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ESQUEMA DE LA PLANEACIÓN DE UN PROYECTO DE EDUCACIÓN POPULAR

Síntesis de unas notas (1) de Enrique Gutiérrez, SJ

FCyE, 1977

I. Los elementos de una planeación de proyectos de educación popular

1. Una Utopía Operativa: o sea, un horizonte global progresivamente factible y definitivamente deseable, hacia el cual se orienta también nuestra acción.

2. Teoría o Teorías Generales: se trata de aquella teoría o teorías de tipo más general para los fenómenos más globalizantes de la sociedad, o de tipo más particular para algunos fenómenos concretos, desde las cuales vamos a interpretar los diversos datos de la sociedad (según el caso) y nuestra situación y actuación dentro de la misma sociedad.

3. Hipótesis o Presupuestos más o menos Fundados: se trata de teorías en proceso de ser comprobadas suficientemente, pero que ya tienen cierta validez por su posibilidad de explicar determinados fenómenos.

4. Análisis de la Realidad Global o de algunos de sus sectores: se trata de la organización de los datos concretos en un momento histórico de nuestra sociedad, interrelacionados en un proceso global.

A partir de las evaluaciones antes dichas viene el revisar nuestro marco teórico sobre todo en las hipótesis no tan fundadas en las que veníamos estribando y programando nuestra acción.

II. El proceso de interrelación dinámica de estos elementos

Después de la descripción analítica de los elementos todos que comprenden un proceso de acción y que se integran después en la Praxis de nuestras planeaciones es necesario presentar la dinámica como estos elementos funcionan en la práctica normal de una planeación.

1. Ante todo, conviene aclarar que cuando solamente estamos revisando los elementos de la Acción Programada, estamos dentro de un Proceso Administrativo que sólo intenta hacer funcionar correctamente la organización de los recursos dentro de un tiempo señalado y con determinados métodos o técnicas. A lo más se llegan a formular algunas cuestiones en torno a las pequeñas teorías que pueden respaldar un método o un tipo de organización. Pero el proceso administrativo no es una auténtica praxis. (2)

2. Por muy necesario que sea el hacer revisiones administrativas de nuestra acción programada, es menester que nuestros equipos tengan algún tiempo, al menos cada mes, para un tipo de reflexión más profunda que permita el diálogo y la confrontación entre lo que hemos llamado Teoría en su conjunto y la Acción Programada.

3. En efecto, la acción que nosotros llevamos a cabo y nuestra misma presencia en una localidad, empiezan a provocar dentro de dicha localidad elementos que van a provocar diversas reacciones.

Además, progresivamente vamos a ir observando la realidad en que nos encontramos inmersos y vamos a ir descubriendo en ella aspectos nuevos, que nos van revelando diversos datos y diversas maneras como estos datos se relacionan entre sí ya en la práctica. Así, la acción va empezar a presentar interrogantes que ya no se quedan al nivel como programamos nuestra acción, sino del significado de ésta para los fines más definidos que buscamos.

En este sentido, ha empezado el diálogo entre la acción y la teoría. En determinados momentos nos puede parecer que, dado nuestro marco teórico y nuestra estrategia, la acción está trabajando al margen de lo que pretendemos. En otros casos vamos quizás a empezar a dudar de determinadas hipótesis que creíamos sólidas y que nos parecía que explicaban suficientemente la realidad circundante o de la manera como deberíamos nosotros colaborar a cambiarla. Ésta es la confrontación entre teoría y acción.

4. Va a haber casos en los que constatemos que no todos tenemos un común marco teórico y que de ahí proviene la dificultad para la acción. Habrá otros casos en [que la dificultad se derivará de] la organización o resultados que se esperan de ella, por unos miembros u otros del equipo.

Estamos también en un fenómeno de revisión de nuestro marco teórico común o de nuestra acción común.

5. En determinados casos habrá que cambiar la teoría, en otros el rumbo de la acción, ya sea de inmediato, ya en un plazo razonable (quizás en la próxima evaluación).

En otros casos la tensión entre teoría y acción va a arrojar ciertas ambigüedades que sólo podremos resolver con nuevas síntesis. En estos momentos la utopía operativa guía hacia dónde se deben hacer las nuevas síntesis. Toda síntesis deberá avanzar hacia el modelo que nos presenta la utopía dentro de los contextos reales en que nos estamos moviendo.

6. Marco Teórico de Nuestra Acción: se trata de algunos aspectos de la teoría general o de determinadas hipótesis o presupuestos que en su conjunto van a orientar y fundamentar la acción concreta que vamos a emprender.

7. Análisis de la Realidad Local: es la organización de los datos que históricamente nos ofrece en un momento dado la realidad total donde vamos a trabajar y que naturalmente mantiene una relación con el análisis de la realidad global.

8. La Línea de Acción o Estrategia: se trata de una modalidad concreta y operativa según la cual, nosotros y nuestra acción, pensamos que van a incidir en la realidad local y a través de ella, en la realidad global para la transformación estructural que buscamos.

Todo este bloque de elementos constituye lo que nosotros agrupamos bajo el nombre genérico de Teoría. Cuando hablamos de que la Praxis, supone una comparación entre teoría y acción, estamos entendiendo por teoría este conjunto de elementos que de una manera u otra están presentes en la reflexión comparativa.

9. La Acción Programada. O sea, la acción razonablemente organizada para conseguir unos resultados. Dentro de la acción programada vienen los siguientes elementos:

9.1 Objetivos: o sea, aquello que nos proponemos conseguir ya sea a corto, mediano o largo plazo.

9.2 El Análisis de Nuestros Recursos: Se trataría de un tipo de análisis que nos permite el aprovechamiento de todos nuestros recursos según sus propias condiciones. Aquí entran desde los miembros de nuestro equipo hasta los recursos económicos y desde los recursos que se pueden efectivamente conseguir.

9.3 Organización: Es la manera como razonablemente vamos a combinar estos recursos en función del objetivo que pretendemos conseguir. Naturalmente que es diferente la organización de las personas, de los locales, de los instrumentos materiales y de la economía.

9.4 El Plan de Acción: se trata de contar con el tiempo y por tanto, de programar nuestra acción como una sucesión de pasos en un lapso de tiempo.

9.5 Los Métodos, Técnicas y Tácticas: Por métodos entendemos la organización y uso de elementos muy particulares que conducen inmediatamente a resultados muy concretos.

Técnicas: casi equivalen a métodos, pero probablemente más elaborados y basados en la experiencia más científica.

Tácticas: para algunos, son todos aquellos medios que reúnen la condición de medio y no de un fin intermedio que también procuramos.

9.6 La Acción Misma: es ya cada una de las acciones de los diversos elementos que trabajan hacia el objetivo propuesto y el conjunto mismo de todas ellas.

En esta segunda sección de elementos tenemos la Acción que va a entrar en un diálogo con la Teoría.

Vienen ahora los procesos evaluativos. La Praxis es, en cierto modo, un proceso evaluativo, pero con la característica especial de confrontar tanto la Acción como la Teoría, y esto en una forma continua y muy flexible.

10. Evaluación de los Resultados de la Acción: esta evaluación mira directamente a la Eficiencia de nuestra acción. Trata de revisar esta evaluación si los resultados previstos al programar nuestra acción se han realmente conseguido.

11. La Evaluación Global: en esta evaluación tratamos de revisar si realmente el proceso que vamos desencadenando con nuestra acción es efectivo para orientar hacia la utopía operativa y hacia el proyecto histórico que estamos tratando de construir. Esta evaluación va a tomar todos los elementos de nuestra teoría, y en especial de nuestro marco teórico y todos los elementos de nuestra acción programada.

A partir de las evaluaciones antes dichas viene el revisar nuestro marco teórico, sobre todo en las hipótesis no tan fundadas en las que veníamos estribando y programando nuestra acción.

III. Condiciones para que el proceso de la praxis funcione correctamente

1. En primer lugar, es diferente la condición de cada uno de nuestros proyectos, si estos se encuentran en una fase exploratoria o en una fase de realización o experimental.

En la fase exploratoria, nuestra acción generalmente reviste las características de una Acción–Puente, o sea, una forma de hacernos presentes y de jugar un rol dentro de la comunidad. Pero aún nos quedan muchos interrogantes como para poder aclararnos el proyecto que queremos llevar adelante y sus estrategias fundamentales. La acción está programada para explorar la realidad. En cambio, en la fase experimental, hemos adquirido una suficiente claridad respecto de las interrogantes que teníamos antes y podemos ya formularnos con más precisión nuestras estrategias, dentro de una mejor interpretación del contexto social. Nuestra acción programada ya tiene resultados que conseguir.

2. También conviene considerar que en un momento dado podemos recibir una sobrealimentación de teoría, que viene desde fuera a través de libros o de otros agentes. Esta sobreteorización de nuestra praxis tiene el peligro de tratar de aplicar a nuestra acción teorías que se generaron en otros contextos históricos. Por esto sería muy conveniente que cuando conocemos teorías nuevas conozcamos también las acciones de donde dimanaron dichas teorías en una situación histórica concreta.

3. Pero puede suceder también lo inverso, o sea, que nuestro equipo sea invadido por la acción no programada.

Cuando un evento de la localidad nos urge a entrar en acción con el pueblo, normalmente se desequilibra nuestra praxis [debido a] un exceso de acción, para el cual no tenemos una teoría de confrontación.

En estos casos requeriremos el auxilio de quienes han tenido ya experiencias semejantes para que completen nuestra visión teórica. Este auxilio puede venir por lecturas o por otros agentes que ya han experimentado y reflexionado lo mismo que nos está pasando a nosotros.

IV. La reflexión teológica

Finalmente, en todo este proceso de nuestras planeaciones tiene un lugar la Reflexión Teológica, que nos permite reconsiderar la realidad desde el punto de partida de nuestra fe.

Una acción comprometida es afectada por aquello que da sentido a nuestra vida y en lo que en definitiva creemos. Y al revés, nuestra fe es afectada por lo que llevamos a cabo para transformar nuestra sociedad. En algún sitio y forma, es necesario que se integren estas dos dimensiones de la vida de un cristiano.

1- Se desconoce quién elaboró esta síntesis. Pudo haber sido el propio Enrique Gutiérrez, pero también es posible que haya sido Lucero Quiroz Magaña, quien fue su secretaria durante muchos años. Nota de DVY.

2- La diferenciación de una auténtica praxis se da en contraposición al proceso de revisión administrativa de las actividades realizadas, que no llegan a ser praxis, en la medida en que no se reflexionan ni se cuestionan a la luz de la utopía operativa, del marco teórico operativo o del análisis de la realidad, como veremos en los siguientes apartados. El proceso de revisión administrativa se reduce a la mera gestión de los recursos, pero no al cuestionamiento de las prácticas. Nota de DVY.

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