Читать книгу 60 inventos que nos cambiaron la vida - Emmanuelle Pouydebat - Страница 23

Luchar y protegerse ¿Y si un guepardo inspirara a las tropas terrestres?

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¡Infiltrémonos en un proyecto digno de Star Wars! ¡Qué hermoso sueño para un jefe de ejército poder reemplazar a sus soldados por robots! Cumplir ese sueño es el propósito de amplios proyectos más o menos logrados, ricos en potencialidades. Pero se necesitarían soldados robots rápidos, adaptables a diversos suelos, que evitaran obstáculos y se movieran sin ver… ¿Qué animales habría que elegir para inspirarse? Empecemos por un robot cuadrúpedo llamado Cheetah, “guepardo” en inglés. ¿Por qué inspirarse en un guepardo (Acinonyx jubatus)? Por su velocidad y su habilidad para cambiar de dirección con una gran capacidad de maniobra. Este félido, que puede llegar a los 112 km/h (50 km/h promedio), es el animal terrestre más rápido del mundo. Gran depredador, es capaz de producir aceleraciones y desaceleraciones laterales impresionantes gracias a su potencia muscular, a su adherencia debida a sus garras no retráctiles, a la maniobrabilidad de su cuerpo debida, sobre todo, a una columna vertebral muy flexible y a su pequeña cabeza aerodinámica. (16) Todas estas ventajas inspiraron la creación de Cheetah.

En 2012, la primera versión constituyó el robot cuadrúpedo terrestre más rápido del mundo, que podía llegar a 45,5 km/h, sobre todo gracias a una columna vertebral artificial muy flexible. (17) Esta proeza hizo que la prensa lo comparara al campeón y atleta Usain Bolt, ¡cuyo récord era de 44 km/h! En la actualidad, la tercera versión de Cheetah del MIT (Massachusetts Institute of Technology) es simplemente excepcional. Cheetah 3 sabe trotar, galopar, saltar, trepar, desplazarse lateralmente, ¡y todo esto entre obstáculos y sin ver, sin cámara, ni sensores! (18) ¿Por qué sin ver? El profesor Sangbae Kim, profesor asociado del MIT y principal creador del robot, lo explica muy bien. Un robot debe saber enfrentar muchos imprevistos sin basarse demasiado en la visión, sino más bien en informaciones táctiles para desplazarse más rápido frente a obstáculos inesperados. Siempre con el objetivo de reemplazar a tropas terrestres, la idea de esta tercera versión es entonces que pueda avanzar por terrenos difíciles sin informaciones visuales. Magia de los algoritmos que permiten, gracias a datos angulares y de aceleración, una detección de contacto (obstáculo, superficie desestabilizante, etc.) y un control de los movimientos (ajustar, proseguir el movimiento, con qué fuerza, etc.) de cada pata. Todo funciona como si uno debiera desplazarse a tientas en una zona totalmente oscura. Pero el robot actúa aún mejor, ya que, si se lo empuja para hacerlo caer, es capaz de mantener el equilibrio. Podemos imaginar sus proezas cuando se restablezca finalmente su visión para que pueda cartografiar su ambiente. Además de los objetivos militares, Cheetah podría así ser utilizado algún día en diversas misiones realizadas en ambientes hostiles, incluso inaccesibles a los seres humanos. Habrá que bajar los costos, especialmente reduciendo su tamaño, (19) pero también continuar los proyectos paralelos, como los increíbles robots BigDog o PetMan.

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