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III. EL MÉTODO DE INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA

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Partiendo de la definición de criminología como ciencia multidisciplinar, el Método de Investigación Criminológica será siempre interdisciplinar, utilizando el conocimiento de cuantas ciencias y técnicas aporten información valida y eficaz en relación al objeto de análisis, y multifocal, dada su capacidad de adoptar distintas perspectivas y métodos de trabajo dependiendo del enfoque del estudio.

Se utilizarán de tal modo en su elaboración cuantas disciplinas integrantes de la criminología, vista desde su acepción más amplia (derecho, historia, lingüística, psiquiatría, psicología, sociología, antropología, medicina legal, biología, estadística, incluso algunas exactas como las matemáticas) puedan resultar de utilidad, así como las técnicas de criminalística tendentes al análisis de la escena del crimen, la averiguación de los hechos y del autor de los mismos, su localización, movilidad geográfica, modus operandi, firma, detención y puesta a disposición judicial y cuantas otras ciencias puedan aportar datos de interés al objeto de nuestro estudio.

Existe consenso en la comunidad científica en cuanto a la existencia de diferentes modelos o métodos de investigación, el experimental, la revisión bibliográfica, el análisis de casos, el trabajo de campo, el de gabinete o académico y el de mercado, la investigación pura, aplicada y estratégica, la observacional, la evaluativa, la explicativa y descriptiva, la investigación operante, la exploratoria, la probatoria y la centrada en resolución de problemas, hay estudios cualitativos, cuantitativos, transversales o longitudinales, retrospectivos y prospectivos, sociológicos y demográficos, otros realizados con la utilización de cuestionarios, entrevistas, documentos, etc.9 Pudiendo utilizar en el Informe/Dictamen criminológico algunos de dichos métodos, aisladamente o de forma conjunta, dada la intrínseca naturaleza pluridimensional y multifuncional de la criminología.

En todo caso, sea cual fuere el enfoque del análisis o el método utilizado (estadístico, observacional, clínico, etc.) El método criminológico deberá contener en la medida de lo posible, un cuádruple estudio, centrado en los principales objetos de investigación de esta ciencia: El delito, el delincuente, la víctima (aun en caso de víctimas difusas o delitos sin víctimas como los de medio ambiente, la salud pública, delitos fiscales, seguridad vial, etc.) y las formas de control social. Pudiendo incluir propuestas de prevención, tratamiento y prognosis criminal.

Estos elementos deberán, asimismo y respondiendo a la interdisciplinariedad propia de la criminología, ser abordados desde diversas perspectivas y con la utilización de diferentes ramas del saber:

Y así el análisis del DELITO, deberá ser elaborado desde la perspectiva criminológica y por tanto, como un concepto variable que depende de coordenadas geográficas, históricas y culturales, trascendiendo de tal modo a la concepción jurídica de mera infracción normativa. Será desde esta concepción amplia desde donde deberá ser abordado su estudio, mediante una retrospectiva histórica, una definición etimológica y lingüística, una delimitación conceptual, una diferenciación respecto de figuras afines, e incluyendo evolución legislativa, incluso comparada, así como enumerando y describiendo sus diversas formas de presentación, tipologías, modalidades de comisión, etc.

Por tanto el análisis criminológico de cualquier figura delictiva debe partir desde la lingüística (origen etimológico del término, definición, acepciones y delimitación conceptual, diferencia con figuras afines, etc.), e integrar la historia (retrospectiva histórica del objeto de estudio a nivel nacional e internacional), el campo jurídico (evolución legislativa, normativa comparada y jurisprudencia de interés), la criminalística (formas de presentación que incluirá modalidades comisivas del delito, Modus Operandi, tipologías delictivas, análisis de escenarios y tipos, vinculación de casos, firmas, inspecciones oculares, etc.), la estadística (aportando datos actualizados en torno al objeto de estudio) y la criminología ambiental (distribución geográfica, mapas de incidencia criminal, etc.), incluyendo si lo estimamos oportuno en nuestro análisis, referencias a programas y medidas de política criminal o cualquier otra índole que se hayan tomado en atención al delito objeto de estudio, para minimizar su impacto a nivel nacional e internacional. Pudiendo sumar cuantos otros datos podamos encontrar de interés en relación a nuestro objeto.

Por su parte la figura del DELINCUENTE, igualmente entendida desde la concepción criminológica, no como mero infractor de una norma (concepción legalista) sino como un ente biopsicosocial (cuya comprensión conductual nace de la combinación de lo biológico, lo psíquico y lo ambiental) debe ser afrontada para su análisis y estudio desde las teorías explicativas del comportamiento criminal, sin olvidar las tipologías delincuenciales, la perfilación criminal y sus escuelas, la psicopatología criminal, la psiquiatría y la psicología forenses.

La figura del delincuente deberá por tanto ser estudiada igualmente desde una perspectiva inter y multidisciplinar. Dependiendo en cada supuesto de la finalidad y objeto del análisis se resaltaran unosssw u otros datos, de modo que si el estudio se centra por ejemplo en un caso concreto, se desarrollará un estudio de la carrera delincuencial del sujeto, delimitando anamnesis personal (datos biográficos de interés), historial clínico/o expediente judicial si los tuviere y cuantos datos nos ilustraran sobre su personalidad y los factores criminógenos que concurrieron en el desarrollo de su actividad criminal. Se pueden además analizar los elementos que concurren para establecer el nivel de peligrosidad criminal de un sujeto o los caracteres que permiten su inclusión en algunas de las tipologías delincuenciales existente (según motivación, criminodinamia, naturaleza delictiva, modus operandi, modalidad comisiva, etc.). Cabe analizar también en este campo la propia acción criminal y los elementos que la integran, tipo de escenario (teatralizado, simulado, experimentado, impulsivo, planificado, etc.), de modus operandi (alto riesgo, bajo riesgo, iniciático, con violencia instrumental o expresiva, etc.), existencia de firma, movilidad geográfica, mapa mental de actuación, zonas de caza y venteo, rutas de desplazamiento, motivaciones existentes, etc. Cabe incluir el estudio de la dinámica comportamental del sujeto bajo el prisma de los grandes modelos teóricos explicativos del comportamiento criminal de índole biologicista, psicologicista y social. Así como factores de etiología criminal, datos sobre la situación procesal y judicial del sujeto, su peligrosidad criminal y el pronóstico de reincidencia.

Si no hay autor conocido se pueden referenciar las tipologías habituales de autores en torno a la figura delictiva objeto de análisis y sus perfiles criminológicos desde una perspectiva inductiva. Pudiendo aportar cuantos datos más enriquezcan el análisis multifacético del delincuente, ya sea conocido o genérico.

Respecto de la VÍCTIMA, atendiendo a su concepción más amplia y pluridimensional (ya sea física o jurídica, individual o colectiva, concreta o difusa), su estudio comprenderá el análisis de los principales observaciones que pueden elaborarse en torno a la misma, tipologías victimales, formas de victimización, nivel de riesgo victimal, factores victimógenos (personales, psicosociales, situacionales y de estilo de vida), etc. Debemos igualmente reparar en cuantas facetas nos permiten realizar un completo informe sobre esta figura, tipo de victimación padecida (identificar primaria, secundaria y terciaria si la hubiere), autopsia psicológica y análisis victimal, técnicas que se aplican en caso de víctimas desaparecidas (con riesgo de suicidio en el primer supuesto o de muerte violenta en el segundo) o fallecidas, consistentes en la compilación y sistematización para posterior estudio de cuantos datos sobre la víctima podamos recabar, en torno a su forma de ser, sus amigos o enemigos, sus aficiones, deseos y anhelos, tipo de trabajo, expediente académico, aspiraciones personales, relaciones con su entorno familiar, laboral y social, vida sexual, planes de futuro, modelos de ocio, exposición en redes sociales, miedos, secretos, estado emocional y cuantos detalles nos acerquen a ella.

Debiendo hacer constar igualmente el tipo de dinámica comportamental con el agresor (criminodinamia), la tipología victimal en la que podría encuadrarse su posición procesal, factores de riesgo, exposición pública, etc.

En caso de víctima desconocida o difusa (salud pública, delitos de genocidio, etc.), se pueden incluir encuestas de victimación y datos que ilustren una aproximación a la cifra oscura. Dentro del estudio victimal podemos incluir datos sobre programas de reparación o planes asistenciales para las víctimas.

El análisis de las FORMAS DE CONTROL SOCIAL, entendidas como el conjunto de herramientas, instrumentos y estrategias sociales elaboradas para prevenir la criminalidad y conseguir el sometimiento del individuo a las normas10, ya sea desde las instituciones (control formal), a través del derecho, la legislación, las penas y el sistema sancionador, ya sea desde diversos estamentos sociales no institucionales (control informal), como la escuela, las religiones o la familia, siempre nos va a permitir adoptar posturas analíticas desde una perspectiva sociológica y antropológica, incluso con retrospectiva y evolución sobre el tratamiento de determinadas modalidades delictivas a lo largo de la historia y de la evolución legislativa y jurisprudencial analizando los mecanismos institucionales, formales e informales de afrontamiento con los que en cada sociedad y en diversos momentos históricos se ha actuado frente a los diversos fenómenos delictivos existentes y susceptibles de examen.

Teniendo en cuenta los diferentes medios de control social podemos incluir en nuestro análisis criminológico el estudio de los distintos mecanismos existentes, o en caso de realizar propuestas, utilizar las diversas modalidades de estrategias como base para nuestra exposición.

Cabe recordar en este punto que para la consecución de sus fines, el control social utiliza una serie de medios que tal y como recoge García Pablos11 son los siguientes:

1°. Medios o Sistemas Coercitivos: Aquellos que conminan al individuo para adecuar su comportamiento a las normas socialmente establecidas y entendidas como justas y propias de la existencia del cuerpo social, con la aplicación, en caso contrario, de una pena o condena (Religión, Moral, Costumbre, Derecho Administrativo, Civil, Penal).

2°. Estrategias de Política Criminal: Integradas por programas de prevención criminal y victimal, represión de las conductas criminales, programas asistenciales, programas de rehabilitación, reinserción y tratamiento.

3°. Medios o Sistemas Sancionadores: Existiendo diversas modalidades sancionadoras que genera el cuerpo social, unas positivas: recompensas y distinciones para fomentar la colaboración ciudadana y la lucha contra el crimen, formación laboral y programas de reinserción de la población reclusa, terapias de deshabituación en los trastornos del control de los impulsos (ludopatías, cleptomanías, drogadicción), terapias cognitivo conductuales (maltratadores, pederastas, criminales sexuales.) y otras negativas: penas de privación de libertad, de privación de derechos (carné de conducir o uso de armas), medidas de seguridad, medidas cautelares de alejamiento y prohibición de comunicación, tratamientos psiquiátricos, en régimen interno o ambulatorio obligatorios, trabajos en beneficio de la Comunidad, Programas de reparación del Daño causado.

El Control Social como podemos comprobar está integrado por una multiplicidad de elementos, siendo el ordenamiento jurídico uno de ellos, constituyendo tan sólo una pequeña parcela del mismo, dentro del cual se encuadra el Derecho Penal como una parte menor y finalmente la pena como una sección, casi ínfima.

Podremos incluir en el análisis de este objeto de estudio un apartado de prevención, tratamiento y/o prognosis dependiendo de la finalidad de nuestro análisis., seguridad vial, etc.).

La presencia en el informe de aportaciones propias de corte subjetivo, conclusiones que incluyan propuestas de prevención, tratamiento o prognosis quedan reservadas para el dictamen, por conllevar valoraciones propias del informante que van más allá del resultado analítico de los hallazgos evidenciados y que suponen un juicio de valor o una evaluación por parte del autor que trasciende al mero informe.

A continuación realizo una propuesta de informe/dictamen criminológico que compila lo expuesto con anterioridad y cumple con los requisitos legales exigidos para otorgar eficacia jurídica/técnica al informe pericial.

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