Читать книгу Budismo, escuela de sabiduría. Las enseñanzas de Buda, su moral, su filosofía - Bernard Baudouin - Страница 7

Primera parte
Definición
Los orígenes del budismo
Un nacimiento privilegiado

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Estamos entre los años 560 y 556 a. de C.,[22] en una ciudad del reino de Kosala llamada Kapilavastu. Mucho más tarde, a esta región montañosa del Himalaya se la conocerá como Nepal.

En una familia aristocrática aparentemente perteneciente al clan de los Sakya[23] nace el joven Siddhartha,[24] cuyo patronímico es Gautama. Su padre es el rey Suddhodana y su madre, la reina Mâyâ. De su origen noble provendrá uno de los sobrenombres más conocidos de Siddhartha: Sakyamuni.[25]

Su madre murió poco después de que él naciese. La hermana de esta, Mahâ-Prajâpatî, tomó a su cargo al niño antes de convertirse en la nueva mujer de su padre.

En los siguientes años, el rey toma todo tipo de medidas para evitar que al joven príncipe le afecten las realidades de los sufrimientos humanos de la época. Entre los muros del palacio real, el niño crece dentro de una nobleza rica y celosa de sus privilegios. Recibe instrucción, y brilla en el estudio de las ciencias y de las lenguas, ya que está dotado de una inteligencia que suscita la admiración de sus maestros; demuestra tener una gran destreza con el arco, en la esgrima y en la equitación.

Todo parece predestinar al joven Siddhartha al lujo principesco de una existencia ociosa, hecha de riquezas y de privilegios. Parecía conquistado por los placeres terrenales cuando, aconsejado por su padre, acepta casarse con la bella Gopa Yasodhara.

Es entonces cuando, destinado a las mayores responsabilidades del principado y a la sucesión del trono, Siddhartha Gautama traspasa los muros del palacio y va a la ciudad. En los caminos de Kapilavastu, descubre mediante cuatro encuentros una realidad más fría y dura de la que hasta ese momento se le había descrito: se trata de una revelación. El primer encuentro tiene lugar al visitar en carro los jardines reales: allí se encuentra con un anciano de más de ochenta años, con el cuerpo cansado y deformado, y en este lugar se desencadenan un sinfín de preguntas. Al no haberse encontrado nunca ante un espectáculo de este tipo, Siddhartha aprende estupefacto, gracias a su cochero, que la vejez es el destino de todos los hombres. Poco después, un hombre al que le habían mordido en la ingle y estaba enfermo de peste negra, devorado por el dolor y por una muerte segura, sacude la tranquilidad de su ocioso intelecto. Una vez más el cochero le enseña la realidad del sufrimiento y de la enfermedad, del carácter efímero que tiene la salud. Siddhartha siente una gran tristeza.

Otro día se cruza con un cortejo de plañideras que acompañan a un muerto a la hoguera y descubre el dolor de quienes pierden a un ser amado.

La comprensión repentina del joven príncipe de que la vejez destruye la juventud, de que la enfermedad puede suplantar la salud y de que la muerte pone fin a la vida, supone un cambio importante: todo aquello no tiene nada que ver con lo que le han enseñado.

El cuarto encuentro le ofrecerá las respuestas a las preguntas que se plantea y le servirá de estímulo para su futura existencia. Se trata de un religioso mendicante,[26] pobre pero digno, sereno a pesar de su condición, que no teme a la muerte y es dueño de sí mismo. Impresionado por la paz interior y la serenidad que emanan de aquel hombre, Siddhartha comprende al instante que allí se encuentra el camino, su camino. Y no tendrá descanso hasta que no alcance aquel estado de liberación de las contingencias físicas y materiales.

A la vuelta de esta última salida, al príncipe se le informa de que su mujer le ha dado un hijo cuyo nombre es Râhula.[27] De manera paradójica, este feliz evento le convence de la urgencia de su elección; para él ha llegado el momento de partir.

La noche siguiente, Siddhartha Gautama se aleja de su mujer dormida y de su hijo. Abandona furtivamente el palacio de su padre para siempre, y renuncia a la corona, a sus privilegios, honores y gloria. Tiene veintinueve años.

22

Los historiadores no están de acuerdo en la fecha exacta.

23

Casta de los guerreros y de los príncipes.

24

Siddhartha: «Aquel que cumple».

25

Sakyamuni: «El asceta del clan Sakya».

26

Un bhikshu.

27

Siddhartha habría dicho: «Râhula ha nacido, mis hierros están forjados».

Budismo, escuela de sabiduría. Las enseñanzas de Buda, su moral, su filosofía

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