Читать книгу La cocina ayurvédica - Carmen Frigerio - Страница 14

Оглавление

TEORÍA DE LOS TRES GUNAS

Existen tres principios primordiales (gunas) que interaccionan para dar vida al universo a través de los cinco elementos. Los gunas son: Sattva, Rajas y Tamas.

En el ser humano, estas tres fuerzas determinan las tendencias mentales de los individuos.

Sattva nos permite superar los deseos mundanos, tener control sobre los sentidos, liberarnos de la ira, la codicia, la dependencia de objetos y de personas, sentir devoción y fe.

Rajas nos estimula todas aquellas actividades que garantizan nuestra supervivencia en esta sociedad materialista, donde se prestigia la sobreestimulación de los sentidos y se promueve este tipo de tendencia. Esto, a su vez, condiciona la aparición de nuevos deseos –dinero, confort, etc.– generando un estado de insatisfacción permanente.

Tamas impide avanzar, genera pereza, codicia y envidia y causa dolor.

Sattva sería el principio de vida, verdad, virtud, belleza, equilibrio y discriminación aguda.

Rajas, principio de la acción, daría la fuerza y el impulso; pero el exceso de actividad mental terminaría debilitando nuestro poder de discriminación.

Tamas se opone al movimiento, lo restringe, y tiene una tendencia involutiva. Esta actividad mental resulta insuficiente y distorsiona la discriminación.

Entre los alimentos considerados sáttvicos, podemos mencionar aquellos que son livianos, frescos, nutritivos, jugosos, oleosos y dulces, como por ejemplo: leche, ghee, arroz, trigo, azúcar, miel, almendras, castañas de cajú, verduras de hojas verdes y frutas. Para que estos tengan el efecto deseado sobre la mente –expandir la conciencia, brindar mayor armonía y no causar enfermedad– es importante que sean ingeridos apropiadamente tanto en horarios como en cantidades adecuadas y sin que haya pasado demasiado tiempo desde su preparación.

Los alimentos que más predominan en nuestra cultura son los rajásicos, ya que aportan esa energía pasional que nos permite enfrentar las exigencias de la vida cotidiana y superar los desafíos que nos impone nuestra subsistencia. Entre los alimentos de esta categoría –que estimulan los sentidos, la ambición, los celos, la motivación, la fantasía y el egoísmo– encontramos: alimentos muy condimentados, ácidos, salados, picantes y secos, ajo, cebolla, vino, cerveza, té, café, bebidas cola, exceso de frituras, hongos, ajíes, legumbres, aves y pescado.

Los alimentos tamásicos incrementan la ignorancia, el pesimismo, la ambición, la duda, las tendencias criminales, la vagancia y los complejos de inferioridad. Estos alimentos requieren de una gran cantidad de energía para ser digeridos –como la carne–, generalmente están fermentados –como el alcohol–, preservados con sustancias químicas o enlatados, embutidos o en mal estado.

Los alimentos también se modifican al ser procesados, cocinados y servidos por la conciencia de quien los manipula.

Los grandes maestros seleccionan al más evolucionado de sus discípulos para que se encargue de cocinarle. Estos discípulos recitan versos de los Vedas mientras cocinan, con la finalidad de impregnar la comida con sattva. A su vez, los alimentos son cultivados en el mismo ashram, o ámbito, en el que habita el maestro. La leche, por ejemplo, es ordeñada de vacas que se alimentan de pastos orgánicos (sin agroquímicos), mientras escuchan música del Gandharva Veda.

A su vez, la comida más pura puede transformarse en tamásica si el que la cocina está enojado o tiene pensamientos negativos.

Por lo general es difícil encontrar, hoy en día, alimentos en estado sáttvico, ya que hay demasiadas cosas que escapan a nuestro control: el uso de agroquímicos, la recolección, el transporte, el envasado, etc. Es por eso que es altamente recomendable tratar de cultivar uno mismo los vegetales que más consumimos, o consumir productos de cultivo orgánico.

La cocina ayurvédica

Подняться наверх