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PRÓLOGO
POR MATEO SALVATTO
ОглавлениеAdmito que ser una de las personas que prologa este libro me genera un enorme desafío. Para empezar, siento una enorme responsabilidad, por dos motivos: primero, porque sé por experiencia propia lo que significa escribir un libro, y el esfuerzo y el tiempo que eso conlleva. Pero, segundo, y especialmente, porque considero que este tema tiene una importancia fundamental para pensar la Argentina del futuro.
Empiezo aclarando algo: no conozco la Antártida en persona (todavía). Pero creo que todos los argentinos deberíamos conocerla, al menos, mediante el enorme trabajo de Carlos en estas páginas.
La primera vez que fui al Comando Conjunto Antártico, en la calle Paseo Colón, por invitación de Carlos, quedé impactado por varios motivos. No solo por la increíble historia de la presencia argentina en la Antártida, ni por los ambiciosos e interesantes proyectos que me transmitieron sobre cómo incorporar tecnología de punta en ese territorio, sino principalmente por la camaradería y el grupo humano con el que me encontré.
La pasión con la que se trabaja, el sacrificio que se hace en terrenos inclementes y alejados es verdaderamente admirable.
Me acuerdo de haber pensado, mientras volvía a mi casa, que si los argentinos pudiéramos reproducir esa pasión, esa capacidad de cooperación y esa camaradería en el continente, ¡Qué distinto sería nuestro país!
Las posibilidades de vincular los programas científicos y la conservación del medio ambiente con la tecnología son innumerables, solamente limitadas por nuestra creatividad e imaginación!!! Este gran laboratorio, el antártico, es una muestra tangible de las ventajas de la cooperación internacional y entre entes públicos - privados.
Por eso creo que la experiencia de conocer la Antártida no solamente tiene un sentido geopolítico y geoestratégico relacionado con la presencia de nuestro país en ese continente, sino también, aunque cueste creerlo, para el resto del territorio nacional. Y no solo por las oportunidades que puede haber en la Antártida, sino principalmente porque tenemos mucho que aprender sobre la presencia argentina allí.
Leyendo este libro vuelvo a confirmar algo que trato de transmitir siempre: Argentina tiene un enorme futuro. Nuestro gran desafío es trasladar ese futuro al presente. Y leer el libro de Carlos es un primer paso para hacerlo.