Читать книгу La Voz - Carlos E. Baz Garfias - Страница 8

En los 80’s estuve en "la casa azul". Al sentir la atmósfera del lugar, sentí a la vez la energía que guarda esta casa antigua, me pareció un lugar místico, fuera de tiempo, es como si te transportaras a un sitio desconocido por el ser humano. Pero también sentí una energía muy diferente, no era una energía que venia de los turistas que estaban en ese momento, era una energía de seres que la habitan de hace muchísimos años, desde antes que la familia de Frida la habitara. Entre mas me internaba en la casa azul entre sus pasillos y cuartos la energía y la presencia de estos seres era mayor pero especialmente en el patio fue que pude verlos y sentirlos en mayoría. Me veían con curiosidad, salían por todos lados, hasta que llenaron las paredes del patio. Su energía no eran tan fuerte como la mía aunque ellos eran cientos. Camine hacia donde esta las plantas para tener una mejor visión de ellos. Los turistas pasaban a mi lado sin saber que estábamos llenos de seres. Uno de ellos se acerco a mi, brilla como la luz del sol, mientras los demás seguían mirándome. A unos pasos de mi se detuvo, su energía se sentía muy ligera, me di cuenta que eran seres amigables. Me sonrió, dándome la bienvenida y desapareció en segundos de mi vista, los demás seres hicieron lo mismo. Yo seguí mi recorrido por la casa azul.