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EL APRENDIZAJE DE LA TÉCNICA BÁSICA ES EL CAMINO HACIA UN NIVEL SUPERIOR

Los jugadores deben entrenar lo que necesitan, y tal como lo necesitan, durante el partido.

Etapas del aprendizaje

Las formas, contenidos y métodos del entrenamiento dependen de la edad de los niños. Todo esto debe basarse en su desarrollo fisiológico y psicológico actual.


Las primeras experiencias para los niños deben ser divertidas y tener como objetivo que aprendan cómo jugar con el balón.

Un aspecto esencial de cómo entrenar a niños de edad preescolar, de primer y segundo cursos consiste en dejarles jugar como deseen y limitarse a observar lo que aprenden durante el partido sobre ellos mismos (pensamientos y sensaciones).

Una vez que los niños hayan tenido sus propias experiencias jugando al fútbol, puede iniciarse el entrenamiento sistemático de movimientos técnicos y tácticos sobre la base de estas primeras experiencias. Un entrenamiento sistemático conlleva explicar, demostrar y corregir individualmente mediante ejercicios relacionados con temas concretos y partidos con juegos en espacio reducido. El entrenamiento sistemático se caracteriza por analizar detalladamente, corregir y complementarse para mejorar la precisión con la que se juega, en especial en lo relativo a la técnica.

Sólo cuando los jugadores aprendan a jugar el balón de forma controlada durante el partido —este nivel debe alcanzarse al comienzo de la pubertad—, los ejercicios podrán extenderse a juegos en espacio reducido con más jugadores y modificarse ejerciendo presión. En este sentido, presión significa más adversarios y menos espacio; es decir, menos tiempo para que el individuo utilice con éxito sus habilidades técnicas y tácticas.

Aprendizaje de los jugadores en el fútbol

Experiencias fundamentales

(de 5 a 8 años de edad)

Familiarizarse jugando

•Obtener y procesar experiencias básicas en movimientos humanos y partidos (agilidad, utilizando un balón de fútbol)

•Valorar situaciones (espacio, velocidad)

•Llegar a conocer y familiarizarse con actitudes sociales (por ejemplo, cooperación, integración, inspiración, liderazgo, iniciación y actuación por sí solos)

•Mejorar la capacidad de toma de decisiones

Entrenamiento básico

(de 8 a 12 años de edad)

Entrenamiento detallado y sistemático mediante actividades

•Estabilizar y desarrollar las habilidades y movimientos básicos con entornos apropiados de aprendizaje y asesoramiento (correcciones y consejos)

•Mejorar la precisión y la aplicación variada de la técnica

La tabla de la página anterior y la de esta página presentan la secuencia del desarrollo biológico del niño, centrándose en cómo los jóvenes jugadores mejoran con éxito las técnicas, actitudes y habilidades futbolísticas.

En estas tablas de entrenamiento futbolístico que tiene en cuenta el desarrollo hay algunos aspectos importantes. Cada uno de los niveles se caracteriza por determinados objetivos esenciales de entrenamiento. Aunque no se mencione específicamente en las tablas, estos objetivos deben asentarse y mejorarse en un grado mayor también en el siguiente nivel. El aspecto esencial con que un jugador puede incorporarse al nivel siguiente depende del uso controlado de las habilidades que se han mejorado en el nivel anterior. Eso implica que si alguien logra una característica de edad de un nivel superior, pero aún no es capaz de jugar de forma controlada bajo presión, entonces debe seguir entrenando en el nivel inferior. Por ello, lo que debe tenerse en cuenta antes de pasar al siguiente nivel de entrenamiento no es la edad en sí, sino el nivel de desarrollo del jugador.

Entrenamiento intermedio (I y II)

(de 12 a 16 años de edad)

Desarrollar y perfeccionar las habilidades bajo presión

•Perfeccionar las habilidades coordinativas (agilidad), el uso de las habilidades técnicas y la táctica bajo presión en las situaciones del juego (máxima velocidad, espacios pequeños y uno o más oponentes)

•Desarrollar y mejorar acciones más complejas relacionadas con el partido (esto conlleva entrenar con un número mayor de jugadores: de 5 contra 5 hasta 11 contra 11), y así, más dependencia de la capacidad para tomar decisiones y oportunidades para tomar decisiones más complejas

•Mejorar la táctica jugando en espacios más grandes

Entrenamiento avanzado

(16 años o más)

Mejorar y estabilizar, en concreto, la condición física

•Estabilizar y perfeccionar las habilidades tácticas de individuos, grupos y el equipo, bajo elevada fatiga

•Mejorar y estabilizar tácticas de equipo para el ataque y la defensa

•Mejorar la condición física

Entrenar a nivel avanzado se describe como algo que consiste principalmente en trabajar los aspectos físicos del fútbol, mediante ejercicios y prácticas especiales. No obstante, esto no significa que durante los niveles inferiores de entrenamiento no haya entrenamiento físico en absoluto. Debido a los requerimientos de adaptación vinculados con el juego, las habilidades físicas mejorarán de forma simultánea con cada ejercicio y partido con los juegos en espacio limitado, y en especial con ejercicios de secuencias más largas.

No entrenar contradiciendo el desarrollo natural

Normalmente, a los niños de cuatro a siete u ocho años les gusta descubrir su propio entorno. En esta fase del desarrollo humano, los niños crean sus propios juegos, límites y normas. Al modo propio de los niños, repiten lo que han experimentado en combinación con sus impresiones.

Por lo tanto, las expresiones típicas del mundo del niño deben considerarse un proceso natural del desarrollo. Implementar ejercicios de acuerdo con las exigencias de los adultos, en otras palabras, un entrenamiento sistemático en una fase excesivamente temprana del desarrollo biológico de los jugadores, conllevaría entrenar contradiciendo la tendencia natural. Esto puede generar una ausencia de desarrollo del importante proceso de autoidentificación dentro del entorno social. En consecuencia, esos déficits podrían generar problemas en el desarrollo de la personalidad y, en particular, de las actitudes sociales.


Por lo general, los niños de cinco a siete años de edad hacen lo que los adultos quieren que hagan, incluso en el entrenamiento. Pero esto se debe a que admiran al padre, al profesor o al entrenador como modelo, a quienes quieren imitar, agradar y de quienes esperan sus elogios. Por eso realizan los ejercicios tal como se les exige. Sin embargo, la naturaleza de los niños solo les incita a jugar. Los niños necesitan jugar para asimilar lo que descubren y experimentan.

En lo relativo a los ejercicios futbolísticos para las edades más jóvenes, se sabe que los niños deben divertirse implicándose en entrenamientos y otros ejercicios implementados por los adultos. Esto suele llevar a la gente a suponer que a los niños les gusta realizar ese tipo de tareas. Sin embargo, solo les gusta agradar a los adultos. Este deseo interno supera sus propias intenciones y preferencias. La presunción de que entrenar de manera sistemática con niños de edad preescolar y de primer curso tendrá una influencia positiva en el rendimiento conlleva una hipótesis sobre el entrenamiento eficaz y exitoso que va contra la tendencia natural.

ENTRENAR SISTEMÁTICAMENTE A NIÑOS DEMASIADO PEQUEÑOS PUEDE PERJUDICAR EL DESARROLLO DE SU PERSONALIDAD INDIVIDUAL

Los años en que un niño se familiariza con las condiciones físicas, mentales y psicológicas, así como con el juego y el balón, deben diferenciarse de los años en que la naturaleza humana en sí misma presenta condiciones casi óptimas para ese desarrollo. Es el período de entre ocho y doce años de edad. Debido a la relación armónica entre el cuerpo y los músculos, y a una creciente curiosidad acompañada por un estímulo ausente de crítica, a este período del desarrollo se le suele llamar los años de oro del aprendizaje. En este momento, el desarrollo biológico del niño ofrece condiciones adecuadas para el entrenamiento sistemático, incluso para tareas de coordinación complicadas.

Antes de este momento del desarrollo biológico, los niños deben desarrollar la motivación para jugar y seguir jugando al fútbol los años venideros. Démosles un balón y dejémosles jugar. Observémosles para aprender de su comportamiento. Ninguna exigencia, expectativa, corrección ni interferencia de ningún tipo. Aún nos encontramos en el mundo de los niños. Dejemos que lo descubran. Permitamos que desarrollen motivación hacia este juego. Demos a los niños la oportunidad de descubrir sus propias opciones para involucrarse en el fútbol.

El balón (de fútbol sala) promueve la autoconfianza y la agilidad

La mayoría de los científicos y expertos en fútbol defienden la teoría de que los niños pueden y deben jugar al fútbol ya en edad preescolar, siempre que sea a su propio estilo.

Se trata de juegos en espacio reducido con pocos jugadores, con normas inventadas por ellos mismos y relacionadas con el número de jugadores y el entorno real. Los principiantes aprenden mediante la imitación, el ensayo y el error. Una introducción de este tipo al mundo del fútbol fomenta experiencias fundamentales sobre los componentes técnicos, tácticos mentales y, en particular, sociales, de este deporte (véanse las tablas anteriores). En gran medida, estas experiencias básicas determinan el nivel exitoso de mejora de todas las habilidades necesarias para el juego a lo largo de este período de desarrollo fisiológico. En resumen, el nivel de eficiencia y rendimiento del adulto depende de la calidad de las experiencias fundamentales anteriores a la fase de entrenamiento sistemático y específico.


Las condiciones de desarrollo físico, mental y psicológico de los niños de entre ocho y doce años les induce a descubrir el juego de la misma forma en que observan a los adultos. Se ponen en el lugar de sus ídolos e imitan lo que observan (incluso movimientos difíciles), sin ningún temor al fracaso.

Sin embargo, algunos expertos dicen que al fútbol se puede jugar solo después de haber adquirido técnica con el balón. Hacen referencia a la dificultad de estas técnicas y señalan el modo no organizado en que los niños juegan al fútbol. En efecto, el fútbol infantil se parece más bien al avance de un enjambre de abejas, tras lo cual sigue un disparo y una carrera. Esto se debe al problema básico del control del balón, en concreto, al hecho de intentar jugar con un balón de fútbol que da muchos botes. Una pequeña piedra que no se vea en el suelo puede impulsar el balón por el aire, o en una dirección distinta a la que el jugador quería que se dirigiera. Jugado con demasiada fuerza, el balón no llegará a su destino; con excesiva suavidad, no llegará a ningún sitio.

«EL FÚTBOL ES SOLO CUESTIÓN DE ESPACIO Y TIEMPO» (JOHAN CRUYFF) EL NIVEL DE RENDIMIENTO REQUERIDO VIENE DETERMINADO POR LA PRESIÓN DEL OPONENTE

El problema más frecuente que los balones de fútbol crean a los principiantes se produce cuando se juega por el aire y bota en el suelo. Cuando el jugador decide controlarlo, el balón vuelve a botar y alcanza una altura excesiva para llegar a él con el pie o dirigirlo al destino deseado. Para intentar controlarlo, el jugador inexperto debe esperar a que el balón vuelva a tocar el suelo. Esto da tiempo para que llegue algún adversario, o al menos para que perturbe el intento del atacante de controlar el balón. Pero incluso sin ser presionado por ningún defensor, el tiempo que se tarda en controlar un balón que cae al suelo es tan breve que incluso un jugador habilidoso debe coordinar la velocidad y la fuerza de su pie con la velocidad del balón para mantenerlo bajo control.

Debido a la falta de experiencia relacionada con cómo coordinar el movimiento del pie con el del balón, un principiante necesita mucho más tiempo para el mismo movimiento. Los niños deben hacer esto para mejorar su coordinación. Una de estas habilidades tiene que ver con el cálculo de la velocidad de su propio pie en relación con el movimiento del balón, y su velocidad al caer y botar de nuevo. Las investigaciones han demostrado que, al compararlos con los adultos, los niños de edad preescolar deben compensar hasta un 30 por ciento la incapacidad de antici-parse. Normalmente, esto puede observarse cuando rueda un balón por la calle y un niño corre tras él, aunque vea que se acerca un coche. En ocasiones, un cálculo erróneo del ritmo del coche en comparación con el del niño da como resultado un accidente. En la actualidad, la mejora de las habilidades y de la coordinación parece ser condición previa para jugar al fútbol.

Esta opinión está relacionada con la mejora del rendimiento. Pero todo el mundo puede jugar al fútbol. Las reglas solo imponen que el balón se juegue con el pie o la cabeza con el objetivo de introducirlo en la portería del equipo rival. Los métodos y estilos con los que se conseguirá esto dependen de las habilidades técnicas y tácticas del jugador, así como de su experiencia de juego. Sobre esta base, el estilo de «chuta y corre» de los principiantes debe reconocerse como una forma de fútbol... típica de los niños. Esta hipótesis parece ser de fundamental importancia porque el simple hecho de dar patadas a un balón de un lado a otro permite a los principiantes obtener valiosas experiencias mediante el uso apropiado y exitoso de todas las habilidades necesarias para el fútbol (como explicamos antes). Por lo tanto, el principal problema para los principiantes siguen siendo las características del balón de fútbol.

No obstante, existe una solución adecuada que puede minimizar el problema. Con solo usar otro tipo de balón, los niños pueden desarrollar un estilo más controlado y autónomo de jugar al fútbol. Esto se basa en entender con rapidez que el fútbol —en lo que respecta a las edades más jóvenes, en juegos en espacio reducido con pocos jugadores— es un juego influido por las ideas y los movimientos creativos de cada jugador con el balón. Para evitar el problema del balón que bota y la falta de control técnico, podemos utilizar el balón del juego del fútbol sala. Es más pequeño que el habitual del fútbol y bota muy poco. Para los principiantes es fácil de controlar. Este control más fácil incita a los jugadores a no solo «dar patadas», sino a «jugar» con él con intención.

Recordemos cómo se siente un niño con un balón como juguete. Cuando el niño experimenta que el balón es fácil de manejar, y a fin de imponerse a un oponente o pasarlo adecuadamente a un compañero, se siente motivado a intentar todo tipo de movimientos, desde movimientos previamente observados hasta movimientos inventados con él. En muchas regiones podemos observar a niños jugando con objetos que encuentran (por ejemplo, pequeñas latas de refresco, ropas unidas), a modo de equivalente de una pelota real. En resumen, las características del balón de fútbol sala promueven la idea y la comprensión de jugar al fútbol de una manera más autónoma. Motiva a los jugadores a practicar por sí mismos en casa o donde haya espacio disponible. Este momento es el comienzo de la mejora autodirigida en la agilidad y la diversión de una forma creativa para imitar los movimientos con un balón. Además, desde el mismo comienzo de la carrera futbolística, el balón de fútbol sala promueve también el desarrollo de la capacidad para asumir riesgos y la autoconfianza.


Jugar con el balón de fútbol sala no conduce a una mejora del nivel técnico del juego del fútbol. Sin embargo, sí genera una mejora de la creatividad con el balón. Esto fomenta la motivación de entretenerse individualmente con el balón.

Varias personas señalan que la técnica del fútbol sala conduce a una sensación diferente con el balón y, por lo tanto, más adelante podría perjudicar el proceso de aprendizaje de las habilidades del fútbol «real». Sin embargo, esto es solo una suposición. Estas personas olvidan que muchos niños de distintos países no tienen pelotas de fútbol reales y juegan con todo tipo de materiales redondos: ropas enlazadas, botellas de plástico, incluso pelotas de tenis o balones viejos y defectuosos que no botan. No hay indicaciones de problemas de aprendizaje específicos cuando estos jugadores pasan a desarrollar la técnica con un balón de fútbol real. Por el contrario, adquieren mucha experiencia de juego, así como un progreso adicional en su creatividad mediante la autoconfianza y acciones conscientes que influyen en el desarrollo de las situaciones. Y por último, pero no menos importante, estos jugadores han realizado progresos significativos en la mejora de la coordinación general.

Siguiendo estas consideraciones, la pelota más pequeña de fútbol sala debería utilizarse no solo para la competición, sino también para entrenar, como una ayuda adecuada para los jugadores durante sus primeros años de práctica del fútbol.

Ejemplos de ejercicios para las experiencias básicas del niño

Los siguientes ejemplos de juegos útiles para niños de entre cinco y siete años aclararán la diferencia esencial entre los ejercicios adecuados utilizados para enseñar los conceptos básicos.

«Etiqueta»

Un campo marcado, de 10 × 10 metros

6 jugadores

Un jugador tiene el turno y debe «etiquetar» a otro jugador tocándole

Si dos jugadores están juntos no pueden capturarse

Solamente puede capturarse a un jugador que esté solo

Dos jugadores no pueden estar juntos durante más de cinco segundos

El jugador que es atrapado tiene el turno

Puede ser rescatado corriendo hacia el jugador en peligro


«Etiquetado con regate»

•Un campo marcado, de 10 × 10 metros

•De seis a ocho jugadores con un balón cada uno

•Todos los jugadores avanzan por el campo

•En su turno, uno de los jugadores coge el balón con las manos e intenta pasar el turno a otro tocándole

•Cuando se captura a alguien, los dos jugadores cambian sus papeles


«Conducción-porterías»

•Varias porterías pequeñas, de dos metros cada una, se distribuyen aleatoriamente por el campo

•El objetivo es la conducción por tantas porterías como sea posible

•No se debe pasar dos veces por la misma portería

•Los jugadores cuyos balones o cuerpos se tocan tienen que lanzar sus balones por encima de la cabeza y dejar que toquen el suelo antes de continuar


«Conducción-parada»

•Un campo marcado de 10 × 10 metros

•Entre seis y ocho jugadores con un balón cada uno

•Un jugador es el «líder»

•Los jugadores están en conducción por el campo

•El «líder» detendrá su balón de una forma creativa utilizando la mano, el pie, etc.

•Todos los otros jugadores tienen que detener sus balones exactamente de la misma forma

•El líder debe determinar quién fue el último en completar la tarea de forma correcta

•El último tiene que ejecutar una secuencia predeterminada, tras lo cual se convertirá en el siguiente líder

•Si el líder no sabe quién fue el último, tiene que hacerla él mismo y designar a un nuevo líder

Juegos simples en espacio reducido 4 contra 4 en dos porterías

Organización:

Dos porterías, de 5 metros de ancho y 2 metros de alto, a 20 metros la una de la otra

No hay líneas de banda marcadas

Dos equipos de cuatro jugadores cada uno en el campo, y un portero en cada portería

Objetivo:

Jugar 4 contra 4 en dos porterías

Tiempo de juego: de 8 a 10 minutos

No hay variaciones.

No hay cambios numéricos.

Muchas repeticiones en forma de torneo, introducidas mediante motivación para entrenar la coordinación y la agilidad.


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