Читать книгу 7 mejores cuentos de Bram Stoker - August Nemo, John Dos Passos, Ellen Glasgow - Страница 6
En casa de los Bubb reinaba la alegría.
ОглавлениеDurante diez largos años, Ephraim y Sophonisba Bubb se habían lamentado de lo solos que se sentían. Durante todo este tiempo, se habían dedicado a mirar las tiendas de ropa de bebé y los almacenes, donde las cunas aparecían en tentadoras filas. Habían rezado y suspirado, habían llorado y anhelado aquel día, pero el médico nunca les había dado la más mínima esperanza.
Pero ahora, al fin, había llegado el momento tan esperado. Mes tras mes habían tenido todo el cuidado del mundo, y los días transcurrieron lentamente. Los meses dieron paso a semanas, las semanas a días, los días se hicieron horas, las horas minutos. Ya no quedaban ni siquiera minutos, solo unos segundos.
Ephraim Bubb se sentó con miedo en la escalera. Desde allí, intentó afinar el oído para captar los acordes de la maravillosa música que saldría de los labios de su primer hijo. En la casa reinaba el silencio, esa calma mortal que precede a un huracán. ¡Ay, Ephraim Bubb!, ¿no pensaste nunca que algo podía destruir para siempre la paz y la alegría de tu hogar, y que abrirías tus ojos atónitos a las puertas de esa maravillosa tierra donde reina la infancia, donde el niño tirano, con un simple movimiento de su manita y con su aguda vocecita condena a sus padres a la bóveda mortal bajo los fosos del castillo? Tan pronto como piensas en ello, palideces. ¡Cómo tiemblas al sentirte al borde del abismo! ¡Si pudieras volver al pasado!
Pero, escucha, para bien o para mal, la suerte ya está echada. Atrás quedan por fin largos años de espera y súplica. Del interior de la alcoba sale un grito desgarrado que se repite poco después. Ephraim, ese grito es fruto del esfuerzo de unos labios infantiles que no están aún acostumbrados a la lucha, es una forma de articular la palabra «padre». Cuando más nervioso estabas, se desvanecieron todas tus dudas. Cuando venga el médico, mensajero de la dicha, te encontrará radiante ante este nuevo gozo recién llegado.
Querido amigo, permítame felicitarle. Le doy mi enhorabuena por partida doble. Señor Bubb, han tenido gemelos.