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1 Distintos del hombre, cuya naturaleza ha sido estudiada en el libro anterior.

2 Aristóteles nos ha dado ya indicaciones semejantes en I 1, 486b17, en donde ha hablado de analogías: así nos ha dicho que el hueso se comporta analógicamente a la espina, la uña igual que la pezuña, etc. Por otro lado, una diferencia genérica que debería comportar lógicamente diferencias genéricas entre las partes, arrastra solamente la mayoría de las veces diferencias específicas: así el estómago del perro y del gato sólo difieren específicamente.

3 Cf. P.A. IV 10, 686a21, en donde el autor añade que el lobo presenta la misma particularidad.

4 Cf. A.I. 706a18, en donde se nos dice que de todos los animales el hombre tiene sus miembros izquierdos más independientes porque su constitución está más de acuerdo con la naturaleza; por otro lado, conforme a la doctrina constante de la superioridad de la derecha sobre la izquierda, aquélla está en el hombre más diferenciada de la izquierda que en los demás animales.

5 Cf. infra, III 9, 517a32. También PLINIO , XI 101: huic elephanto enim informes, numero quidem quinque, sed indivisi ac leviter discreti singulisque, non unguibus, similes .

6 Cf. P.A. II 16, 658b33, y IV 2, 692b17; PLINIO , VIII 10, y XI 105; OPIANO , Cinegética II 254.

7 Cf. infra, IX 46, 630b28; P.A. II 16, 659a13; PLINIO , VIII 10, 12.

8 Cf. P.A. IV 8, 684a27; Ética a Nicómaco V 10, 1134b33; Magna Moralia I 34, 1194b34; Política II 12, 1274b13.

9 La explicación se da en P . A . IV 10, 688a13-17, en donde se dice que es debido a la extensión de los miembros durante la marcha y a los cambios de lugar.

10 Cf. infr a , II 1, 500a13; P . A . IV 10, 688a.

11 Sobre la flexión de los animales véase A. I . 1, 704a20 y ss. Se notará que Aristóteles tenía ideas muy vagas sobre la estructura del esqueleto. En las líneas que siguen el autor declara que la flexión de los miembros se hace hacia adelante o hacia atrás, según la curvatura del miembro.

12 PLINIO , XI 101.

13 Es decir, a la inversa de los otros animales. Cf. P.A. IV 10, 687b25.

14 Aristóteles nos da una descripción diferente en A. I . 13, 712a9, y 13, 715a8. Por su parte PLINIO , XI 102, escribe: ova parientibus quadru pedum crocodrillo, lacerti s , priora genua post curvantur, posteriora in priorem partem.

15 Es decir, intermedio entre el movimiento de las patas delanteras y el de las traseras.

16 Cf. A. I . 14, 712a25.

17 Así, PLINIO , XI 105: katá skelos pedatim, hoc est ut sinister pes non transeat dextrum, sed subsequatur. Pero el término es dudoso y se presta a diversas interpretaciones. Cf. PECK , ob. cit., pág. 80.

18 Los pitecoides. Cf. infra, II 18, 502a16 y ss.

19 Aristóteles explica la razón en P.A. II 14, 658b2; PLINIO , XI 47.

20 Cf. P.A. II 14, 658a26.

21 Cf. P.A. II 14, 658a29-31, y sobre el bisonte véase infra, IX 45, 630a19.

22 Según la nomenclatura de D’Arcy W. Thompson corresponde al tragelaphus de PLINIO , VIII 50, y que Cuvier nombró cervus aristotelis.

23 Animal de difícil identificación, pero que en todo caso se trata de uno parecido al antílope. P. LOUIS (Aristot e . Histoire des animau x , París, Les Belles Lettres, I, 1964, pág. 38, n. 3) dice que no puede ser, como algunos creen, ni el reno llamado tárandos, ni la jirafa, que ATENEO (201c) llama kamelo párdalis.

24 Provincia de la antigua Persia, el Beluchistán actual. Cf. ESTRABÓN , IX 8, 9.

25 Cf. PLINIO , VIII 10.

26 Cf. principalmente IX 47, 630b32-631a1.

27 Cf. PLINIO , VIII 26. Es la conocida distinción entre el camello (llamado precisamente C. bactrianus ) y el dromedario (C. dromedarius).

28 Cf. P.A. IV 10, 688b23.

29 Por ejemplo HERÓDOTO III 103: «El camello tiene en cada pata trasera dos muslos y dos rodillas».

30 Cf. PLINIO , XI 105. Sobre el papel de la taba véase P.A. II 9, 654b21.

31 Cf. P.A. III 14, 674a32.

32 Cf. JENOFONTE , Anábasis IV 5, 14; PLINIO , XI 106.

33 Cf. P.A. IV 10, 688b23.

34 Cf. PLINIO , XI 105.

35 Sobre las diferentes especies de cerdos véase G.A. IV 6, 774b21; PLINIO , II 106; ELIANO , H.A. V 27.

36 Quizás el rinoceronte. Cf. P.A. III 2, 663a19-23.

37 Cf. P.A. III 2, 663a23; PLINIO , VIII 53. Thompson identifica este animal con el oryx leuco r yx del norte de África, especie de antílope con largos cuernos con los cuales, según dice HERÓDOTO (IV 192), se hacían los brazos de las liras fenicias.

38 Supra, II 1, 499b12.

39 Interpretación dudosa. Peck (ob. cit., pág. 238) cree que Aristóteles se refiere al medio astrágalo que aparece en los relieves como un medio de identificación del estáter de Atenas. El dibujo del laberinto se encuentra en los frescos de Cnosos y en sus monedas del siglo IV a. C. En cambio PLINIO (XI 106) lo interpreta así: leo etiamnum tortuosius, es decir, el león posee un hueso todavía más tortuoso.

40 Sobre el astrágalo, cf. P.A . IV 689b10 y ss. Aristóteles determina las distintas caras del astrágalo por los puntos atribuidos a cada una de ellas en el juego de las tabas. Cf. Del cielo II 12, 292a29. El lado de Cos de una taba valía seis puntos y el de Quíos uno.

41 Cf. supra, 498b31, e infra IX 45, 630a18; P .A. III 2, 663a13.

42 Dato sacado de HERÓDOTO , II 74. Se trata de la víbora con cuernos, la llamada Cerastes a e gy ptiacus.

43 Cf. infra, III 9, 517a21-29, y P.A. III 2, 663b12-16. Sobre los cuernos de los ciervos se dan más detalles infra, IX 5, 611a25.

44 En 497b35. Cf. P.A. IV 10, 688a28; PLINIO , XI 95.

45 Cf. P .A. IV 10, 688b32; GALENO , D e u s u Part . III 607K.

46 El autor nos dará más detalles sobre los órganos genitales en el libro III. Cf. también PLINIO , XI 109-110.

47 Cf. P . A . IV 10, 689a34-5.

48 Se trata de los órganos masculinos.

49 Cf. P . A . IV 10, 689a29-31; Proble m . XXX 1, 953b34.

50 Cf. infra, XI 6, 612b16; PLINIO , XI 109.

51 La nomenclatura de Aristóteles se debe a la creencia de que la posición erecta del hombre es la normal y natural.

52 También en G.A. 741b27 y ss., se refiere a la diferencia relativa de las partes en el cuerpo humano en los sucesivos estadios de su desarrollo. Es la llamada «heterauxesis».

53 Cf. P . A. IV 10, 686b15, donde pone el ejemplo de los potros cuyas patas son muy largas en relación al resto del cuerpo y así pueden tocar su cabeza con las patas traseras, movimiento que no pueden realizar cuando se hacen caballos. También JENOFONTE , Sobre la equitación I 16.

54 Cf. P .A. II 9, 655b8-11; III 1, 661a34-662a6; G.A. V 8, 788b-789b2; PLINIO , XI 61.

55 Según Aristóteles, el hecho de tener cuernos va emparejado con la ausencia de dientes en la mandíbula superior. Cf. P .A. III 1, 663b-664a1; Anal. Post . II 14, 98a13-19.

56 Cf. infra, IV 11, 538bll, y P .A. III 1, 661b26.

57 En P .A. III 1, 661b23, el autor da la razón: «la naturaleza no hace nada en vano ni superfluo».

58 Cf. P .A. IV 13, 697b6. Por un cambio de caracteres comunes la foca tiene una forma intermedia entre los cuadrúpedos y los peces.

59 Historiador del siglo IV a. C. que fue médico de Artajerjes Memnón (405-362 a. C.) y escribió una obra sobre Persia y otra sobre la India. Aristóteles lo utiliza con desconfianza. Cf. infr a , VIII 28, 606a8, y G . A . II 2, 736a2.

60 El texto de Ctesias se ha conservado en FOCIO (Bibliot e c a I 135 HENRY ), y fue utilizado por PAUSANIAS (IX 21), PLINIO (VIII 30), que coloca el animal en Etiopía, ELIANO (IV 21) y FILÓSTRATO (V i ta Apo l . III 45). Se trata tal vez del tigre, aunque Aristóteles conoce la palabra tigris que emplea infra , VIII 28, 607a4. Según VARRÓN , L.L. V 100: Vo cabulum e lingua Armenia; nam ibi et sagitta et quod vehementissimum flumen dicitur Tigris. Como dice LOUIS (ob. cit., pág. 45, n. 1), el terror causado por el tigre (martichora significa «matador de hombres») habría contribuido a deformar la descripción.

61 Es decir, bermejo. Cf. Meteor. III 6, 378a26.

62 Cf. G.A . V 8, 788b7; PLINIO XI 63.

63 Cf. infra, VI 20, 575a5-13.

64 Por ejemplo el león. Cf. infra, VI 31, 579b12; G . A . V 8, 788b17.

65 Sobre los dientes de los caballos véase infra, VI 22, 576b13-20.

66 Incisivos y molares, respectivamente. Cf. P.A . III 1, 661b9-12.

67 Cf. PLINIO , XI 114; HIPÓCRATES , Epidemias II S. 6, 1 (LV 132).

68 Hipócrates los llama sōphonistēre s . En el texto krantēras, que significa «los últimos (en salir)».

69 En el original krimna, que designa harina de cebada con salvado.

70 Cf. PLINIO , XI 62; ELIANO , IV 5 .

71 Cf. infra , IX 1, 610a16-22.

72 Cf. PLINIO , XI 65; ELIANO , IV 31.

73 Las líneas 9-15 reproducen casi textualmente a HERÓDOTO , II 71, y son consideradas como interpoladas por Aubert-Wimmer y Schneider. Cf. también PLINIO , VIII 25; XI 93, y ELIANO , V 53.

74 Aristóteles no reproduce el error de Heródoto (II 71) que dice: «Su tamaño viene a ser como el de un buey enorme».

75 Cf. HERÓDOTO , II 71: «Su piel es tan sumamente gruesa que una vez seca se hacen con ella astas de jabalina».

76 Liddell-Scott dicen de él: a lo n g tailed m o nk e y; y lo identifican como el Cercopithecus pyrrhonotus.

77 Un babuino con cara de perro, Simia hamadry a s (Liddell-Scott). Cf. PLATÓN , Teet. 161c, 166c. Quizás se trate de un mandril.

78 Cf. supra, II 1, 498b17.

79 Cf. su p ra, II 1, 498b21-25, y P.A. II 14, 658a15.

80 Cf. sup r a, II 1, 498a19.

81 Cf. supra, II 1, 500b26 y ss.

82 Señalado ya supra, II 1, 499bl. Cf. P.A. IV 10, 689b6.

83 Cf. P.A. IV 10, 689b31-4.

84 Cf. supra, II 8, 502a18.

85 De aquí parece deducirse que Aristóteles disecaba monos y otros animales. Para la disección de monos en Galeno véase C. SINGER , «Galen as a modern » en Pro c . Roy. Soc. Med. 42 (1949), 563-570.

86 Cf. P.A. II 17, 660b13-24; IV 11, 690b24-26.

87 Cf. ELIANO , X 21 y 34.

88 O. REGENBOGEN , «Bemerkungen zu H.A. des Aristoteles» en Studi Ital. di Filol. Classica 27/ 28 (1956), 444-449, considera que este capítulo es una tardía interpretación de un tratado de Teofrasto sobre los animales que cambian de color. Cf. Focio, Bibli., cod. 278, 523a31 y ss. También I. DURING en su reseña sobre el libro de Louis (Gnomon 37 (1965), 665) lo considera una inserción. Pero no son de esta opinión ni Peck ni Vegetti.

89 O bajo vientre. La palabra hypogastrion aparece sólo otra vez en el Corpus aristotelicum (X 2, 634b40), pero se encuentra en HIPÓCRATES y en ARISTÓFANES , A v i s p a s 195. Gaza lo comentaba así: la t e ra deo r s um d u e la ventri junguntur ut piscibus .

90 En el texto c hoi r o pithēkos que es un hápa x . Por ello Thompson sospechaba que se trataba de dos palabras, c hoiros y pit h e k o s ; entonces la traducción sería: «su cara es muy semejante a la del cerdo y a la del mono».

91 O quizá la pantera leopardo (Pant h e ra pard u s ).

92 Cf. OVIDIO , Metamorfosis XV 142; PLINIO , XXVIII 29. En P.A. IV 11, 692a20, Aristóteles explica los cambios de color por el miedo de este animal, que tiene poca sangre y poco calor.

93 Cf. P . A. IV 11, 692a22.

94 Cf. VALENTIN , Theatr. Anatom. 1720, pág. 196: pupilla quasi par vo aureo circulo circumdata. TEOFRASTO , fr. pág. 189 (Teubner).

95 Lo mismo nos dice el autor en P.A. IV 11, 692a22.

96 Cf. supra, II 1, 498a28.

97 Cf. A . I. 11, 710b21.

98 O aves de presa.

99 Cf. PLINIO , XI 107.

100 Cf. P . A. IV 12, 695a24, en donde Aristóteles nos dice que en esta ave el peso (de la parte anterior del cuerpo) es menor que el de las demás aves.

101 Schneider leyó ko liōn y entonces se trataría del pico picapinos D e n drocopas majar) que también tiene una voz sonora y penetrante.

102 Esta parte saliente de la cabeza es descrita en el libro X, caps. 7 y ss., dedicados a las costumbres de las aves. Cf. también P.A. III 1, 662a34; IV 12, 693all y ss.

103 Cf. P . A. II 14, 685a 11: «Todos los animales que poseen pelos tienen pestañas en los párpados, pero las aves y los animales con escamas no tienen, porque tampoco tienen pelos».

104 Aristóteles llama barea a las gallináceas y a las palmípedas. Cf. ln d e x . arist. 134a19-29.

105 Cf. P . A. II 13, 657a28; IV 11, 691a20.

106 Cf. G.A . V 3, 782a17.

107 Situada en la rabadilla. Cf. P . A. IV 13, 697bll y ss., a propósito del avestruz.

108 Aplicación de la ley del equilibrio tan querida del autor.

109 Como ejemplo de estas aves cita Aristóteles el loro. Cf. infr a , VIII 12, 597b27, y P . A. II 17, 660a23. También ELIANO , XIII 18; XVI 2. En el texto, grámmata, voces art i c ulat a e, quae illis formis significantur (Index arist. 161b17).

110 O sea la faringe. Lo mismo en P . A. III 3, 664b, y PLINIO , XI 66.

111 Aplicación del principio según el cual la naturaleza proporciona a cada animal varios medios de defensa adecuados.

112 En el texto idea, sinónimo de morphē. Cf. Index arist . 338b12: forma, figura, species, quae sensibus percipitur.

113 Es decir, aquellos animales cuyos pequeños nacen en el interior del cuerpo de la madre y no de huevos. Cf. infra, V 5, 540b28 y ss.

114 Cf. infra, III 20, 521b23; PLINIO , XI 95.

115 Cf. supra, I 5, 489b23; P.A . IV 13, 696a4 = A.I. 7, 707b28; PLINIO , IX 37.

116 Situado al sur de Beocia, cerca de Tespias, hoy Tipha. Cf. P.A. IV 13, 696a5; A.I. 7, 708a5; PAUSANIAS , IX 32, 3.

117 Pez mal identificado. Quizá se trata del Cepola macrophthalma (Linneo, 1758), vulgarmente conocido por pez cinta, común en el Mediterráneo. Dos pares de aletas tienen también el Cepola taenia y el Lobitis taenia.

118 Cf. supra, I 5, 489b2. Son los peces cartilaginosos.

119 Llamado también ochavo, Capros aper L ., de la familia de los caproidos y del superorden de los teleósteos. Cf. ARISTÓTELES , Frag . 278, 528a2; infra, IV 9, 595bl8; ELIANO , X l l.

120 Del verbo skairō «saltar». Los saltos y los golpes de cola de estos peces eran legendarios (ATENEO , 324d). Cf. P . A. III 1, 662a7, y 665a3. Acerca de sus costumbres véase TH . H. CORCORAN , « Scarus, fish of fame», The Classical Bulletin 37 (1960), 1-2.

121 Identificación dudosa. Quizá una especie de dente x . Cf. infra, II 15, 506b16.

122 Así lo clasifican Louis y Tricot, pero hay muchas clases de pez tordo (tordo canino, tordo picudo, tordo verde) y no se puede precisar más.

123 Cf. P . A. IV 13, 697a6.

124 Más detalles en P . A. III 1, 662a7.

125 Cf. supr a , II 10, 503a3.

126 Dittmeyer creía que aquí había una laguna y propuso completar la frase así hoi de myouron, es decir «otros la tienen más estrecha». También éste es el parecer de PECK (o b . cit . , pág. 121).

127 Como lo son, por ejemplo, los de los insectos o de los reptiles que no tienen párpados. Cf. P . A. II 13, 657b34, y IV 11, 691a24.

128 Más detalles en G . A. III 3, 754a25.

129 Cf. infr a , IX 37, 621a2; PLINIO , IX 67. Es el Draco marinus de Plinio o mejor el Ophisurus colubrinus de Thompson.

130 Cf. infra, IX 37, 621a6; PLINIO , IX 67; ELIANO , VII 35.

131 Cf. PLINIO , IX 41, y sobre todo XXXII 1, que cuenta sobre este pez historias fantásticas. La cabeza de la rémora está provista de un disco adhesivo que le permite pegarse a los navíos. De aquí la leyenda que le atribuye el poder de detener las naves, como la de Antonio en la batalla de Actium o la de Calígula devolviéndolo a Ostia.

132 Cf. s upra, I 6, 496b1 y ss. Así la serpiente es una especie comprendida en el género cuadrúpedo ovíparo con escamas.

133 Cf. s upra, I 17, 496b10 y ss.

134 Pasaje considerado interpolado por Aubert-Wimmer y por Dittmeyer como sacado de P . A. III 4, 666a18; cf. también G . A. V 71, 787b18.

135 Cf. P . A. III 4, 666b18.

136 Propiamente significa «cabeza de cabra», y es un ave mal identificada. Para LOUIS (ob. cit., pág. 170, n. 6) se trataría de un ave de las marismas del género de las zancudas, parecida a la becada pero más grande y con las patas más largas.

137 Cf. P . A. IV 2, 676b27.

138 El origen y significado de esta palabra (que vuelve a salir infra IX 5, 611b18) son dudosos. Si se compara con un pasaje del tratado Sobre las n a r r aciones maravill o sas (5, 830b23) se trataría de un epíteto geográfico, pero Louis cree más bien que este epíteto se refiere a la edad del ciervo. Cf. también APOLONIO DE RODAS IV 175 y EUSTACIO , Ad Ilia dam VIII 731.

139 Cf. ELIANO , H . A . IV 31, que nos dice que el elefante tiene la vesícula biliar no en el hígado sino en los intestinos.

140 El Squatina squatina L.

141 De la familia de los uranoscópidos (Urano s c opus scaber). Tiene los ojos en la parte superior de la cabeza, de suerte que puede mirar al cielo, y de allí su nombre.

142 Cf. supra, I 1, 480a7. Sarda sarda, un atún pequeño, abundante en el Mar Negro, mientras que el verdadero atún es más común en el Mediterráneo.

143 Cf. P . A . III 7, 670b23 y SS.

144 Cf. infra, III 15, 519b15; V 5, 541a9; P.A. III 8, 671a28; IV 1, 676a29; G.A. I 13, 720a6. Pero la tortuga de agua dulce no tiene ni vejiga ni riñones: su humedad se evapora fácilmente por tener un caparazón blando.

145 Cf. P.A. III 9, 671b5.

146 Cf. supra, I 17, 496a15.

147 Cf. Sobre la respiración 16, 478b8.

148 En Macedonia, al norte de la Calcídica, mencionada también por ESQUILO , Persas 494, y TUCÍDIDES I 58.

149 El fenómeno es mencionado de nuevo en P.A. III 7, 669a35.

150 Cf. supra, I 17, 496a15-19.

151 Véase, por ejemplo, P.A. III 3, 665a19-21.

152 Cf. supra, II 17, 507a10. El autor vuelve a tratar de ello en el libro VIII 2, 591b8; P.A. III 14, 675a9.

153 Cf. P.A. III 14, 647a9-675a12.

154 Cf. P.A. III 14, 674b3. Los cuatro receptáculos son: herbario, bonete, libro y abomaso o cuajar.

155 Propie est loculis di s s eptu s , igitur sinuosus (SCHNEIDER , Cu r . post . , 313). Es el primer estómago de los rumiantes.

156 El segundo estómago.

157 El tercer estómago llamado libro y provisto de numerosos repliegues longitudinales.

158 El cuarto estómago en donde se termina la digestión y se segrega el jugo gástrico.

159 Cf. PLINIO , VIII 52; ELIANO , XII 28. También infr a , IX 44, 630a9.

160 Cf. s upr a , II 17, 507b7-8, y P.A. III 14, 675a28.

161 Sobre los intestinos véase P.A. III 14, 675a31-b37.

162 Cf. PLINIO , XI 79.

163 El de río (ho potámios) y el de tierra (ho chersaios). Sobre este último véase frag . 320, 1532a25.

164 Cf. P.A. III 17, 660b6-10, y IV 11, 691a6.

165 Cf. P.A. IV 11, 691a8, donde dice el autor que a causa de esta particularidad las focas son voraces.

166 El hecho es recordado en el libro VI 5, 563a14, y en G.A. IV 6, 774b31; PLINIO , VIII 41.

167 Cf. infr a , VIII 2, 591b22; P . A . III 14, 675a4; PLINIO , IX 29.

168 O perro de mar.

169 Peces color de hígado. Cf. ATENEO , Deipn. VII 301c, que da de él una descripción. Cf. Frag. ar i s t . 296, 1529a43 BEKKER .

170 Color de mar. Quizá el Sciaena aquila de Cuvier, es decir, la corvina de la familia de los esciénidos.

171 Sobre el estómago de los animales véase P . A . III 14, 674b17.

172 Sobre las diferentes clases de palomas véase infra, V 13, 544.

173 Porphyrio porphyri o . Tiene las patas y ojos de color rojo vivo, de ahí el nombre científico.

174 Cf. P . A . III 14, 674b30.

175 Sentido incierto. La misma expresión en II 17, 508b13.

176 Cf. s upra, II 17, 508b15.

177 De difícil interpretación: quizá se trate de la cigüeña. GESNER (In Alucone, pág. 94) cree que se trataría de una palabra latina introducida con poco acierto en el texto, y que sería el comentario de la palabra que sigue inmediatamente, askálaphus.

178 También incierto. Según D’Arcy W. Thompson es el búho real. Cf. OVIDIO , Metamorfosis V 539.

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