Читать книгу Mediaciones y mediadores terapéuticos para una clínica de fronteras - Alicia Kachinovsky - Страница 21

Presentación de la sesión (1)

Оглавление

1. Se observa en un primer plano una mujer joven inclinada poniendo protector solar a un bebé de pocos meses, desnudo y sentado sobre la arena. En un segundo plano aparece el torso de un hombre recostado.

Laura es quien inicia la presentación de fotografías y dice: “Esta foto me conecta con lo que tenemos en común como especie. Me hizo pensar en querer y cuidar, en anticipar situaciones donde algo puede generar daño. Esta mamá quiere y también cuida. También me hace pensar en los modos no narcisistas del amor. Cuidar un niño implica siempre renunciar”.

Josefina, quien elige la misma foto, dice: “A mí me hizo pensar en otra cosa. Para reparar hay que haber tenido un sustrato bueno... Confianza, cuidado y cariño que uno recibe desde el principio, desde que somos tan chiquitos”.

Carla interviene planteando: “Yo la veo más de cuidado que de reparación. Todo amor es un conjunto. En la foto la mamá anticipa la posibilidad de un daño. Me hace pensar que hay que estar muy atentos para evitar riesgos”.

Estos tres eslabones que dan inicio a la cadena asociativa grupal (Kaës, 1994) dan cuenta a su vez del comienzo de los vínculos en presencia de un otro que atiende, anticipa, cuida y contiene, y de esta experiencia grupal que comenzamos a transitar. La primera foto presentada inaugura y plantea un escenario acerca del tema convocante. Es ahí donde comienza la construcción intersubjetiva.

2. Se observan tres muchachas jóvenes juntas cocinando sobre una mesa. En el primer plano, y en un rol activo, una de las chicas se encuentra cortando un tomate; en el segundo plano, otra de las chicas aparece señalando el fruto mirando la tarea que está realizando la primera; y en el tercer plano, la tercera chica, se encuentra sosteniendo un recipiente.

Sandra fundamenta su elección diciendo: “Cada uno lleva sus ingredientes para reparar, importa el vínculo que se establece, se repara mejor si es entre muchos. Los vegetales están crudos y mediante un proceso se logra que pasen a ser más digeribles y metabolizables”.

Siguiendo la cadena asociativa, observamos que la respuesta de Sandra refiere a la inclusión de un tercero: no solo la de un sujeto, sino también la de la cocina como representación simbólica de un quehacer cultural.

3. El foco está puesto en una manzana roja suspendida de una rama con hojas verdes. Se observa un reflejo que ilumina toda la foto, en especial al fruto. El segundo plano está indefinido en tonos de verde.

Mónica dice: “Me recuerda a mi infancia. De chica íbamos a un campo de mi familia. El fruto crece y es fruto de un espacio y un tiempo. El fruto de la reparación implica un proceso anterior que pudo haber estado trabado”.

Esta respuesta daría cuenta de la noción de proceso. Para llegar a este fruto se infiere que es imprescindible pasar por fases previas. En este juego de analogías, el fruto sería producto de una secuencia de acontecimientos: la tierra en la que se enraiza la semilla, la floración, el riego, etc. Habría entonces acercamientos significativos entre la imagen-fruto y las teorías de constitución del psiquismo. Asimismo, se incorporan asociaciones vinculadas a lo trabado, es decir, a que en ese proceso pudo haber habido dificultades que habrían inhibido el buen desarrollo: una sequía, vientos fuertes o plagas.

Lucía aporta a esta cadena asociativa diciendo: “A veces transitar por el dolor también da frutos. Puede transformarse en herramienta gracias al trabajo con otros”.

Así se van configurando las redes intersubjetivas e interdiscursivas que surgen a partir de las asociaciones enunciadas. En palabras de Kaës en Vacheret (2014),

todo el método apunta a articular el proceso intrapsíquico de figuración y de palabra con los procesos intersubjetivos en los que se reactualiza, a través del trabajo psíquico del otro y de más de un otro, la representación y la invención de las palabras que faltan. El sentido llega junto con este intercambio [...]; el sentido nace de esta escucha interna que transita por la escucha del otro. (p. 15)

Andrea refiere a la luminosidad de esta foto: “Reparar confiere luz. Permite salirse de la oscuridad que produjo el daño. El sol no está en la imagen pero sabemos que ha formado parte”.

Aparecen nuevamente expresiones metafóricas que dan cuenta de un proceso de simbolización: se construye una enunciación dando cuenta de lo ausente. Al decir de Kaës (en Vacheret, 2014):

Esta virtud de la fotografía se debe a que es una huella de lo efímero: la luz no actúa solamente como un agente físico sobre la película sensible, sino como un agente psíquico de lo transitorio, de lo que pasó. Por ser una huella, evoca el ‘como si’ de lo verosímil y apela a la metáfora. (p. 14)

4. Aparece en primer plano, y en el centro de la foto, una gaviota con las alas desplegadas en pleno vuelo. En el cielo azul se observan reflejos luminosos.

Ana presenta su foto diciendo: “Esta gaviota volando me sugiere que cuando pienso en reparar, me esfuerzo en poder tomar perspectiva. Al retomar vuelo puedo encontrarme con la capacidad de reparar, que a veces la tengo y a veces no”.

Sandra retoma la foto de Ana diciendo: “Hay algo que tenemos que soltar. Se me ocurre pensar en eso de desprenderse del lastre de la oscuridad, una oscuridad que asocio con lo traumático, con estos temas que venimos viendo en el Congreso”.

Mónica interviene aportando: “Al verbo soltar lo conecto con los procesos de duelo y reparación necesarios para configurar una nueva perspectiva, como dijo Ana, la posibilidad de retomar vuelo”.

Esta foto y las respuestas que genera evidencian un proceso de figurabilidad de calidad, de la capacidad de tomar vuelo para reparar, pero sabiendo que hay otros momentos de quietud, de conciencia de dificultad e imposibilidad.

5. Muestra a dos personas con máscaras protectoras para soldar. Están en actitud de trabajo, con materiales sobre una mesa. En el centro de la imagen se destacan chispas del soplete encendido. El color de la vestimenta y el de las máscaras de protección de soldar quedan saturados por el reflejo luminoso de la soldadura.

Raquel la presenta diciendo: “Reparar algo requiere mucho esfuerzo, como el de estos soldadores tan concentrados”.

Andrea también eligió esa foto y comenta: “Es una foto que habla de hacer... de hacer materialmente. Ellos están protegidos por ese casco y los lentes para encarar su tarea de soldar, fundir. Si lo llevamos al terreno de la vida cotidiana, es importante reparar no solo en términos de pensarlo sino que creo que es muy importante llegar a materializar la reparación”.

Analía dice: “Es una foto de trabajo, de hacer”.

Alicia: “No siempre se puede arreglar lo que uno hace, uno tiene que responsabilizarse”.

Cecilia: “¿Están reparando o están haciendo algo nuevo?”.

Con la intervención de Cecilia se evidencian los movimientos polisémicos que pueden ser generados gracias al uso de fotografías como objetos mediadores. Se abre un abanico de posibles caminos asociativos donde no hay una respuesta única, quedando el proceso en puntos suspensivos, en barbecho. Tal polisemia se relaciona con la noción de médium maleable ideada por Marion Milner ya en la década del 40, y que Anne Brun define como un concepto que “designa la existencia de objetos materiales que tienen propiedades perceptivo-motrices susceptibles de hacer perceptible y manipulable la actividad representativa, que consiste en representar en una cosa el propio proceso de simbolización” (2009, p. 55).

Siguiendo esta línea, la noción de simbolización en psicoanálisis se ha enriquecido con el aporte de diversos autores que dieron al término complejizaciones sucesivas. En el trabajo con mediadores, interesa rescatar las conceptualizaciones que entienden la simbolización como un proceso, como una construcción: ese “algo nuevo” al que refiere Cecilia.

Para Casas de Pereda (1999) la simbolización “es pérdida y sustitución”. La resignificación que puede observarse en los discursos registrados en esta sesión da cuenta de tales movimientos. Los nuevos sentidos gestados en las respuestas escuchadas por los integrantes indican un movimiento libidinal. Se puede notar un flujo asociativo que va de un antes a un después, de un vacío a un lleno, de la presencia a la ausencia y viceversa: “Desde el sujeto y desde el objeto, la simbolización es pérdida y sustitución. Entre cuerpo y palabra acontece la simbolización. [...] Espacio-tiempo de bordes, fronteras, que se llenan con toda la fuerza de lo imaginario, donde la imagen y lo fáctico adquieren relevancia” (p. 332).

Esta referencia a la acción se emparenta con la realizada por Andrea en su respuesta a la foto de los obreros soldadores. Esta acción, la simbolización que va del objeto ausente al símbolo, no es un camino de una vía: las representaciones se amplían y multiplican generando varias cadenas asociativas. La disponibilidad representacional se enriquece con nuevas asociaciones, afectos que van ligándose, nuevas simbolizaciones que acrecientan el capital representacional del sujeto y del grupo. A esta línea conceptual conectada con lo fáctico, con la acción, la veremos desplegarse en la siguiente foto, donde se podrá observar una construcción discursiva que lo explicita.

6. Se observa un árbol corpulento que ha caído sobre una casa partiéndola a la mitad. En un primer plano se muestran sus raíces por el levantamiento de tierra producto de esa caída. En un segundo plano se ve la parte de la casa que se ha mantenido indemne al lado el tronco de ese árbol y, a continuación, la parte posterior de la casa derrumbada por el impacto.

Mariela plantea: “La reparación del daño físico se emparenta con las reparaciones materiales”. Esto da pie a que presente su foto, poniendo en común aspectos de su historia personal vinculados a episodios de pérdidas repentinas e inesperadas que transformaron irreversiblemente la dinámica familiar e hicieron necesaria una reconstrucción colectiva. Dice: “Esta foto me llamó porque tiene que ver con mi proceso personal, mi historia. Me hace evocar una experiencia personal muy fuerte. El hacer concreto tiene un lugar preferencial en los procesos de reparación y salida de lo traumático”.

Rocío refiere a la dimensión de transitar el dolor con otros, en el proceso de transitar lo devastador y revertir los efectos de derrumbe y desesperanza.

Cecilia dice: “Pensaba en el concepto de continuidad existencial de Winnicott. Algo quedó en pie... parte de la estructura de la casa quedó como un garante, resistió y eso será soporte para la reconstrucción”.

En esta última secuencia vemos ejemplificado cómo la mediación con fotografías promueve la inducción de procesos asociativos. Dichos procesos se producen en dos niveles, como plantea Kaës (2008): una cadena asociativa más vinculada a cada una de las personas que participan (al decir de la participante, “esta foto me llamó… me hace evocar una experiencia personal”), y otra que es la que va construyendo el grupo.

Ya no es la foto de una persona en particular, es un objeto que –transformado y subjetivado– se ha convertido en otra foto, incorporada en las cadenas de cada quien, con la singularidad que esto señalaría.

Al decir de Vacheret (2014): “Cuando los miembros del grupo que desean intervenir sobre una foto toman la palabra, se contribuye a alimentar la cadena asociativa. Aquel que escucha hablar de su foto percibe el espacio de juego entre una foto que es la suya y lo representa, sin llegar a ser él mismo” (p. 36).

7. Se ve un ángulo de una habitación con paredes y piso de colores difusos, entre azul y gris, desgastados, con indicios de haber sufrido tal vez un incendio. Se distingue una silla aparentemente dañada, y una pequeña repisa sobre el suelo con objetos de un aspecto descuidado, similar al que presenta todo el lugar, donde hay restos de objetos tirados en el piso.

Alejandra presenta su foto: “Esto es un cuarto desolado, destruido. Ante una imagen así se despliegan las ganas de reparar. Es como que te salta la pulsión de vida. Me dieron ganas de reparar. Una escena de tanto abandono y derrumbe genera ganas de reconstruir”.

Andrea: “La reparación es una invitación a hacer”.

Se visualiza la otra vertiente del trabajo psíquico ahora vinculado a lo intersubjetivo, donde la foto pasa a formar la cadena asociativa grupal, generando ligazones y un discurso grupal singular. Las asociaciones van hacia representaciones de transformación. Aparece la oportunidad de transformar luego de un derrumbe. El uso del mediador permite el surgimiento de la emoción y su posible tránsito hacia una expresión compartible. El proceso que el trabajo clínico con mediadores facilita acontece no solo en quien habla de su foto sino en los demás que participan con sus propios procesos asociativos, dándose el fenómeno de transformación de la foto en un contexto intertransferencial.

8. En un único plano se observan grandes raíces entrelazadas y fuera de la tierra. La fotografía es en tonos de gris.

Mabel, al presentarla, dice:Crecimiento, complejidad, retoño, los retoños del inconsciente. Me hizo pensar sobre lo que se enrama, el crecimiento de otra cosa, el tiempo que lleva, el blanco y negro, lo no visible, lo íntimo, lo que opera sin ruido, sin ser visible, la nutrición, lo que no se ve de la reparación”.

Analía dice sonriendo: “Las raíces del inconsciente... como foto es muy linda”.

Ana: “Pensé mucho en elegir esa foto por las cosas que llevo dentro mío”.

Alicia: “Es un nivel de abstracción muy elaborado”.

Ana: “Cuántos me quisieron, a cuántos guardo”.

Raquel: “Yo la relacioné con la foto de los bailarines que están entrelazados” (hace mención a una fotografía que estaba dentro de las expuestas pero no fue elegida por ningún participante).

Rosa: “¡Qué árbol podrá sostener esas raíces, ese entretejido, ese entramado! Un árbol con esas raíces no se podrá dañar fácilmente”.

Es posible inferir que el surgimiento de estas ideas encadenadas da cuenta de una secuencia de significaciones, donde habría un pasaje desde imágenes que remiten a lo roto y derruido, mostrado en una foto anterior, a la significación de las raíces como punto de apoyo. Se pasa de la consideración de esa imagen oscura, generadora de incertidumbre y expectativa temerosa, a un discurso que da cuenta de la posibilidad de confianza: “...con esas raíces no se podrá dañar fácilmente”. Este proceso evidencia la capacidad transformativa que puede desplegarse en el juego imaginario de los participantes con la imagen fotográfica.

Las raíces del árbol son garantes de vida en potencia, representarían el sostén de los procesos psíquicos producto de nuevas ligazones afectivas. Cada participante se vería beneficiado por un enriquecimiento en su disponibilidad representacional, llevándose consigo un repertorio más heterogéneo de experiencias. Esa secuencia de presentación se da por mecanismos no visibles, enraizados por dinamismos transferenciales que se caracterizan por su difracción.

9. Se visualizan, en un único plano, dos manos entrelazadas que podríamos inferir que pertenecen a dos personas paradas.

Miguel muestra su foto y dice: “La escogí por lo simple. En su simplicidad refleja la importancia de la unión, de valorar al otro. Sentí afinidad”.

10. En un fondo de color ocre claro, se observa en un primer plano a dos personas de la cintura para arriba, unidas en un abrazo.

Mariela dice que es oportuno presentar su foto porque tiene relación con la misma idea planteada por Miguel: “Es como si dijera: ‘lo hacemos juntos no sé cómo, pero lo vamos a lograr juntos’. Me hace pensar en poder sostener al otro y ser sostenidos. Recordaba las situaciones humanas con las que hemos contactado en el Congreso donde hay falta de humanización y desvalimiento”.

11. Se observa un grupo de jugadoras de algún deporte de campo, abrazadas en círculo, con camisetas rojas numeradas y pantalones negros cortos. Están en posición de inclinación hacia el centro del grupo, más juntas las cabezas.

Inés presenta su foto: “Me da la impresión de que terminaron el partido y que seguramente pasaron cosas durante el partido, y abrazarse es una forma de reparar”.

12. Se observa un hombre, una mujer y un/a niño/a pequeño/a, vestidos con ropas veraniegas, arrodillados sobre la arena en actitud de arrimar con la mano arena a una montañita.

Rosa presenta su foto: “Esta foto tiene que ver con el trabajo en equipo. Me hace acordar a las construcciones en la arena que hacen mis hijos. A veces sin querer se las tiran entre ellos o a otra gente. Pensaba en la frustración, en superar la frustración ante las cosas inesperadas que nos pueden pasar y en cómo nos involucramos todos en el acto de reparar”.

13. Se ven cinco jóvenes (tres mujeres y dos varones) al aire libre sentados en el piso, sonrientes y comiendo pizza de sus cajas de cartón.

Finalmente Cecilia habla de su foto, la última a presentar: “La elegí como experiencia positiva previa a otro momento de dolor, momentos buenos compartidos juntos, que quedan como buenos momentos, momentos reparadores. Todos estamos involucrados en la violencia, todos tenemos algo para reparar”.

Se entiende muy significativa la presentación de las últimas fotografías como una vuelta a recurrir al otro semejante, a la ligazón afectiva.

En las fotografías de las manos entrelazadas y del abrazo se pone en juego la recuperación-construcción de la experiencia genuina de la presencia del otro auxiliador. Se establecen encuentros desde el uno a uno hacia la posibilidad de una vinculación más extensa.

Se puede pensar que se pone en juego el ansia de crear-recuperar la experiencia de confiabilidad, de previsibilidad que hace posible un intercambio vincular saludable.

Como pudo observarse en la secuencia de presentación de fotos, el trabajo de mediación con fotografías escenifica el proceso de simbolización. A partir de la formulación de la pregunta se propuso la captura de imágenes, para configurar, de manera caleidoscópica, la figuración de una posible y singular respuesta por parte de cada integrante del taller. Pero no se agota allí la producción significante, sino que sigue alimentada, nutrida y ramificada por las diversas asociaciones de los participantes. Se va dando un proceso de construcción a partir de las cadenas asociativas producidas por el colectivo dialogante, donde el bagaje representacional del preconsciente en cada sujeto se va modificando y ampliando.

Se destaca, para finalizar, que el trabajo con imágenes fotográficas en calidad de mediadoras, generando figurabilidad psíquica, es una vía regia de acceso al potencial reparador del sujeto y del grupo.

Mediaciones y mediadores terapéuticos para una clínica de fronteras

Подняться наверх