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Técnica SCAMPER

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Otra técnica para desestructurar esquemas y volver a asociarlos en formas novedosas es la propuesta por Alex Osborn en 1953 y perfeccionada por Bob Eberlee en 1971. Al respecto, sugirieron una lista de verbos manipulativos, que derivó en la técnica conocida como SCAMPER por las iniciales de los verbos incluidos.

 S – Sustituya (cambiar partes, lugares, procedimientos, gente, conceptos)

 C – Combine (mezclar características, productos, procesos)

 A – Adapte (adaptar procesos, acoplar objetos)

 M – Modifique (modificar, agrandar, achicar, exagerar)

 P – Proponga otros usos (usar de otros modos o en otras circunstancias)

 E – Elimine (simplificar, reducir o quitar componentes, preservar lo crítico)

 R – Reordene, revierta (reordenar, invertir el proceso y/o producto)

Los verbos manipulativos otorgan movilidad al problema y obligan a realizar un fraccionamiento y reordenamiento de los elementos que lo componen.

La técnica resulta particularmente útil cuando se trata de idear productos y/o servicios, ya que permite inducir modificaciones en sus características.

Así, por ejemplo, tomando la R (reordene, revierta), pueden obtenerse ideas creativas invirtiendo el problema o la situación real en un sentido u otro, de arriba abajo, de adentro hacia afuera, del final al principio, etc.

Esto genera un reordenamiento forzado de la información. Una vez realizada la inversión, se explora la nueva situación creada y se desarrollan nuevas ideas, enfoques y posibles soluciones.

De Bono (1991) ejemplifica este mecanismo con la célebre fábula de Esopo, en la que el nivel del agua en una vasija de boca estrecha estaba demasiado bajo para que un pájaro pudiera llegar hasta ella con su pico y beberla. El ave empezó a imaginar medios para extraer el agua de la vasija, sin llegar a ninguna solución satisfactoria. Luego invirtió el enfoque y en vez de intentar sacar el agua de la vasija, comenzó a introducir piedritas, para hacer subir el nivel del agua y beberla. En este caso, la inversión directa condujo a la solución, ya que en vez de moverse hacia el agua, el pájaro logró que el agua se moviera hacia él.

Otro ejemplo de inversión es la visión que tuvo Henry Ford para el ensamblado de los automóviles. En vez de mover las autopartes hacia el vehículo, movió el vehículo hacia las autopartes, implementando así en 1913, la línea de montaje para la fabricación del Ford T.

No siempre la simple inversión soluciona el problema, pero puede servir de punto de partida para conferir una nueva dirección al pensamiento.

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