Читать книгу Nieves en La Habana - Eduardo J. Pérez Ríos - Страница 15

Оглавление

IX

Claro que las investigaciones de la torpe policía mexicana jamás descubrieron que la editora había hecho todo lo necesario para ocultar el crimen que cometió y hacerlo parecer como un suicidio. Como es costumbre, la gente solo creyó en lo que quería creer. Después de todo, la historia del escritor atormentado encajaba perfectamente para ayudar a la consolidación de una nueva leyenda literaria.

La editorial se encontraba más que ansiosa por seguir publicando a Taibo Jacques y por ello aceptó sin problema los borradores que se habían hecho pasar como el testamento literario del fantasma suicida. Sin importar qué historias estaban contenidas en los relatos, la editorial convenció a propios y extraños que se había descubierto una mina de oro en potencia a través de astutas campañas publicitarias. Por supuesto que todos los medios noticiosos respaldaron la idea sin saber del crimen que se ocultaba detrás del telón.

En su nota suicida, la amante de Jacques confesó que dichos borradores, ahora convertidos en novelas póstumas publicadas, eran en realidad historias que ella misma había escrito a lo largo de los años. Su obsesión enfermiza por convertirse en autora publicada la había llevado a ser la amante de Taibo Jacques en un grado en el que no podía dejar de pensar, trabajar, escribir y respirar para él.

Nieves en La Habana

Подняться наверх