Читать книгу La formación humana desde una perspectiva filosófica - Andrea Díaz Genis - Страница 7
ОглавлениеIntroducción
Este libro está formado por tres partes con sus respectivos capítulos y es una compilación de nuestros propios trabajos durante un período, en el contexto dado por nuestra investigación sobre la idea de formación humana desde un punto de vista filosófico (influida por la lectura del llamado “último” Foucault), teniendo en cuenta los conceptos centrales de cuidado de sí, de los otros, inquietud y autoconocimiento, y su importancia para repensar la filosofía de la educación en la actualidad. Consta de una primera parte, donde se trata la formación humana desde un punto de vista filosófico en la tradición socrático-platónica, a modo de hilo conductor de la tradición de la que partimos y de algunos textos (para nosotros, fundamentales) de Platón. Un segunda parte, donde se tratan las diversas formas de entender los aportes de los modernos (sobre todo, Descartes, Kant y Nietzsche), la modernidad y su relación con la formación humana desde la tradición de la que partimos. Y una tercera parte, donde accedemos a varias perspectivas de esta misma tradición que investigamos de la filosofía como educación del sí mismo, desde una perspectiva terapéutica y a partir de los llamados “ejercicios espirituales”. Destacamos la importancia de la voluntad de saber y hacemos un replanteo de la filosofía de la educación desde la perspectiva analizada en el libro.
Cada artículo de cada parte del libro puede ser leído independientemente. Fueron realizados como un conjunto de artículos con un tema en común, a partir de la problemática de investigación realizada como profesora agregada con dedicación total del Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHUCE), Universidad de la República del Uruguay (Udelar), en mi año sabático, y como investigadora invitada por la Fundación de Amparo a la Pesquisa del Estado de San Pablo (Fapesp), en el Departamento de Filosofía e Historia de la Educación, Facultad de Educación de la Universidad de Campinas (Unicamp), San Pablo, Brasil, durante 2014. También forman parte de los avances del proyecto Capes-Udelar con la misma Universidad de Campinas, cuyos coordinadores son el profesor doctor Silvio Gallo, de Brasil y yo misma. Este trabajo ha sido posible gracias a todos los apoyos para la investigación recibidos, por lo que dirijo mi reconocimiento y mi agradecimiento, muy especialmente, a todas las personas y las instituciones involucradas. Debo agradecer también, en este mismo marco, a la Comisión Sectorial de Investigación (CSIC) de la Universidad de la República, por el apoyo para una estancia de investigación realizada en la Biblioteca Nacional de Francia, en París, y en los Archivos de Michel Foucault del Instituto Memorias de la Edición Contemporánea (IMEC), con sede en Caen, Francia. Allí pudimos conocer algunos de los inéditos de Michel Foucault sobre el tema, actualizarnos con toda la bibliografía referente a éste, constatar la vigencia y la importante influencia que han tenido los planteos del último Foucault y de Pierre Hadot sobre diferentes estudios realizados sobre la filosofía, y algunas nuevas lecturas sobre pensadores que adquirieron un giro y una importancia inesperada a partir de esta nueva interpretación de la historia de la filosofía (es el caso, claramente, de la importancia que adquirieron las investigaciones sobre Montaigne como filósofo, a partir de esta concepción).
Nuestra línea de investigación se titula “De la filosofía a la educación. Cuidado de sí, conocimiento de sí, inquietud de sí”. Parte de los elementos traídos por la última etapa del pensamiento de Michel Foucault sobre el cuidado de sí y de los otros, y su relación con la tradición filosófica y la formación del género humano. Hemos intentado poner hincapié en el término “formación”, y no “educación” (aunque a veces es inevitable usarlo como adjetivo, para mostrar un perfil disciplinar o campo de estudio), pues estamos hablando de una escuela para la vida, para la conformación de una subjetividad, en concomitancia con un determinado modo de vida. No se trata de la sola instrucción o del desarrollo de determinadas competencias para determinado tipo de educación, sino de un “arte de existencia”. Esto se desarrollará en todo el libro. La base común de todas estas disquisiciones es determinada interpretación de Sócrates que a partir de Hadot y Foucault volvemos a traer, y a partir de su figura, de toda una tradición griega, helenístico-romana, moderna y contemporánea, que dialoga con los conceptos de filosofía y formación del género humano, a partir de los conceptos centrales de inquietud, cuidado de sí y de los otros, y autoconocimiento.
Algunos conceptos y textos que reaparecen pueden sonar reiterativos. Así fueron construidos, para que cada artículo pueda ser leído independientemente (de hecho, fueron escritos en diversos momentos). Sin embargo, todos juntos forman una unidad de sentido, una constelación de elementos a tener en cuenta, coherentes entre sí, y escritos en una forma que –aspiramos– sea clara, original y entretenida de leer. Parten de una relectura de la historia de la filosofía a partir de su preocupación por la formación del género humano. Éste no pretende ser un libro erudito, pero sí hemos tenido que reinterpretar a grandes autores e importantes temáticas, y largos períodos de la historia del pensamiento, para dar una visión general que intenta ser sugerente y provocativa sobre el tema en cuestión. En tiempos donde todo se mide, todo se compra y se vende, todo es instalado en un espacio mediático, e inmediato, virtual, ¡qué intempestivo parece ser el tema que traemos ahora! Sin embargo, como bien decía Nietzsche, muchas veces, para ser actual, hay que ser inactual. Es perfectamente actual la necesidad de repensar los aportes de la filosofía para la formación humana, dado que, precisamente en tiempos “líquidos”, de prevalencia de nihilismo, de muerte de los absolutos, de relativismos, de descreencias, de falta de modelos o grandes metarrelatos, releer la filosofía antigua y sus repercusiones en la historia hace que nos percatemos de que hemos olvidado lo que quizás sea fundamental en este momento para todos. Y esto es algo que está concentrado en la idea de la filosofía como forma de vida, y a partir de un concepto de formación del género humano que tiene por central la idea de que los humanos debemos aprender a cuidarnos a nosotros mismos. No hay nada más importante que pueda enseñarnos la filosofía, y es esto: aprender a cuidar de nosotros mismos y, en esta misma medida, aprender a cuidar a los otros. Y cuidar de nosotros mismos es cuidar la vida, aprender a reflexionarla, aprender a conocernos. Y esto no puede ocurrir si no tenemos inquietud, desasosiego, dudas, preguntas, etc. La filosofía es una forma de vida que encierra dentro de sí varias respuestas y propuestas acerca de la formación del género humano; de esto, y no de otra cosa, trata este libro.
Debo agradecer entonces todos los apoyos obtenidos para la estancia de investigación, y en lo personal todos los valiosos aportes realizados por Sílvio Gallo, de la Universidad de Campinas, y su grupo de investigación. Asimismo, los aportes y los avances teóricos realizados por Enrique Puchet y por el grupo de investigación cocoordinado por él y por mí, del Departamento de Historia y Filosofía de la Educación, de la FHUCE, Udelar. A todos ellos, muchas gracias.
Finalmente, debo agradecer y destacar el apoyo y premio recibido del Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay por haber resultado ganadora con esta obra del Concurso en Rubro Inédito de Ciencias de la Educación en el Premio Nacional de las Letras 2015.
Ahora hablaremos del proyecto de investigación en general, en cuyo marco se ha desarrollado este trayecto de la investigación como profesora con dedicación total y el proyecto Capes-Udelar con Unicamp, y que da una unidad a la propuesta que desarrolla este libro. Las universidades coordinadoras de dicho programa son la Universidad Estadual de Campinas y la Universidad de la República. Las instituciones asociadas en red de Brasil son la Universidad Estadual del Oeste de Paraná (Unioeste), la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) y la Universidad Católica de Campinas (PUC-Campinas).
Entre el conócete a ti mismo y la inquietud de sí1
Trabajar la relación entre el “conócete a ti mismo” (gnothi seauton) y la “inquietud de sí” (epimeleia heautou) es el desafío que nos propone Michel Foucault a través de su libro La hermenéutica del sujeto. Éste es un texto de Foucault que transcribe uno de los últimos cursos que dio, en 1981-1982. Allí refleja las inquietudes de la etapa ética de su trayectoria, que en realidad sintetizan la preocupación central de toda su obra: el problema de la subjetividad en relación con la verdad o, más precisamente, la historia de la verdad en relación con la historia de la subjetividad, para nosotros entendida en relación con la educación y, en una forma más general y radical, con lo que hemos dado en llamar la formación humana. Se trata de indagar cómo se construye el sujeto a través de la relación con la verdad por medio de la educación, o de una determinada relación educativa a partir de una propuesta filosófica, en virtud de una idea de la verdad que implica, o trae como consecuencia, determinadas prácticas formativas que se presentan también como “terapéuticas”. Para ello, tenemos que retomar necesariamente la idea de genealogía que toma Foucault de su maestro Nietzsche y que refleja de una manera “posilustrada”, al trabajar la historia de la verdad desde la construcción del origen, o de su invención, desde la discontinuidad y la ruptura. La etapa genealógica de Foucault llega a su punto de profundización en el seminario antes mencionado, desde donde el filósofo deja de preocuparse por el tema del poder, por el problema de la sexualidad, o el deseo en relación con la verdad (temas característicos de la etapa genealógica de su pensamiento), para centrarse pura y exclusivamente en la relación del sujeto consigo mismo (y no otra cosa es la ética para este autor). Foucault (2003: 12) declara:
Qué es la filosofía hoy –quiero decir la actividad filosófica– si no el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo. ¿Y si no consiste, en vez de legitimar lo que ya se sabe, en emprender el saber cómo y hasta dónde sería posible pensar distinto?
En cuanto a la ética, dice algo que nos interesa sobremanera:
Cierto que toda acción moral implica una relación con la realidad en donde se lleva a cabo y una relación con el código al que se refiere, pero también implica una determinada relación consigo mismo; ésta no es simplemente “conciencia de sí”, sino constitución de sí como “sujeto moral”, en la que el individuo circunscribe la parte de sí mismo que constituye de esta práctica moral, define su posición en relación al precepto que sigue, se fija en un determinado modo de ser que valdrá como cumplimiento moral de sí mismo, y para ello actúa sobre sí mismo, busca conocerse, se controla, se prueba, se perfecciona, se transforma. No hay acción moral que no se refiera a la unidad de una conducta; ni conducta moral que no reclame la constitución de sí misma como sujeto moral, que constitución del sujeto moral sin “modo de subjetivación” y sin una “ascética” o “práctica de sí” que los apoyen. (29)
Es importante destacar estos dos aspectos de Historia de la sexualidad II. El uso de los placeres, donde aparece su concepción sobre la filosofía y la ética. En La hermenéutica del sujeto, Foucault recorre un camino histórico para repensar las relaciones entre verdad y sujeto en vinculación con esta idea de la moral que implica “una determinada relación consigo mismo”, “un modo de construir la subjetividad” o un modo de subjetivación elaborada a través de la educación. Todos estos elementos van a perfilar el tema en el que se va a centrar el libro del que partimos. En La hermenéutica del sujeto, la relación del sujeto consigo mismo, en vinculación con una idea de verdad, se trabaja a través del par conceptual inquietud de sí y conócete a ti mismo. Su hipótesis central gira en torno a la idea de que, en un momento de la historia de la verdad, estos dos aspectos centrales construyen una determinada manera de entender la moral, donde estos dos elementos, que están íntimamente relacionados, se separan irrevocablemente a través de lo que se da en llamar “el momento cartesiano”. Sin embargo, no se trata tanto de Descartes, sino quizá de una interpretación de Descartes, que mucho ha influido en una educación que sólo se reconoció en el “conócete a ti mismo” y que se vinculó sólo con el conocimiento racional y olvidó la relación que éste tenía con la inquietud de sí (Foucault, 2006a); que puso su acento en el saber y se olvidó de la búsqueda de la sabiduría en un sentido más abarcador, que incorporaba el trabajo del sujeto sobre sí mismo.
Pues la filosofía fue, en su centro mismo, a partir de la civilización antigua, una propuesta formativa del género humano. Con esto queremos decir también que la filosofía de la educación no es una vertiente menor de la filosofía; es su centro mismo, mirada desde los albores de su “creación”. La filosofía emergió y logró visualizarse como práctica liberadora para proponer un modo de vida, un “arte de existencia” a través de una propuesta formativa a partir del diálogo (me refiero, claro está, en este momento, al modelo socrático-platónico y su influencia en la historia).
El olvido del cuidado de sí
En esta interpretación, se entiende a la filosofía como “arte de existencia” (Hadot, 2006; Díaz Genis y Puchet, 2010) y se plantea una filosofía de la educación a partir de la búsqueda de un cambio profundo en la vida humana. En este contexto, Foucault (2003: 36) plantea una hipótesis sobre la que pretendemos volver en esta investigación, que es la siguiente:
Pues bien, ahora, si damos un salto de varios siglos, podemos decir que entramos en la edad moderna (quiero decir que la historia de la verdad entró en su período moderno) el día en que admitió que lo que da acceso a la verdad, las condiciones según las cuales el sujeto puede tener acceso a ella, es el conocimiento, y sólo el conocimiento.
A este momento en la “historia de la verdad” Foucault lo llama “momento cartesiano”, sin querer decir que solamente sea cartesiano; pero es a partir de Descartes cuando podemos ver claramente esta tendencia donde no se le pide al sujeto un cambio en el modo de vida, “una conversión”, sino que el sujeto es capaz de reconocer por sí mismo que, por sus meros actos de conocimiento, puede acceder a la verdad. Las condiciones de acceso del sujeto al conocimiento se definen desde el mismo conocimiento; no implican al sujeto y a su vida, y se realizan, o conforman, a través de la educación. Hay condiciones, dice Foucault, “extrínsecas” para acceder a la verdad: no hay que ser loco (sobre este tema y la discusión de Foucault con Descartes, ver Historia de la locura), condiciones culturales, son necesarias educación, formación, estar dentro de un consenso científico, etc., condiciones morales, hay que hacer esfuerzos. Allí se dice, entonces, que estas condiciones pertenecen al sujeto concreto, y no a la estructura del sujeto como tal. La idea es que, tal como es, el sujeto es capaz de verdad (37). A partir supuestamente de este momento, el conocimiento se abre a la “dimensión indefinida del progreso”; pero este progreso será una forma del olvido del cuidado de sí.
Más allá de lo complejo de esta hipótesis, habrá que ver qué quiere significar Foucault por modernidad, y más precisamente por Ilustración o Iluminismo, dado que ésta es la forma más característica no sólo de definir la modernidad, sino también de caracterizar el modo en que la modernidad habla de sí misma. Por otra parte, no se puede entender la Ilustración si no se la entiende también a partir de su derivación en una propuesta educativa. Lo que ocurre es precisamente que la educación, en el proyecto ilustrado, tiene su centro en el conocimiento de saberes, y no necesariamente en el autoconocimiento y la inquietud de sí.
La Ilustración como ontología del presente
Para referirnos a la Ilustración en Foucault, tenemos que partir de otro de sus últimos seminarios: El gobierno de sí y de los otros (2009a). Éste es un seminario posterior a La hermenéutica del sujeto; en él, Foucault realiza un análisis del pensamiento moderno kantiano a partir del concepto de Ilustración. Allí se retoman temas que tienen que ver con la interpretación del Alcibíades I, “el gobierno de sí y de los otros”. Pero, sobre todo, para analizar el “evento” a partir del cual se hace la caracterización del pensamiento moderno como “ontología de la actualidad”. La filosofía moderna, que Foucault ubica en los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX, tiene como una de sus cuestiones fundamentales ocuparse de su propia actualidad. Esta filosofía moderna que se interroga sobre su propia actualidad continúa, según Foucault, a través de todo el siglo XIX, ligada a la pregunta de la Ilustración. En el texto antes referido, Foucault plantea un tema más que importante: nos dice que la filosofía, a partir del texto kantiano de “¿Qué es la Ilustración?”, hará un “parteaguas”. Hay dos filosofías críticas en Kant: una filosofía que se convirtió en “analítica de la verdad” en general, o en filosofía acerca de las condiciones de posibilidad de la verdad, y otra que se ha preocupado más bien por ser una “ontología de nosotros mismos”, una “ontología de la actualidad”. Éstas son dos formas de entender la filosofía moderna que proceden de Kant. La analítica de la verdad procede de las tres críticas: la Crítica a la razón pura, la Crítica de la razón práctica y la Crítica del juicio; y, sobre todo, de la primera de ellas. Ésta plantea precisamente la cuestión de cómo es posible un conocimiento verdadero. Esta forma de preocupación ha proseguido en la línea de la analítica anglosajona. La otra es la que sale directamente del ensayo kantiano sobre la cuestión de la Aufklärung y la lleva muchísimo más allá. Esta forma de filosofía que va, según Foucault, desde Hegel a la Escuela de Frankfurt, pasando por Nietzsche y Max Weber, es donde se coloca el mismo pensamiento foucaultiano. En este contexto, también nos ubicamos nosotros, para volver a preguntarnos por la Ilustración como evento o como acontecimiento en el pensamiento. ¿Forma parte de nuestra actualidad el tema de la Ilustración? ¿Cómo entender hoy día el problema de la Ilustración? ¿Es la Ilustración una nueva forma del olvido de sí, u otra manera de la inquietud de sí, que la complementa y la supone? Para eso proponemos, posteriormente a una primera etapa de la investigación de este punto (que sintetizará el concepto de “inquietud de sí” trabajado en nuestra investigación, sobre todo, a partir de La hermenéutica del sujeto foucaultiana, en el momento “socrático platónico”), trazar un segundo momento donde se estudiará esta temática a partir del “olvido del cuidado de sí” o complemento del cuidado de sí en la modernidad. Se trata de no identificar necesariamente educación y modernidad, si por ello se entiende que la Ilustración es educación por y para el conocimiento, y que en esta identificación se olvidan el cuidado de sí y la conversión del sujeto como forma de acceso a la verdad y a la transformación de la vida. Digamos algo más acerca de la importancia del tema de la Ilustración desde una perspectiva educativa. Primero y antes que nada, la Ilustración se identifica con un proyecto educativo en Kant y en otros pensadores de la modernidad (Comenio, Rousseau, Condorcet). Más precisamente, con una Facultad centrada en el conocimiento de la filosofía (El conflicto de las facultades) y con una pedagogía (Pedagogía) que explica, en definitiva, cómo crear o generar un sujeto autónomo, esto es, un sujeto que obedezca a su propia razón, o a “lo universal” en lo particular. Pero ¿es acaso ésta la única forma de entender la filosofía y la educación filosófica? Evidentemente, esta pregunta forma parte de nuestra indagación en tanto que la antigüedad entendió de una forma más radical la filosofía y la educación que de ésta derivaba. Más allá de la modernidad, o cuestionándola, fue importante también, en nuestro estudio, hacer un repaso de la filosofía de la educación nietzscheana, pensándola en el marco de nuestra investigación. Sobre todo tomando en cuenta los textos específicamente referidos a la educación, como “Sobre el futuro de nuestras instituciones educativas” y “Schopenhauer como educador”.
En nuestro libro, se pretende reflexionar acerca de la posibilidad de una idea de formación humana que no deje de lado la inquietud de sí en relación o en armonía con el conócete a ti mismo. Esto es, replantear históricamente el fundamento filosófico de la importancia de formar a la persona en un sentido “integral”, corporal y afectivo, además de racional (el “somos cuerpo” nietzscheano estaría integrando todos estos aspectos en una propuesta formativa). Una “formación humana” orientada a construir un sujeto que puede y debe ser educado éticamente en una determinada relación consigo mismo, repensada desde una unidad entre ética y política (la relación del sujeto consigo mismo afecta a la comunidad y viceversa). Todo cuidado de sí implica el cuidado de los otros, nos advierte Foucault en su obra El gobierno de sí y de los otros. Un elemento importante es que históricamente, desde el Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la FHCE, se ha construido el campo de elaboración teórica de la filosofía de la educación como análisis de lo que efectivamente se considera el aporte de los pensadores de la educación desde el campo de la filosofía y de las ideas acerca la educación. En esta investigación, de alguna manera se pretende “ampliar” esta perspectiva para encontrar lo “nuevo”, buscando, en una relectura de la historia de la filosofía de la educación y de las ideas acerca de la educación, elementos innovadores que nos ayuden a pensar la historia de las ideas de la educación y de la misma filosofía, y su enseñanza, de una manera radicalmente diferente.
En definitiva, nuestra indagación trata de comprender la conexión entre la filosofía en su tradición y un concepto renovador y actual de la formación humana. A partir de esta concepción, jugamos con la idea de conformar una nueva forma de entender la filosofía de la educación para nuestros días (elemento desarrollado en la tercera parte del libro). En el marco de nuestra línea de investigación inscripta en el Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la Universidad de la República desde 2008, un conjunto de profesores hemos realizado una serie de escritos sobre la temática que incluyen un libro colectivo titulado Inquietud de sí y educación. Hacia un replanteo de la filosofía de la educación I (Montevideo, Magró, 2010); un libro de la autoría del profesor Enrique Puchet, quien es cocoordinador de la línea de investigación, con prólogo y epílogo de mi autoría, titulado De filosofía y educación. Cuidado de sí y conocimiento de sí (Montevideo, La Fuga, 2013); otra larga serie de artículos publicados en revistas nacionales e internacionales sobre el mismo tema, y una serie de números dedicados al tema desde esta fecha publicados en la revista arbitrada Fermentario, de nuestro Departamento y del Departamento de Filosofía e Historia de la Educación de la Unicamp, Brasil (www.fermentario.fhuce.edu.uy). También, presentaciones en congresos nacionales e internacionales, coloquios, etcétera.
Dentro de los objetivos específicos que han sido trabajados en la investigación, destacamos lo siguiente:
• Estudiar la relación entre conocimiento de sí (gnothi seauton) e inquietud de sí (epimeleia heautou) en distintos momentos de lo que daremos en llamar, con Foucault, “la historia de la verdad” y la idea de formación humana que la sustenta, teniendo como marco teórico la última etapa del filósofo francés.
• Estudiar, en diferentes momentos de la historia de la filosofía, la idea de formación humana. Las posibles maneras de entender la relación entre inquietud de sí y conocimiento de sí que, lejos de haberse superado, como dice Foucault, adquieren nuevas formas de ser entendidas, y exigen la posibilidad de pensar su posible complementariedad.
• Replantearnos una filosofía de la educación a partir de ese recorrido.
• Pensar la posibilidad de un pensamiento emancipatorio de formación humana a través del estudio de las diferentes formas de construir la subjetividad en relación con la verdad en la historia.
• Pensar una nueva relación entre ciencia, filosofía, “espiritualidad” en relación con la formación humana, sin que ninguna vaya en detrimento de la otra.
• Repensar la relación entre genealogía, ética y educación en relación con el tema que nos ocupa.
Este texto, así como la investigación en la que se basa, busca responder las siguientes preguntas: ¿se puede explicar el perfil característico o fundamental de la formación humana a partir de la relación, la contradicción, la falta o el olvido de la inquietud de sí, y el cuidado de sí y de los otros, vinculado con el triunfo de una determinada manera de entender el “conócete a ti mismo” a partir de la modernidad? ¿Cómo entender el problema filosófico de la formación humana desde la relación de contradicción o complementariedad entre el cuidado de sí (epimeleia heautou) y el autoconocimiento (gnothi seauton)? ¿O cómo entender el problema de la formación humana desde esta lectura filosófica? ¿Cómo elaborar teóricamente el aporte foucaultiano a la filosofía de la educación a partir de un análisis crítico de su obra final? ¿Es posible una relectura de la historia de la subjetividad en relación con la verdad que nos permita repensar la formación humana desde una intención que siga siendo “emancipatoria”? ¿Qué relación podemos establecer entre la filosofía como “cura del alma”, la inquietud de sí y la formación del “género humano”?
Todos estos temas forman parte de un proyecto de investigación que va mucho más allá de este libro en concreto, pero que ordena y se muestra en el concierto general de los temas propuestos por él. Es nuestro deseo que guste e interese, y que sus propuestas puedan ser discutidas a fondo, tanto dentro como fuera de la academia.
1 Encontraremos una bibliografía general del tema al final del libro.