Читать книгу La formación humana desde una perspectiva filosófica - Andrea Díaz Genis - Страница 6
ОглавлениеPrólogo
Carlos A. Cullen
Preguntarnos qué significa educar es sin duda un eterno retorno de lo mismo, que no es lo igual. Porque, como diría Gilles Deleuze, en las respuestas que vamos dando el problema “insiste y persiste”. Justamente esta pregunta es el núcleo duro del cual se ocupa la filosofía de la educación.
Este libro se orienta a tratar de resignificar hoy la filosofía de la educación, insistiendo precisamente en relacionar la educación con la formación humana. Lo que muestra este trabajo es cómo ya desde los griegos la cuestión educativa giró en torno a la inquietud que implican el cuidado de sí y el cuidado de los otros, y desde ahí el autoconocimiento. Fuertemente anclada esta idea en el Sócrates platónico, sobre todo desde la lectura que intenta el último Foucault, la autora va hilvanando los pasos de lo que se trata en la educación: amor a la sabiduría, cuidado del alma, amor a la vida.
Se trata de entender el rol de la educación, y en particular de la filosofía, como “ejercicio espiritual” (Hadot y el mismo Foucault), animarnos a reemplazar la idea de mera “pedagogía” por una verdadera “psicagogía”, justamente en la línea de la formación humana, como tarea fundamental de la educación.
Más allá de la referencia a Sócrates (siguiendo a Foucault), es particularmente interesante, para problematizar el campo de la filosofía de la educación, el intento de leer en esta perspectiva el “momento cartesiano” y la “ilustración”, relacionando a Montaigne y trayendo a la mesa de invitados a filosofar la educación al mismo Nietzsche.
Sin duda que uno de los méritos de esta obra puede residir en invitarnos a revisar nuestras formas de entender la filosofía de la educación y abrir puertas o, al menos, rendijas, para mirar de otra forma los aportes de los pensadores que abrieron el campo de la educación más allá de la mera transmisión de saberes o del disciplinamiento de las conductas.
Esta obra me parece un aporte enorme para desnaturalizar y deconstruir ciertos modos de comprender la filosofía y, especialmente, la filosofía de la educación. La autora acentúa especialmente el carácter “terapéutico” del filosofar y de la educación, en la línea justamente de cuidar al sí mismo y a los otros, sin pretender un conocimiento de sí separado del “cuidado”, es decir, presuponiendo siempre la “inquietud de sí”.
En un momento histórico como el que vivimos, celebramos el despertar de la reflexión filosófica en torno a la educación, y todos los intentos que se vienen haciendo para no quedar atrapados en el mensaje que parece venir de quienes, ciertamente con poder, intentan con lógica mercantil reducirla a un objeto más de consumo o de adquisición de supuestas competencias para responder a demandas originadas en la misma lógica del mercado excluyente, descuidando la responsabilidad de formación humana que implica, como insiste a lo largo de la obra este libro, en el cuidado de sí, de los otros y el conocimiento de sí.
Celebro enfáticamente la aparición de este trabajo de Andrea Díaz Genis que, desde la mejor tradición de la filosofía de la educación en América Latina, insiste en la idea de la formación humana, que implica emancipación y liberación. Y valoro especialmente el intento de leer autores de la tradición filosófica precisamente como aportes para este intento “terapéutico”, que nos ayude a remediar el “olvido”, ya que la educación tiene su sentido y su responsabilidad, en tanto “formación humana”.
Termino confiando en que lo planteado en este libro sirva de aliciente para seguir discutiendo críticamente el sentido de la filosofía de la educación que, sin duda, porque lo vamos encontrando, siempre se nos escapa y nos espera con nuevos y fecundos motivos para pensarla. Y, por otro lado, es una contribución, llena de inteligencia y pasión, para replantearnos el sentido de la formación docente.