Читать книгу Alma partida - Akira Mizubayashi - Страница 15
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ОглавлениеAlguien acababa de llegar. Rei, sosteniendo su libro entre las manos, aguzó el oído. Un ruido confuso de pasos y palabras. Del magma sonoro se desprendió de pronto la voz fuerte del militar salvaje: “¡Mi teniente!”.