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27 de enero

Locomotora gigante

“No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, diceel Señor de los Ejércitos Celestiales” (Zacarías 4:6, NTV).

¿Te imaginas una locomotora de 45 metros de largo? ¡Vaya! ¡Eso es la mitad de la longitud de un campo de fútbol! ¿Por qué necesitaría alguien una locomotora de ese tamaño? El 27 de enero de 1948, la General Electric Company de Erie, Pensilvania, Estados Unidos, construyó la mayor locomotora del mundo que jamás haya circulado por una vía férrea. Pesaba 454 millones de kilos (454.000 toneladas), tenía 16 ejes motrices y contaba con motores eléctricos de 6.800 caballos. La gigantesca locomotora trabajó por primera vez para la Virginia Railway Company, arrastrando trenes cargados de carbón por las montañas de Virginia Occidental. La subida a las montañas era larga y dura, por lo que el ferrocarril consideró que necesitaba toda la ayuda posible.

Las locomotoras solían impulsar el sistema de transporte en los Estados Unidos, tanto de productos como de pasajeros. Desde los primeros tiempos, las locomotoras se utilizaban para transportar el ganado a los mercados de Kansas City; el carbón, a las fábricas de los Grandes Lagos; y los pasajeros, a través de la Divisoria Continental. Hubo locomotoras de vapor, eléctricas y diésel. Hoy en día, las locomotoras diésel siguen siendo unas de las máquinas más eficientes del mundo. Por el combustible que utilizan, pueden transportar más peso durante mayores distancias a menor costo que casi cualquier otro medio de transporte. Desgraciadamente, los trenes actuales han sido dejados de lado en gran parte de los Estados Unidos, y están inactivos y en silencio en los patios de maniobras. Los camiones ya hacen una gran parte del trabajo pesado, y los aviones llevan a la gente de un lado a otro en a penas unas horas. Los trenes siguen siendo mucho más baratos, pero los camiones y los aviones dan trabajo a más gente.

En esta vida, hay muchas montañas que atravesar y, a veces, el viaje de subida es largo y duro. A veces, cada día es una larga y dura subida. Mientras contemplas la rocosa ladera de la montaña a la que te enfrentas, puede que sacudas la cabeza y pienses que es imposible escalarla. Tal vez, estás desanimado por un examen de matemáticas que se avecina y sientes que no podrás aprobarlo. Quizá, tu hermano menor te está volviendo loco. Tal vez, piensas que tus padres no te entienden. ¿De dónde puedes sacar el poder para conquistar estas pendientes? Buenas noticias. Mira hacia arriba, no a la montaña que tienes delante, sino más allá. Si miras con sinceridad, encontrarás el poder del Dios que tiene más fuerza que cualquier locomotora. Sigue pidiéndole que te dé su poder, y te encontrarás en la cima de tu montaña.

Un viaje en el tiempo

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