Читать книгу Expresión y comunicación. SSC322_3 - Ana María Gómez Flores - Страница 18
2.2. Factores que inciden en la comunicación
ОглавлениеAdemás de todos los elementos anteriormente estudiados, existen otros factores que inciden positiva o negativamente en la comunicación. Son numerosos, de carácter interno y externo. Entre otros, se pueden señalar los siguientes:
1 Tema: es aquello de lo que trata el mensaje, el contenido o asunto.
2 Elementos kinésicos: son los gestos, movimientos y posturas corporales que realiza el emisor.
3 Elementos proxémicos: es la distancia, el espacio que deja o toma el hablante al comunicarse, así como el contacto que pudiera haber en la interacción.
4 Elementos paralingüísticos: son aquellos factores que influyen en el momento de la comunicación como sonidos, ruidos, timbres, ritmos o pausas.
5 Intención: es decir, lo que desea conseguir el emisor cuando da el mensaje. Puede ser informar, convencer, exponer, narrar, etc.
6 Simetría y asimetría: entre el emisor y el destinatario (receptor) existe una relación de comunicación, pero esta puede variar dependiendo de la situación en que se hallen. Por ejemplo, si el emisor está en un lugar o puesto de autoridad, sobre el receptor, esta relación entre los hablantes será asimétrica, pues el receptor no se encuentra en las mismas condiciones de jerarquía que el ejecutante del mensaje. Esto puede ser al contrario también, o sea, que la posición de poder la ostente el receptor y el emisor sea el subalterno. En ambos casos se habla de asimetría y la comunicación se dará en términos formales.
Se habla de relación simétrica cuando los hablantes se comunican de igual a igual y no hay una posición de poder de uno sobre el otro, como es el caso en una conversación amistosa, donde el registro a utilizar será informal.
Ejemplo
Los niños/as, en muchas ocasiones interpretan las expresiones de los adultos basándose en las características kinésicas, en la entonación, etc. Un ejemplo:
Un padre está trabajando en el despacho de su casa. Su hijo, de cuatro años ha ido a verlo y se ha quedado allí, jugando. Al momento ha cogido un lápiz y se ha puesto a golpear con él en el suelo. Su padre le dice: “¡Bien, muy bien, y dale con el lapicito! ¡Sigue, sigue un ratito más!”.
Evidentemente, el padre utiliza un doble lenguaje, que el pequeño debe entender, con lo que dejará de realizar la acción e incluso abandonará el despacho.