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Оглавление7 de febrero
Un paseo por el espacio
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclamala obra de sus manos” (Salmo 19:1, NVI).
¿Has deseado alguna vez ser astronauta? Eso es algo que los niños pequeños suelen decir que quieren ser de mayores, pero realmente no tienen ni idea de lo que se trata. A pesar de todo el trabajo y la dedicación que supondría entrenar para esas misiones, ¿irías si te lo pidieran? Muy pocas personas han tenido la oportunidad de hacer algo así.
¿Cómo sería volar como un pájaro en el espacio exterior sin la ayuda de una nave espacial? ¿Sin un cable que te enganche a la nave nodriza? ¿Sin un traje espacial? Bueno, quizá sea un poco exagerado, pero en este día de 1984, un capitán de la Marina Bruce McCandless, se convirtió en el primer hombre que voló en el espacio sin la ayuda de una nave espacial, o siquiera un cable de conexión. Fue el primero en caminar fuera de nuestro planeta sin nada más que una mochila cohete.
Qué vistas tan gloriosas debió haber visto: la Tierra como una gigantesca canica azul suspendida en el espacio como si estuviera inmóvil. Ser capaz de moverse sin esfuerzo por encima de este globo terráqueo tan grande debe haber sido emocionante. Peligroso, pero estimulante. Dentro del traje espacial del capitán McCandless había un clima preparado para el cuerpo humano hasta el último detalle. Se mantenía la presión de aire adecuada para que el vacío del espacio fuera del traje no hiciera explotar su cuerpo. La temperatura se ajustaba constantemente para mantener su cuerpo fresco cuando el sol le daba directamente durante su paseo espacial, y para evitar que muriera congelado en las gélidas temperaturas de 200 grados bajo cero y más. Todos esperaban que no hubiera miniasteroides en la zona que pudieran perforar su traje espacial y provocar fugas en el ecosistema interno. Y, por supuesto, el traje estaba provisto de todo tipo de equipamiento, incluida una mochila cohete para propulsarse y dispositivos de seguridad en caso de separarse de la nave nodriza.
¿Te has preguntado alguna vez cómo sería ser un ángel y volar a la velocidad del pensamiento por los cielos moteados de estrellas? ¿Piensan estos ángeles alguna vez en cómo sería ser un ser humano, encadenado a este planeta plagado de enfermedades, teniendo que luchar constantemente por mantener la mirada en su Creador y para tener el deseo y la fuerza de seguir confiando en él, pase lo que pase? Estoy convencido de que observan a los seres humanos de cerca para ver cómo reaccionan cuando sus amigos los ignoran, cuando sus padres son injustos, cuando sufren. Se preguntan: ¿Seguirán confiando?