Читать книгу El Arcángel Metatrón y otros seres de luz - Arantza Ibarra Basáñez - Страница 7

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4. El despertar


Nunca olvidaré la palabra que apareció en mi mente. Esos últimos meses del 2015 los dediqué a meditar y a aprender las runas y radiestesia mientras esperaba que mi periodo desbocado cesara para que por fin me pudieran hacer una biopsia.

En una de esas meditaciones, estaba tranquilamente en mi habitación cuando apareció su nombre. Era la primera vez que leía ese nombre y no sabía lo que significaba. Cogí mi móvil, lo escribí en un buscador y esperé a ver los resultados.

El buscador hablaba de un gran cometa que había aparecido en septiembre del 2012 y había colisionado con el Sol en noviembre del 2013. Pero ¿qué tenía que ver ese cometa conmigo? ¿Por qué se me había aparecido su nombre?

Aun así me maravilló que la palabra que había aparecido en mi cabeza existiera y que fuera un cometa de verdad. Siempre me habían interesado los planetas, las estrellas y todo lo relacionado con el espacio.

«Ison» era desde entonces mi palabra preferida, mi amigo, mi aliado, y así empezó nuestra comunicación. Algunas veces desaparecía y yo estaba muchos días sin saber nada de él, pero siempre volvía.

Aprendí que tenía que estar muy atenta para percibir las señales y así me fui dando cuenta de todas las cosas que nos quieren decir o de las que nos quieren avisar sin que nos demos cuenta. Una sola canción en un momento dado puede estar diciéndote algo de lo que en esa situación estás buscando. Una palabra o la frase de un cartel o anuncio, o de una revista que leas en ese instante, te puede remover todo lo que estabas aparcando. Sabía que las runas eran unos símbolos ancestrales que guardaban grandes secretos. Se decía que eran signos que el Universo utiliza para comunicarse con nosotros y ayudarnos. Y así las señales empezaron a formar parte de mi vida.

En mis largas charlas con Ison hubo un poco de todo. Dudas sobre la vida, el Universo, negativas a contestar preguntas personales y omisiones a otras cuestiones que, según él –utilizo el artículo masculino por la palabra cometa–, yo no estaba preparada para conocer.

Esos últimos meses del año avancé muchísimo con las meditaciones y poco a poco fui abriendo la glándula pineal. Eso me ayudó a poder visualizar en el centro de mi frente imágenes que no llegaba a entender. Todo apuntaba a que mi tercer ojo, así lo llaman, se estaba despertando. Había oído hablar mucho sobre él; los hindúes, a los que siempre he considerado mucho más avanzados espiritualmente, se pintan en la frente el punto rojo donde se encuentra el tercer ojo. Hay muchas maneras de referirse a él, pero yo utilizaré este término. Con él podía viajar y llegar a visualizar nuevas dimensiones que con los ojos físicos no podía.

Tengo que hacer un paréntesis para subrayar que no consumo ni consumía ninguna droga, ni estaba medicándome con ninguna sustancia que alterara mis percepciones. Y en esos años anteriores, cuando acudí a la psicóloga, ella siempre me había considerado una persona que no padecía ningún desequilibrio mental que alterara mis percepciones.

Volviendo a lo que os contaba del tercer ojo, la mayoría de las veces necesitaba preguntar a Ison qué significaban todas esas imágenes que aparecían en mi mente, pero él me insistía en que tenía que descubrirlas yo misma.

Fue en esas visualizaciones cuando me dijo que iba a estar ausente una temporada. No sabía cuánto pero también me tranquilizaba diciéndome que no iba a estar sola. Yo en esos días me preguntaba si volvería a hablar con él. Noté un vacío terrible y lo viví como una ruptura o separación.

Ese mes avancé con las pruebas médicas y me concentré en ellas. Conseguí hacerme la biopsia y por suerte me confirmaron que los miomas no eran malos. Ahora tocaba recuperarme para más adelante poder operarme.

Pasaron más o menos quince días cuando recibí la visita de un nuevo ser. En este caso le llamo ser porque tenía claro que era un ser de luz. Era un ser de luz que había vivido en la Tierra y que ahora estaba guiando y enseñando a la gente.

El Arcángel Metatrón y otros seres de luz

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