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II. EL INFORME Y EL DICTAMEN CRIMINOLÓGICO

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Según el Diccionario de la real Academia de la Lengua Española2 informe, según su primera acepción, es toda descripción, oral o escrita, de las características y circunstancias de un suceso o asunto. Y dictamen opinión y juicio que se forma o emite sobre algo, descripción que igualmente conlleva su presentación verbal.

Delimitar conceptualmente que es informar o dictaminar parece tarea fácil, no ocurre lo mismo con la criminología, ciencia que acumula decenas de definiciones y sigue careciendo a día de la fecha de una descripción oficial. Desde una perspectiva etimológica el término Criminología deriva del vocablo latín criminis y del griego logos, significando juntos el tratado o estudio del crimen. Las definiciones, incumbencias, subdivisiones y alcances de esta ciencia, han ido variando de acuerdo a los distintos autores que han abordado su descripción, el lugar geográfico donde se ubique (criminología europea, anglosajona o de los países del este), sus diversos enfoques y encuadres teóricos (concepción amplia o estricta), así como en relación al momento histórico en que fueron expresadas (criminología clásica, positivismo, neoclasicismo, criminología crítica, etc.).

Desde la aparición de la criminología científica con la escuela positivista y la acuñación del término que ha venido a nominar esta ciencia, utilizado por primera vez por el antropólogo francés Pablo TOPINNAR a finales de 1883 y definida por GARÓFALO en 1885 como la ciencia general de la criminalidad y de las penas3, son muchas las reseñas y definiciones que se han generado a fin de abarcar su compleja naturaleza y sus amplísimas ramificaciones prácticas. Una de las más aceptadas en la comunidad científica es la recogida por el gran compilador del saber criminológico en nuestro país Antonio GARCÍA-PABLOS DE MOLINA en su Manual de Criminología, donde la definió como la ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del crimen, del delincuente, de la víctima y del control social del comportamiento desviado. En ediciones posteriores ampliaría este concepto4 al de una ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del estudio del crimen, de la persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen –contemplado este como problema individual y como problema social–, así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente. Por otra parte César Herrero en su compendio de Criminología5, defiende que el concepto de criminología más aceptable hoy en día, partiendo de las diversas concepciones existentes es el de ciencia empírica e interdisciplinar que se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como el tratamiento de los violadores de la ley.

A día de hoy sigue sin existir una acepción unánime dentro de la comunidad científica para definir la criminología. No hay un consenso dogmático en cuanto a la descripción de esta rama de estudio, se discrepa doctrinalmente sobre su propio concepto, objeto, métodos de trabajo, sistemas o funciones e incluso sobre su carácter de ciencia autónoma.

El espectro doctrinal que integra la criminología es enormemente amplio, lleno de opciones y matices, dependiendo de los diversos enfoques, ciencias o fuentes, desde las que puede abordarse el fenómeno criminal (sociología, biología, antropología, psiquiatría, medicina, psicología, derecho y muchas otras formas de estudio más pragmático como las ciencias criminalistas, la estadística, etc.). En todo caso y al margen de las diversas acepciones existentes, lo que resulta innegable en la actualidad es el carácter científico de la Criminología que posee un objeto de estudio propio y especializado en torno al vasto, pluridimensional y complejo fenómeno de la criminalidad.

Reconozco la imposibilidad de delimitar en su totalidad el concepto de una ciencia tan multifacética como es la criminología, dada su constante vocación de expansión y crecimiento, paralela a la de la propia criminalidad, en constante evolución, mutando, especializándose y adaptándose a nuevos escenarios de oportunidad (en tiempos de pandemia por el COVID-19 no se redujeron las tasas de criminalidad, sino que aumentaron en aquellas situaciones en que eran propicias determinadas conductas delictivas y se amoldaron a las nuevas circunstancias, de facto la pornografía infantil en la red creció durante el estado de alarma un 507%6, como también se incrementó la ciberdelincuencia, los hurtos en superficies comerciales, las estafas en internet y como consecuencia del confinamiento, la violencia de género y la violencia familiar). Esta realidad dinámica que es objeto principal de sus estudios, provocan que la criminología amplíe sin descanso sus conocimientos, con cada nueva aportación de interés, sin cerrar las puertas a ninguna de las ciencias que pueden informarla, siendo así que en los últimos tiempos ha incluido en su acervo doctrinal incluso a una ciencia exacta como las matemáticas, utilizando las formulaciones de variables y probabilidad para estudiar el patrón comportamental de delincuentes reincidentes, o realizar prognosis criminal. En atención a su carácter mutable y en constante expansión podría decirse que su completa definición resulta inabarcable dada su permanente desarrollo como ciencia del comportamiento.

Pese a lo anterior, partiendo de la base de las definiciones existentes y sumando la aportación de cada autor que ha venido a describir nuestra apasionante ciencia, obviando todas las posturas provenientes de la perspectiva restrictiva por ser obsoleta y anacrónica (dando la espalda a la pluralidad multifactorial y compleja del fenómeno Criminal dado que deja fuera la criminalística y la victimología, entre otras disciplinas), podemos definir la criminología desde una perspectiva amplia, ecléctica, y con un enfoque propio de la moderna concepción crítica como: una ciencia (por su carácter independiente del resto de fuentes del saber que utiliza, teniendo unos objetos de estudio propios y ajenos a dichas ramas del saber), empírica (por cuanto estudia hechos reales y no hipótesis), interdisciplinar y/o multidisciplinar (al recurrir a todas las ciencias y fuentes de conocimiento que puedan aportarle información de interés en aras al estudio del complejo fenómeno criminal, disciplinas que además interrelaciona entre sí a fin de obtener un resultado más completo y óptimo, sin que puedan catalogarse como numerus clausus) multifocal y multimetódica (dado que un mismo objeto de estudio puede ser abordado desde diferentes perspectivas –sociológica, biológica psicológica, jurídica, etc.–, utilizando para ello diversos métodos de investigación, cuantitativos, cualitativos, clínicos, prospectivos, de revisión de casos, etc., toda vez que el análisis científico del crimen, como comportamiento individual y como hecho social, requiere de una pluralidad coordinada de enfoques, contribuyendo cada uno de ellos desde su particular óptica a la elaboración de un diagnóstico global y certero del fenómeno delictivo; la Criminología utiliza por tantos múltiples y diversas metodologías, obtiene datos mediante la observación, realizando después una serie de inducciones que le permiten llegar a conclusiones válidas, utilizando para ello y entre otros un método empírico e inductivo que aporta información válida, contrastable y fiable, aunque no promulgue leyes de validez universal; en ocasiones experimental (sobre todo en el campo de la prevención y el tratamiento, donde medidas como la libertad vigilada, el derecho premial, el acercamiento de víctimas y agresores, la llamada castración química, la modificación de las infraestructuras urbanas propuesta desde la criminología ambiental e innumerables medidas adoptadas en aras a disminuir el problema de la criminalidad, son puestas en marcha con una absoluta vocación experimental y práctica, a fin de averiguar su eficacia), que se ocupa como objetos de estudio del delito, el delincuente, la víctima, las formas de control social, las técnicas de investigación (criminalística), la prevención, el tratamiento y cuantos elementos integran el ámbito de la criminalidad en su más amplio espectro.

Integrando lo expuesto hasta aquí, podríamos decir que el informe criminológico constituye el análisis y exposición, ya sea verbal o documentado en soporte papel, digital o audiovisual, de cualquier materia sometida al método de investigación criminológica, basado principalmente en el análisis multidisciplinar, multifocal y multimetódico del delito, delincuente, víctima, formas de control social, política criminal, prevención, prognosis o tratamiento, todos ellos ámbitos de aplicación práctica de la criminología; que puede ser utilizado con carácter pericial y/o técnico, tanto en el ámbito público como privado.

El informe criminológico puede ser descriptivo, explicativo, retrospectivo, prospectivo, clínico; puede centrarse en el desarrollo y evolución de un fenómeno delictivo o de una carrera delincuencial (criminología del desarrollo), versar sobre materia criminalística o ambiental. Así mismo su enfoque, métodos de investigación y propósitos pueden ser muy variados y tener eficacia en múltiples y diversos ámbitos profesionales (judicial, forense, penitenciario, terapéutico, clínico, policial, empresarial, urbanístico y ambiental, de política criminal, de investigación, prevención, divulgativo, experimental, etc.).

El informe criminológico puede incluso realizarse en ámbitos no relacionados directamente con la criminalidad, y así comprobamos en la práctica profesional, como al ser amplio y variado el conjunto de disciplinas integradoras de la ciencia criminológica, son numerosas las materias susceptibles de ser analizadas bajo el prisma de la criminología, que no son necesariamente delictuales, pudiendo abordarse desde esta ciencia, estudios de prospectiva (entendida según la RAE7 como el Conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro en una determinada materia) en los que se analice y evalúe la posible evolución de un escenario social en principio no conflictual que pudiera derivar con el tiempo en criminógeno o se ayude a la planificación urbanística idónea para aumentar la seguridad ciudadana y el bienestar social aplicando los conocimientos de la criminología ambiental. Todo lo cual permite dimensionar el amplísimo campo de aplicación práctica de la criminología, que trasciende a sus tradicionales objetos de estudio.

Por su parte un dictamen criminológico se efectúa desde el momento en que sumamos a un informe criminológico la emisión de una opinión, propuesta o juicio de valor, que en todo caso se fundamentará en los hallazgos y evidencias que permitan su justificación, posibilitando de tal modo su adveración científica y su constitución como dictamen pericial con plena validez jurídica y científica.

Por otra parte, según la RAE conclusión es la idea a la que se llega después de considerar una serie de datos o circunstancias. Las conclusiones de un informe solo plasman el resultado de nuestras pesquisas en cuanto a lo recogido en el mismo, resumiendo los hallazgos y evidencias reunidos. Cuando realizamos en un informe el epígrafe de conclusiones no estamos aportando apreciaciones personales, hacerlo las transformaría en opiniones, con el juicio de valor que ello comporta y la inevitable carga de subjetividad que conlleva.

Es importante no confundir las conclusiones con la emisión de una opinión o juicio de valor. Cualquier informe genérico contiene unas conclusiones donde se resumen los principales resultados de las características y naturaleza del objeto de análisis. Debiendo limitarse el informante a exponerlas de forma sistematizada para facilitar su comprensión y sobre las que no tiene obligación profesional de dar su valoración personal, cuando eso ocurre, transformamos el informe en dictamen. De tal modo, si el informe integra una propuesta, una opinión o unas valoraciones que van más allá de la exposición de las evidencias analizadas constituye un dictamen.

Obviamente el dictamen supone un plus de cuidado en el trabajo del criminólogo, porque integra propuestas ad hoc para cada caso concreto, valoraciones, proposiciones, críticas, sugerencias, advertencias y cuantas apreciaciones pueden hacerse dependiendo de cada caso.

Para comprender mejor las diversas aplicaciones prácticas del informe criminológico, debemos partir de las principales funciones de todo criminólogo. El criminólogo es un profesional que como asesor puede aportar información y datos sobre múltiples aspectos de interés, dada la naturaleza multidisciplinar de nuestro trabajo, tanto a nivel jurídico (implicaciones legales), biológico (ADN, paleontología y antropología forense), médico (medicina legal y forense), psíquico (psicopatologías, análisis y tratamiento de conductas), social (recursos sociales, herramientas de confrontación social, estrategias de prevención y control) como criminológico (estudio y análisis de delito, delincuente), victimológico (análisis victimal), criminalística, etc.

Pero es que además son varias y diversas las funciones del criminólogo y así, tal y como recoge en su Manual de Criminología GARCÍA PABLOS8, la criminología aspira al logro de cuatro niveles de conocimiento, que se traducen en las principales funciones de esta ciencia y por tanto de los que la ejercemos, los criminólogos.

1°. La primera función del criminólogo es Descriptiva. Compilamos casuística y la describimos, detallando las condiciones en que se producen los comportamientos criminales y las reacciones sociales frente a ellos. Este primer nivel de conocimiento es por tanto expositivo, limitándose a mostrar la realidad delincuencial, su naturaleza y caracteres.

2°. El segundo propósito del criminólogo es Explicativo, a cuyo fin, la criminología ordena lógica y sistemáticamente los hallazgos sobre los fenómenos delictivos descritos, aplicando explicaciones y teorías que vinculan entre sí los conocimientos obtenidos y permiten su comprensión, descifrando y analizando la rica y compleja casuística criminal.

3°. La tercera función de la criminología es Predictiva, y tiene por objeto pormenorizar e individualizar en cada supuesto concreto, bajo qué circunstancias se favorecerá o dificultará la aparición o reiteración de conductas delictivas. Realizándose así y de forma específica por el criminólogo trabajos de prognosis criminológica, mediante los que se evalúa, pronostica o vaticina el probable desarrollo de un fenómeno criminal, una carrera delictiva en el futuro o la evolución predecible de un determinado escenario social.

4°. Por último la Criminología tiene también una vertiente aplicada, cuyo propósito es la Intervención sobre los factores relacionados con la criminalidad, con la pretensión de reducir los comportamientos delictivos en la sociedad y abundar con ello en el bienestar social. Siendo este un campo propio de la prevención criminal y el tratamiento rehabilitador de agresores y víctimas.

Sin olvidar la opinión, ampliamente compartida de que la criminología suministra una valiosa información científica a la Política Criminal, sobre el delito, el delincuente, la víctima y el control social, información que ésta última debe transformar en opciones válidas y estrategias practicables para el legislador, que podrá transformar en programas y herramientas tácticas, plasmadas con posterioridad en el derecho penal.

Partiendo de las anteriores definiciones podemos definir el Informe criminológico como la plasmación oral o escrita del estudio multidisciplinar, multifocal y multimetódico realizado en torno a todos o algunos de sus objetos de estudio (delito, delincuente, víctima, formas de control social, prevención y tratamiento), con la finalidad de compilar, exponer, explicar, pronosticar e intervenir en el ámbito de la criminalidad o cualquier otro en el que pudiera resultar de utilidad.

Tras lo expuesto realizo una propuesta metodológica de investigación criminológica, basada en las pautas legales exigidas para la validez técnica y forense de una pericial y mi experiencia profesional como abogada penalista, criminóloga y analista criminal.

Manual práctico de criminología aplicada

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