Читать книгу Con el Che por Sudamérica - Alberto Granado - Страница 8
ОглавлениеINTRODUCCIÓN
UN RÁPIDO ABRAZO
Caracas, 26 de julio de 1952
Las manos apretadas, en señal de despedida, se niegan a soltarse. Ambos protagonistas de la separación tratan con muy poco éxito de disimular la emoción que los domina. Muchos son los hechos acaecidos, y muchos más aún los sueños por hacer realidad, los que como una fuerza atractiva mantienen unidas esas manos. Juntas han ido desbrozando caminos, eliminando obstáculos opuestos a veces tercamente a la realización de propósitos, uno de los cuales acaba de ser culminado con éxito.
Al fin, casi al unísono, las manos se separan para dar paso a un rápido abrazo. Luego, la despedida breve que impide la manifestación exagerada de la emoción cierta, pero ruborosamente contenida.
–Te espero, Fúser.
–Nos juntaremos, Mial.1
Mial se sienta en el muro que separa la pista de aterrizaje de la zona de desembarque de los caballos que serán transportados vía aérea hacia Miami. Observa cómo la figura de Fúser se achica al alejarse hacia la enorme aeronave de cuyo verdadero tamaño, disminuido por la distancia, toma conciencia al compararla con la pequeña figura que resulta ahora su amigo. Este empieza a subir la rampa por donde algunos minutos antes han sido izados los caballos de carrera. A la mitad del trayecto gira la cabeza y agita su mano derecha a guisa de saludo.
Como respuesta al gesto, Mial da un salto y al mismo tiempo que desaparece su forzada indiferencia mueve sus brazos, y a despecho de que la distancia apague su voz, se despide a grito destemplado:
–Chao, Fúser...; te espero, Pelao...; estudia mucho, Ernesto..., chao, chao...
Al ruido producido por el cierre de las escotillas sigue de inmediato el estruendo de los motores. Pocos minutos después el avión pasa por sobre la cabeza de Mial, quien con naturalidad se deja caer sobre el césped que bordea el muro del aeropuerto de Maiquetía. Extrae de una maltrecha mochila un cuaderno cuidadosamente forrado en papel rojo, y recostándose en el muro lo abre y comienza a leer.
1 Apodo: contracción de “Mi Alberto”.