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La seguridad primero: advertencias

SIEMPRE ME ALEGRO CUANDO LOS ALUMNOS PECAN DE PRECAVIDOS frente a los tratamientos excesivamente agresivos. El mejor consejo es nunca practicar un movimiento o procedimiento a menos que sepamos que es totalmente seguro y tengamos suficiente confianza en lo que hacemos. No obstante, al igual que el ideograma chino para «peligro» también significa oportunidad, las zonas en las que el masaje de los tejidos profundos puede influir negativamente en los nervios o la circulación también son áreas en las que el masaje puede liberar adherencias o compresiones y ofrecer mejoras significativas. Pecar indiscriminadamente de precavidos puede traducirse en un mal servicio, aunque bien intencionado, a los clientes, problema que se resuelve adquiriendo seguridad en los conocimientos de las áreas potenciales de peligro.

Al comenzar las clases de masaje resulta imposible enseñar a trabajar cuidadosamente con ciertas estructuras hasta haber adquirido cierto nivel de destreza. Las advertencias de no trabajar en la porción anterior del cuello, el abdomen y el triángulo inguinal, y en torno a ciertas arterias, venas y nervios superficiales son más que aconsejables para los alumnos que empiezan. Sin embargo, existe una gran diferencia entre no trabajar o trabajar sólo superficialmente con un área y aprender en clases de nivel más avanzado a trabajar con seguridad con esa misma área.

Es importante distinguir entre maniobras o movimientos conscientes y cautos, y los intentos por aplicar un estilo de masaje con el que estemos poco familiarizados.

Durante años he sido testigo de la emoción de los nuevos alumnos de masaje de los tejidos profundos mientras exploraban los límites de seguridad y confianza. Si bien resulta alentador ver su preocupación por el bienestar de los clientes, he llegado a la conclusión de que gran parte de sus precauciones no son en realidad sino aprensión por la falta de conocimientos sobre las estructuras anatómicas que requieren prudencia. A menos que conozcas las estructuras que deben preocuparte o en cuyas cercanías has de trabajar con cuidado, el cuerpo puede convertirse en un nebuloso campo de minas ante tus dudas y miedos.

Imagina que caminas por el salón de tu casa en total oscuridad. Si sabes dónde están el sofá, la mesa, la televisión, las lámparas y el resto de los muebles, tendrás suficiente confianza para moverte por la habitación. Ahora imagina que andas por una habitación que no conoces y también a oscuras y llena de muebles. Tus intentos por cruzar la habitación probablemente se reduzcan a temerosas tentativas. Practicar un masaje de los tejidos profundos sin conocer las áreas anatómicas de riesgo potencial es comparable a caminar por una habitación desconocida y a oscuras.

Advertencias

Es importante distinguir entre los términos advertencia y contraindicación. Advertencia implica precaución, pero no prohibición. Aprender a trabajar con las estructuras anatómicas que se exponen a continuación te dará confianza y eficacia en tu trabajo.

Arterias y venas. La mayor preocupación al trabajar con vasos sanguíneos es el peligro de que se desprendan placas de ateroma o coágulos que viajen por el torrente circulatorio y provoquen accidentes cerebrovasculares. El área primaria de interés es el área cervical, si bien cualquier vena dañada puede almacenar depósitos que viajen por las grandes venas hasta el corazón, en donde son bombeados hasta arterias cada vez menores donde terminan obstruyendo el riego. Esto no significa que nunca debas trabajar cerca de grandes venas o arterias. Aunque en muchos cursos se dice a los alumnos que nunca trabajen en áreas en las que se palpe el pulso, esta precaución parece excesiva, excepto cuando se trabaje con clientes ancianos o gravemente enfermos. El pulso fuerte puede proceder de las arterias axilar, femoral y carótida, y la aorta descendente se palpa a varios centímetros del vaso, por lo que la presencia de un pulso difuso no debe causar alarma.

Cuando trabajes en un área donde notes el pulso, debes saber por tus conocimientos anatómicos la localización exacta de la arteria. A medida que trabajes, vete acercando al pulso hasta que resulte más pronunciado para luego alejarte un poco y seguir trabajando con precaución.

Conocer tu anatomía también ayuda cuando el pulso está ausente en áreas importantes de riego arterial como la aorta descendente. Aunque poco frecuentes, los aneurismas son dilataciones en arterias en la que la pared ha quedado destruida. El masaje sobre un área dañada podría causar la rotura de la arteria y poner en peligro la vida del cliente. Practica la palpación del riego arterial con clientes jóvenes y sanos o compañeros masoterapeutas para hacerte una idea de las sensaciones de un pulso normal y de su localización.

Siempre resulta más seguro evitar las varices, aunque muchos terapeutas evitan por completo el tejido debajo de estas venas. Es muy fácil acercarse al tejido profundo de las varices a 2,5-5 centímetros de distancia por ambos lados de la variz para aliviar los músculos de la pierna. Sé consciente de que muchos clientes mostrarán cautela o miedo a que se trabaje cerca de las varices. Es importante preguntarles si quieren recibir masaje en el área y explicarles que éste no afectará las venas.

Nervios. Aprende el recorrido de los nervios principales y, cuando masajees, no bajes la guardia ante signos de una compresión, como son un entumecimiento o un hormigueo. Se derivan grandes beneficios del trabajo en áreas como el estrecho superior del tórax donde los nervios sufren restricciones. Explica al cliente que estás trabajando cerca de un nervio para liberar restricciones en esa área. Pide a los clientes que te avisen de inmediato si notan entumecimiento u hormigueo, e interrumpe el trabajo en esa área específica. Con frecuencia no es problemático masajear a 2,5 cm de puntos específicos en los que se aprecien las sensaciones nerviosas. Asegúrate de emplear movimientos oblicuos y de trabajar lentamente.

Articulaciones. Muchas de las manipulaciones de este libro ejemplifican movimientos de las extremidades para estirar músculos. Debemos mencionar dos áreas de precaución. Si un cliente ha sido sometido a una sustitución de cadera, sobre todo durante el último año, lo apropiado son movimientos suaves, pero no trates de mover la articulación en toda su amplitud como harías con una cadera normal. Ten sobre todo cuidado de flexionar la cadera mientras practicas la rotación interna del fémur, o de extender la articulación coxofemoral mientras procedes a la rotación externa del fémur.

Es más habitual apreciar inestabilidad en la articulación escápulohumeral (hombro). Procede siempre lentamente cuando muevas esta articulación. La mayoría de los clientes te informarán en el caso de que sus hombros sean propensos a la luxación. En este caso, lo más seguro es no mover el brazo en abducción por encima de una línea perpendicular al cuerpo, y tener especial cuidado en la rotación externa del húmero cuando el brazo se aleje del cuerpo en la abducción.

Las fotografías siguientes presentan muchas de las estructuras anatómicas que exigen cierto grado de cuidado al practicar masajes. La lista no es exhaustiva, pero se mencionan algunas áreas que a menudo no se nombran en las clases de masaje para principiantes. La mejor forma de aprender a trabajar en torno a esas áreas es asistir a clases manuales con un profesor experimentado. Si dedicas tiempo al estudio de estas áreas y asistes a cursos en los que se den protocolos para estas áreas y para enfermedades que requieran cuidado adicional, trabajarás con seguridad.

Áreas de precaución

1. Estrecho superior del tórax. Se trata más de un área entre los músculos escalenos anterior y medio que de una estructura anatómica específica. Los nervios radial, cubital y mediano, y grandes vasos como la arteria carótida común y la vena yugular, atraviesan esta área. El masaje de los tejidos profundos es muy eficaz para el tratamiento de las tiranteces muscular y fascial, que en ocasiones deprime las clavículas contra la primera costilla en esta área, así como para ablandar y elongar los músculos escalenos y esternocleidomastoideo. Trabajar con los músculos de esta área también es crucial para el equilibrio entre las caras anterior y posterior del cuello.

2. Arteria carótida común. Su fuerte pulso te alertará de la presencia de esta arteria. No ejerzas presión directa sobre la arteria; aprende, en cambio, a trabajar cuidadosamente sobre el tejido adyacente a ella. Se necesita especial cuidado con clientes mayores o enfermos por el peligro de la presencia de trombos o placas de ateroma, que podrían desprenderse con el masaje.

3. Seno carotídeo. Es una sección particular de la arteria carotídea y también un barorreceptor, sensible y que regula la tensión arterial. La presión directa sobre esta estructura puede iniciar un descenso precipitado de la tensión arterial.

4. Plexo braquial. Este plexo nervioso se encuentra directamente encima de la clavícula, pero puede ser comprimido por restricciones fasciales a más de 2,5 cm de distancia. Masajear los orígenes inferiores de los escalenos puede provocar sensaciones nerviosas en este plexo. Informa siempre al cliente de que te avise si aprecia entumecimiento u hormigueo en el brazo cuando trabajes en esta área. Si trabajas lenta y cuidadosamente, no será peligroso; todo cuanto necesitas es alejarte un poco o trabajar en un ángulo oblicuo ligeramente distinto una vez que hayan remitido los síntomas.


Figura A.

5. Glándula salival parótida. El VII nervio (facial) discurre a través de esta glándula.

6. Glándula salival submandibular. Esta glándula se encuentra debajo y a lo largo de la línea inferior de la mandíbula. Los ganglios linfáticos también se hallan debajo de la glándula salival submandibular.

7. Axila. Esta área contiene ganglios linfáticos y un paquete neurovascular. A menos que existan razones terapéuticas específicas para trabajar en esta área, es mejor evitarla.

8. Paquete neurovascular, nervios mediano y cubital, y arteria y venas axilares. Estas estructuras se encuentran entre el bíceps y el tríceps aproximadamente a mitad del húmero.

9. Surco del nervio cubital. El nervio cubital discurre cerca de la superficie ósea del codo.

10. Apófisis xifoides. Evita la presión directa sobre este hueso; existen muy pocas razones que justifiquen trabajar directamente sobre ella.

11. Canal carpiano. El nervio mediano discurre por el canal carpiano. Ten cuidado de no comprimir esta área; extender el tejido por cualquiera de los lados puede abrir el canal y aliviar la presión en el área.

12. Apófisis unciforme del hueso ganchoso. Esta protrusión ósea en la palma de la mano se palpa con facilidad. El nervio cubital puede comprimirse con presión directa sobre el hueso ganchoso, así que evita esta presión.

13. Hígado. Ten cuidado de aplicar presión profunda directamente debajo del arco costal cuando trabajes con el diafragma en esta área.

14. Aorta descendente. Remito a la explicación sobre la circulación ofrecida al comienzo de esta sección.

15. Apéndice. No parece haber una razón para trabajar directamente sobre el apéndice, aunque, si el trabajo general abdominal provoca sensaciones dolorosas agudas en esta área, podría ser un síntoma de que el apén-dice está inflamado, sobre todo si el cliente refiere malestar o fiebre.

16. Nervio cutáneo femoral lateral. Este nervio pasa directamente por debajo del ligamento inguinal. No es un área corriente a la que se acceda en los masajes, pero puede masajearse cuando se trabaja con los músculos psoas e ilíaco, o con el origen de los músculos de la espina ilíaca antero-superior.


Figura B.

17. Triángulo femoral. La arteria y las venas femorales, el nervio femoral y los ganglios y vasos linfáticos descienden atravesando esta área.

18. Ganglios linfáticos. No es tu intención masajear los ganglios linfáticos, pero deberías determinar si están inflamados o demasiado duros. En tal caso, lo mejor es evitar el área.

19. Canal del tarso. El nervio tibial posterior, la arteria y vena discurren por debajo del maléolo interno.

20. Bursas. Siempre que un tendón cruce una articulación, existe la posibilidad de que una bursa amortigüe la fricción del tendón contra el hueso. Las áreas principales de concentración de las bursas son hombros, caderas, rodillas y codos. Las bursas no responden bien al masaje, aunque trabajar a su alrededor pueda aliviar las articulaciones traumatizadas. A menudo los clientes informan de que padecen bursitis en una articulación concreta. Es importante determinar si se trata de un diagnóstico médico o de la suposición de alguien menos cualificado. Las bursitis y tendinitis se confunden a menudo y su tratamiento es muy distinto. Los tendones sensibles suelen responder al masaje con fricción cruzada y al hielo, mientras que las bursitis pueden inflamarse con el trabajo manual, aunque responden bien a la aplicación de calor.

21. Costillas flotantes. Estas costillas inferiores no se insertan en el cartílago costal ni en el esternón, tienen más movilidad y son más delicadas. No apliques presión amplia aquí debido a la movilidad de estas costillas y a la presencia de los riñones debajo de ellas.

22. Riñones. Las costillas flotantes se hallan directamente encima de los riñones. Evita la presión directa excesiva sobre las costillas; trabaja oblicuamente esta área.

23. Nervios de las nalgas. Aunque la cresta del ilion sea un área importante de trabajo, aplica movimientos oblicuos. No es un área sobre la cual se suela hacer advertencias, pero, si los clientes comentan la presencia de sensaciones nerviosas en las nalgas cuando trabajes sobre la cresta ilíaca, masajea ligeramente alejado del área específica que provocó estas sensaciones.

24. Nervio ciático. El área de compresión más corriente de este nervio puede producirse durante el masaje del músculo piriforme y entre la tube-rosidad isquiática y el trocánter. Asegúrate de aplicar movimientos oblicuos en toda el área glútea para que los nervios no sean comprimidos contra la pelvis.


Figura C.

25. Varices. Remito a la explicación sobre la circulación ofrecida al comienzo de esta sección.

26. Área poplítea de la corva de la rodilla. Un trabajo lento y cuidadoso será muy productivo en el área de la corva para relajar los tendones de los isquiotibiales y el gastrocnemio, así como los músculos poplíteo y plantar. El nervio femoral, las arterias y venas femorales también discurren posteriores a la cápsula sinovial de la rodilla.

27. Porción escamosa del temporal y ala mayor del esfenoides. Estos huesos del cráneo son muy finos en esta área. El esfenoides es relativamente móvil para ser un hueso craneal y puede desplazarse si aplicamos presión. Emplea sólo una presión oblicua y muy suave en esta área.

28. Nervio peroneo común. Este nervio es muy vulnerable directamente detrás de la cabeza del peroné.

29. Ramo calcáneo lateral.

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