Читать книгу La botánica del alma - Alhicia S. - Страница 17

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Flores secas

Me resulta el mundo una paradoja infinita:

El que tiene agua no tiene sed.

El que desea tiempo no sabe en qué gastarlo.

El que está enamorado siente ansias de libertad.

El que está solo lo prefiere así.

Al que tiene mucho nada le sobra; el que no tiene cree que lo tiene todo.

El que tiene religión tiene miedo a la muerte; el que tiene fe se siente muerto.

El que tiene flores secas y campos baldíos los desea vivos; el que tiene flores vivas las seca para recordar.

El que tiene una esperanza carece de sueños alcanzables…

Y a mí, que solo tengo noches, me faltan lunas para hablarles.

La botánica del alma

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