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EL QUEMADO

La Vero siempre dice que la dejo mal en los cuentos que escribo...

Miguel, se llamaba el veinteañero «maestro en hacer las pizzas» el mismo que me hizo la «tallita».»Motito!!!» gritó, «Está lista tu colación» (así me apodaban, el Motito, por lo del déficit; supongo)

Efectivamente, mi merienda estaba afuera del horno de las pizzas, sobre el impecable mueble de acero inoxidable, en un plato color café cobre, y sobre ese plato, el mismo sándwich que yo había armado unos quince minutos atrás.

Al llegar del cuarto, mi rápida e instintiva mano izquierda de zurdo muscular, apuntó y acertó directo al plato, pero, lo que mi mano no pudo captar; fue la «tallita» de Miguel, El plato fue estratégicamente calentado a 350 grados... Aun puedo escuchar el «tsss» de la piel de mis dedos pegándose al color cobre. El Maestro Miguel sonreía mientra su cómplice copero gritaba: «con tomate se pasa, con tomate se pasa...». Cuando el plato se me despegó y cayó sobre el inoxidable, supe que era la hora de arrancar.

Fui a reportarme a los jefes del local, los cajeros; la Ale y el Ale, ellos me autorizaron la salida temprana, así Derek pasaría piola el «accidente laboral».

Yo sabía que contaba con, a lo más, 25 minutos de conciencia, ya que, el dolor ya subía por el codo y la piel de los dedos se empezaba a despegar.

Adrenalina a full: Motito; monta la Yamaha 250XT, Casco AGV mode ON, kick-start pierna izquierda y enfilamos a Guayacán.

Tres campanadas después de las doce me recibe el Corcho, el frío viento había aliviado las huellas dactilares quemadas. Yo, siempre digno, estaciono la XT, entro y como buen hijo y me reporto. «Todo Bien» pregunta la Vero, «si Mamá, todo bien», y caigo en mi cama.

Una madre presente nunca, nunca, está desconectada de sus cachorros. Yo creo que ella ya lo sabía, mientras se me apagaba la tele, escuchaba a la Vero decir: « Carlos, el Diego está mal, hay que llevarlo al hospital».

¡Me salvaste vieja!! A mí se me prendió la tele en la Urgencia del Naval, tipín, a la hora que los pajaritos les da por cantar y a mi lado, siempre: Mi Madre y Chorley...y se viene... apagado de TVagain, mientras la señora de la caja apretaba el botón de « Tengo un wncuático acá».

Despierto después del cantar de las Tencas con una mano embetunada en pomadas y gazas, como queriéndome decir: «Si eres tú el quemado». Cuatro semanas de curaciones.

Quemado a nadie..

Amor de madre... La dueña del primer abrazo.

PD: A Miguel aun me lo encuentro... y creo que es feliz.

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