Читать книгу Vivencias - Diego Barroilhet - Страница 14
ОглавлениеLA CHISPEZA
Tener un hermano es una bendición, tener un hermano mayor es una doble.
Tener un hermano, 6 años mayor, mateo, deportista six-pack, el abanderado del colegio, el alumno favorito de los rectores y más encima, liberal, letrado, y perfecto historiador... es un tema.
Yo, por mi parte, aportaba con poco; alumno mediocre, cuadrado, facho, deportista de taca-taca (con suerte y en bajada). Bueno, ser el de «Primera B» de la familia no fue fácil.
Nada que decir: mi hermano, el hippie; siempre fue incondicional, filantrópicamente me protegía; aconsejaba y tutoraba, me alentaba y toreaba, él logró que yo sacara lo mejor de mí.
Recuerdo que, cuando vivíamos en la casa de 2 Oriente 855 (año 84), en una de las pocas discusiones que tuvimos, yo... solamente exploté, colapsé. Me vi arrinconado, no tenía por donde ganarle, al mejor hijo, mejor alumno y ahora estudiante de derecho de la UCV, la carrera icónica familiar.
Como quien se mete la mano al bolsillo chico de las monedas, tuve que sacar la mejor herramienta que tenía guardada; mi ingenio.
«Chico», le apodamos al aquiltrado can maltés que a diario me escudaba; color blanco café con leche y muy pedorro. Familiarmente sabíamos que no tenía pulgas, ni una, ya que lo revisábamos a diario antes del goodnight.
Con los días, aprendí qué, si lo dejábamos salir, llegaba empulgado. Bingo!!!
Diariamente; durante 9 días y 8 noches, acumulé sus pulgas en un envase negro de rollo fotográfico marca Fuji Film. De las 150 pulgas recolectadas, solo 97 «aperraron», y el día nueve llegó, el día P!
Recuerdo abrir la hediondacama de mi hermano, sábanas «blancasté con leche», y vaciar, desparramar mi más querida colección. Me sentí culpable, pero como soy un wn muy práctico, lo olvidé antes de cerrar la cama y volví a mi pieza, la del cubre piso.
«A la mañana siguiente», se abre, de un portazo, la puerta de mi pieza, OMG! entra el universitario, rascándose ambidiéstricamente y me increpa: «Puta que tiene pulgas tu perro weón».
A los años, el perro «murió», las pulgas, supongo que también y hoy en día, mi hermano sigue siendo mi más admirado tutor. La casa de 2 oriente, aún la extraño.