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LIBRO 2

El pie: Manopresión en el corazón del dolor

El método Pyé-Ko Kan-3® aplicado a la intimidad del pie

Prefacio del doctor Hubert Rocher Introducción del profesor Gérard Ostermann


Basado en el cuadro de Colette Bacchetta Simbología del triple hogar o triple calentador.

Diseño gráfico de Astrid Rocher Brochard.

El pie es una de las partes del organismo que más sufre dolor

Tras cuatro años de relación estrecha con el pie, el cirujano ortopédico que soy, formado en las técnicas tradicionales basadas en la mecánica, ha cambiado mucho sus ideas y creencias sobre el pie.

Eran pocos los cirujanos de las décadas de 1960 y 1970 que se interesaban por esta parte del cuerpo humano, considerada durante largo tiempo un elemento secundario. De hecho, el pie era muchas veces objeto de bromas o ¿acaso no decimos cosas como «eres más tonto que un pie»?

Al principio por atavismo familiar, ya que mi padre había sido uno de los pioneros de esta cirugía, me interesé por el funcionamiento y las patologías del pie. No me llevó mucho tiempo comprender que no tratamos un pie, sino a una persona, y que una muy buena intervención practicada en un mal terreno estaba abocada al fracaso.

Hace ya años que no dejo de repetir que el pie es una de las partes del organismo que más sufre dolor sin olvidar que, a su vez, las patologías del pie tienen repercusiones en lugares distantes.

Uno de mis colegas propuso este título de conferencia: «¿Hay que ser psiquiatra para operar un pie?». Bien es cierto que vivimos tiempos convulsos, fuente de microestrés reiterado y de impactos innumerables en el organismo. Me he dado cuenta de que el seguimiento postoperatorio depende en un 25 por ciento de la calidad de la intervención y en un 75 por ciento de la del terreno, que es importante analizarlo antes de toda acción.

Con esta idea en mente, a principios de los años 2000, pude cumplir mi sueño: tratar el pie de forma global en el seno del instituto gracias a un equipo multidisciplinar formado por pedicuros-podólogos, masajistas-kinesioterapeutas, médicos y un elemento innovador: un reflexoterapeuta. Dado que ya había conocido a Colette Bacchetta en el ámbito de mis actividades como profesor de la Escuela de Podología de Burdeos, le propuse que pasara consulta porque creía que podría ayudar en numerosos casos de pacientes, la mayoría mujeres, que presentaban dolores y patologías que no respondían a ninguna etiología orgánica. En unos años, mi tímida convicción inicial se transformó en total certeza, ya que muchos de mis pacientes, operados o no, se benefician de los atentos cuidados de Colette Bacchetta, cuidados que han ido evolucionando a lo largo de los años hacia un método de trabajo muy personalizado y eficaz, inspirado por la medicina china y que responde al exótico nombre de Pyé-Ko Kan-3®.

Todo mi agradecimiento a Colette y mi enhorabuena por todo lo que me ha aportado y, sobre todo, por todo lo que ha aportado a los pacientes. Una gran ovación por redactar esta obra tan detallada que tanto tiempo llevaba rondando su cabeza, sus manos y bajo sus pies.

Doctor Hubert Rocher

El terapeuta debe ser políglota si quiere desencriptar los nudos del dolor-sufrimiento

«Los pies contienen todas las energías necesarias y ocultan el secreto del Nombre. Simbolizan nuestra parte femenina, el lado oscuro del Árbol del Conocimiento. El pie tiene forma de semilla, forma de lo que es el hombre en su punto de partida, con todo su potencial, mientras se baña en las aguas matriciales». Fragmento extraído del libro: Le symbolisme du corps humain, de Annick de Souzenelle.

A veces se describe al cuerpo humano como un árbol invertido. Todo pasa como si las energías del hombre, en lugar de subir por el árbol, fluyeran hasta los pies por un agujero enorme. Por este motivo, la humanidad, a través de sus mitos, expresa su división, su separación de lo divino, arrastrando un pie hinchado (Edipo), vulnerable (Aquiles), mordido (Eva). Describe las premisas de una curación cuando Jacob, en su nacimiento, agarra el talón de Esaú, cuando María Magdalena perfuma los pies de Cristo y los seca con su cabello, cuando Jesús lava los pies de los doce apóstoles y cuando, por fin, María, la nueva Eva, aplasta con el talón la cabeza de la serpiente. Por lo tanto, la salud, siempre en movimiento e interrelación, tiende al equilibrio del conjunto, por lo que la preservación es la tarea suprema del profesional de la salud. El «toque terapéutico» de Colette Bacchetta nos lleva a un viaje multicultural para recordarnos también que el terapeuta debe ser políglota si quiere desencriptar los nudos del dolor-sufrimiento.

Esta obra es el fruto de cinco años de experiencia en el Institut Aquitain du Pied. Colette Bacchetta, confrontada al dolor de sus pacientes, comienza a utilizar esa relajación que tan bien conoce, lo que le permite iniciar a continuación un protocolo terapéutico. Es en la intimidad del pie que descubre, mediante la escucha sutil de su tacto, la realidad sensible de los puntos embriogénicos que usará para conceptualizar el proceso terapéutico. Este se describe e ilustra magníficamente en este libro, del que lo mínimo que podemos decir es que tiene aliento.

Lo que Colette Bacchetta nos propone es algo más que una simple receta; es una praxis que solo podemos desear que la transmita al personal sanitario. Me gustaría darle las gracias especialmente a Dominique Frison-Roche, que ha sabido valorar en su justa medida la calidad pionera de este trabajo de orfebre.

El método de evaluación de la medicina basada en las pruebas solo tiene en cuenta la parte que emerge de los síntomas y las enfermedades explícitamente formalizadas. Pasa algo, ¿pero qué? Con la única ayuda del elemento relacional y una escucha de la mano, Colette Bacchetta nos demuestra que es posible conseguir un alivio real. El método presentado en esta obra nos invita, más allá de su aparente exotismo, a cuestionarnos el arte terapéutico.

Gérard Ostermann

Profesor de terapéutica

Medicina interna

Prolegómenos

Ejerzo la reflexoterapia35 desde hace más de veinte años como profesional independiente y, en paralelo, desde 2004, en mi trabajo en el Institut Aquitain du Pied. En este complejo multidisciplinar de renombre, especializado en medicina y cirugía del pie y del tobillo que se encuentra en Pessac, a las afueras de Burdeos, colaboro con tres cirujanos, un neurólogo, un reumatólogo, un dermatólogo, cuatro kinesioterapeutas, podólogos, tres asistentes de cirugía y tres secretarias.

El doctor Hubert Rocher, el doctor Pierre Giraud y el doctor François Gandon, cirujanos ortopédicos, me confían pacientes aquejados de dolores recurrentes y multifactoriales. Mi función es acoger a esta población en el ámbito perioperatorio con el objetivo de ofrecerles un tratamiento de reflexoterapia, una técnica que ayuda a aliviar el dolor y el sufrimiento por su efecto relajante y revitalizante.

En este contexto, frustrada ante la imposibilidad de tratar determinados casos con la reflexoterapia como única herramienta, decidí evolucionar mi práctica hacia una relajación36 que he llamado activa, para luego pasar a la manopresión.

El acompañamiento que yo practico se realiza en el Institut Aquitain du Pied o en el Centro de Reflexología, pero también en la clínica, el día antes de la intervención, y en ocasiones en el quirófano, para pacientes con mucha ansiedad.37

Todos estos enfermos presentan zonas álgicas en los pies. Además, en caso de afecciones más acentuadas, la piel exacerbada en las terminaciones nerviosas rechaza todo contacto. El simple roce se convierte en algo insoportable, lo que limita mi acción.

Ante esta constante, el paciente y el terapeuta se hacen preguntas. «¿Cuándo sentiré alivio?», se inquieta el paciente. «¿Cómo puedo tratar un pie hiperálgico?», se pregunta el terapeuta. Tras varios años de experiencia, durante mis consultas pude observar una posible sedación del dolor.

Así es como actúo. Al principio de la sesión, propongo al paciente con problemas la aplicación mediante transmisión oral de este método de relajación de treinta minutos que induce en la persona un estado de calma y reapropiación de un cuerpo desorganizado por culpa del dolor. Entonces el paciente puede percibir que, durante este lapso de calma, el dolor no se manifiesta.

A continuación, en la segunda parte de la sesión, a modo de continuidad de esos instantes de quietud y, gracias a la confianza adquirida, propongo a la persona recibir un tratamiento mediante la palpación del pie más válido. Por último, y siempre con su consentimiento, continúo el tratamiento en el pie más sensible.

He podido observar que toleran presiones ligeras y también he podido percibir táctilmente que a pesar de ese dolor siempre subyacente, hay puntos concretos (en parte en el dorso del pie) que me permiten acceder a un tratamiento precavido. Estos puntos transmiten los impactos de tensión o de relajación, así como los matices térmicos, calientes y/o fríos. Lo primero que me llamó la atención fueron las manifestaciones que estos puntos contenían o producían y luego el alivio obtenido.

Tras confirmar en varias obras de acupuntura que estos puntos existían en los meridianos que recorren el pie, me interesé por la nomenclatura de cada uno de ellos. Los he clasificado por familias, junto con sus propiedades. Y, tras un análisis global, llegué a la conclusión de que estos puntos sensibles se encuentran en los meridianos tendones, llamados así por los acupuntores orientales, y llamados meridianos musculares o ligamentosos por los acupuntores occidentales.

Según mi propia experiencia, estas microzonas son puertas de acceso al tratamiento. Además, podemos observar que también se trata de puntos de acupuntura clasificados como puntos tendinomusculares o puntos TM. Existen 16 puntos energéticos bilaterales situados en los seis meridianos tendones que cruzan el pie, principalmente en la cara dorsal.

De origen embriogénico, son depósitos de soplos Qi, que fluctúan al ritmo del tiempo, unidos a las energías hereditarias y a los recuerdos de los acontecimientos traumáticos, y que oscilan en función de la capacidad del individuo para preservar y conservar su vitalidad.

El método de trabajo por manopresión que describo en este libro, ilustrado con casos clínicos, ha sido desarrollado a partir de estas observaciones. Permite realizar un enfoque sensible y accesible de la persona en el plano físico, emocional y psíquico, y garantiza un tratamiento sobre la calidad energética de los puntos de acupuntura que proporciona una atenuación de un sufrimiento cuya intensidad real solo conoce el paciente.

Aunque puede decirse que está emparentada con las técnicas de acupuntura, mi práctica sigue siendo ante todo una práctica táctil que se basa en las características del punto en cuestión, en la sensación que puede generar y, de hecho, se aleja de las reglas de funcionamiento de la acupuntura, sea cual sea la escuela de referencia.

Este trabajo en lo más profundo de la intimidad del pie se inscribe en una relación de escucha e intercambio con mis pacientes. El objetivo es restaurar y restituir su potencial activo y positivo con el objetivo de calmar el dolor.

Mis investigaciones son la quintaesencia del método original Pyé-Ko Kan-3®. Estoy encantada de compartirlo contigo, lector.


Tratamiento del dolor en los 106 puntos tendinomusculares™ (Color) Flossing

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