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ОглавлениеMISA DEL GALLO
La Misa del Gallo, 24 de Diciembre del año 87, 23:00 hrs. Catedral de Concepción.
Enormes y abiertas puertas negras invitaban a los feligreses a entrar. El marido de mi Madre tomaba mi mano izquierda y la esposa de mi Padre, mi mano derecha.
Fue impresionante ver el majestuoso altar y la gran cruz, sobretodo, para un quinceañero Opus.
Sí, yo era Opus, fui Opus desde 2 Norte, pasando por Parque Víctor Lamas en Concepción, hasta 5 Oriente en Viña. Etapa de mi vida que declaro abiertamente. Yo rezaba a Balaguer a diario, incluso el Ángelus, puntualmente a medio día y en mi pupitre naval.
Volviendo al tema: Entrando a la Catedral: Chorley, la Vero y el Opus; subieron los dos primeros escalones, yo tenía claro cuáles serían mis plegarias: Rezarle al tatita Dios para que, por favor, NO nos trasladaran de vuelta a Viña, estaba requetefeliz en MI colegio favorito, era una persona individual (sin ser el hermano menor de...) Yo, navegaba muy cómodo en el ambiente Naval, donde todo me «cuadraba» perfectamente... «Si no se mueve; se pinta, y si se mueve; se saluda.»
Luego del último escalón, nos reciben los monaguillos del padre Fernando, nos entregan unas velas ya encendidas con papelitos para recibir la esperma y nos guían (cual antiguo acomodador de cine) al segundo piso, al VIP eclesiástico, eran unos balcones internos con vista panorámica.
Subimos y, podía ver a todos los feligreses desde donde yo estaba, era un balcón donde cabíamos solo siete, con vista directa al majestuoso altar. Nosotros tres, junto a cuatro señoras, las que vestían bordadas túnicas floreadas.
Llega la consagración, el momento culmine de la celebración, donde nada puede fallar, ni una mosca ha de volar... ese momento, donde tuve que masticar y tragar mis plegarias para que la Mamá pudiera volver a Viña a estar con sus padres y con su hijo preferido. Ella, lo logró, la Vero lo hizo nuevamente, se adueñó del solemne momento eclesiástico, Doña 1.0 se manifiesta potentemente!!
O sea, para especificar, una parte de ella se manifiesta, habla, se relaja y explota....siete feligreses, en un balcón Papal, sobre toda la catedral, silencio sepulcral y.. a la doña se le ocurre tirarse un pedo, si, un sonoro, re burbujeantepedo. Las flamas de las velas titilaban intentando aferrase a la mecha, el eco pedórrico fue sagrado, hasta las catacumbas de los curas viñamarinos resonaron con tal, cual, y tremendo, único gran Pedo!
Chorley, cual arquitecto, miraba al cielo, analizaba las columnas y vitrales, esperanzado que esto fuera solamente una manifestación del tatita Dios.
Yo, aun opus, fui víctima directa de esa onda expansiva, sentí como volaron los pétalos y las flores de las túnicas de las viejujas de la retaguardia.
Creyendo que mi reacción cerraría el gaseoso capítulo del «Santo Son-oro», miro impactado a mi madre y le exclamo, ¡«Pero Mamá!!» Ella, con segura mirada, panea, si, panea, a Chorley, a mí, y a las cuatro veteranas de las túnicas floreadas (ahora solo con los tallos), las mira directo a los ojos... levanta ambos párpados, inconscientemente, dilata sus pupilas y nos dispara a quemarropa: «Me tiré un pedo.. y qué, algún problema?»...