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Hablando de vos… y de otro hijo que vendrá

17 de julio de 2007

Retomando un poco la historia te cuento que saliste sorteado y conseguiste entrar al jardín. Estás yendo al Taller de 3 Turno Tarde en el Instituto Vocacional de Arte. Tenés ya un montón de amiguitos y te encanta ir. Tus maestros son Bibi y Ariel y los nombrás todo el tiempo.

Pero la novedad más importante es que a partir de ahora ya no voy a estar escribiendo solo para vos. Estoy embarazada. Dentro mío está creciendo una personita que va a ser tu hermanito o hermanita. La noticia nos llenó de luz, la estábamos esperando. Vos estás más que contento. Sos un nene bueno y feliz y eso me da mucha alegría. Te gusta compartir, siempre estás ayudando en todo. Tenés lindo carácter y vivís de buen humor.

24 de septiembre de 2007

Hoy fuimos a hacer una ecografía y nos confirmaron que vas a ser un varoncito. Estaba yo principalmente ansiosa por saber. Fue hermoso verte. Te movías un montón y te pudimos ver bien. Te miré la carita y sos hermoso.

Gino miraba y preguntaba tímidamente, largaba una carcajada cada tanto como queriendo manifestar su alegría y su presencia. Hoy es un día muy feliz. Luis saltaba de contento y Flor comenzó a preocuparse por el nombre de su próximo hermanito.

En la facultad estoy cursando “Psicoanálisis”, que es una materia anual, y mañana voy a tener que llevar churros y bolas de fraile (si hubieras sido nena tendría que llevar rosquitas). Estaban todos apostando. No veo la hora de tenerte en mis brazos y llenarte de besos y mimos.

EL 10 DE DICIEMBRE DE 2007 ASUME LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER: LA PRIMERA MUJER PRESIDENTA ELEGIDA EN LAS URNAS EN LA HISTORIA DE NUESTRO PAÍS. EN SU DISCURSO DE ASUNCIÓN NOS DICE:

Yo espero que, en estos cuatro años de mi mandato, estos juicios que han demorado más de treinta años en ser iniciados, puedan ser terminados. Tenemos la obligación desde el Ejecutivo, desde el Parlamento, desde la propia Corte Suprema de Justicia y de los Tribunales, de adoptar y diseñar los instrumentos que, garantizando todos los derechos y garantías que otros argentinos no tuvieron, permitan finalmente enjuiciar y castigar a quienes fueron responsables del mayor genocidio de nuestra historia.

Se lo debemos a quienes fueron las víctimas; se lo debemos a sus familiares, a las Abuelas, a las Madres, se lo debemos a los sobrevivientes que no pueden seguir estando sometidos a la tortura del relato permanente de la tragedia. Y se lo debemos también a las Fuerzas Armadas, para que de una vez y para siempre, en vistas al Bicentenario, se pueda separar la paja del trigo y entonces los argentinos podamos todos volver a mirarnos a la cara.

Cristina Fernández de Kirchner

10 de diciembre de 2007

Papá Noel: Quiero un poco de lechuga para la tortuga y una pista. Y una foca que brille, que tenga luz así brilla.

Para mi mamá un reloj, para mi papá un anillo. Para mi hermana Flopy un bolsa para juntar caramelos. Para Tati una tijera y para Franco otra tijera. Para Bruno un caballito de peluche.

Para mis tres abuelitas (Nelly, Ángela y la nona) un tatuaje.

Para el pajarito una piedrita.

Para mi tío Aldo unos lápices.

Para mi tía Titi un collar.

Para mi tía Ale un peluche de papá Noel.

Para mi tía Biabia (la mamá de Tati y Franco) unos aritos.

Para mi amigo Santiago que le traiga unos caramelitos y unos alfajores.

A mi amigo Manuel que le traiga en una hoja blanca unos stickers.

Para Joaquín que le regale un trapito.

Gino

Lunes 11 de febrero de 2008

Honestamente, contaba con tenerte en mis brazos a esta altura del mes, pero parece que no te decidís a salir. Durante todo el embarazo te portaste muy bien, sos bastante movedizo y me encanta sentirte. Te vas a llamar Bruno, ya te llamás así. Hace muchos meses que te hablo llamándote por tu nombre. Estamos todos en casa un poco nerviosos. Me pregunto si podré dormir esta noche (ya es tarde y estoy por ir a la cama), o si tendremos que salir al hospital. Hace ya tiempo que está todo preparado: el bolso para el hospital, la cunita, el cochecito, sábanas y ropa limpia.

Gino participa de todo lo que hacemos, siempre está de buen humor y sabe que falta poquito. Te estamos todos esperando. Ya tengo algunas contracciones, espaciadas, paro cada vez más. En este momento te estás moviendo un montón. Son mis últimos momentos con vos adentro mío. Espero que nos veamos pronto.

Martes 12 de febrero de 2008

Otro día que pasa y no naciste. Hoy fue un día particularmente tranquilo. Estuvimos con Gini todo el día en casa armando los sobres para las tarjetas de invitaciones a su cumple, jugamos y vimos una peli juntos. Casi no tuve contracciones. Seguiremos esperando.

Sábado de 16 de febrero de 2008

Pasó el 15 (fecha probable de parto) y aún no naciste. Estoy un poco nerviosa porque anoche estuve con contracciones y ahora (son las nueve de la mañana) nos estamos yendo rumbo al Sanatorio Güemes. No sé si vas a nacer hoy. Si no te decidís a nacer el viernes 22, me tendrán que internar (es el día del cumpleaños del abuelito). Yo me siento bien, pero, al igual que Luis, estoy un poco nerviosa y ansiosa. Gino duerme, acaba de llegar Nelly que se va a quedar con él. Espero verte pronto.

Jueves 27 de marzo de 2008

Ese día no naciste, nos mandaron de vuelta a casa y decidí tranquilizarme y asumir que en última instancia nacerías el 22. Pero te cuento que el martes 19 salimos volando al sanatorio y en un abrir y cerrar de ojos ya habías nacido.

Entré doblada de dolor a la guardia del sanatorio. Ese día estaba Flor en casa y se quedó con Gino. Me dijeron que tenía ocho de dilatación y me mandaron directo a sala de partos. Fue todo muy rápido, llegamos a eso de las ocho de la mañana y antes de las diez ya habías nacido. Durante el trabajo de parto tuvieron que romper la bolsa, nos hicieron cesárea de urgencia. Según me explicaron después, te habías hecho caca antes de salir (un bebé “meconiano”). Te oí cuando saliste, pero no me dejaron verte porque estabas todo sucio de color verde. Pesaste 4,260 kg. Y sos un bebé hermoso, grande y robusto. Ya tenés más de un mes, y siento que cada vez nos entendemos mejor.

El día en que naciste pensé que me moría cuando se fue el efecto de la anestesia. Estaban en el sanatorio papá y la abuelita. Más tarde llegaron las tías, los primos y Florencia y Gino a conocerte.

Siempre voy a recordar lo lindo que estaba Gino ese día. Tenía una chomba a rayas, con cuello verde. Y Flor le había puesto perfume.

Nos quedamos en el sanatorio por tres días. La abu se quedaba durante la noche y durante el día venían las visitas. El viernes cuando llegamos a casa el barrio entero vino a conocerte. La casa era una fiesta.

Poco a poco nos fuimos acomodando. En estos primeros meses estoy de licencia por maternidad en la escuela. Gino empezó salita de 4 en el jardín y festejamos sus 4 añitos con todos sus amiguitos y con la familia. Fue un momento muy esperado por Gino.

El lunes que viene empiezo la Facu. Voy a cursar por la mañana tres veces por semana. La abuelita los va a cuidar mientras no esté.

17 de julio de 2008

Voto no positivo de Cobos.

La historia me juzgará no sé cómo.

Pero espero que esto se entienda.

Soy un hombre de familia, como todos ustedes,

con una responsabilidad en este caso.

No puedo acompañar y esto no significa

que esté traicionando a nadie.

Estoy actuando conforme mis convicciones.

Así que yo le pido a la presidenta de los argentinos

que tiene la oportunidad de enviar un nuevo proyecto

que contemple todo lo que se ha dicho;

todos los aportes que se han brindado,

gente de afuera o aquí mismo.

Que la historia me juzgue.

Pido perdón si me equivoco.

Voto… Mi voto no es positivo. Es en contra.

Julio Cobos

Lo peor de todo –prosiguió Horst– son los niños.

Mire, mi esposa y yo sabemos muy bien que un día no muy lejano, Christian (el mayor) nos hará

preguntas; ahora tiene ocho años.

Cuando tenga diez o así, les enseñarán

historia moderna en la escuela.

No sé cuánto les enseñan en esta escuela,

pero no pueden ahorrarles aquellos horrores.

Y entonces, ya sabe cómo son los pueblos, algún otro chico acabará diciendo: “Sí, Christian, tu abuelo estuvo metido”.

Y vendrá a casa y nos dirá:

“¿Qué tuvo que ver el abuelo con esto?”

Eso es lo que mi esposa y yo queríamos hablar

con usted. Eso es lo que queríamos preguntarle:

¿Cómo se lo cuento a mi hijo?

Gitta Sereny,

Desde aquella oscuridad. Conversaciones con el verdugo:

Franz Stangl, comandante de Treblinka, 1974

Llevaré su nombre

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