología Práctica en la facultad de derecho para preparar a los alumnos de primero y segundo «en su peregrinación cuatro veces centenaria por Nuestra Patria Misionera» acompañando al «Brazo Milagroso de San Francisco Xavier».67 Los alumnos de tercero tuvieron clases de Moral y los de cuarto Moral Profesional del Abogado, impartida por el jesuita José Salsmans.
… Y FALANGISTA
No todo son actos religiosos en la universidad valenciana. También hay algunos de orientación política falangista, sin la relevancia ni la omnipresencia de los católicos, y a partir de los 50 casi anecdóticos. Pero el falangismo en los actos de la universidad en los primeros años está muy presente con intervención del jefe del sindicato de estudiantes en la apertura. En 1942 Ibáñez Martín participó en la inauguración del curso valenciano con la retórica propia del movimiento remarcada por el discurso de Cerezo, jefe falangista:
El día 8 de octubre, con la solemnidad acostumbrada, la asistencia de nuestras primeras autoridades académicas, civiles y militares, jerarquías del Partido y un lleno rebosante, se celebró en nuestro Paraninfo la solemne apertura del Curso Académico de 1942-43.
En la presidencia se confundían en apretado haz las policromadas togas de nuestros catedráticos con los uniformes del Ejército y de la Falange; en el patio e interior del Paraninfo guardaban el orden las Milicias Universitarias, alta responsabilidad encomendada a ellas por deseo de nuestro Caudillo.
En este ambiente comenzó su discurso el Jefe del Distrito Universitario de Valencia, Rafael Cerezo. Recién venido de los campos de batalla, fueron sus palabras un llamamiento a los estudiantes y profesores para que, sacudiendo la vida fácil y monótona, se superen en su labor en pro de la Universidad y de España.68
A partir de los 50 la presencia falangista no tiene la misma relevancia. Parece que en ocasiones la presión ideológica falangista se va moderando o disimulando tras el fin de la guerra mundial, mientras seguía omnipresente la doctrina eclesiástica nacionalcatólica. Las actividades del S.E.U. ya se limitaron el curso 51-52 a una serie de conferencias, la mayoría sin contenido político, cine club universitario, tuna y coro mixto, albergues, creación del Servicio Universitario de Trabajo –asistencia a Empresas Nacionales para «convivir» con los trabajadores– y actividades deportivas.69 Por otro lado, Raimundo Fernández Cuesta al ser nombrado miembro de la Academia Valenciana de Jurisprudencia, ofrece en el paraninfo su discurso de entrada titulado Los derechos de la personalidad en la filosofía jurídica del Movimiento. Y nada más, salvo escueta noticia –profesores y calificaciones– de las clases de formación política.70 La exaltación del principio va diluyéndose y se va abandonando la retórica de la guerra, de las hordas rojas y demás demonios del franquismo: el comunismo, los masones, la institución libre de enseñanza y los krausistas –tan píos como eran y convertidos en bestias negras…–. Ejemplo patriotico es la guerra de la independencia, pero sobre todo la conquista de América. Una patria unida y el genio español –sea esto lo que sea–. Las referencias más académicas son a la universidad y los grandes juristas y teólogos del siglo de oro, a Santo Tomás y a los colegios mayores del antiguo régimen… El falangismo cotidiano fue diluyéndose en mayor medida que el omnipresente catolicismo como puede verse en las conferencias, cursillos, ejercicios espirituales o cursos como el de misionología; pero en todo caso, claro, son los miembros del régimen los que tienen el poder; todo el poder en el ministerio, y en las universidades a través del SEU. Luego, es ya otra historia, llegó la transición política…
1. María Fernanda Mancebo vio los primeros años en «Los Anales de la Universidad de Valencia y los discursos de apertura del primer franquismo, 1939-1947», en E. González González y L. Pérez Puente, (coordinadores), Permanencia y cambio. Universidades hispánicas. 1551-2001, México, 2 volúmenes, 2005, vol. I, 445-461. Pedro Ruiz publicó algunos de los de historia en Discursos sobre la historia. Lecciones de apertura de curso en la universidad de Valencia (1870-1937), Valencia, 2007. Sobre los años de la posguerra y el franquismo en la facultad de derecho veánse los capítulos de Mariano Peset «Los años de espera» y «La etapa final de Franco» y el de Yolanda Blasco Gil y J. Correa «Nacionalcatolicismo y posguerra», en Mariano Peset y Jorge Correa (coordinadores), Historia de la facultad de derecho de Valencia (1499-1975), Universitat de València, en prensa. A las cuatro facultades iniciales se irán sumando al protocolo del discurso las nuevas: ciencias económicas en 1966; farmacia en 1974; en 1977 la facultad de ciencias se divide en cuatro: ciencias químicas, físicas, matemáticas y biológicas; en 1983 psicología y más tarde otras.
2. Del discurso de Adolfo Miaja de la Muela en 1965 en Anales de la Universidad de Valencia, XXXIX (1965-1966), cuaderno I, p. 7.
3. Era decano accidental Luis Gestoso y secretario el activo y luego exiliado Mariano Gómez. El rector era el médico Rafael Pastor González (1916-1927). La propuesta es de la Junta de facultad de 29 de mayo y se aprueba en el claustro ordinario universitario de 23 de junio de 1920.
4. La propuesta está reproducida en el primer número de la revista. Debía informar sobre la situación economica de la institución, mediante resumen de las cuentas y de la gestión de la junta económica, y de las actividades del instituto de idiomas, observatorio astronómico, jardín botánico y otros organismos propios. Se sufragará con cantidades del estado, de la universidad (se prevé que con los fondos dedicados a la impresión del discurso y memoria anual), subvención de la junta económica y del instituto de idiomas y venta de ejemplares. Algunos años, 1947 a 1950, no hay publicación de Anales; durante la guerra cambia su formato y en otros momentos no llegan a la imprenta todos los cuadernos previstos, aunque se mantiene numeración correlativa de los inexistentes; desaparece en 1976.
5. José María Zumalacárregui, «Desarrollo histórico de los hechos y de las doctrinas en la lucha de clases»; Joaquín Ros Gómez, «La lucha de clases en Roma: la aristocracia y la plebe. Su equiparación en los diversos órdenes de la vida social»; Salvador Salom y Antequera, «Nuevas orientaciones del derecho civil»; José María Ots Capdequí, «Las clases sociales en la historia del derecho español»; José Ramón Orúe, «Consideraciones actuales sobre los conceptos guerra y neutralidad»; Antonio Rodríguez Muñoz, «El nuevo derecho penal»; Francisco Vives Villamazares, «El derecho protector de los menores en el derecho actual»; José Colvée Reig, «Las leyes caducarias como consecuencia de las guerras civiles»; Luis Donderis, «Evolución de las ideas democráticas y tendencias políticas contemporáneas; Juan Galvañ, «El régimen municipal: transformaciones que necesita en los momentos presentes y para el porvenir»; Elías Ros Pallarés, «El derecho de asociación en el derecho mercantil y sus nuevas orientaciones».
6. Pueden verse todas las conferencias en Anales de la universidad de Valencia, Segunda época, 1937, números 1 a 3. En el número primero se explica que el hecho de trasladarse el gobierno republicano a Valencia ha permitido la participación en los cursos y conferencias «de un grupo selecto de profesores y artistas del glorioso Madrid». Estos números de la denominada segunda época de Anales desaparecerán de la cuenta de la publicación tras la guerra, pasando del número 120 del volumen 15 correspondiente a los años 1934-35, al número 121, volumen 16 de 1939-1940. Otras conferencias fueron: Pedro Bosch Gimpera, rector de de la universidad de Barcelona, «España»; Julián Bonfante, de la universidad de Nápoles, «La cuestión de los arios»; José Deleito Piñuela, «El primer golpe de estado contra el régimen constitucional de España» (Valencia, 1814); Ricardo Gutiérrez Abascal, director del museo de arte moderno de Madrid, «Juan de la Encina»; Juan Peset, «Las individualidades y la situación en las conductas actuales»; Gonzalo R. Lafora, director de la clínica psiquiátrica del hospital provincial de Madrid, «Sobre la personalidad»; Demófilo de Buen, del tribunal supremo, «La revolución y el derecho privado».
7. A finales de marzo, junto con quintacolumnistas y falangistas, había ocupado el edificio de la universidad en nombre del Partido Nacional de España. Ocupó la universidad y levantó la correspondiente acta del suceso que firmaron veinte catedráticos y auxiliares, varios administrativos y algunos profesores del conservatorio y de instituto. Por la facultad lo hicieron los catedráticos José Ramón de Orúe, decano accidental –Ots Capdequí ya había iniciado el exilio–, Joaquín Ros Gómez, José Arturo Rodríguez Muñoz y José Viñas Mey, y los auxiliares Elías Ros Pallarés, Francisco Bonet Ramón, y Miguel Hernández. Batlle se había incorporado a la universidad de Valencia en septiembre de 1937; Sebastiá García Martínez y Vicent Ll. Salavert Fabiani, «L’ocupació de la Universitat de Valencia el 1939 pel quintacolumnista Manuel Batle, catedrátic de Murcia», Afers, 3 (1986), 123-198.
8. El libro abarca desde 1933 hasta junio de 1950, en proceso de catalogación en el Archivo Histórico de la Universitat de València.
9. Cercano al Opus Dei, controló durante muchos años la asignatura de historia del derecho, especialmente el acceso a las cátedras. Ocupó la cátedra de Historia de las Instituciones políticas y civiles de América del Doctorado de las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid hasta su supresión en 1955; http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/instituto_figuerola/programas/phu/diccionariodecatedraticos/lcatedraticos/garciagallodediego_a, consulta 20/04/2016. En 1944 marcha a Madrid, pero aún había tenido tiempo de dar tres conferencias (14, 16 y 18 de abril del 42) sobre «El imperio español», como se reseña en las actas citadas.
10. Del discurso de apertura del rector médico F. Rodríguez-Fornos y González, «A Maestros y Escolares», Anales…, 18 (1941), pp. 44 y 47.
11. Sobre la guerra y depuraciones, M.ª F. Mancebo, La universidad de Valencia en guerra. La FUE (1936-39), Valencia, 1988, pp. 175-206; «Consecuencias de la guerra civil en la universidad valenciana: depuraciones y exilios», Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija de estudios sobre la Universidad, 4 (2001), p. 168. M. Baldó Lacomba, «Cambios de profesores en la Universidad de Valencia. Sanciones y depuraciones (1936-1939)», en Valencia capital de la República, Valencia, 1986; Jaume Claret. El atroz desmoche. La represión franquista en la universidad española, 1936-1945, Barcelona, 2006.
12. Joaquín Cabrera Warleta, «La hipótesis de una primitiva religión totémica ante la prehistoria y la etnología», Anales…, 25 (1923), 7-67; Joaquín Ros y Gómez, «El abogado: su reivindicación profesional», Anales …, 57 (1927), 7-61; José Castán y Tobeñas, «Los sistemas sociales contemporáneos y sus direcciones convergentes», Anales …, 89 (1931), 7-119.
13. Codex iuris canonici de 1917: De praevia librorum censura. Can. 1385. § 1. Nisi censura ecclesiastica praecesserit, ne edantur etiam a laicis: 1.º Libri sacrarum Scripturarum vel eorundem adnotationes et commentaria; 2.º Libri qui divinas Scripturas, sacram theologiam, historiam ecclesiasticam, ius canonicum, theologiam naturalem, ethicen aliasve huiusmodi religiosas ac morales disciplinas spectant; libri ac libelli precum, devotionis vel doctrinae institutionisque religiosae, moralis, asceticae, mysticae aliique huiusmodi, quamvis ad fovendam pietatem conducere videantur; ac generaliter scripta in quibus aliquid sit quod religionis ac morum honestatis peculiariter intersit; 3.º Imagines sacrae quovis modo imprimendae, sive preces adiunctas habeant, sive sine illis edantur. § 2. Licentiam edendi libros et imagines de quibus in § 1, dare potest vel loci Ordinarius proprius auctoris, vel Ordinarius loci in quo libri vel imagines publici iuris fiant, vel Ordinarius loci in quo imprimantur, ita tamen ut, si quis ex iis Ordinariis licentiam denegaverit, eam ab alio Ordinario petere auctor nequeat, nisi eundem certiorem fecerit de denegata ab alio licentia.
14. Joaquín Ros y Gómez, «El abogado…», p. 33.
15. «Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, / vida, dulzura y esperanza nuestra. / Dios te salve. / A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva, / a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. / Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, / vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, / y después de este destierro, muéstranos a Jesús, / fruto bendito de tu vientre. / ¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! / Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, / para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. / Amén».
16. La primera apertura de curso republicana sustituyó la misa del espíritu santo por actos civiles; las palabras del ministro Marcelino Domingo se interrumpieron por enfrentamientos estudiantiles y tuvo que poner orden el rector, Mariano Gómez; se pidió concordia y finalmente leyó su discurso Castán. Este fue magistrado de la sala de lo civil del tribunal supremo desde 1934 y su presidente durante el franquismo (1945-1967), su manual de derecho civil fue estudiado por generaciones de alumnos juristas, además de «divulgador radiofónico de las Leyes Fundamentales del Movimiento», Antonio Serrano, Un día en la vida de Castán Tobeñas, Valencia, 2001.
17. José Castán y Tobeñas, «Los sistemas sociales…», p. 105; más referencias, incluído el catolicismo reformador en páginas 83, 98, 101, 102, 104.
18. «Y en esto hemos de ver la unión íntima entre la Universidad y el Ejército. Gracias a Franco y a su ejército, puede ser el día de hoy principio y fin. Sin Él, hace ya tiempo que era solo fin». Francisco Alcayde y Vilar, «El concepto de nación según José Antonio», Anales de la Universidad de Valencia, 121 (1939), 7-29, p. 8., las mayúsculas son del original.
19. «Los nacionalismos locales, hábilmente, han puesto en juego resortes primarios de los pueblos donde se han producido: la tierra, la música, la lengua, los viejos usos campesinos, el recuerdo familiar de los mayores…», Francisco Alcayde y Vilar, «El concepto de nación…», p. 28.
20. Era doctor y catedrático del instituto san Vicente Ferrer de Valencia, Anales…, cuaderno 122, conferencia en la universidad de Valencia el 14 de diciembre de 1939. Ledesma era fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS).
21. Anales…, cuaderno 122, pp. 35 y 37.
22. Opositó a la cátedra de Murcia y la ganó en 1918, pero ocupó la vacante de su padre en Valencia.
23. Seminarista y más tarde estudiante de derecho hizo la carrera en Valencia desde auxiliar a catedrático; prácticamente pasó por todas las asignaturas, ocupando la cátedra de mercantil entre 1887 y 1895. Fue catedrático de civil desde esa fecha hasta su muerte en 1912, la había permutado con Lorenzo Benito Endara.
24. Salom ya había ejercido el decanato desde febrero de 1933 –cuando Castán es nombrado magistrado del tribunal supremo– hasta el triunfo del frente popular en 1936, momento en el que presenta su dimisión irrevocable por «los últimos sucesos ocurridos en la universidad», sin que en el acta de la junta de facultad se de más explicación. Tras el nombramiento de 1941 ocupa el cargo hasta su muerte el 8 de mayo de 1948.
25. Salvador Salom Antequera, «La responsabilidad aquiliana de los propietarios de edificios y de los arquitectos y contratistas, según el código civil español», Anales de la Universidad de Valencia, 129 (1940), 7-78.
26. Entre las conferencias, la citada de García Blázquez y la de Manuel Souto Vilas, profesor de instituto, sobre «Platón y una Idea actual del Estado».
27. «… valenciano eminente y discípulo preclaro de esta Escuela … este año, al cumplirse el cuarto centenario de su muerte, el Alma Mater, ha querido honrar a su hijo muy dilecto, organizando un Curso de exaltación de valores hispánicos, en el que si bien es verdad que se habló poco de Vives, en cambio se estudiaron problemas interesantísimos», «La responsabilidad aquiliana…», p. 14.
28. Los clérigos fueron los doctores Tomás Lopez, S. I.; Vicente Montserrat, Provincial de los Dominicos; José Belarte, Catedrático del Seminario Conciliar; Guillermo Hijarrubia, Canónigo y Luis Colomer, Guardián de los Franciscanos.
Las conferencias de exaltación: pronunciadas por Consejeros Nacionales: Valencia y Roma, Ernesto Giménez Caballero; El problema del carácter nacional, Pedro Laín Entralgo; El hombre español a través de la historia, Juan José Lopez Ibor; de catedráticos de universidad: La llama de la hispanidad, Angel Gonzalez Palencia, Madrid; El arte español, José Camón Aznar, Zaragoza; Idea del Imperio en la baja Edad Media, Pascual Galindo Romeo, Zaragoza; La escuela de Cervera en el siglo XVIII, Fernando Valls, Barcelona; Comentario español a Oswald Spengler, Santiago Montero Diaz, Madrid. El miembro de la Real Academia Española y charlista Federico García Sanchiz es el único que habla de Vives: El gran valenciano. Finalmente, Mr. Maurice Legendre, El valor universal de la Historia de España y Rafael Calvo Serer, El sentido de la cultura hispánica; S. Salom, «La responsabilidad aquiliana…», pp. 11-15.
29. «No tan solo orienta y dirige todos los fines, sino que además los somete en absoluto a la férrea disciplina de sus nuevas leyes», «La responsabilidad aquiliana…», p. 16. Unos años después, otro catedrático de la facultad, Galvañ, calificará la dictadura como estado de derecho, pues se rige por leyes… Lo cita Pascual Marzal en “Juan Galván Escutia: catedrático de derecho administrativo», Facultades y grados, X congreso internacional de historia de las universidades hispánicas (Valencia, Noviembre 2007), prólogo de Mariano Peset, 2 vols., Universitat de València, 2010, II, 85-107.
30. «La responsabilidad aquiliana…», pp. 16-21.
31. Artículo 1907. El propietario de un edificio es responsable de los daños que resulten de la ruina de todo o parte de él, si ésta sobreviniere por falta de las reparaciones necesarias.
Artículo 1909. Si el daño de que tratan los dos artículos anteriores resultare por defecto de construcción, el tercero que lo sufra sólo podrá repetir contra el arquitecto, o, en su caso, contra el constructor, dentro del tiempo legal.
32. «…no encuentra su antecedente en la cautio damni infecti de los romanos, ni en las Partidas, ni en la Nueva, ni en la Novísima Recopilación», «La responsabilidad aquiliana…», p. 26.
33. El desarrollo en pp. 71 y siguientes.
34. F. Rodríguez-Fornos y González, «A maestros y escolares», pp. 10, 12-24, 44 y 47.
35. Había sido rector desde 1941 hasta su muerte. El día 9 misa de corpore insepulto en la capilla de la universidad presidida por el arzobispo, recorrido del féretro por le claustro, responso del arzobispo e inhumación en el cementerio. El 17 del mismo mes funeral organizado por la universidad en la iglesia del Patriarca y acto homenaje en el paraninfo con discurso de Beltrán Báguena, catedrático de medicina.
36. José Corts Grau, catedrático de Filosofía del derecho, antiguo colegial de Burjassot, falangista, pero sobre todo persona de hondas convicciones católicas, le sustituirá y será rector hasta 1967.
37. Ma. F. Mancebo, «Los anales…», pp. 456-460. Venía Ignacio Ribas de Salamanca, catedrático de ciencias que dedica «un elogio emocionado a nuestros estudiantes voluntarios de la División Azul». Ballesteros se limita al asunto histórico desde una visión idílica de las relaciones de los reyes con Valencia. Para Baldó, es uno de los artífices de la historia oficial, M. Baldó, «Nacionalcatolicismo en la facultad de letras…», p. 200.
38. Los datos académicos en P. Marzal Rodríguez, Mur Sancho, Ricardo (1878-1971), en Diccionario de catedráticos españoles de derecho (1847-1943), Universidad Carlos III de Madrid. Instituto Figuerola de Historia y Ciencias Sociales, 2011, http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/instituto_figuerola/programas/phu/diccionariodecatedraticos/lcatedraticos/mur, consulta 12 de mayo de 2016.
39. Sobre esta norma de José Ibáñez Martín, M. Peset, «La Ley de Ordenación Universitaria de 1943», en J. J. Carreras Ares y M. A. Ruiz Carnicer (editores), La universidad española bajo el régimen de Franco (1939-1975), Zaragoza, 1995, 125-158.
40. R. Mur Sancho, «La situación anormal del comerciante y sus soluciones legales», Anales de la Universidad de Valencia, XXI (1944-45), cuaderno 161, p. 15.
41. Una cita para Pío XII en p. 78.
42. R. Mur Sancho, «La situación anormal del comerciante …», pp. 88 y ss.
43. R. Mur Sancho, «La situación anormal del comerciante…», p. 2, y para toda la introducción religiosa y patriótica, hasta la página 14.
44. R. Mur Sancho, «La situación anormal del comerciante…», pp. 8 y 9.
45. Véase http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/instituto_figuerola/programas/phu/diccionariodecatedraticos/lcatedraticos/rmunoz y Pelaez.
46. Anales de la Universidad de Valencia, XVIII (1953-1954), cuaderno I.
47. Anales… XXXIX (1965-66), cuaderno I, p. 172. Terminaba con recuerdo a los grandes teólogos y juristas del siglo XVI y una invocación piadosa: ¡Que el Espíritu Santo nos ilumine para acometer esta empresa!
48. Puede verse sobre su depuración: http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/instituto_figuerola/programas/phu/diccionariodecatedraticos/lcatedraticos/calfageme.
49. Marc Baldó Lacomba, «Los alumnos», en M. Peset Historia de la universidad de Valencia, 3 volúmenes, Valencia, 2000, vol. III, 261-274; «Los estudiantes universitarios españoles en la Edad Contemporánea: líneas de investigación», Miscelánea Alfonso IX (2012), 243-267; «La rebelión de los estudiantes», Matrículas y lecciones: XI Congreso Internacional de Historia de la universidades hipánicas, v. I. Valencia, 2012, 233-249; «Los movimientos estudiantiles en la España de los años cincuenta y sesenta», en A. Bosch, T. Carnero y S. Valero eds., Entre la Reforma y la Revolución: la construcción de la democracia desde la izquierda, Granada, 2013, 105-121; María Fernanda Mancebo Alonso, «Hijos de un Dios menor», en B. Sanz y R. I. Rodríguez (editores), Memoria del antifranquismo. La universidad de Valencia bajo el franquismo, Valencia, 1999, 145-160, y en la misma obra Benito Sanz Díaz, «Tiempo de silencio: la dictadura franquista sin oposición. Universidad de Valencia. 1939-1965», 29-74. La revista Claustro aparece en el curso 1949-50 y ha sido analizada por S. Rodríguez Tejada, Zonas de libertad. Dictadura franquista y movimiento estudiantil en la universidad de Valencia, Valencia, 2 volúmenes, 2009, Vol. I 1939-1965, p. 216 y ss.
50. J. Pemartín, Qué es lo nuevo…: consideraciones sobre el momento español presente, Santander, 1938. L. E. Otero Carvajal, «La universidad nacionalcatólica», en La universidad nacionalcatólica. La reacción antimoderna., Madrid, 2014, 69-130.
51. Memoria anual de la universidad de Valencia. Curso de 1945-46, Secretariado de publicaciones. Intercambio científico y extensión universitaria, Valencia, 1947.
52. Marc Baldó, «Nacionalcatolicismo en la facultad de letras de valencia en los años cuarenta», Aulas y saberes, dos volúmenes, Valencia, 2003, vol. I, 193-209.
53. Entonces en la calle Císcar 32, luego compartiría edificio con el colegio mayor Luis Vives.
54. «Las Facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Ciencias y Medicina celebraron las festividades de sus santos patronos San Isidoro de Sevilla, San Raimundo de Peñafort, San Alberto Magno y San Lucas. A la primera se asoció el Colegio oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letra y en Ciencia, que tiene también como patrono al Santo Doctor Hispalense», señalaban los Anales de este curso en su página 10. La proliferación de mayúsculas satura este texto y los demás…
55. Este curso las protagonizaron José María Pemán –a instancia del rectorado– y Pedro Laín Entralgo –invitado por el SEU–, ambos hablaron sobre poesía; el antiguo rector Zumalacárregui y el reverendo Vicente Calatayud Llobell disertaron sobre la familia; el primero sobre los problemas actuales de la institución y el segundo sobre san Pablo y la familia; ambos invitados por instituciones religiosas: la Junta Diocesana de Acción Católica y el Instituto de Cultura Religiosa Superior «San Pablo», respectivamente.
56. En la capilla de la universidad se celebra todos los viernes la misa sapiencial, pues está la universidad bajo la advocación de la Virgen de la Sapiencia; en este curso de 1945 se celebraron ejercicios espirituales en la facultad de Ciencias, que inaugura capilla bajo la misma advocación; se celebró la apertura de curso en el Instituto Diocesano de Cultura Religiosa Superior «San Pablo» y por último hubo un homenaje a Pio XII con ocasión del día del Papa.
57. Constitución del Centro de Estudios Hispánicos del Distrito Universitario de Valencia, conmemoración del centenario del Colegio y Academia Boix, viajes de estudios y visitas escolares.
58. Los cursos fueron aquel primer año los siguientes: Ricardo Mur Sancho, «La unificación del Derecho cambiario»; José Ramón de Orúe y Arregui, «La organización internacional y sus actuales problemas»; Ángel López Amo Marín, «La culpabilidad en Derecho Penal»; José Santa Cruz Teijeiro, «Derecho sucesorio romano»; José Corts Grau, «De la decadencia escolástica a la neoescolástica española» y Ramón Lamas Lourido, «El Concilio Tridentino».
59. Otros colegios eran el Alejandro Salazar y el Santa Teresa de Jesús, en la gran vía Marqués del Turia 59, ambos del SEU y el dominico de San Vicente Ferrer. La construcción del colegio Luis Vives, su partición para acoger el Salazar, la posterior integración del de Santa Teresa… puede verse en la reciente publicación de David Sánchez Muñoz (ed.), La residencia de estudiantes y la ciudad universitaria de Valencia: el colegio mayor Luis Vives, Valencia, 2017. Fue inaugurado por Franco en 1954.
60. Se reseña a los nuevos doctores o a quienes han obtenido plaza como registradores, notarios… Había fallecido en julio el jefe del SEU, Guillermo Cabrera Gimeno, antiguo alumno de derecho que se distinguió en el «ardimiento, celo y entusiasmo en el cumplimiento de cuantas misiones se le confiaban».
61. En los años siguientes no varía este esquema. Así, el 9 de octubre de 1950, por ejemplo, se abría el nuevo curso: «Con la solemnidad acostumbrada, nuestra Universidad celebró el acto de apertura oficial del curso 1950-51, el día 9 de octubre. Presidió el mismo el Magnifico y Excmo. Sr. Rector, don Fernando Rodriguez Fornos, con asistencia de las primeras autoridades y jerarquías y del claustro universitario y representación de los centros docentes y culturales del Distrito, estudiantes y numeroso público. Iniciada la solemnidad con la celebración de Ia Misa del Espíritu Santo en Ia capilla universitaria por el capellán de la misma, don Agustin Salomón, continuó en el Paraninfo con el acto académico de ritual. Abierta la sesión, el jefe del S.E.U., camarada José Luis Mayquez, leyó unas cuartillas de saludo a profesores y alumnos, y acto seguido subió a la tribuna el catedrático de la Facultad de Medicina, don Vicente Belloch Montesinos, quien pronunció Ia oración inaugural del curso sobre el tema “Evolución de Ia Quimioterapia. Quimioterápicos y antibióticos. Mecanismo de acción”. Terminada la lectura, el señor Rector hizo entrega de los premios extraordinarios otorgados por las Facultades, y dió la investidura a los nuevos catedráticos ingresados en el curso anterior. Finalmente, en nombre del Jefe del Estado, declaró abierto el nuevo curso 1950-51 en todos los centros del Disirito Universitarlo». A continuación vienen largas páginas sobre el dogma de la asunción de la Virgen, el año santo, Tomás de Aquino o el Papa.
62. Los datos se refieren a establecimientos oficiales de enseñanza, colegios de enseñanza media privada reconocidos, escuelas particulares de enseñanza media autorizadas por el rectorado, exámenes de estado, premios extraordinarios, títulos de bachiller, examen de ingreso a la universidad, matrículas por facultades, estadísticas de exámenes y fondos bibliotecarios.
63. S. Rodríguez de Tejada, Zonas de libertad…, vol. I, p. 134 y ss.
64. El camarada López Rosat «leyó una breve alocucióna los estudiantes, repleta de fe y de anhelos de laboriosidad…», Anales, (1951-52), cuaderno 5. La lección inaugural correspondía a la facultad de ciencias, Joaquín Catalá de Alemany escribió «La técnica fotográfica en física nuclear y radiación cósmica», en Anales, (1951-52), cuaderno 1.
65. Anales, XXV (1951-52), cuaderno 5, páginas 31 a 49.
66. Anales, XXV (1951-52), cuaderno 5, p. 50 y ss. «La universidad y el día del Papa»
67. Anales, XXV (1951-52), cuaderno 5, p. 157. «No hemos de olvidar, además, que nuestra patria, cuya historia misionera no ha sido superada por ninguna otra nación, ha sido también incomparable Maestra en la Ciencia de las Misiones». El programa: 1. Nociones preliminares. 2. La Biblia y las Misiones. 3. La Tradición y las Misiones. 4. El Dogma y las Misiones. 5. La Moral y las Misiones. 6. La Apologética y las Misiones. 7. El Derecho y las Misiones. 8. La Historia y las Misiones. 9. Los Universitarios y las Misiones. 10. Las Estadísticas y las Misiones.
68. Anales XIV (21942-43), cuaderno 1, p. 34.
69. Diego Sevilla sobre «Patria y Nación» es prácticamente el único de contenido político militante. Anales, XXV (1951-52), cuaderno 5, pp. 187-191.
70. Una clase semanal de noviembre a marzo. Anales, XXV (1951-52), cuaderno 5, p. 161-163. Los profesores son Corts, Franch, Galvañ y Sevilla de derecho; Tejado y LLovera de filosofía y letras. Solamente hay un 18% suspendidos de los 1670 alumnos matriculados en las cuatro facultades.